Imágenes


sábado, 30 de septiembre de 2023

carta No.204: El cambio es posible con equidad y justicia

 

 Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 204 – 1 octubre 2023
---------------------------------------------

El cambio es posible con equidad y justicia

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Mateo 5,6

“La cada vez mayor desigualdad en América Latina es una herida dolorosa" Papa Francisco, mayo 2023.

Ecuador es un país injusto, inequitativo, desigual, en el que conviven pocos que tienen mucho y muchos que tienen poco.  Uno de cada tres no puede satisfacer las necesidades humanas más básicas: alimentación, salud y vivienda. Cuatro de cada diez trabajadores tienen un empleo que no les permite salir de la pobreza.  Los indígenas son el grupo social más excluido del país, y entre ellos la pobreza duplica la media nacional.  Muchas mujeres son víctimas de los distintos tipos violencia: sexual, física, psicológica y patrimonial.  Los jóvenes, aunque logren llegar a ser profesionales, tienen muchas menos oportunidades de lograr trabajo y ni hablar de los que no han podido ni siquiera alcanzar el bachillerato.  Aún no superamos el racismo y la xenofobia contra los hermanos indígenas, afrodescendientes y montuvios, así como tampoco contra las personas migrantes.

Muchos de estos lacerantes problemas están en el origen de la situación de violencia y descomposición social que actualmente lamentamos en nuestro país.

Las inequidades son estas grandes desigualdades sociales, moralmente inaceptables y que deben ser eliminadas con políticas apropiadas. La economía ecuatoriana produce más de lo suficiente para eliminar la pobreza y satisfacer las necesidades de todos. El 1% más rico de la población tiene tantos ingresos como todos los pobres del país juntos, que representan un tercio de todos.  Ésta es la dimensión social de la inequidad.

Las injusticias se reflejan también entre regiones. En el campo, más de la mitad son pobres, mientras en las ciudades esta situación afecta a la cuarta parte de la población.  Las zonas más deprimidas se encuentran en la Amazonía rural, en los páramos y también en zonas de la Costa donde se encuentran las mayores haciendas agroexportadoras.

La dimensión étnica de la inequidad es profunda y ha perdurado desde la conquista hispánica, afectando no solamente a los indígenas sino también a los afrodescendientes y montuvios. Las mujeres son discriminadas de varias formas, y sus salarios, bajo las mismas condiciones de calificación, son inferiores a los de los varones en un 10%.

Una dimensión de la inequidad a veces olvidada es la intergeneracional.  Si continuamos depredando la naturaleza como lo hacemos ahora, las generaciones futuras no podrán disponer de agua, tierra fértil y alimentos como los tenemos hoy…

Ante la contienda electoral del 15 de octubre, los candidatos no deben convencernos y lograr nuestros votos con un baratillo de ofertas y promesas falsas que, de acuerdo a la situación económica real del país, no van a cumplir.  A estas alturas ya no podemos poner nuestra esperanza en discursos y palabras falaces. La persona que sea electa apenas tendrá año y medio para actuar.  No podrá cambiar radicalmente la actual situación, pero podrá reducir las inequidades para sentar las bases de un Ecuador más equitativo y justo.

En el debate entre los candidatos Daniel Noboa y Luisa González, debemos ver si nos hablan con claridad ¿cómo van a reducir las grandes inequidades sociales?, ¿cómo van a generar empleo productivo con especial atención a los pequeños establecimientos y a la economía popular y solidaria?, ¿cómo van a fomentar la agroecología para favorecer a los campesinos, conservar la tierra y producir alimentos saludables?, ¿cómo van a democratizar el crédito, la capacitación y asistencia técnica?, ¿cómo van a cambiar el sistema educativo para que los estudiantes adquieran destrezas laborales que les permitan trabajar con dignidad en el futuro?, y ¿cómo van a preservar las fuentes de agua y de vida para las futuras generaciones?.  Veamos si exponen en el debate: políticas concretas orientadas a reducir la inequidad integral.

