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miércoles, 29 de junio de 2022
domingo, 26 de junio de 2022
Carta No. 138: ¡La violencia destruye!
Con los ojos fijos en Él
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 138– 26 de junio 2022
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¡La violencia destruye!
“La violencia no
resuelve problemas,
aumenta el
sufrimiento.”
Papa Francisco (22 junio 2022)
El país está sumergido en un caos sociopolítico de proporciones inimaginables. Con un paro indefinido, las organizaciones indígenas y populares se tomaron el país. El reclamo de organizaciones y movimientos hace referencia a que históricamente han sido ignorados, olvidados, descartados, no escuchados ni atendidos por los entes gubernamentales. Sobre esa base se convocó a la movilización nacional que ya cumple 14 días de protestas.
La
injusticia, la desigualdad, la iniquidad, el abuso de poder, la ausencia de
medicinas y servicios básicos, la falta de educación de calidad, la
desnutrición crónica infantil, el olvido de los campesinos, de los pueblos
indígenas y de la población pobre y vulnerable de los sectores
urbano-marginales… han configurado una realidad compleja, difícil de atender y
solucionar y que ha venido perennizándose a través del tiempo. Lamentablemente esta justa protesta se
convirtió en un escenario extremadamente violento, donde la forma del reclamo, las
técnicas y armas utilizadas de parte y parte, la intervención de políticos
irresponsables y los malos liderazgos condujeron a un enfrentamiento cruel e
inútil entre ecuatorianos, con pérdida de vidas humanas y económicas
irrecuperables, situación injustificable desde todo punto de vista.
El paro
convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador – Conaie,
se desbordó y puso de manifiesto la fragilidad institucional, la falta de
objetivos nacionales y gestión por parte del gobierno, la incapacidad e
ineficacia de la Asamblea Nacional, la decadencia de la Función Judicial, la
nulidad de los partidos políticos, lo que impide la solución de los problemas
estructurales y coyunturales para que todos, pero especialmente los más
vulnerables, tengan acceso a una vida digna.
La Conaie
se convirtió en el catalizador del descontento popular, en portavoz de las
reivindicaciones de quienes sufren la pobreza, sin embargo, perversos beneficios
políticos y de poder, e intereses oscuros de grupos que operan al margen de la
ley, han llevado al enfrentamiento entre hermanos que sostienen posiciones
aparentemente irreconciliables, posiciones ideológicas y visiones diferentes de
país. ¡En esta feroz e inentendible
batalla perdemos todos, absolutamente todos! La violencia nos pasa
factura: pérdidas humanas y económicas, cierre y bloqueo de vías, agresiones de
manifestantes y fuerza pública, desabastecimiento y encarecimiento de
productos, cuya cuenta lamentable y vergonzosamente la deberemos pagar todos
con más trabajo, impuestos y lo que es peor retroceso en el desarrollo.
La
ciudadanía soporta estoicamente los efectos del paro, lidiando con las
manifestaciones desenfrenadas de ciertos grupos que utilizando el paro como
“caballo de Troya”, hacen de la violencia su modus operandi para atacar
y destruir edificios, instituciones públicas y privadas y personas a las que
dicen representar. Impera ‘el ojo por
ojo y el diente por diente’, se pone a prueba el peso de los
contrincantes. La agresión es el arma
más utilizada. En lugar de la razón, es
la pedrada, son los improperios, las confrontaciones, las imposiciones. Todos hemos perdido, todos nos hemos
agredido, todos somos responsables por acción u omisión.
La Comisión Justicia y Paz rechaza todo tipo de violencia y
junto con el Papa Francisco ratificamos la importancia, necesidad y ventajas de
edificar puentes: sólo el diálogo construye. Esperamos que gane el país, que no haya
vencedores ni vencidos, porque «la victoria deja un rastro de odio, porque los
vencidos sufren» (Dhammapada, XV, 5) y deja un sinsabor que impide ver
hacia adelante. Es hora ya de
reencontrarnos, de construir, de desterrar la violencia, de vencer la pobreza,
de combatir la corrupción, hora de la justicia, hora de la paz. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
sábado, 18 de junio de 2022
Carta No. 137: Más allá del Paro
Con los ojos fijos en Él
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 137– 19 de junio 2022
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Más
allá del Paro
“…Insto a los manifestantes
a que presenten sus demandas de forma pacífica, sin ceder a la tentación de la
agresión y la violencia, hago un llamamiento a todos aquellos que tienen
responsabilidades públicas y gubernamentales para que escuchen la voz de sus
conciudadanos y satisfagan sus justas aspiraciones garantizando el pleno
respeto de los derechos humanos y las libertades civiles”. (Papa Francisco, septiembre 2020).
