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sábado, 15 de febrero de 2025

carta No. 276: El Pueblo habla…

 

 

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 276– 16 de febrero 2025
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El Pueblo habla…


“La democracia, en cambio, exige la participación, la exigencia de poner el propio esfuerzo, de arriesgarse a la confrontación, de aportar los propios ideales, las propias razones. Arriesgar. Pero el riesgo es la tierra fértil en la que germina la libertad. Mientras que balconear, quedarse en la ventana ante lo que ocurre a nuestro alrededor, no sólo no es éticamente aceptable, sino que, egoístamente, tampoco es sabio ni conveniente.”. Papa Francisco.

 

"Vox Populi, Vox Dei", que significa "La voz del pueblo es la voz de Dios", ha sido clave en la historia política, especialmente en la lucha contra el absolutismo. Esta idea reafirma la democracia como el sistema menos imperfecto, constituyendo una mejor opción frente a cualquier forma de autoritarismo o dictadura.

Más allá de su dimensión política, "Vox Populi, Vox Dei" nos invita a reconocer la manifestación de Dios en la realidad. Si Dios se expresa en la historia y la vida cotidiana, debemos estar atentos a los signos de los tiempos para discernir su voluntad en nuestras decisiones individuales y colectivas.

"Vox Populi, Vox Dei" resalta la importancia de la voz del pueblo tanto en la gobernanza como en la interpretación de la voluntad divina. Afirma los principios democráticos y promueve la construcción del Reino de Dios en la historia humana.

Este principio adquiere mayor relevancia para quienes aspiran a la representación popular. Si buscan ejercer un poder que pertenece a todos, deben comprender las realidades del pueblo: sus problemas, sufrimientos, desafíos y aspiraciones, especialmente las de los más pobres y vulnerables. A partir de esta escucha, deben formular proyectos que respondan genuinamente a ese clamor, ofreciendo soluciones objetivas, viables y eficaces.

Concluyó la primera vuelta electoral de 2025 y la campaña volvió a incumplir principios esenciales de la democracia: escuchar a la ciudadanía y proponer respuestas viables. Con 16 candidatos en disputa, pero polarizada en dos opciones, la contienda estuvo marcada por promesas sin sustento, impidiendo un debate profundo.

Se repitió la democracia convertida en espectáculo, dominada por el marketing político. Otra vez, las encuestadoras fallaron al anticipar un triunfo claro. El resultado fue un empate entre Daniel Noboa y Luisa González, evidenciando no solo el peso del anticorreísmo, sino también el surgimiento del antinoboísmo. Este equilibrio de fuerzas se refleja en la Asamblea Nacional, generando un escenario de posible ingobernabilidad. Destaca el tercer lugar de Pachakutik, que podría definir el rumbo de la segunda vuelta.

Por nuestro presente y futuro, el estrecho margen entre los finalistas debe trascender la confrontación y las acusaciones. Es necesario superar estereotipos, abandonar estigmas y evitar descalificaciones que degradan el debate democrático. La ciudadanía exige propuestas claras, viables y con financiamiento definido. Los candidatos deben comprometerse a convertirlas en políticas de Estado.

Desde la sociedad, debemos advertir sobre los peligros que acechan al Ecuador y plantear preguntas clave: ¿Cómo enfrentarán la violencia tras el fracaso de la estrategia de guerra interna? ¿Cumplirán los mandatos de las consultas populares? ¿Cómo mejorarán la salud pública? ¿Cómo reactivarán la economía para generar empleo y reducir la pobreza? ¿Defenderán la soberanía y protegerán la seguridad social? ¿Respetarán la vida y los derechos humanos? Exijamos respuestas concretas: qué harán, cómo lo harán y con qué recursos. En las elecciones, el pueblo habla fuerte y claro a través de su voto. #ComuniquemosEsperanza

 

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

 

domingo, 9 de febrero de 2025

carta No. 275: “Estuve enfermo y me atendieron”

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 275– 9 de febrero 2025
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“Estuve enfermo y me atendieron”

“Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; fui forastero y me alojaron; anduve sin ropa y me vistieron; estuve enfermo y me visitaron; estuve en la cárcel y me fueron a ver”. Mateo 25.


En hospitales, clínicas y asilos, muchas personas gravemente enfermas requieren atención médica, asistencia psicológica y acompañamiento. Algunas cuentan con apoyo y recursos, pero muchas son olvidadas, invisibilizadas o ignoradas.

En Ecuador, aproximadamente 79.000 personas —entre ellas 5.000 niños— padecen sufrimientos extremos debido a enfermedades severas o se encuentran en la etapa final de sus vidas. Estas personas requieren cuidados paliativos, un enfoque terapéutico que busca mejorar su calidad de vida y aliviar su dolor y sufrimiento. Para muchos, esta realidad pasa desapercibida hasta que un familiar o amigo necesita cuidados paliativos. En ese momento, descubrimos con dolor esta situación y, a menudo, no sabemos cómo actuar.