Siempre hay oportunidades para cambiar las inequidades. Esperamos que no se repitan las respuestas generales y demagógicas.  Deseamos que el debate nos ilustre a todos para votar con conocimiento y conciencia.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

sábado, 23 de septiembre de 2023

carta No.203: El presidente que necesita Ecuador

 Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 203 – 24 septiembre 2023
---------------------------------------------

El presidente que necesita Ecuador

“Oramos hoy por los gobernantes que tienen la responsabilidad de cuidar a sus pueblos en estos momentos de crisis: jefes de estado, presidentes de gobierno, legisladores, alcaldes, presidentes de regiones...  para que el Señor los ayude y les dé fuerzas, porque su trabajo no es fácil.  Y cuando haya diferencias entre ellos, entiendan que, en tiempos de crisis, deben estar muy unidos por el bien de los pueblos, porque la unidad es superior al conflicto”.  Papa Francisco, mayo 2020.

El próxima 15 de octubre elegiremos al presidente del Ecuador.  En varias cartas hemos ponderado la importancia y responsabilidad de dar el voto a tal o cual candidato. Es darle el poder y capacidad de tomar decisiones y actuar buscando el bien de todos.

Es una elección de mucha importancia. Quien resulte elegido durará en sus funciones hasta el 24 de mayo de 2025, este gobierno deberá enfrentar grandes desafíos, pues el país sufre graves problemas que exigen urgentes acciones.  Aquí algunos:

1.  Una situación de violencia social como nunca ha vivido nuestro país.  Perdimos la calma, hay miedo y la inseguridad nos amenaza a todos, a algunos con mayor fuerza y agresividad.  Problema complejo y de difícil solución, pero de inmediato y urgente enfrentamiento.

2.  Un creciente desempleo y aumento de la pobreza. Cada vez hay más pobres. Las manifestaciones y consecuencias son múltiples: desnutrición, deserción escolar, violencia doméstica y callejera, suicidios, emigración temeraria, etc.

3.  La realidad de niños y jóvenes, principalmente en sectores populares y periféricos, que engrosan las filas de las mafias y el narcotráfico, abandonan la educación y se convierten en víctimas del abuso sexual, la prostitución y el tráfico de órganos.

4.  La llegada inminente del fenómeno de El Niño, con grave amenaza de devastación de grandes poblaciones y extensiones territoriales.

5.  Una crisis política y económica con múltiples quejas, acusaciones, síntomas y escándalos que derivan de una descomposición institucional a todo nivel.  Se escucha de graves crímenes, la existencia de narcopolíticos, narco generales; policías, militares y jueces cooptados con prebendas o miedo, por carteles internacionales.  Hay acusaciones de un sistema electoral corrompido y tramposo que no respeta la voluntad de los electores.  La instauración, en la administración pública y privada, de la coima, la comisión, el sobreprecio −aberraciones criminales, penadas en cualquier país− como si fueran modus operandi normal y necesario para que las instituciones funcionen; y para colmo, individuos investidos de jueces que pretenden mediante providencias amañadas, consagrar la impunidad.

Podríamos continuar relatando la tragedia nacional, sin embargo, queremos más bien poner énfasis en los requerimientos y exigencias para el próximo gobierno nacional. Dada la magnitud de los desafíos la primera tarea del nuevo gobierno es, no de palabras sino de actitudes y hechos: convocar a toda la ciudadanía a un debate nacional abierto, sincero y desprendido, que lleve a un acuerdo o pacto de convivencia y civilidad.  El triunfador no puede hacer del Estado un botín de uso y abuso de ‘agnados y cognados’ cercanos al gobierno.  Como tampoco los perdedores pueden convertirse en opositores ciegos, detractores y conspiradores a tiempo completo como en los últimos tiempos.

El diálogo nacional que reclamamos y exige el país, supone una actitud franca, diáfana, transparente de todos los actores, empezando por los gobernantes, en el que las ideologías no se constituyan en reclamos de dominio por encima de las necesidades del pueblo.  Aunque las luchas intestinas se presentan como reivindicadoras de intereses populares, con frecuencia son artimañas de los grupos detentadores del poder o de sus aspirantes frustrados.  La Democracia se nutre, ante todo, del diálogo y la búsqueda de acuerdos, en donde cada uno tiene su palabra, a condición de que sepan escuchar a los otros, particularmente a los que piensan distinto.

