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sábado, 28 de diciembre de 2024

carta No. 269: Cuidar la vida de los inocentes

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 269 – 29 de diciembre 2024
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Cuidar la vida de los inocentes

Un gemido que hoy también podemos seguir escuchando, que nos llega al alma y que no podemos ni queremos ignorar ni callar. Hoy en nuestros pueblos, lamentablemente, se sigue escuchando el gemido y el llanto de tantas madres, de tantas familias, por la muerte de sus hijos, de sus hijos inocentes”. Papa Francisco.


“Es deber del Estado defender la vida y la integridad de todos los ciudadanos sin importar su edad, su género, su condición social. La desaparición de Josué e Ismael Arroyo, Saúl Arboleda y Steven Medina, no solo conmueve profundamente a los ecuatorianos, sino que también refleja la indefensión en la que nos encontramos todos frente a la violencia que corroe nuestras instituciones y nuestras relaciones” (CEE, 12 -2024). Son cuatro niños afroecuatorianos que vivían en las Malvinas, barrio marginal de Guayaquil. Desparecidos desde el 8 de diciembre en que fueron detenidos por una patrulla de militares, que los llevaron hasta Taura, y desaparecen, rodeados de rumores, silencios y complicidades, en un contexto de maniobras de poder y cálculos electorales.

Hay confusión por la falta de información, las constantes contradicciones en las explicaciones dadas y por la cruel sospecha de que hayan sido víctimas de una desaparición forzada, que oculte un asesinato inhumano. El fallecimiento de Pedro Restrepo nos recuerda que nunca se aclaró lo ocurrido con sus hijos en 1988; esperamos que ahora sí salga la verdad sobre estos 4 niños.

Cuando la Policía o las Fuerzas Armadas detienen a menores de edad en Ecuador, deben seguir un procedimiento específico y garantizar sus derechos y salvaguardias. Son considerados más vulnerables. Tienen derecho a la protección y trato especial según la Constitución, el Código de la Niñez y Adolescencia, y los estándares internacionales. Su detención debe ser una medida de último recurso y en condiciones excepcionales.

Inmediatamente después de su detención, las autoridades deben notificar de manera rápida y directa a los padres, tutores o responsables legales del menor sobre la situación. El derecho a la asistencia legal y a un defensor público, derecho a ser tratado con humanidad y a no ser sometido a torturas ni tratos crueles. La detención no debe extenderse más de lo necesario, el menor detenido debe ser presentado ante un juez dentro de las 24 horas siguientes a su detención. Si es ilegal o se considera arbitraria, el juez debe ordenar la libertad inmediata del menor. En las detenciones en flagrancia, el procedimiento sigue pasos establecidos por la ley, y las autoridades deben actuar con sensibilidad ante los casos de menores en conflicto con la ley.

El Marco Normativo que Regula la Detención de Menores está claramente definido en la Constitución de la República del Ecuador (2008), Código de la Niñez y Adolescencia (2003) – Convención sobre los Derechos del Niño (CDN).

En la detención de los menores Josué e Ismael Arroyo, Saúl Arboleda y Steven Medina, los miembros de la Fuerza Aérea ignoraron que la detención era la última opción e incumplieron todos los procedimientos establecidos en la ley. Y luego las autoridades militares ocultaron el hecho por trece días, hasta que sale a la luz pública por acción de los padres y los organismos de derechos humanos. Defender la vida es fundamental y no por considerarlos “sospechosos”, se podía obrar al margen de la ley.

Conocer esta realidad es un desafío y un reto nacional.  Contemplar el pesebre es también contemplar este llanto, aprender a escuchar lo que acontece a nuestro alrededor y tener un corazón sensible y abierto al dolor del prójimo, especialmente cuando se trata de niños. Contemplar el pesebre aislándolo de la vida que lo circunda sería hacer de la Navidad una linda fábula que nos generaría buenos sentimientos, pero nos privaría de la fuerza creadora de la Buena Noticia que el Verbo Encarnado nos quiere regalar. Y la tentación existe… El grito que nos une: vivos se los llevaron, vivos los queremos. #ComuniquemosEsperanza

 


Con los ojos fijos en El,
 en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 22 de diciembre de 2024

carta No. 268: Navidad: la inaudita ternura de Dios

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 268 – 22 de diciembre 2024
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Navidad: la inaudita ternura de Dios

“Si realmente queremos celebrar la Navidad, redescubramos a través del pesebre la sorpresa y el asombro de la pequeñez, la pequeñez de Dios, que se hace pequeño, no nace en el esplendor de las apariencias, sino en la pobreza de un establo. Para encontrarse con Él hay que llegar allí, donde está; hay que rebajarse, hacerse pequeño, dejar toda la vanidad, donde está Él”.  (Papa Francisco).

