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domingo, 25 de junio de 2023

carta No.190: La razón de ser del Estado ecuatoriano

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 190 – 25 junio 2023
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La razón de ser del Estado ecuatoriano

“Todo ser humano tiene derecho a la existencia, a la integridad corporal, a los medios indispensables y suficientes para un nivel de vida digno, especialmente en lo que se refiere a la alimentación, el vestido, la vivienda, el descanso, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; y, por tanto, tiene derecho a la seguridad en caso de enfermedad, invalidez, viudez, vejez, desempleo y en cualquier otro caso de pérdida de los medios de subsistencia por circunstancias ajenas a su voluntad”.  Papa Juan XXIII, Pacem in Terris n.6, 1963. 

El art. 3 de la Constitución del Estado ecuatoriano establece sus deberes esenciales: “Garantizar sin discriminación… en particular la educación, la salud, la alimentación, la seguridad social y el agua para sus habitantes” (# 1), también debe “Planificar el desarrollo nacional, erradicar la pobreza, promover el desarrollo sustentable y la redistribución equitativa de los recursos y la riqueza, para acceder al buen vivir (# 5).

Estos deberes deben ser los fundamentos de toda propuesta y plan de gobierno que se proponga y ejecute en nuestro país, independientemente de la ideología del gobierno de turno.  Concretarlo es responsabilidad del Estado, que a través de los distintos poderes –ejecutivo, legislativo, judicial, electoral y participación ciudadana– debe movilizar las instituciones pertinentes e impulsar las políticas que garanticen el ‘buen vivir’ de todo el pueblo ecuatoriano con el presupuesto suficiente para financiarlo.  La realidad demuestra que estas tareas fundamentales han quedado solo en el papel, como buenos deseos, sin hacerse realidad.

Históricamente el Estado ha sido incapaz de garantizar educación, salud, seguridad y alimentación de las grandes mayorías.  Al contrario, con las políticas implementadas ha generado la desinstitucionalización progresiva, la politiquería, la incapacidad, la corrupción e impunidad han hecho que la falta de educación, la ausencia de un sistema de salud eficiente y oportuno, el desempleo y subempleo sean las compañeras inseparables de la cotidianidad ciudadana.  Esto se agrava por los desastres naturales.  Inclusive hay sectores rurales totalmente abandonados y carentes de todo tipo de servicio o atención.  Simplemente el Estado nunca llegó.

El Estado debe trabajar incansablemente por los derechos y garantías del pueblo, lamentablemente en esa tarea ha fallado, en el mejor de los casos se ha convertido en un Estado caritativo, que da lo mínimo a los más vulnerables, de ahí la vigencia de los diferentes bonos, de los subsidios, etc.  Las autoridades olvidan que el “Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico…” (art. 1, Constitución).

Queda por delante mucho trabajo para que el Estado cumpla su tarea fundamental, incluyendo un compromiso político y legislativo serio, eficaz, efectivo y contundente, que supere las limitaciones y los fracasos de su propia inactividad e incompetencia para servir al bien común.  Aquí también tiene validez la solidaridad y subsidiaridad de miles de ciudadanos que creen en valores éticos y morales y que desde su cotidianidad trabajan por los más pobres y vulnerables haciendo las veces del Estado.

En un Estado democrático la iniciativa privada es corresponsable del alcance del bien común y del desarrollo del país.  Es por eso que la ‘solidaridad’ obliga al compromiso y compartir los bienes, generar empleo, promover empresas y emprendimientos que mejoren las condiciones de vida de la población y renueven el acceso a la salud, la educación de los hijos, las viviendas dignas y el bienestar de los menos favorecidos.