Gran intranquilidad causa en la ciudadanía el Paro Nacional convocado por
la Conaie, en aras de un reclamo popular en torno a la crisis general que
afecta particularmente a los más pobres. Compartimos la preocupación que el conflicto entraña y el derecho a la
protesta social, pero ya lamentamos varios actos de violencia. Esperamos que no sean como los ocurridos en
octubre de 2019.
Las exigencias de la Conaie, expresadas en diez puntos, y motivo del paro con
carácter indefinido no dejan entrever la posibilidad de diálogo y consensos con
las autoridades y sectores involucrados. No se considera que gran parte de la inacción del gobierno está dada por
el conflicto político entre la Asamblea, que no cumple sus funciones y el
propio Ejecutivo que no aporta soluciones; a esto se añade la mala
administración de justicia, donde malos elementos vuelven a la justicia
injusticia porque no permiten procesos transparentes ni éticos. Tampoco se considera el entorno internacional
marcado por la pandemia covid 19 y la guerra Rusia-Ucrania, entre los más
importantes.
Los planteamientos de la Conaie no traen consigo propuestas que permitan
superar los escollos que impiden una acción económica dinámica y social
positiva. • El incremento del precio de los combustibles responde a la variación
del costo del crudo en el mercado internacional y si bien exportamos petróleo,
también es cierto que importamos sus derivados. • Detener el incremento de los
precios de productos de primera necesidad no es fácil, sobre todo, por la larga
cadena de intermediación. • La inseguridad, es un tema muy complejo, al parecer
tras de sí, está el narcotráfico que es un mal mundial. • La corrupción y la
delincuencia organizada no se solucionarán con tan solo el incremento de
policías ni con decretos de emergencia. • La falta de medicinas en los
hospitales es pública y notoria y debe ser atendida con urgencia.
Pueden y deben formularse alternativas que lleven a
acciones concretas y efectivas que permitan al país salir del presente
estancamiento y deterioro social. Para
ello entre lo más importante se debe considerar: • el fortalecimiento
institucional; • el fomento y apoyo a la producción nacional, con énfasis en la
producción agrícola para consumo interno, potencialmente activa y base del
consumo nacional. • Concretar el crédito accesible, con tasas de interés
razonables, para las micro, pequeñas y medianas empresas, emprendimientos,
organizaciones de la economía popular y solidaria, acompañados de entrenamiento
y capacitación que optimice el uso de los recursos, incremente la producción y
minimice el riesgo, utilizando la banca pública y también la privada, como
instrumentos idóneos y comprometidos con la sociedad para generar producción,
empleo y renta. • Dinamizar, aprovechando los ingresos extra del petróleo, la
obra pública que permita contratar masivamente a quienes han quedado en el
desempleo y cuyo estado socio-económico es paupérrimo. • Garantizar los
derechos básicos de los más pobres, a través de la entrega disciplinada de los
bonos en curso, teniendo en cuenta su condición de medidas transitorias y no de
permanentes y asistencialistas. • La consolidación de un proceso de transición
ecológica a través de la implementación de la economía circular, cambio de la
matriz energética, uso de materiales sustentables y responsabilidad
social-ambiental en el uso de los recursos naturales.