NAVIDAD: DIOS CON NOSOTROS

La Navidad para los cristianos es un hecho trascendental que transformó la historia de la humanidad y fundamenta toda su fe; casi todos los pueblos de la tierra la celebran, es una fiesta universal. “La Navidad no es una mezcla de afectos melosos y de consuelos mundanos, sino la inaudita ternura de Dios que salva el mundo encarnándose. Jesús con su nacimiento, vida, pasión, muerte y resurrección redime todo lo creado y restablece el Plan de salvación original, puesto cuando todo fue hecho. Si queremos que sea Navidad, Nacimiento de Jesús y de paz, miremos a Belén y contemplemos el rostro del Niño que nace por nosotros. Y en ese rostro pequeño e inocente, veamos el rostro de todos esos niños que, en todas partes del mundo, anhelan la paz” (Papa Francisco).

La gratitud y reciprocidad son la respuesta al amor, a la entrega generosa, si Dios se hace humano como acto de amor infinito, su encarnación es un derroche de amor, generosidad, misericordia. La Navidad se concreta compartiendo dones con los demás, sobre todo con los más débiles, sin esperar recompensa. Esta actitud de respuesta al amor de Dios, a lo largo de los tiempos, fue tomando forma, tradiciones, costumbres en cada pueblo. La Navidad es compartir, lo que cada uno tiene con los demás, en medio de cantos, juegos, danzas...

Pero, desde una visión egocéntrica se va transformando la comprensión comunitaria de la Navidad en una visión individualista y en un entorno mercantilista donde prima más el tener y aparecer que el ser, el mensaje de la Encarnación de Jesucristo se diluye y muchas veces queda atrapado en los vicios del consumo y del descarte. Para muchos su motor es el económico y la finalidad, al parecer, se reduce a dinamizar el comercio.

A pesar de que vivimos en una sociedad donde la mayoría se dice cristiana, no es fácil descubrir el verdadero sentido de la Navidad. Esta fiesta se ha difuminado, y en muchos lugares Jesús, siendo el protagonista principal, ha quedado fuera y es reemplazado por papa Noel. El superficialismo, el quedar bien y aparentar, va tomando fuerza. La Navidad se ha secularizado.  Para los cristianos es exclusivamente Jesucristo y su misión salvadora que nos ayuda a distinguir el espíritu navideño y sus implicaciones prácticas para los 365 días del año. No hay Navidad sin Jesús de Nazareth, que con su vida y palabra proclamó la urgencia de la venida del Reino de paz, justicia, solidaridad, libertad, honradez.

Días antes de la Navidad muchas familias y amigos se reúnen en torno al Nacimiento para rezar la Novena, un encuentro maravilloso, en donde a la luz del evangelio se comparte y reflexiona sobre muchas temáticas. Es una ocasión para alimentar nuestra fe en medio de un consumismo absorbente que carcome la manifestación del “Dios con nosotros”.

Hace muchos años la Navidad giraba alrededor del Niño Dios, del nacimiento, de la familia, de la solidaridad, de los villancicos, ahora el árbol ha desplazado al nacimiento, al Niños Jesús se lo va archivando por los regalos, el compartir se subsume al aparentar. Hay dos caminos: un camino que nos lleva a Jesús y el otro que nos lleva al consumismo, bajo estas dos realidades celebramos la Navidad.

Cuando el mundo y el Ecuador, en particular, viven momentos críticos de empobrecimiento creciente de la mayoría, con enriquecimiento de una minoría; violencia, guerras y exterminio; armamentismo y polución; cambio climático con graves fenómenos de sequía, aridez, inundaciones, destrucción del medio ambiente; dictaduras y opresión; pandemias e imperios farmacéuticos; sufrimiento y muerte…debemos trabajar para que fluya el amor y dejar que salga el Samaritano que llevamos dentro.

