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domingo, 25 de febrero de 2024

carta No. 225: Democracia real con control eficaz

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 225 – 25 febrero 2024
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Democracia real con control eficaz

“Los bienes de la creación se ofrecen a todos y cada uno en proporción a sus necesidades, para que nadie acumule lo superfluo ni le falte lo necesario. Por el contrario, cuando la posesión egoísta llena los corazones, las relaciones y las estructuras políticas y sociales, entonces se envenena la esencia de la democracia. Y se convierte en una democracia formal, no real” (Papa Francisco 18-3-2024).

¿Por qué no se aplica en el país los principios básicos de la democracia representativa liberal, para garantizar su buen funcionamiento y fortaleza?

Mencionemos tres principios básicos. Una democracia representativa se asienta en la autonomía y contrapeso de las funciones del Estado, dispone un control institucional. La Contraloría ejerce el control administrativo; el Parlamento, el control político; la Justicia, el control jurídico; el Consejo de Participación, el control social, a más de otros organismos y superintendencias. Sin embargo, hay el riesgo de acostumbrarnos a una democracia de espectáculo, no real, se denuncian casos de corrupción y de injusticia, y no operan los controles institucionales.


La ministra Andrea Arrobo denunció que hay un maquillaje de cifras de la producción de crudo; lo que implicaría un perjuicio grave contra la economía del país, la Contraloría y la Fiscalía deben indagar esta acusación y determinar responsables. De otra forma, la denuncia se diluirá, como ha sucedido con diversos casos “emblemáticos”, que quedan en el olvido después del escándalo.

En una democracia representativa se debe legislar y decidir en sentido universal, en beneficio del país; sin parcializaciones a favor o en contra de un interés particular o individual. Entre los “incentivos tributarios” de la Ley Orgánica de Eficiencia Económica y Generación de Empleo, aparece el perdón de intereses para los grandes deudores del SRI, lo que representa una donación de centenas de millones de dólares para ciertos grupos, mientras se traslada el peso de la crisis a toda la población con el aumento del IVA del 12 al 15%. La Asamblea Nacional al discutir las reformas al COIP estuvo abocada a favorecer estos privilegios particulares político-partidistas.

La democracia se asienta en la voluntad soberana del pueblo. Se cumplen seis meses del pronunciamiento mayoritario por el SI al Yasuní y a Quito sin minería. Decisiones que no pueden ser incumplidas, de hacerlo, el funcionario responsable está penado por la ley.

La responsabilidad no es sólo de los gobernantes y representantes, sino también de la sociedad, de los ciudadanos, que miramos el espectáculo, comentamos en las redes, pero no ejercemos una contraloría social dejamos pasar las responsabilidades del bando político con el cual nos identificamos. “Debemos aprender a desenmascarar las diversas formas en donde la verdad es manipulada, distorsionada y oculta en el discurso público y privado” (Fratelli tutti, n. 208).

La corrupción se combatirá solamente con la participación de la sociedad civil, cuando todos los ecuatorianos valoremos la honestidad y exijamos su cumplimiento, pero especialmente por las autoridades y funcionarios públicos, solo así el país cambiará, caso contrario, es como si camináramos todos al borde de un precipicio. La comunidad tiene el derecho y la obligación de ejercer el control del gasto público desde los GADs cantonales y parroquiales hasta el gobierno nacional pasando por alcaldías, consejos provinciales, etc.

El Estado Ecuatoriano a inicios de año, no tenía dinero para pagar sueldos a sus funcionarios. En este sentido, el Papa Francisco advierte: “El Evangelio sólo nos pide que no miremos para otro lado, que es precisamente la actitud más pagana de los cristianos: cuando un cristiano se acostumbra a mirar para otro lado, se convierte poco a poco en un pagano disfrazado de cristiano” (Papa Francisco18-3-2022). •#ComuniquemosEsperanza
 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

sábado, 17 de febrero de 2024

carta No. 224: Serafín: Discípulo fiel en nuestro tiempo

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 224 – 18 febrero 2024
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Serafín: Discípulo fiel en nuestro tiempo

“Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos, sólo falta el deseo gratuito, puro y simple de querer ser pueblo, de ser constantes e incansables en la labor de incluir, de integrar, de levantar al caído” Papa Francisco (Fratelli Tutti).

