Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 190 – 25 junio 2023
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La razón de ser del Estado ecuatoriano
El art. 3 de la Constitución del Estado
ecuatoriano establece sus deberes esenciales: “Garantizar sin discriminación…
en particular la educación, la salud, la alimentación, la seguridad social y el
agua para sus habitantes” (# 1), también debe “Planificar el desarrollo
nacional, erradicar la pobreza, promover el desarrollo sustentable y la
redistribución equitativa de los recursos y la riqueza, para acceder al buen
vivir (# 5).
Estos deberes deben ser los
fundamentos de toda propuesta y plan de gobierno que se proponga y ejecute en
nuestro país, independientemente de la ideología del gobierno de turno. Concretarlo es responsabilidad del Estado,
que a través de los distintos poderes –ejecutivo, legislativo, judicial,
electoral y participación ciudadana– debe movilizar las instituciones
pertinentes e impulsar las políticas que garanticen el ‘buen vivir’ de todo el
pueblo ecuatoriano con el presupuesto suficiente para financiarlo. La realidad demuestra que estas tareas
fundamentales han quedado solo en el papel, como buenos deseos, sin hacerse
realidad.
Históricamente el Estado ha sido
incapaz de garantizar educación, salud, seguridad y alimentación de las grandes
mayorías. Al contrario, con las
políticas implementadas ha generado la desinstitucionalización progresiva, la
politiquería, la incapacidad, la corrupción e impunidad han hecho que la falta
de educación, la ausencia de un sistema de salud eficiente y oportuno, el
desempleo y subempleo sean las compañeras inseparables de la cotidianidad
ciudadana. Esto se agrava por los
desastres naturales. Inclusive hay
sectores rurales totalmente abandonados y carentes de todo tipo de servicio o
atención. Simplemente el Estado nunca
llegó.
El Estado debe trabajar
incansablemente por los derechos y garantías del pueblo, lamentablemente en esa
tarea ha fallado, en el mejor de los casos se ha convertido en un Estado
caritativo, que da lo mínimo a los más vulnerables, de ahí la vigencia de los
diferentes bonos, de los subsidios, etc.
Las autoridades olvidan que el “Ecuador es un Estado constitucional de
derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario,
intercultural, plurinacional y laico…” (art. 1, Constitución).
Queda por delante mucho trabajo para
que el Estado cumpla su tarea fundamental, incluyendo un compromiso político y
legislativo serio, eficaz, efectivo y contundente, que supere las limitaciones
y los fracasos de su propia inactividad e incompetencia para servir al bien
común. Aquí también tiene validez la
solidaridad y subsidiaridad de miles de ciudadanos que creen en valores éticos
y morales y que desde su cotidianidad trabajan por los más pobres y vulnerables
haciendo las veces del Estado.
En un Estado democrático la iniciativa
privada es corresponsable del alcance del bien común y del desarrollo del país. Es por eso que la ‘solidaridad’ obliga al compromiso
y compartir los bienes, generar empleo, promover empresas y emprendimientos que
mejoren las condiciones de vida de la población y renueven el acceso a la
salud, la educación de los hijos, las viviendas dignas y el bienestar de los
menos favorecidos.
La ciudadanía y las organizaciones sociales debemos estimular y presionar a las instituciones públicas a que cumplan el mandato constitucional. Hay que movilizarse y no esperar que todo lo solucionen desde arriba. Convoquemos una minga nacional con responsabilidad, asumiendo tareas específicas que incidan para que el Estado cumpla su deber. Caso contrario continuará débil, ineficiente e incapaz… una carga costosa e inútil que no justifica su razón de ser. · #ComuniquemosEsperanza
"Con
los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los
miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a
través de estas cartas.