Que esta Navidad sea ocasión propicia para que clamemos VEN SEÑOR JESÚS, y cambiemos nuestras conciencias para que todos, juntos, nos comprometamos en la construcción de un mundo más humano y fraterno. #ComuniquemosEsperanza

 


Con los ojos fijos en El,
 en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 15 de diciembre de 2024

carta No. 267: Archidona vive sin Megacárcel

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 267– 15 de diciembre 2024
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Archidona vive sin Megacárcel

“La Amazonía es tierra disputada desde varios frentes: por una parte, el neoextractivismo y la fuerte presión por grandes intereses económicos que dirigen su avidez por el petróleo, gas, madera, oro, monocultivos agroindustriales…Hemos de romper el paradigma histórico que considera a la Amazonía una despensa inagotable de los estados sin tener en cuenta a sus habitantes”. (Papa Francisco, 2019).


Archidona, cantón de la provincia del Napo en la Amazonia ecuatoriana, es un pueblo que cuenta con un inmenso valor cultural, biodiversidad y turismo. Tiene una población: 7.353 (2022), con comunidades Kichwa, Quijos, Shuar y Woarani. La oposición a esta megacárcel de máxima seguridad refleja una compleja interacción entre preocupaciones sobre la seguridad, el medio ambiente, la economía local y la falta de participación de la comunidad en decisiones de gran impacto. Es muy importante considerar las necesidades y los derechos de las comunidades locales en los proyectos de infraestructura, especialmente cuando se trata de áreas ecológicamente sensibles y con un alto valor cultural, ambiental y social.

La cárcel de máxima seguridad implicaría una destrucción de los saberes ancestrales y del cuidado a la naturaleza.  En este territorio hay sitios de importancia cultural como las cuevas de Jumandi, los petroglifos precolombinos, riqueza paleontológica e histórica profunda. El pueblo de Archidona tiene serias preocupaciones y cuestionamientos sobre la construcción de esta megacárcel. Desde hace varios días los habitantes de Napo se mantienen en pie de lucha en contra de esta decisión.

El gobierno quiere construir esta megacárcel cerca de cuatro planteles educativos en donde estudian 5.111 jóvenes, la mayoría kichwas. Desde el poder decidieron su construcción en Archidona, nunca existió consulta libre, previa e informada al pueblo de Napo y amazónico, ni tuvieron la oportunidad de conocer el proyecto para tomar una decisión conjunta.

Esta megacárcel generará más pobreza y problemas. Atraerá a delincuentes de alta peligrosidad, habrá despojo, mayor inseguridad, incremento de vacunadores, extorsionadores, reclutamiento de jóvenes kichwas y amazónicos, lo que implicará la ruptura del tejido social. En Napo existe una fuerte minería ilegal ligada a los GDO y corrupción de ciertas autoridades El incremento de estos grupos provocará violencia, serán afectados todos los sectores productivos, pueblos y nacionalidades.

Construir una cárcel de este tipo, implicará posiblemente, el control territorial de estos grupos, no solo de Archidona sino en otras provincias amazónicas donde actualmente no existen presencia de grupos de delincuencia organizada GDOs. El pueblo de Napo, las mujeres y sus organizaciones quieren una mejor atención en salud, educación, vialidad y no una cárcel de máxima seguridad.

El pueblo de Napo sigue en resistencia. El paro de Archidona que se opone a la construcción de esa megacárcel refleja las tensiones entre el desarrollo infraestructural, la seguridad pública y la protección del medio ambiente. Las protestas muestran la importancia de consultar a las comunidades locales y de evaluar alternativas viables que no comprometan el entorno natural ni las dinámicas sociales de las regiones afectadas. Aunque el gobierno sigue insistiendo en la necesidad de mejorar la infraestructura penitenciaria, la oposición de Archidona y otras comunidades de Napo demuestran que los proyectos de este tipo deben ser más inclusivos y respetuosos con las realidades locales.

Pero más allá de este hecho y esta resistencia también es el momento de que analicemos si la única o principal respuesta para tratar a los delincuentes apresados, consiste en crear cárceles de máxima seguridad para los más peligrosos. En la actualidad los reclusorios se han transformado en auténticas “universidades del crimen”. La crisis de delincuencia que padecemos no debe tener solamente medidas punitivas cada vez más graves sino atacar las causas de fondo que la provocan; por lo que urge plantear un nuevo modelo.