“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de las personas de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”, es que Cristo se encarna en la historia, en el presente y en el futuro, planta su tienda en las coordenadas diarias de la humanidad. Hay un gesto empático de Dios con cada uno de sus hijos e hijas. Dios acoge la historia, se manifiesta en el presente y coopera en la construcción del futuro. Camina junto a su pueblo.

El discípulo permanece con los ojos abiertos a los signos de los tiempos, pero también está abierto a Dios. Se configura con Cristo, se llena de su presencia en la oración, en la lectura de la Palabra, en la práctica cotidiana del Evangelio, en su labor incansable por construir el Reino de Dios aquí y ahora. Camina con Jesús, se entrega a la causa del Maestro, persevera, a la hora de la prueba da la cara sin temor, recibe la misión de ser testigos de Jesús.

Serafín Ilvay, nuestro amigo de camino fue un discípulo de Jesús en nuestro tiempo, que se adentró en el seguimiento fiel, alegre, ilimitado a “Quien sabemos nos ama”, lo demostró en todas las facetas de su vida, ya sea como hijo, como esposo, como padre, como catequista, como formador de jóvenes, como orientador de parejas, como comunicador social, como documentalista, como experto en medios digitales, como lector, como profesor, como trabajador. Desde la sencillez, la humildad, el servicio, el equilibrio, la tranquilidad, la ecuanimidad presentó a Jesús en todo momento y circunstancia. Se esforzó, con la ayuda del Señor, en ser un hombre justo y bueno. Para él siempre fue primero todo ser humano, al que consideraba un hermano. Nunca se desesperó por más angustias y tristezas que podía tener o llevar por dentro, tenía la paz en su mente y corazón. Siempre confío en la misericordia y en la voluntad de Dios.

Durante los cuatro meses que caminó junto a la “hermana enfermedad’, llevó a cuestas ese cáncer con una serenidad impresionante y, pese al dolor, tuvo una actitud de paz, una serenidad que edificaba y proyectaba esperanza; y en vez de recibir consuelo, él, con su testimonio, edificó y animó a todo aquel que lo visitaba, mensajeaba o le llamaba por teléfono.  En el lecho del dolor seguía anunciando la Buena Nueva, disponible para seguir colaborando y cooperando con las tareas que aún las podía hacer. Hasta el último aliento de su vida fue testigo del Reino de Dios.

Ahora Serafín ha realizado su nombre y puede mirarnos y protegernos desde el Trono del Cordero. Él fue referente del compromiso cristiano y social. Con su actitud sencilla en el campo de la comunicación, en la coordinación de Justicia y Paz, en la amistad, reacercó a muchas personas al compromiso cristiano. “Buenos días de Dios” era su saludo de siempre.  Su marca espiritual carmelitana le dio la fortaleza y la vitalidad para acoger al “hermano cáncer”, que minaba su salud aceleradamente. Pese a esa realidad tan dura, demostró una absoluta confianza en el amor y la misericordia del SEÑOR JESÚS.

Serafín fue un cristiano coherente, entregado, apasionado por el Reino de Dios, la verdad, la justicia, el amor y la paz, sin envolturas, sin máscaras. Se adelantó... Estaba listo. Nosotros no queríamos aceptar que ya era hora y queríamos que caminara más tiempo en medio de nosotros. Pero le llamó su Hermano Mayor y Amigo.

Qué gran testimonio nos deja su vida, su amor y su fe; es ese legado que lo mantendrá siempre presente y junto a nosotros y que nos comprometemos a continuar ¡¡¡Serafín ya está contemplando el rostro de Aquel a quien siguió toda su vida!!!  •#ComuniquemosEsperanza
 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

  

carta No. 223: Compartir la fiesta

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 223 – 11 febrero 2024
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Compartir la fiesta

Desde la Comisión Ecuatoriana de Justicia y Paz compartimos la partida de nuestro amigo y compañero Serafín Ilvay, editor de nuestra carta semanal.

Durante toda su vida y enfermedad nos evangelizó, su fe y testimonio nos edificaron. Su confianza, entrega y dedicación a la causa del Reino de Dios fue permanente.