La ciudadanía y las organizaciones sociales debemos estimular y presionar a las instituciones públicas a que cumplan el mandato constitucional.  Hay que movilizarse y no esperar que todo lo solucionen desde arriba.  Convoquemos una minga nacional con responsabilidad, asumiendo tareas específicas que incidan para que el Estado cumpla su deber.  Caso contrario continuará débil, ineficiente e incapaz… una carga costosa e inútil que no justifica su razón de ser.  ·  #ComuniquemosEsperanza 

"Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 18 de junio de 2023

carta No.189: El desafío de construir la igualdad de género

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 189 – 18 junio 2023
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El desafío de construir la igualdad de género

“No se puede conseguir un mundo mejor, más justo, más inclusivo y plenamente sostenible sin la contribución de las mujeres.  Así que debemos trabajar, todos juntos, para ofrecer la igualdad de oportunidades a hombres y mujeres, en todos los contextos, para lograr una situación de igualdad en la diversidad, estable y duradera…  El pensamiento de las mujeres es diferente al de los hombres, están más atentas a la protección del medioambiente, su mirada no se dirige al pasado sino al futuro… dan a luz con dolor para lograr una gran alegría: dar vida y abrir vastos y nuevos horizontes”  Papa Francisco, marzo 2023

Ante las nuevas elecciones afloró el tema de la igualdad de género.  Inicialmente el Consejo Nacional Electoral (CNE) sostuvo que las listas de candidatos para presidente y vicepresidente sean paritarias a partir de las elecciones de 2025, argumentando que las del 2023 son extraordinarias, pero que aplicarán el 30% de paridad en las listas para asambleístas.

Ante esta decisión del CNE, varias organizaciones ciudadanas levantaron su voz, señalando que la ley dice “elecciones subsiguientes posteriores a la vigencia de la ley” por lo que debe aplicarse ya.  Esto muestra la lucha por la paridad que promueven varias organizaciones, especialmente de mujeres, que sienten un machismo vigente y la vulneración de sus derechos en los procesos democráticos.

Por la presión social, el Tribunal Contencioso Electoral determinó que los binomios presidenciales y listas pluripersonales deben cumplir la paridad entre hombres y mujeres.  Aunque este parece un gran logro para cumplir la Constitución de la República, que reconoce el derecho a una vida libre de violencia en el ámbito público y privado (art. 66), y establece que el Estado promoverá la representación paritaria de mujeres y hombres y que en las candidaturas a las elecciones pluripersonales se respetará su participación alternada y secuencial (art. 65). El camino para lograr una verdadera igualdad aún es largo.

No porque haya una participación del 50% significa que se haya superado el machismo.  Poner en las listas a mujeres de candidatas no garantiza que se hayan escogido a las mejores ni reconoce el gran valor que tienen a nivel profesional, social, cultural, ético y familiar, pues en algunos casos se las escogen de ‘relleno’.  Hay mujeres que contribuyen a eso, porque, al igual que los hombres, aceptan candidaturas sin tener la experiencia ni la capacidad profesional o técnica y, lo peor, buscando solo el interés personal y no el de el bien común.

Es valiosa la presencia de mujeres líderes que, además de cumplir con el rol de madre, esposa, compañera, en nuestra sociedad machista, lo cual implica doble esfuerzo, sacrificio, riesgo, trabajan por el bien de la sociedad con entrega, eficiencia, dedicación, detalle, ternura, servicio, belleza, laborando incansablemente por una sociedad más justa, solidaria, inclusiva, equitativa.

Estos nuevos roles que las mujeres cumplen para servir a la sociedad, exigen a los hombres una responsabilidad y participación mayor en el cuidado y atención de los hijos, como en las tareas domésticas para que las mujeres no realicen jornadas extenuantes.

La participación en igualdad de condiciones en la vida social, cultural, política y económica garantiza que, tanto las políticas públicas y privadas, como los valores, las normas y las prácticas culturales, reflejen los preocupaciones y experiencias conjuntas y los tengan en cuenta, pues los intereses de unos generan desequilibrios que socavan el desarrollo sostenible del país.

Hay igualdad de género cuando las medidas aplicadas “de arriba abajo” se complementan plenamente con el apoyo recibido “de abajo arriba”.  El respeto de la diversidad cultural y los derechos culturales es compatible con la igualdad de género si se inscriben en un marco de derechos humanos que favorezcan la integración y el acceso a los derechos y las responsabilidades. La promoción y valorización de la igualdad de género está directamente relacionada con el respeto de la dignidad humana, esencial para el desarrollo integral y para la construcción de la justicia y la paz.  ·  #ComuniquemosEsperanza

"Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 11 de junio de 2023

carta No.188: Entre el desastre, la pobreza y la solidaridad

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 188 – 11 junio 2023
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Entre el desastre, la pobreza y la solidaridad

“Tú conoces, Dios nuestro, todas las pérdidas tanto humanas como materiales que los desastres dejan en nosotros, Tú sabes cuánto es que afectan estos en la vida de los hombres, por eso te pedimos que nos ayudes a cuidar mejor de la Tierra que nos regalaste, a ser más responsables con nuestro medio ambiente, pues se trata de nuestra casa común. Así mismo, te pedimos que nos cuides y nos protejas junto a todas nuestras familias”.  Papa Francisco, diciembre 2021.