El 2 de febrero, en la festividad de la Candelaria, la familia camiliana conmemoró los 450 años de la conversión de San Camilo de Lelis. En el siglo XVI, este santo renunció a todo con una frase conmovedora y definitiva: “No más mundo”, dedicándose por completo al servicio y cuidado de los enfermos, especialmente de aquellos rechazados por la sociedad y afectados por enfermedades incurables. Su entrega marcó su vida como servidor en hospitales, primero como enfermero y luego como sacerdote. El 8 de diciembre de 1591 fundó la Comunidad de los Siervos de los Enfermos, hoy conocidos como los Padres Camilos. A lo largo de los siglos, miles de camilianos han mantenido vivo este carisma, sirviendo con amor respetuoso y solícito, entregando todo su corazón, inteligencia y fuerzas en el cuidado de los enfermos que requieren cuidados paliativos.

En Quito, los Padres Camilos crearon y administran el Hospice San Camilo, un centro que ofrece un servicio invaluable a pacientes y familias que necesitan atención especializada. Conocerlo es una experiencia transformadora.

Miles de personas enfermas necesitan cuidados especiales. Por ello, desde hace varias décadas se ha impulsado en el poder legislativo la creación de una Ley de Cuidados Paliativos. Finalmente, tras años de trabajo y persistencia, el Pleno de la Asamblea Nacional aprobó el 17 de octubre de 2024 el Proyecto de Ley de Cuidados Paliativos. Sin embargo, el 18 de noviembre de 2024, el presidente Daniel Noboa vetó parcialmente la ley.

Este proyecto busca establecer un marco normativo para garantizar una atención integral a quienes padecen enfermedades avanzadas, progresivas e incurables, caracterizadas por síntomas múltiples, intensos y cambiantes. Su objetivo es asegurar que las personas puedan vivir con dignidad en cualquier etapa de su enfermedad, además de proporcionar acompañamiento y apoyo a sus familias a través de un Sistema Nacional de Cuidados Paliativos.

Junto a los Padres Camilos, diversas instituciones y personas de buena voluntad, desde la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz esperamos que este proyecto supere pronto los obstáculos planteados y se convierta en ley de la República. Miles de personas necesitan estos cuidados. Siempre debe haber espacio para amar y para humanizar el dolor. #ComuniquemosEsperanza

 

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 2 de febrero de 2025

carta No. 274: Las instituciones: base de la democracia

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 274 – 2 de febrero 2024
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Las instituciones: base de la democracia

"La democracia requiere la participación y la implicación de todos y, por tanto, exige esfuerzo y paciencia; la democracia es compleja, mientras el autoritarismo es expeditivo y las promesas fáciles propuestas por los populismos se muestran atrayentes” Papa Francisco.

La democracia representativa liberal se sustenta en los contrapesos de poder. Sin embargo, en el país, las principales instituciones del Estado no operan bajo las normas ni dentro de mecanismos de control cruzado.

Las autoridades interpretan las leyes a su conveniencia, generando pugnas entre el presidente y la vicepresidenta, mientras los organismos de control guardan un silencio estremecedor. Así, se imponen políticas de hechos consumados: se autoriza la entrada de barcos y aviones militares en la Isla San Cristóbal, ignorando la prohibición constitucional de instalar bases extranjeras en territorio nacional.

El Consejo de Participación Ciudadana es un escenario permanente de disputas entre polos de poder. Se producen remociones y cambios según las nuevas mayorías, lo que impide la designación oportuna de vocales en el CNE, el Consejo de la Judicatura y la Corte Nacional de Justicia, cuyos integrantes siguen en funciones prorrogadas.

Algunas fuerzas de seguridad actúan sin respetar derechos ni procedimientos legales, mientras el silenciamiento cubre posibles abusos. Los casos Purga, Metástasis y León de Troya evidencian los vínculos entre la justicia y el crimen organizado.

La Constitución ha dejado de ser la “Carta Magna”, convertida en un texto evadido con subterfugios. Las consultas populares han defendido el agua y la vida frente a la minería y el extractivismo, pero su voluntad sigue siendo ignorada. La justicia ordena apagar los mecheros en la Amazonía, pero estos continúan contaminando y afectando la salud de sus habitantes.

No se trata solo de la violación o relativización de normas constitucionales y legales. Vivimos un proceso continuo de debilitamiento institucional que genera inseguridad jurídica y abre la puerta a la vulneración de derechos. Los estados de excepción no han logrado resolver la grave crisis de violencia e inseguridad que padecemos.

Se criminalizan las luchas sociales y se restringe el derecho a la protesta. Después de la aprobación de la consulta popular, se han promovido diversas leyes que refuerzan la “mano dura” para enfrentar el narcotráfico y el crimen organizado.

Este clima de inestabilidad y miedo cala en la sociedad, con el riesgo de que la ciudadanía canjee su libertad por seguridad. El terror ante la inseguridad se convierte en una estrategia de control que refuerza la exclusión, el racismo, la homofobia y la xenofobia, donde el diferente es visto como una amenaza. No podemos doblegarnos ante la destrucción y corrupción de nuestras instituciones, pues sin ellas, la democracia será una farsa que nos dejará en total indefensión.

La falsa institucionalidad fue denunciada por el Señor contra los maestros de la ley, a quienes llamó sepulcros blanqueados: “También ustedes parecen justos ante los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía e iniquidad” (Mateo 23,28). El mensaje evangélico nos llama a fortalecer la conciencia ciudadana: “Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; fui forastero y me dieron alojamiento; necesité ropa y me vistieron; estuve enfermo y me atendieron; estuve en la cárcel y me visitaron” (Mateo 25,35-36). #ComuniquemosEsperanza

 


Con los ojos fijos en El,
 en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.