Querido Serafín estás ya unido en un abrazo inmenso con Dios, a quien buscaste y serviste toda tu vida. Ahora estás con Él “cara a cara”.

La fiesta del carnaval es alegría compartida. “Al golpe del carnaval todo el mundo se levanta”. Con matices en los diferentes sitios, el carnaval sigue un rito. El prototipo es el Carnaval de Guaranda. Después de una larga espera, llega el guagua carnaval, la bienvenida a las familias que regresan, a los amigos que visitan, a los turistas que llegan. El sábado estalla la fiesta, y continúa por cuatro días, al ritmo incansable de la comida, el agua, las coplas.

La comida compartida muestra la abundancia y la generosidad de las personas de “buen gusto y de buena voluntad”. El centro de las viandas es el maíz: el mote, el tostado, los chigüiles, los tamales; y el rito de la matada del puerco engordado en el año para la ocasión.

El clímax llega en el juego del agua y el polvo, un momento de liberación, de libertad para buscar al otro, de compartir la vida y la alegría, la risa cómplice, las coplas insinuantes. La comunidad se compone y se distribuye para el contrapunto entre hombres y mujeres, solteros y casados, jóvenes y viejos, locales y afuereños.

El lenguaje de las coplas, creación colectiva, evoca varios temas cotidianos, se mueve en la ambigüedad simbólica, un amor que lo invade todo: “Los mandamientos de Dios / de memoria me aprendí; / el primero amar a Dios / y el segundo amarte a vos”. Tal vez redescubrir nuevamente el sentido vital de compartir, comulgar, re-ligar al individuo con la comunidad y con lo alto.

La fiesta de raíz popular está vinculada a un sentido sagrado y de transgresión, salir de la rutina y de la norma para encontrarnos, es un interludio en medio de las exigencias de la cotidianeidad; una pausa para dirigir la mirada al otro y a lo sagrado, una donación de bienes a la comunidad y a los seres sagrados, de catarsis para derribar los muros y prohibiciones de acercarse al otro, de sentir la liberación de los sentidos para rehacer la comunicación. La chicha e incluso las bebidas espirituosas ayudan a salir de la rutina, para juntar las voces en el canto compartido, los cuerpos en la danza comunitaria.

En el carnaval se cruzan la herencia de los pueblos indígenas y la influencia de las tradiciones occidentales, españolas. Para los pueblos originarios el tiempo se organiza en torno a los ciclos de la Madre-naturaleza, los raymis de los equinoccios y los solsticios, es el momento sagrado de la fiesta. Cada acto de la vida es un momento de fiesta, de unión sagrada con la Pacha-mama, el Inti y la Killa: los nacimientos y también las muertes son festejados. La cosecha más que un trabajo es un tiempo de fiesta compartida y de homenaje a la Madre-naturaleza. El tape de casa es un tiempo de fiesta para compartir con la familia, con los vecinos, la alegría de la casa nueva.

En medio de un mundo agresivo, del miedo sembrado por las violencias, la fiesta del carnaval puede convertirse en una oportunidad para reconstituir el tejido social, los lazos comunitarios. Descubrir el sentido sagrado de compartir los bienes, las alegrías, los cuerpos, las voces. La fiesta del carnaval es del agua que purifica, que lava el cuerpo y el alma. “Oh-oh-oh, ay/ No hay que llorar / que la vida es un carnaval / y es más bello vivir cantando”.

Para entrar en la fiesta hay que saltar muros y prohibiciones. También desde el lado cristiano podemos recuperar el sentido sagrado de la fiesta. El primer milagro de Jesús es la transformación del agua en vino en las Bodas de Caná, para que la fiesta no se acabe, para que la familia no sienta la vergüenza de la escasez. Un milagro por pedido de la Madre para que continúe la alegría. Tal vez en la fiesta podemos ampliar el mensaje: donde están dos o más reunidos en mi nombre, en nombre de la alegría, de la comunidad, de la generosidad, de la abundancia compartida, del agua que purifica, allí estoy YO.  ·  #ComuniquemosEsperanza


 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

carta No. 222: Abrir puertas y ventanas a la esperanza

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 222 – 4 febrero 2024
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Abrir puertas y ventanas a la esperanza

“Jóvenes…  Tantos de vuestros contemporáneos, que experimentan la guerra, la violencia, el acoso y las diversas formas de penuria, están afligidos por la desesperación, el miedo y la depresión…  Les hago una propuesta concreta: traten de compartir cada día una palabra de esperanza.  Conviértanse en sembradores de esperanza en la vida de sus amigos y de todos aquellos que los rodean" Papa Francisco, Jornada Mundial de la Juventud, 26 nov de 2023.

