el valor del fracaso y la frustración en mi vida
Ignacio Romero
Los jóvenes estamos llenos de
ilusiones. Arrancas clases de piano y a la semana quieres ser Mozart.
Empiezas una rutina de gimnasio y esperas tener el cuerpo del David
para el verano cuando faltan dos semanas. Vivimos en un mundo
tan del ya, tan dinámico y con resultados (digitales) instantáneos,
que nos olvidamos que el tiempo ya era tiempo antes de que las cosas
se puedan hacer por computadora. Nos olvidamos que no todo llega
de la noche a la mañana y, sobre todo, nos frustramos por
no poder controlar todo para que salga de la manera que nos gusta que
nos salga.
Hace poco comenzó a circular por las
redes un discurso de Lisa Kudrow, reconocida actriz de Estados
Unidos, especialmente por su papel de Phoebe Buffay en Friends.
En él, Kudrow relata los inicios de su carrera y como fue difícil
al principio. Casi imposible.
Más adelante agrega: «Los 20 son
esos años en los que empiezas a conocer a tu versión adulta.
Descubres como reaccionas a la duda en ti mismo, cuando hay tanto que
parece estar en juego». Es importante entender esto. Todavía tienes
que conocerte, sin importar lo mucho que creas saber de ti, siempre
hay más para descubrir. Y el mirar hacia adentro te va a ayudar a
descubrir esas cosas que te van a dar seguridad a la hora de caminar
por tu camino
¿Y qué razón da ella? (y nosotros
también): que nunca sabes lo que viene después. Si te
cierras a la posibilidad de seguir ese camino, te cierras a la
posibilidad de que te pasen cosas nuevas, cosas que pueden ser
mejores. Un refrán en Argentina dice: «Tropezón no es caída». Un
despido no implica que tienes que dedicarte a otra cosa. Y eso sí:
no te impacientes. Como dije al principio del artículo, las cosas
llevan tiempo. Y las cosas de Dios… ni te cuento. Él tiene un plan
para ti. Y un ritmo con ese plan. Si pretendes ir más rápido, nunca
te va a llegar. Y si quieres ir más lento… pierdes el vuelo
(aunque no es tan grave, porque Dios te da todas las oportunidades
que necesites. «Cuando una puerta se cierra, otra se abre». ¡No lo
olvides! «Tiene que haber una razón para todo. Yo creo que la hay»,
concluye la actriz. ¡Descubre el sentido de tu fracaso y dale
para adelante! Que la caída no sea una derrota.
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