Todo esto en estricta comunión entre el gobierno
y la ciudadanía, como entes corresponsables de la vida económica y social de
los ecuatorianos, poniendo como política de Estado, el logro de una mayor y
mejor calidad de vida para todos y anteponiendo la solidaridad, la
transparencia, la ética en cada actividad desplegada, frente a intereses
mezquinos y corruptos que son los que carcomen la dignidad y la tranquilidad
del país. · #ComuniquemosEsperanza
on los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación
de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
Carta enviada al Presidente Guillermo Lasso
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domingo, 12 de junio de 2022
Carta No. 136: El escándalo de la Desnutrición Crónica Infantil
Con los ojos fijos en Él
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 136– 12 de junio 2022
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El
escándalo de la
Desnutrición Crónica Infantil
“Duele constatar además que la
lucha contra el hambre y la desnutrición se ve obstaculizada por la «prioridad
del mercado» y por la «preminencia de la ganancia», que han reducido los
alimentos a una mercancía cualquiera, sujeta a especulación, incluso
financiera. Y mientras se habla de
nuevos derechos, el hambriento está ahí, en la esquina de la calle, y pide
carta de ciudadanía, ser considerado en su condición, recibir una alimentación
de base sana. Nos pide dignidad, no limosna.”. (Papa Francisco en la FAO, noviembre 2014)
A más de
festejar el Dia del Niño, debemos reflexionar y actuar sobre la realidad
infantil tanto en el mundo como en nuestro país. Debemos superar la actitud contemplativa de
mirar y dejar pasar, de no incomodarnos ante la gravedad de, especialmente, la
desnutrición infantil.
Según
Unicef, la desnutrición infantil es la falta de una dieta suficiente, variada y
nutritiva, más el padecimiento de enfermedades infecciosas. Se evidencia por el bajo peso corporal y la menor
estatura, comparados con los valores normales.
Hay diferencia entre la desnutrición (carencia de alimentos) y la mal
nutrición (exceso de alimentos) que producen obesidad.
La
desnutrición es uno de los problemas más dolorosos que sufre la humanidad. Según la FAO, alrededor de mil millones
padecen hambre y entre ellas, cerca de 200 millones de niños y niñas menores de
cinco años. En Ecuador, a 2018, se
estimaba que el 28% de menores de dos años padecían de Desnutrición Crónica Infantil
(DCI).
Las
consecuencias de la DCI son graves. A
pesar de que su presencia se constata en los primeros años de vida, sus efectos
negativos afectan permanentemente: bajo desarrollo cognitivo, ingreso tardío al
sistema educativo, mayor deserción escolar, y cuando adulto, gran riesgo de desarrollar
enfermedades crónicas, menor productividad y, en consecuencia, dificultades
para la inclusión laboral y social.
Ante
esta situación hay que poner especial atención a los ‘1000 días críticos’, contados
desde embarazo hasta los dos años de vida, tiempo en
el que ocurre el desarrollo fundamental del niño; la falta de atención a la
salud de la madre y del niño en este periodo, afectará su desarrollo
intelectual para el resto de su vida, además de otras consecuencias como: mal
funcionamiento de su sistema neurológico y digestivo, presencia de anemias,
pérdida de masa muscular, débil sistema inmunitario…
¿Causas de
la DCI? Primer nivel – inmediato: alimentación insuficiente, atención
inadecuada, presencia de enfermedades; Segundo nivel: falta de acceso a
alimentos, ausencia de atención sanitaria, agua potable y saneamiento; y Tercer
nivel – estructural: pobreza, desigualdades sociales y limitada educación de
las madres. También existen otras causas
adicionales: carencia de políticas públicas para el desarrollo rural, viviendas
inadecuadas, infraestructura sanitaria deficiente, además de insuficientes
centros de desarrollo infantil y mala calidad en la atención.
Ante esta realidad, urge que las entidades responsables diseñen,
instrumenten y ejecuten políticas públicas que garanticen el cuidado y
desarrollo armónico del niño sano centrado en la lactancia materna, la atención
médica integral, planes de vacunación, alimentación adecuada, acceso al agua
potable y saneamiento, estimulación temprana y, principalmente, cuidado y
cariño.
Indudablemente,
habrá otras cuestiones que atender, como el fortalecimiento del sistema
educativo, especialmente en el sector rural; educación y capacitación para los
padres de familia, docentes, y responsables de su
atención, así como acceso a trabajo digno, a fin de que dispongan de los
recursos para el cuidado de sus hijos.
El Papa Francisco señaló que "es un escándalo que todavía
haya hambre y malnutrición en el mundo (…) el planeta está marcado por el
consumismo, el desperdicio y el despilfarro de alimentos” (2013), por esa
razón, debemos poner fin a la DCI. El
país no puede esperar ni un día más. El
Estado tiene que tomar acciones ya, y la sociedad civil debe asumir sus responsabilidades
y en minga, juntos trabajar para encontrar soluciones a esta pandemia
infantil. No olvidemos que los niños
son el presente del futuro de nuestro Ecuador. · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en
El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la
Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas
cartas.
domingo, 5 de junio de 2022
Carta No. 135: Los niños: el presente de nuestro futuro
Con los ojos fijos en
Él
en
la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 135– 5 de junio 2022
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Los niños: el presente de
nuestro futuro
"Una
sociedad que abandona a los niños y que margina a los ancianos corta sus raíces
y oscurece su futuro. Y vosotros hacéis
la valoración sobre qué hace esta cultura nuestra hoy, ¿no? Con esto. Cada vez que un niño es abandonado y un
anciano marginado, se realiza no sólo un acto de injusticia, sino que se
ratifica también el fracaso de esa sociedad. (Papa Francisco al
Consejo Pontificio para la Familia, octubre, 2013).