En nuestra carta 221 señalábamos con profunda tristeza y dolor cómo muchos niños, adolescentes y jóvenes son víctimas de la situación de violencia que sufre nuestra Patria; “víctimas” incluso a aquellos que, por diversas circunstancias, deciden insertarse en las bandas del crimen organizado y cometen delitos execrables.  Sin embargo, afortunadamente hay muchos casos en los que los adolescentes y jóvenes nos dan ejemplo de esperanza que permiten confiar en un futuro mejor.

- Muchos de estos grupos están relacionados con nuestra Iglesia, otras iglesias y ONGs que apoyan y desarrollan proyectos para atender las necesidades apremiantes de la niñez y juventud, aportando oportunidades y motivaciones positivas para esta población.  También se insiste en la necesidad de contar con políticas públicas en educación, salud y seguridad especialmente, de los sectores más vulnerables y empobrecidos.  Recogemos hoy como ejemplo dos de estas experiencias:

- En San Isidro, cantón Sucre, Manabí, se desarrolla el programa “Raíces y Sueños de San Isidro”, esta iniciativa reúne a un gran número de niños, adolescentes y jóvenes de la parroquia en torno a diversas actividades lúdicas, culturales y económicas.  Con los niños y niñas se promueven actividades combinando el juego con la educación y el desarrollo de sus capacidades creativas; adolescentes y jóvenes se unen en torno a la música, la danza, el teatro, la literatura, la recuperación de la cultura ancestral montuvia, los trabajos comunitarios ligados a la producción agropecuaria y otras iniciativas económicas como el turismo o la artesanía.  Son un referente que revitaliza la vida de la parroquia y de otras zonas de Manabí, presentándose también en otras provincias como Los Ríos y Guayas, en su parroquia no hay bandas de delincuentes y mantienen la relación con sus mayores.

En Esmeraldas, una de las provincias que más sufre y donde hay muchos adolescentes y jóvenes en manos de las mafias criminales, es la acción de la Iglesia la que pone un freno al incremento de la violencia, aportando alternativas sanas para ellos.  Desde Caritas se han implementado varios proyectos como el Hospital de Campaña, el Colegio Ángel Barbisoti Caminos de Paz, cajas de ahorro, atención psicológica…  muchos ejemplos como estos animan a tener esperanza, evitemos el desánimo porque, como recuerda el Papa Francisco “en las redes sociales parece más fácil compartir malas noticias que noticias de esperanza”.  ¿Cuáles son las razones de éxito de este tipo de iniciativas?  ¿Qué puede inducir a los y las adolescentes y jóvenes a insertarse en estas propuestas?  Deben ser respuestas integrales, combinando diversas acciones: motivación, los adolescentes y jóvenes necesitan dar sentido a su vida, una razón para ser y sentir; compartir, encontrar espacios donde pueden ser ellos mismos y expresarse con libertad en un ambiente de comprensión; pertenencia, sentirse parte de un grupo y de una comunidad que les acoge, les aprecia y les quiere, esto buscan incluso quienes se unen a las bandas; sentirse útiles y con capacidades para desarrollarse como personas en un entorno de amistad y amor; mantener los vínculos con sus mayores, recuperando sus raíces y manteniendo los lazos con la familia y la comunidad; y encontrar alternativas económicas para tener un futuro de forma honrada, aportando a la sociedad.

