cinco
puntos para comprender las implicaciones del sínodo
(Griselda Mutual - Radio Vaticano)
Acogiendo el deseo de algunas
Conferencias Episcopales de América Latina, además de la voz de
diversos Pastores y fieles de otras partes del mundo el Pontífice
convocó a un Sínodo para la Región Panamazónica, que tendrá
lugar en Roma en el mes de octubre 2019. El Santo Padre explicó que
el objetivo principal de esta convocación será el de individuar
nuevos caminos para la evangelización de "aquella porción del
Pueblo de Dios, especialmente de los indígenas, a menudo olvidados y
sin la perspectiva de un futuro sereno, también a causa de la crisis
de la foresta Amazónica, pulmón de capital importancia para nuestro
planeta".
Lo primero es reconocer que estamos
viviendo un absoluto Kairós de Dios: el sínodo es un resultado de
un caminar especial del cual el espíritu ha venido hablando
desde el Concilio Vaticano II, con los primeros encuentros de los
obispos que trabajan y caminan en la Amazonía. Un Kairós de Dios en
el que necesitamos de una actitud de profundo discernimiento para
prepararnos adecuadamente para recibir lo que nos dice el espíritu a
lo largo de la historia de la Iglesia en Amazonía.
El segundo punto es el de animar y
pedir que sea una experiencia territorial encarnada: si bien es un
sínodo que representa el esfuerzo de los obispos y de las instancias
de la Iglesia para responder a una realidad que emerge y
que tiene una especial importancia para el planeta, queremos sin
embargo que sea un sínodo territorializado, en el que estén vivas
presentes y actuantes las voces de quienes allí habitan.
El tercer punto – prosigue el
Secretario de la REPAM - es que es un sínodo para la Panamazonia
pero que quiere encarnar los elementos de la Laudato Sí, elementos
que son ineludibles y no negociables al momento de pensar un sínodo
para la pan Amazonía. Es decir, “una mirada sobre la crisis única
socio ambiental”. Por lo tanto considerar todo lo que tiene que ver
con el ser humano, es decir la ecología humana, con los signos dela
realidad política que está afectando esta realidad, ecología
política, también todos los rasgos de una economía de mercado
extractivista, ecología económica, y luego una ecología ambiental
que reconoce ese bioma, como posibilidad de futuro. Pero también, y
muy especialmente, desde la categoría de ecología cultural
que reconoce a los pueblos indígenas y a las comunidades de la
Amazonía, como los principales interlocutores al momento de
decidir el futuro. Una ecología cultural – añade - que llama a
reconocer cómo estos pueblos tienen una relación espiritual,
armónica, de reciprocidad con el territorio, en donde habitan sus
ancestros, los espíritus que orientan y dan sentido a su vida, y por
lo tanto a su propia identidad cultural, su lengua, sus tradiciones,
su futuro.
Un cuarto punto es que debe ser un
sínodo teológico que responda a los signos de los tiempos
actuales, que abrace la novedad que el espíritu revela y el
proceso pastoral que está haciendo el Papa, incluso en la mirada de
Evangelii Gaudium de conversión pastoral de Iglesia en salida, por
lo tanto una teología en tres niveles: teología encarnada
desde la propia realidad, del territorio, de los pueblos, de la
lectura de los signos de Dios allí presentes. Una teología de
la creación que sea capaz de entender el ámbito mayor del proyecto
de Dios. Y una teología de la comunión que es
integrar las voces de la Iglesia, de la sociedad civil, de los
propios pueblos y comunidades amazónicas, para que haya un verdadero
signo de comunión, un signo de Dios que es integración y que
es una posibilidad de responder juntos en una misma dirección a este
llamado.
El Secretario de la Red Eclesial
Panamázonica destaca como quinto y último punto la importancia
de la experiencia de sinodalidad, y de sus posibles
repercusiones en otras realidades, biomas que también están en
proceso de constituirse como redes eclesiales de modo que se sientan
implicados para ir pensando sus propios proyectos encarnados, y
concluye: "Que sea una experiencia escatología del Reino ya
presente, pero que necesita seguirse tejiendo con la ayuda y la
comunión de todos lo que nos sentimos Iglesia y las personas de
buena voluntad que caminan con ella, y sobre todo con los pueblos y
comunidades que ahí viven".
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