Una vez más, los desastres naturales han causado muerte, destrucción y pérdidas materiales en Ecuador.  Ahora ha sido afectada la provincia de Esmeraldas.  Hay casi quince mil personas que han perdido todo.  Muchos han sido desplazados a otros lugares, acogidos en albergues o en casas de familiares o amigos.

En los últimos meses otros desastres han sucedido, como el derrumbe de Alausí y los de las zonas subtropicales de Bolívar, Carchi, Imbabura, Azuay, Cañar y Loja; los desbordamientos en Santa Elena, Manabí, Guayas, Los Ríos y El Oro; las graves inundaciones en la Región Amazónica por el exceso de lluvias.

La pérdida de vidas y de medios económicos como vivienda, cultivos, muebles y enseres, además de las secuelas de enfermedades, desplazamiento forzado de personas, destrucción de escuelas, vías y puentes y contaminación, han dejado estos desastres.  En esta coyuntura notamos que los recursos de la Secretaría de Gestión Riesgos para el 2023 disminuyeron respecto al año anterior y la ayuda de los gobiernos locales y el nacional, es limitada.

Las perspectivas inmediatas tampoco son halagüeñas, se anuncia un fuerte fenómeno de El Niño, para el que no se conoce un plan de riesgos, no se han asignado recursos económicos ni se han tomado medidas preventivas.

En muchos de estos desastres tenemos gran parte de culpa por destruir la naturaleza, los ecosistemas y los recursos naturales que, junto al cambio climático global, inciden gravemente en estas tragedias, pero también porque debido a la pobreza muchas familias se ‘asientan’ cerca de las riberas de los ríos, en las laderas de montaña, en zonas de riesgo de deslaves y contribuyen a la afectación porque no tienen servicios básicos, incrementan los desechos, contaminan sus espacios, llenan de basura y plásticos lo poco seguro que tienen.

Y como siempre, los más perjudicados por las catástrofes son las más pobres, débiles y vulnerables, que habitan en sectores rurales o barrios populares.  Son las mismas familias que sufren por la falta de trabajo, la pérdida de sus cosechas, sus pequeños emprendimientos o negocios familiares.

Afortunadamente, en las emergencias aparecen acciones de solidaridad con los afectados, de parte de personas, instituciones y empresas privadas.  Esta es una fortaleza de nuestro pueblo que, prescindiendo de ideologías o de cualquier otra consideración, es capaz de arrimar el hombro y compartir lo poco o mucho que tiene.  Ayuda humanitaria efectiva y activa que se hace presente de inmediato.

Pero es necesario que estas acciones de solidaridad se canalicen organizada y adecuadamente, para evitar casos de corrupción de politiqueros o las ‘sapadas’ de falsos dirigentes que buscan beneficios particulares en medio de estos desastres.

Es importante que para enfrentar los posibles impactos y efectos del fenómeno del Niño se asignen los recursos necesarios por parte del Gobierno, funcionen los comités de riesgo, involucrando a las comunidades y organizaciones y se creen acciones planificadas de solidaridad, para enfrentarlo oportuna y eficientemente.  Es necesaria una gran minga nacional en la que todos nos sintamos corresponsables y solidarios.  Es fundamental una coordinación de los sectores gubernamentales, una acción conjunta entre todas las autoridades, con el apoyo de la iniciativa privada y la participación ciudadana.