La motivación de carácter espiritual es un complemento necesario para el pleno desarrollo de su personalidad.  Necesitamos fortalecer en nuestra iglesia de forma prioritaria la pastoral juvenil como parte de una pastoral de conjunto.  "No debemos huir del mundo, sino amar nuestro tiempo, en el que Dios nos ha puesto no sin razón.  No tengan miedo de compartir con todos la esperanza y la alegría de Cristo resucitado. La chispa que se ha encendido en ustedes, cuídenla, pero al mismo tiempo regálenla: verán que crecerá"  (Papa Francisco).   #ComuniquemosEsperanza


 

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carta No. 220: Ecuador: Inseguridad y ética cristiana

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 220 – 21 enero 2024
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Ecuador: Inseguridad y ética cristiana

Lo que hoy tengo que hacer no es construir defensas para encontrarme que todos los que están más allá de la defensa son mis enemigos... Tengo que trabajar para el que posiblemente me ataque tenga que comer cuando se encuentre conmigo y yo tenga algo que ofrecerle cuando me encuentre con él”.

Mons. Luis Alberto Luna Tobar.

Los últimos acontecimientos nos han aturdido y hasta paralizado por el miedo y la incertidumbre. El Ecuador atraviesa un período trágico como consecuencia de múltiples factores que han engendrado una realidad compleja y desoladora. ¿Cómo dormir tranquilos, si parece que afuera todo se derrumba? ¿Cómo sostener la esperanza cuando muchos tienen que escoger entre la violencia o el hambre?

En ninguna guerra hay ganadores. Por un lado, hemos perdido la seguridad de salir de casa; la tranquilidad para trabajar, sabiendo que podríamos no volver sanos y salvos a nuestros hogares; la serenidad para relacionarnos con otros, pues, emocionalmente alterados, tememos en cualquier momento ser extorsionados, “vacunados” o agredidos. Pero, por otro lado, hay quienes han perdido el sentido mismo de la vida, el sueño de mantener a los suyos honradamente; el valor de la familia y el respeto a los demás y, sin rumbo cierto, han caído presas de bandas dirigidas por mentes criminales, que los alientan u obligan a cometer atrocidades a cambio de dinero, en un contexto en el que acceder a un trabajo digno se ha vuelto un privilegio.

Nada explica esta espiral de muerte y terror, pero como creyentes comprometidos, la gravedad de la situación nos exige hacer una lectura más profunda y consciente a la luz del Evangelio. Debemos volver la mirada a Jesús para encontrar el camino que nos ayude a restablecer la calma y el equilibrio. Resulta desafiante hacer prevalecer como criterio de discernimiento el “amarnos los unos a los otros” cuando nos sentimos atacados y vulnerables, o marginados, descartados y desechados. Prevalecen más los antagonismos y el temor en lugar de la unidad, la confianza y la solidaridad.

Esta crisis permite retornar al origen y razón de nuestra fe, para discernir si los valores y principios que nos guían se rigen bajo una ética auténticamente cristiana. Es absurdo creernos en estado de comunión desconociendo que, en el cuerpo de Cristo, todos, sin excepción alguna, somos hermanos.

Frente a la violencia y las desigualdades, la ética de Jesús nos desafía a enfrentar las injusticias sistémicas abogando por un enfoque transformador que no busque una caridad vertical, sino una reestructuración social donde podamos reconocernos en el otro y dejemos de vernos como enemigos; donde volvamos a mirarnos unos a otros como Dios nos mira. La promoción de la justicia y de una cultura de paz únicamente puede partir del reconocimiento del otro y del restablecimiento de sus derechos para que yo pueda exigir el restablecimiento de los míos.

Como nos menciona Francisco: “Necesitamos interrogarnos más profundamente sobre el destino final de la vida, capaz de restaurar la dignidad y significado al misterio de sus afectos más profundos y sagrados. La vida del hombre, hermosa de maravillar y frágil de morir, va más allá de sí misma: somos infinitamente más de lo que podemos hacer por nosotros mismos” (2018). Debemos asumir cada uno de nosotros, desde nuestros roles y espacios, desde nuestra cotidianidad familiar, laboral y social, la responsabilidad de afrontar los desafíos actuales y trabajar arduamente para construir la Buena Nueva y llevarla a los más vulnerables. Activar todas nuestras capacidades para que renazca la esperanza y la solidaridad, buscar alternativas desde el Evangelio… solo así podremos volver a abrazarnos, siendo solidarios y compasivos, especialmente con los más débiles y frágiles de la sociedad. Recordemos que en sus rostros y en su abrazo podemos encontrarlo: “Les aseguro que siempre que ustedes lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25,40). • #ComuniquemosEsperanza


 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.