Entonces necesitamosQue todos aunemos esfuerzos en favor de la Patria. Que el diálogo, arraigado en la verdad y la justicia, sea el camino a las soluciones. Que construyamos procesos de encuentro y compromiso por el bien común, desterrando la corrupción, recuperando la ética y los valores.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

sábado, 16 de septiembre de 2023

carta No.202: Ecuador exige una verdadera Justicia

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 202 –17 septiembre 2023
---------------------------------------------

Ecuador exige una verdadera Justicia

“Para que la función penal no se convierta en un mecanismo cínico e impersonal, necesitamos personas nutridas en formación técnica, pero sobre todo apasionadas por la justicia, conscientes del gran deber que cumplen.  Solo así ninguna norma será un fin en sí misma, sino que todas estarán al servicio de las personas implicadas, ya sean los autores de los delitos o las víctimas que han sido ofendidas.”  Papa Francisco, carta a profesores de Derecho Penal, nov 2022.

¿El Ecuador está desmantelado institucionalmente?  Por las múltiples manifestaciones de decadencia ética y moral, enfrentamientos y desprestigio, deshonestidad y corrupción, entre otras, parece que la institucionalidad del Estado está en caída libre y vertiginosamente rueda hacia el despeñadero de la desidia e indolencia.

El pueblo está hundido en una desilusión desbordante, en que nada cree… de todo duda.  Cada día quienes administran el Estado se empeñan en enviar señales claras, fuertes y concretas de esa descomposición integral.  El sistema judicial está seriamente averiado, descompuesto, politizado, al servicio de intereses particulares que destrozan su equidad. La problemática ética y moral que se derivan de la conflictividad y de la injusticia impiden abruptamente que lleguen soluciones que presenten a los servidores judiciales como operadores neutrales e implacables de la justicia.

Los pronunciamientos de los jueces, difundidos por los medios, en ocasiones demuestran inconsistencias y falencias que ponen en evidencia el deterioro y el descalabro en la que está inmersa la Función Judicial. Muchas veces las decisiones de la Fiscalía o jueces contradicen lo que dictan las leyes o se buscan subterfugios para negarlas.

Realidad que nos está conduciendo a un ‘Estado de barbarie’, donde puede imperar el ‘hacer justicia por cuenta propia’.  Fatalidad letal para la vigencia del Estado de derecho.

En este itinerario es fundamental recuperar los valores humanos y la ética en todos y cada uno de los operadores de justicia, para ello su formación y capacitación en esta línea es determinante, ya que, quieran o no, están sometidos a presiones que muchas veces no solo son ofertas económicas sino también amenazas y chantajes.  El “estar a favor o estar en contra” es un condicionamiento que doblega, en muchos casos, la verticalidad de los jueces, obviamente prefieren proteger sus vidas y la de sus familias.

¿Todavía hay una salida para detener esta degradación institucional del sistema judicial?  Es un camino difícil, pero que se debe emprender para recuperar la confianza ciudadana.  Eso implica desmontar redes de corrupción, desterrar la impunidad, las influencias de politiqueros o grupos de poder, parar los tentáculos del narcotráfico y del crimen organizado.  Una tarea inmensa y nada fácil para iniciarla, sostenerla y culminarla.

“Los expertos en Derecho penal y quienes, en sus diversas tareas, están llamados a desempeñar funciones relacionadas con su aplicación, tienen a su cargo una altísima responsabilidad. Tanto la academia como la judicatura deben tener presente el respeto de la ley, cuyas disposiciones de orden superior constitucional e internacional deben observarse, junto a un deber de conciencia adecuado a la gravedad de las consecuencias.  Más, es menester recordar que la ley por sí sola nunca puede alcanzar los objetivos reales de la función penal.  Muchas veces la doctrina jurídica presenta cierto gnosticismo por no llegar a conducir el poder de la técnica. Tiempo atrás he llamado la atención acerca de los riesgos del idealismo penal y del modo en que «lejos de ser una virtud técnica, contribuye a ocultar los rasgos más autoritarios del ejercicio del poder»" señaló el Papa Francisco en carta a los profesores de Derecho Penal.

Romper el modus operandi del sistema judicial imperante exige recuperar, fortalecer y sostener su institucionalidad, lo que demanda un pacto social amplio, concreto, eficaz, eficiente, viable y ejecutable, donde tanto la ciudadanía como las autoridades de todas las funciones del Estado asumamos que la Función Judicial debe someterse solo al mandato único y exclusivo de las leyes y su espíritu. Si para eso, se requieren nuevas leyes o reformar las existentes, hay que hacerlo sin cálculos ni privilegios para nadie.  Se necesita una justicia equitativa y pronta para todos.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

sábado, 9 de septiembre de 2023

carta No.201: La esperanza en los tiempos difíciles

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 201 –10 septiembre 2023
---------------------------------------------

La esperanza en los tiempos difíciles

La esperanza es la más pequeña de las tres virtudes teologales, pero es la más fuerte.
No es una ilusión, es una virtud que nunca decepciona: si esperas, nunca serás decepcionado, es una virtud concreta, de cada día, porque es un encuentro con Cristo.
La esperanza no es un optimismo pasivo sino, por el contrario, es combativa, con la tenacidad de quienes van hacia un destino seguro.