No olvidemos que los delincuentes, por graves que hayan sido sus crímenes, tienen la posibilidad de redimirse (Papa Francisco) y que el Señor el día del juicio nos preguntará: “Estuve en la cárcel y me fueron a ver” (Mateo, 35,36). •  #ComuniquemosEsperanza

  

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carta No. 266: Ecuador crisis multidimensional: hay salidas?

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 266– 8 de diciembre 2024
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Ecuador crisis multidimensional: hay salidas?

“El mundo en grave crisis desde hace 15 años. En la actualidad, el mundo sufre un empeoramiento de las condiciones medioambientales; muchas poblaciones o grupos sociales viven de forma indigna en términos de alimentación, salud, educación y otros derechos básicos… Ningún beneficio es legítimo cuando falta el horizonte de la promoción integral de la persona humana, el destino universal de los bienes y la opción preferencial por los pobres y el cuidado de nuestra casa común”. Papa Francisco, septiembre 2022.

Nuestro país atraviesa una crisis estructural sin precedentes desde 1999, marcada por el colapso institucional, altos niveles de corrupción, violencia desbordada y graves problemas en la provisión de electricidad.

La raíz de esta crisis está en la economía. Desde 1972, Ecuador se transformó en un país petrolero, pero los precios del crudo cayeron drásticamente en 2014 y no se han recuperado. Las reservas actuales son limitadas y en pocos años el país dejará de ser exportador para convertirse en importador. Los ingresos fiscales derivados del petróleo han disminuido a la mitad desde 2014, mientras que la extracción declina debido al agotamiento progresivo de los pozos. La minería no tiene posibilidades realistas de reemplazar al petróleo, sino en una mínima parte, ya que genera menores recursos al Estado y tiene enormes impactos ambientales. No es una opción válida para el futuro del país.

Esta crisis prolongada exige una estrategia de transición económica y social hacia una nueva sociedad, pero hasta el momento ha sido ignorada por las políticas públicas, que continúan aferradas al pasado de espaldas a la realidad. En los últimos meses, los apagones, a veces de hasta 14 horas diarias, han evidenciado una profunda crisis energética. Aunque se atribuye a la sequía en la Amazonía, causada por la deforestación y el cambio climático, las raíces del problema están en la negligencia, la improvisación y la falta de respuesta del Estado. Además, el mayor proyecto hidroeléctrico, Coca-Codo Sinclair, enfrenta fallos de diseño y construcción que comprometen su eficiencia y futuro tras el colapso de la cascada de San Rafael.

Esta crisis refleja una descomposición institucional del Estado, agravada por la corrupción, la penetración del narcotráfico y la pérdida de la institucionalidad de los partidos políticos.

La expansión del narcotráfico ha convertido al país de ser uno de los más pacíficos en América Latina a tornarse en el más violento de la región en 2023.  Los homicidios por cada cien mil habitantes apenas han disminuido en 2024 y siguen creciendo otros delitos como las extorsiones, secuestros, etc.

Ante un panorama tan complejo, la revista internacional The Economist ha calificado al Ecuador como un nuevo narcoestado. Aunque puede discutirse una afirmación tan rotunda, es claro que sus análisis, basados en la realidad, son consistentes.

Ecuador tiene un gran potencial para superar esta crisis, pero requiere amplios consensos sociales, el fortalecimiento de la sociedad civil y una acción estatal responsable. El país, reconocido por su biodiversidad, la riqueza de sus culturas indígenas y su patrimonio cultural, posee un enorme potencial para el turismo de naturaleza y cultura, así como para desarrollar servicios basados en la bioeconomía y la conservación de ecosistemas.

Es crucial administrar eficientemente los fondos de la seguridad social, utilizándolos para inversiones productivas en lugar de destinarlos a compras recurrentes de bonos del Estado. Además, es indispensable transformar la matriz productiva, superando la dependencia de un modelo basado casi exclusivamente en la exportación de petróleo, minerales y productos agroexportadores/importadores.

