Con los ojos fijos en Él
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 134– 29 de mayo 2022
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Héroes anónimos construyendo el país
“Ayudar a los pobres con
dinero debe ser siempre una solución provisoria para resolver urgencias. El
gran objetivo debería ser siempre permitirles una vida digna a través del
trabajo" (Papa Francisco, Carta Encíclica, Laudato Si’ 128).
Hemos celebrado el Bicentenario de la Batalla de
Pichincha. Acontecimiento que ha pasado casi desapercibido para la población en
general. A unos les ha dicho mucho y a
la gran mayoría casi nada o nada. Más
bien para el imaginario popular el Bicentenario tuvo muchos otros significados:
feriado, vacación, playa, "reactivación económica"… Se están
diluyendo los símbolos patrios, símbolos que deben llegar a lo más profundo del
ser de cada ecuatoriano y ecuatoriana y que nos tienen que ayudar a construir
el país desde valores y esfuerzos comunes.
En las batallas por la Independencia se visibilizaron
solo a los líderes y se ignoraron y anularon a los miles de combatientes que se
sumaron a la lucha y ofrendaron su vida en el campo de batalla y que casi nadie
sabe quiénes fueron. Se ha olvidado a
las mujeres, a los afrodescendientes e indígenas que contribuyeron al logro de
nuestra libertad. Hoy, después de 200
años, seguimos sumergidos en la misma lógica del anonimato.
Hemos avanzado, nada tiene que ver nuestra realidad
con aquella. La infraestructura con la que cuenta el país es muchísimo mejor
que la de esa época, las condiciones sanitarias son diferentes, las vías de
comunicación, el acceso a educación… A pesar de ser un país en vías de
desarrollo hay manifestaciones de progreso, reprimido por la incapacidad de la
clase gobernante que ha vilipendiado los fondos del erario nacional.
El talante del ecuatoriano de a pie, pobre o de la
clase media, ha sido el puntal que ha sostenido incólume al país, allí han puesto
su trabajo diario, su esfuerzo permanente, su capacidad creadora, su entrega
constante para, pese a las adversidades, crear condiciones para vencer la
dictadura de la pobreza y romper con el yugo de la miseria.
Héroes anónimos desconocidos por las élites y tomados
en cuenta solo para pedirles el voto y luego ignorarlos. Héroes que de mil
maneras han enfrentado sus propias limitaciones para vencer la crueldad del
olvido estatal. Héroes que "solos, tristes y abandonados" escriben su
historia para lograr sus sueños y alcanzar sus objetivos.
En estos 200 años, las élites políticas y económicas
han sido incapaces de reconocer el derecho de los más pobres a ser ellos
mismos, a ser considerados como protagonistas y constructores de la
nacionalidad ecuatoriana. Elites que han cosificado y hasta han manipulado
burda y descaradamente las aspiraciones populares, simplemente les han usado
para sus protervos intereses y han aprovechado de su ingenuidad para alcanzar
sus objetivos que nada tienen que ver con los logros a los que aspira la gran
mayoría.
A través de la historia no se ha logrado viabilizar un
"pacto cultural", entendido como una decisión y un acuerdo de respeto
y diálogo entre los diferentes, que siente las bases para un pacto político y
social, que nos permita encontrarnos como ecuatorianos, aprendiendo a reconocer
al otro como otro, con su propia cultura, su propio modo de ver la vida, de
salir adelante, de opinar, de sentir y de soñar.
La historia debemos escribirla desde el presente
mirando al pasado y proyectándonos hacia el futuro, con el fin de descubrir los
errores históricos que han sumido a la gran mayoría de la población en la
pobreza y vulnerabilidad y desde esa perspectiva, en minga, sin excluir a ninguna
persona o grupo humano, construir para el futuro un plan de desarrollo
integral, incluyente, con rostros y nombres, sin anonimatos, en los que todos
seamos protagonistas, sin avivatos que se aprovechen de los intereses
colectivos, sino con la participación y decisión de toda la población.
Nadie debe ni puede quedarse
fuera. La tarea es derribar muros y
construir puentes que nos permitan unir orillas, trabajar juntos,
incansablemente, para construir un desarrollo solidario e integral, con
justicia y paz. · #ComuniquemosEsperanza