Papa Francisco, discursos entre 2015 - 2019

 


En Ecuador vivimos con miedo, desconfianza y angustia sobre nuestro futuro personal, familiar y como país.  La desesperanza se ha incrustado en lo más profundo de nuestra alma.

El 15 de octubre elegiremos un nuevo presidente o presidenta, pero pocos expresan convicción, confianza y entusiasmo; un trámite que cumpliremos con desgano y a la fuerza.

Muchas personas no ven una salida; la inseguridad y la violencia con todas sus variantes pesan como una losa insoportable en nuestras conciencias. Con las formas más crueles, se viola el derecho más fundamental: la vida… con dolorosas consecuencias en los ámbitos político, económico y social.  Si a esto añadimos la falta de empleo, la ausencia de una adecuada salud y educación públicas, no es extraño que se piense que somos un Estado fallido, a merced de las diferentes mafias politiqueras y narcotraficantes.  Es por ello que muchas personas, corriendo peligros, se arriesgan a migrar en condiciones inhumanas.

Se puede achacar a los últimos gobiernos nuestra situación actual, al haber destruido la poca institucionalidad, la mediocridad, la corrupción generalizada, la inoperancia y la indiferencia ante el dolor del pueblo.  No se puede confiar en la justicia y hay serias dudas sobre la probidad de sectores importantes de las fuerzas de seguridad. Los partidos y movimientos políticos son incapaces de consensos mínimos, mientras triunfan los oportunistas y arribistas, falsos mesías de promesas imposibles.

Si lo antes señalado es grave, hay algo peor: se han quebrado las redes de solidaridad y son suplantadas por individualismos y egoísmos donde impera el “sálvese quien pueda”.  Ideologías falaces como “usted puede ser un emprendedor”, “si quiere, puede lograrlo”, y otras supuestas recetas de autoayuda, más la falsa meritocracia, contribuyen a mantener el estatus quo.  Se quiere negar el dolor, la enfermedad y el sufrimiento, pero cuando no se logra o no se cumplen esas expectativas… esa negación sólo genera frustración y resentimiento.  Esto es especialmente serio en el caso de los adolescentes y jóvenes, que son captados en grupos delincuenciales ante la impotencia de sus familias.  Cuando no, el incremento de suicidios se ha convertido en un problema de salud pública a todo nivel.

¿Es posible renovar nuestra esperanza en medio de esta angustiosa situación?  En la Comisión Justicia y Paz pensamos que no sólo es posible, sino que es absolutamente necesario, si queremos restaurar y recuperar la patria.  El papa Francisco nos recuerda que, en los tiempos difíciles, Jesús Resucitado es la esperanza.  Nuestra esperanza no es en algo abstracto, sino en alguien concreto: Cristo, el Señor.

El crecimiento personal debe iniciar y continuar a lo largo de la vida, pero sin individualismos ni filosofías egocéntricas que crean personas aisladas y separadas de los demás.  Somos seres sociales que necesitamos a los otros para vivir en armonía con nosotros mismos, donde la esperanza recupera y da sentido a la vida y la existencia, para lo que es preciso restablecer los principios y valores de respeto a vida y la naturaleza, pues siendo todos hijos de Dios, nos hacen a la vez plenamente humanos y hermanos, unos de otros.

Recuperemos los lazos familiares, sociales… debemos asumir nuestras identidades culturales, reconociéndonos diversos pero iguales en dignidad y derechos.  Es importante crear nuevas redes comunitarias o mantener las existentes, donde compartamos, nos cuidemos, donde crezca la amistad y el trabajo conjunto para el bien común.