Los últimos gobiernos se han caracterizado por una ceguera frente a las crisis nacionales y por su incapacidad para plantear soluciones de fondo, es hora de enfrentarlos y emprender un amplio esfuerzo desde la sociedad civil para abrir una transición hacia una sociedad equitativa y sustentable, como se menciona en nuestra Constitución.   #ComuniquemosEsperanza

 

 

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domingo, 1 de diciembre de 2024

carta No. 265: Luz orientada a la esperanza

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 265– 1 de diciembre 2024
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Luz orientada a la esperanza

“Desde el corazón del Evangelio reconocemos la íntima conexión que existe entre evangelización y la promoción humana…Dejarse amar por Dios y amarlo con el amor que Él mismo nos comunica, provoca en la vida de la persona y en sus acciones una primera y fundamental reacción: desear, buscar y cuidar el bien de los demás”. Papa Francisco, Evangelii gaudium 178.


Monseñor Luis Alberto Luna Tobar (Quito, 15 de diciembre de 1923 - 7 de febrero de 2017) destacó entre los obispos católicos ecuatorianos como un ejemplo de una Iglesia solidaria y comprometida con el Pueblo de Dios, en el espíritu del Vaticano II y las conferencias de Medellín y Puebla. Fue un ser humano, sacerdote y obispo excepcional.

Como persona mostraba una profunda empatía, una sonrisa franca que reflejaba una bondad intensa que nacía de su interior, cualquier persona que se relacionaba con él se sentía acogida. Transmitía serenidad, paz y confianza a las que acompañaba un fino sentido del humor. Decía: “Me basta y me sobra con ser humano; de ahí nace mi identidad, mi dignidad y mi vocación”.

La vocación de Mons. Luna floreció en el Carmelo Descalzo, inspirada profundamente en las enseñanzas y ejemplos de san Juan de la Cruz, santa Teresa de Jesús y santa Teresita de Lisieux. Su espiritualidad carmelitana y su fidelidad a la Palabra de Dios marcaron cada aspecto de su vida. Como él mismo lo expresó, esta vivencia espiritual implicaba “una expansión de la propia conciencia en relación con todo lo creado y, por medio de ello, con Dios”.

Ordenado sacerdote en 1946, Mons. Luna asumió diversos roles importantes en la Orden Carmelita. A su regreso al Ecuador, fue párroco en Quito, y en 1981, san Juan Pablo II lo nombró arzobispo de Cuenca. Durante su ministerio, especialmente en esta ciudad, se consolidó su compromiso con los pobres.

En Cuenca, Mons. Luna inició su camino de conversión, optando gradualmente por el servicio a los más pobres. Su acción pastoral destacó por la fidelidad a Cristo y María, y por su amor a una Iglesia débil, solidaria, comunitaria, misionera y participativa, integrada en todos los ámbitos de la sociedad como “luz en el mundo”.

Mons. Luna vivió un profundo compromiso social, orientado por la opción preferencial por los pobres, la defensa de los derechos humanos y el respaldo a los movimientos populares. En su toma de posesión expresó: “Esta lucha es abrir la posibilidad, objetivar y generalizar las demandas populares y, con ello, proteger y garantizar los derechos y las demandas que se reclaman”. Más tarde, al reconocer la realidad del pueblo del Azuay, afirmó: “los pobres me han evangelizado”. Mons. Néstor Herrera lo describió como un pastor que encontró en los pobres, campesinos y marginados el espacio para hacer presente al Dios de la vida, siempre del lado de los desvalidos.

Mons. Luna, destacado escritor y pensador cercano a las inquietudes del pueblo, expresó con claridad su visión en un editorial publicado en el diario HOY en 1997. En él señaló: “Cansados del efecto negativo de esta inconsistencia política, hemos reaccionado lamentando el déficit humano de ciertas campañas electorales: gobiernos irresponsables, autoridades poco válidas, crisis gubernamentales permanentes, desgobiernos constantes, quiebras sociales frecuentes y escandalosamente perjudicadoras del buen nombre nacional. La pasividad del pueblo sufridor y la altanería de ciertas figuras políticas sutilmente imperantes acarreaba a la nación a crisis cada vez más graves. Y se ha llegado a un momento de conciencia que busca un cambio”. Estas palabras, vigentes en su esencia, podemos suscribirlas aún hoy.

La vida de Mons. Luis Alberto Luna, inspirada en el amor constante y apasionado, permanece como una luz de esperanza para nuestro pueblo y la Iglesia, dedicada al servicio de los pobres y a la construcción del Reino de Dios.   #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.