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lunes, 30 de octubre de 2017

Este corto discurso me hizo comprender

el valor del fracaso y la frustración en mi vida
Ignacio Romero
Los jóvenes estamos llenos de ilusiones. Arrancas clases de piano y a la semana quieres ser Mozart. Empiezas una rutina de gimnasio y esperas tener el cuerpo del David para el verano cuando faltan dos semanas. Vivimos en un mundo tan del ya, tan dinámico y con resultados (digitales) instantáneos, que nos olvidamos que el tiempo ya era tiempo antes de que las cosas se puedan hacer por computadora. Nos olvidamos que no todo llega de la noche a la mañana y, sobre todo, nos frustramos por no poder controlar todo para que salga de la manera que nos gusta que nos salga.
Hace poco comenzó a circular por las redes un discurso de Lisa Kudrow, reconocida actriz de Estados Unidos, especialmente por su papel de Phoebe Buffay en Friends. En él, Kudrow relata los inicios de su carrera y como fue difícil al principio. Casi imposible.
Por una de esas cosas de la vida, su performance en el piloto de la serie Frasier no convenció a la producción, que le dijo «no sigues con nosotros», palabras que devastaron a la pobre Lisa. Con esta puerta que se cerró la actriz se hizo una pregunta que muchos jóvenes se hacen cuando se topan con el fracaso: «¿Es esto realmente lo que quiero hacer? ¿No me habré equivocado de carrera?». Kudrow responde: «No se supone que va a ser fácil. Pero tampoco tiene que ser una tortura. Va a haber momentos de incertidumbre, de no saber qué camino tomar. Porque los años 20 están llenos de encrucijadas». Estas palabras me quedaron sonando en la cabeza. Porque, la verdad es que hay muchos que no saben esto. El fracaso no es señal de nada. Caer no es más que otra oportunidad para volver a levantarse.
Más adelante agrega: «Los 20 son esos años en los que empiezas a conocer a tu versión adulta. Descubres como reaccionas a la duda en ti mismo, cuando hay tanto que parece estar en juego». Es importante entender esto. Todavía tienes que conocerte, sin importar lo mucho que creas saber de ti, siempre hay más para descubrir. Y el mirar hacia adentro te va a ayudar a descubrir esas cosas que te van a dar seguridad a la hora de caminar por tu camino
¿Y qué razón da ella? (y nosotros también): que nunca sabes lo que viene después. Si te cierras a la posibilidad de seguir ese camino, te cierras a la posibilidad de que te pasen cosas nuevas, cosas que pueden ser mejores. Un refrán en Argentina dice: «Tropezón no es caída». Un despido no implica que tienes que dedicarte a otra cosa. Y eso sí: no te impacientes. Como dije al principio del artículo, las cosas llevan tiempo. Y las cosas de Dios… ni te cuento. Él tiene un plan para ti. Y un ritmo con ese plan. Si pretendes ir más rápido, nunca te va a llegar. Y si quieres ir más lento… pierdes el vuelo (aunque no es tan grave, porque Dios te da todas las oportunidades que necesites. «Cuando una puerta se cierra, otra se abre». ¡No lo olvides! «Tiene que haber una razón para todo. Yo creo que la hay», concluye la actriz. ¡Descubre el sentido de tu fracaso y dale para adelante! Que la caída no sea una derrota.

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