La esperanza, en tiempos difíciles, es también lograr paciencia y constancia, una tarea conjunta, un combate permanente de decisiones y acciones concretas en favor del buen trato, la justicia, la fraternidad y la paz.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

sábado, 2 de septiembre de 2023

carta No.200: Mas Ética para un Ecuador de confianza

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 200 – 27 agosto 2023
---------------------------------------------

Mas Ética para un Ecuador de confianza

“… el hombre a cada paso que da debe discernir qué decisión tomar.  El discernimiento es esa reflexión de la mente, del corazón que debemos hacer antes de tomar una decisión”.  “El discernimiento es agotador pero indispensable para vivir.  Requiere que me conozca a mí mismo, que sepa lo que es bueno para mí aquí y ahora.”  (Papa Francisco, agosto 2022)

 


La Comisión Justicia y Paz de Ecuador llega la carta No. 200 “Con los ojos fijos en El en la realidad y la fe.  Gracias a ustedes por acogerla semanalmente, leerla y compartirla.

El objetivo de esta publicación es abrir un espacio de diálogo fecundo, inclusivo y de reflexión comunitaria, desde la realidad y la fe en Jesucristo, que provoque análisis, nuevas reflexiones y discusiones a todos los niveles.  Recogen y plantean temas basados en la realidad social, política, económica, cultural, ambiental del país, de América y del mundo; busca analizarlos desde una visión humanista a la luz del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, para que nos lleve a asumir compromisos personales y comunitarios.

En agosto de 2017 iniciamos con la redacción de la carta, en aquel entonces mensual, hasta el 20 de marzo de 2020 (cuatro días después del inicio de la pandemia de la covid 19) en el que se publicó la No. 21. Y desde la carta No. 22, en medio del encierro, intensificamos el discernimiento comunitario y la convertimos en una entrega semanal.

En este tiempo hemos analizado temas como: corrupción, impunidad, politiquería, pobreza, desempleo, educación, salud comunitaria, economía, organización social y gobernabilidad, democracia y partidos políticos... entre otros.

Hace seis años, en la carta No. 1, bajo el título “La corrupción destruye la ética”, denunciamos un agravamiento de las condiciones de vida de los ecuatorianos.  La corrupción, lacra de vieja data en nuestra sociedad, al menos en sus montos, arrasaban caudales inmensos de dinero e iban invadiendo espacios públicos y privados nunca imaginados.  Al mismo tiempo veíamos que llegaba a una inmensa deuda nacional, con alarmantes montos globales, que significaban, aproximadamente, una deuda de tres mil doscientos dólares (US$ 3200) que correspondían pagar a cada ecuatoriano.  Al mismo tiempo se constataban las necesidades vitales insatisfechas en amplios sectores poblacionales, una grave situación económica-laboral y de desempleo, así como problemas por una escasa inversión.  Esa realidad del país que hoy por hoy, en vez de mejorar se ha deteriorado hasta llegar a niveles imprevisibles.

Subrayamos, en aquel momento, las palabras el Papa Francisco al dice que “la hipocresía es lenguaje de los corruptos” y “la corrupción es la peor plaga social, porque genera gravísimos problemas y crímenes que implican a todos”.  A nivel general, ninguna institución cuenta con la confianza ciudadana, de todo se duda y está bajo sospecha.  También hemos perdido la aparente paz en la que vivíamos, pues ahora pulula la violencia y la inseguridad, impera el crimen organizado, el narcotráfico, la narcopolítica, la impunidad... cada vez experimentamos con más fuerza el miedo y la desesperación.

Creemos que para enfrentar la corrupción que nos carcome y consume, hay que recuperar la ética, y esta tarea debe comenzar en cada familia, en la escuela, el trabajo, en las actividades comerciales y en el ejercicio de las profesiones a nivel personal y corporativo.

Para ello es menester: - Cultivar una ética personal desde la dignidad de la persona humana que sostenga y oriente un desempeño apegado a los principios éticos. - Recuperar y vivir cotidianamente los valores fundamentales del amor, la confianza, la reciprocidad, la convivencia, el perdón y el reencuentro.  - Edificar un tejido social sólido, cimentado en valores humanos, tales como: transparencia, confianza, solidaridad, inclusión e integridad, para generar un proceso de construcción de una sociedad humana, justa, equitativa, solidaria e integral vinculada a la opción preferencial por los pobres.

A través de nuestra carta semanal “Con los ojos fijos en Él en la realidad y la feseguiremos en esta tarea de discernimiento comunitario, para juntos construir un Ecuador de confianza y esperanza para nosotros y para nuestros hijos.

Necesitamos más ética en todas las actividades personales y sociales para recuperar nuestro país y enrumbarlo por caminos de paz y justicia.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.