Con
los ojos saltones y alegres adornados por un pelo crespo, se acerca a la
ventana del auto, no debe tener más de 4 o 5 años, y por su pequeño tamaño tan
solo alcanza a mostrar la mano abierta en gesto de que le den algo… es la
mañana del 1ro. de junio en una esquina de cualquier avenida de la ciudad.
Esta
niña, al igual que su hermana -algo mayor que ella-, recorren las calles,
saltando entre los automóviles, mientras el semáforo está en rojo. Seguramente
no sabe su familia ni ellos, que los niños tienen “derecho a una protección
especial para que puedan crecer física, mental y socialmente sanos y libres”,
algo que en su caso no sucede. En Ecuador las proyecciones del Inec, determinan
que existen más de 4 millones de niños de entre 0 a 12 años de edad, como parte
de los cerca de 18 millones de habitantes.
En
estos últimos años, en el contexto del covid-19, “en Ecuador, ocho de
cada 10 hogares con niños han visto reducidos sus ingresos y están
experimentando mayor dificultad para acceder a alimentos nutritivos”, señala
Unicef, al punto que “la pobreza, la desigualdad y el desempleo han aumentado a
un ritmo sin precedentes” algo que se repite “en América Latina y el Caribe,
convirtiéndonos en la región más golpeada por la pandemia y sus consecuencias”.
Según
información de prensa, uno de cada tres niños menores de dos años sufre de
desnutrición crónica infantil, lo que ubica al Ecuador como el segundo país en
la región con esta condición, detrás de Guatemala. Situación que contrasta con que tres de cada
diez niños entre 5 y 11 años presentan problemas de sobrepeso y obesidad. Realidad
que se suma a otras más obscuras que se evidencia en diferentes ambientes,
donde los niños y las niñas son violentados, física, emocional y sexualmente,
realidad que se agravó notablemente al interior de sus familias durante la
pandemia; sin dejar de lado el incremento de la depresión y casos de suicidio
infantil… 58 en el 2020 y 72 en el 2021, a los que se suman los cientos de
intentos anuales. Y por último no se puede dejar de lado la migración forzada,
el trabajo infantil, la trata de personas, la delincuencia común y organizada…
Ante
este duro y difícil panorama, la sociedad en conjunto debe poner atención en el
devenir de sí misma. Los niños son el
presente de un futuro que se debe preparar desde ahora responsablemente. Los
pocos datos y las cifras mencionadas borran cualquier sonrisa y llaman a
preocuparnos por la situación tan lamentable, pero principalmente, nos increpa
a tomar acciones concretas; desde donde estemos, imposible ser indiferentes o
decir “a mí no me corresponde”.
Debemos
exigir que el Estado genere e implemente políticas públicas adecuadas que sean
viables y prácticas para mejorar la calidad de vida de la población,
priorizando a los más vulnerables. El actual gobierno propone en su período,
hasta el 2025, erradicar la desnutrición crónica infantil. Ojalá lo logre
¡Bien! Pero ¿qué más?
Como
sociedad: debemos generar, desarrollar y mantener espacios seguros donde los
niños crezcan libres de violencia familiar y social; donde haya trabajo para
todos y los niños tengan acceso a una educación y salud de calidad, a una
adecuada alimentación que venga de la soberanía alimentaria, para crecer sanos
y fuertes con el cuidado permanente y la mirada atenta de todas las
instituciones públicas y privadas, que pongan atención a su cultura, que oigan
sus voces y especialmente tengan la capacidad de escuchar sus propuestas e
iniciativas y las lleven a la práctica.
“Seamos como niños” por su alegría, sencillez, inocencia,
franqueza, esperanza… ¡por su capacidad de soñar! ·
#ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la
realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.