En perspectiva de preparación, también es importante la oración.  Que Dios, Padre y Madre, el buen Jesús y el Espíritu Santo nos ayuden a enfrentar estas calamidades y a sobreponernos sin dejar de actuar de forma comprometida en el cuidado de la naturaleza -la Casa Común- y en el ejercicio de la solidaridad personal y comunitaria en favor de las personas que sufren.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 


"Con los ojos fijos en El,
 en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

 

 

 

 

domingo, 4 de junio de 2023

carta No.187: Clamor por vida digna

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 187 – 4 junio 2023
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Clamor por vida digna

 

“A los gobiernos y a todos los políticos, les pido que trabajen por el bien común.  Cuídense de escuchar solamente a las élites económicas y sean servidores de los pueblos que claman por tierra, techo, trabajo y una vida buena en armonía con toda la humanidad y con la creación”  Papa Francisco, 16 octubre 2021 

Después de la “muerte cruzada”, en Ecuador estamos inmersos en un nuevo proceso electoral: el 20 de agosto elegiremos Presidente de la República y nueva Asamblea Nacional hasta el 24 de mayo de 2025.

Esta coyuntura pareciera sumergir a nuestro país en una especie de ‘campaña perpetua’.  Ya están en carpeta una cantidad de candidatos variopintos de los que algunos cuentan con una amplia trayectoria politiquera.  En los medios masivos se presentan los perfiles de los presidenciables y posibles asambleístas y comenzamos a escuchar los baratillos de ofertas y promesas, muchas de ellas demagógicas y, en consecuencia, irrealizables.

Ante esta realidad compartimos con ustedes algunos criterios que recogen las aspiraciones y necesidades más profundas de la mayoría de los ecuatorianos, y que demandan respuestas concretas de los candidatos a Presidente y Asambleístas.

Una aspiración fundamental es la seguridad. Todos añoramos la paz y las bandas criminales ligadas al narcotráfico y la delincuencia organizada han provocado muchos asesinatos, miedo y un temor paralizante. Las soluciones que proponen los candidatos son casi exclusivamente represivas y, aunque algunas medidas son necesarias, es evidente que por sí solas no traerán la armonía social que necesitamos. Armar a la población e involucrar a las fuerzas armadas en una ‘lucha antiterrorista’ implican algunos riesgos. Se precisa una auténtica justicia y una fuerza pública no contaminadas de corrupción y que respeten los derechos humanos, especialmente los de las víctimas.

Debemos luchar contra la pobreza. Por lo que es urgente crear trabajo digno, en el que los poderes públicos en concordancia con la iniciativa privada ofrezcan un trabajo que respete los derechos laborales y pague un salario justo. Es necesario recuperar la salud pública, deteriorada de forma deliberada en los últimos años y fortalecer la seguridad social; necesitamos medicinas, buenos servicios médicos y atención adecuada. El acceso a una educación de calidad desde los primeros años hasta la universidad debe garantizarse como mecanismo para disminuir las desigualdades sociales. Trabajar para superar de forma paulatina la desnutrición infantil y mejorar la atención a las madres embarazadas.

Pedimos un país donde desaparezca el racismo, la xenofobia, la exclusión, el descarte y las desigualdades. En muchas zonas del Ecuador la pobreza tiene rostro de indígena, de campesino, de montubio, de poblador urbano marginal y en todos estos sectores y de forma agravada, de mujer. Trabajar por el bien común supone priorizar, sin ser excluyente, la atención a los más débiles, por lo que la corrupción y la impunidad deben ser extirpadas de la función pública.

Finalmente, es primordial, como señala el papa Francisco, es fundamental el cuidado de la casa común. Hay que erradicar las malas prácticas como el extractivismo salvaje, el consumismo desaforado y la destrucción de los recursos naturales, causa de muchos de los desastres que lamentamos y lamentaremos.

Somos realistas, sabemos que es muy complejo desafiar la gravísima crisis que tiene nuestro país, y más en el poco tiempo que tendrán las próximas autoridades.  Pero sí podemos exigir, como ciudadanos conscientes y responsables, que trabajen con honestidad y ética, y que inicien políticas públicas encaminadas a generar soluciones que favorezcan a los más vulnerables. Esperamos que los candidatos presenten opciones prácticas y viables a las necesidades del pueblo. Que nos digan con honestidad: cómo, cuándo y con qué recursos empezarán a enfrentar los múltiples problemas que nos agobian.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

"Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.