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domingo, 29 de enero de 2023

carta No.169: Nuestro voto construye o destruye el país

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 169– 29 de enero 2023

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Nuestro voto construye o destruye el país

“Una auténtica democracia no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino que es el fruto de la aceptación convencida de los valores que inspiran los procedimientos democráticos: la dignidad de toda persona humana, el respeto de los derechos del hombre, la asunción del «bien común» como fin y criterio regulador de la vida política.  Si no existe un consenso general sobre estos valores, se pierde el significado de la democracia y se compromete su estabilidad” Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 407.

El 5 de febrero elegiremos: 221 alcaldes, 864 concejales urbanos, 443 concejales rurales, 23 prefectos, 23 viceprefectos, 4109 vocales de juntas parroquiales, de acuerdo con nuestra ubicación territorial.  Los candidatos y candidatas en campaña expresan ideas, propuestas y promesas, algunas muy simples, otras más consistentes.  Con nuestro voto encargaremos, a los ganadores, una responsabilidad por 4 años, por lo que no podemos votar a ciegas, sino analizar en conciencia para elegir a los que consideremos personas idóneas junto a las mejores propuestas.

 También seleccionaremos a siete personas que conformarán el nuevo Consejo de Participación Ciudadana y Control Social - CPCCS.  Si bien, muchos no tenemos claridad en este aspecto, debido a un sistema de campaña sui géneris impuesto por el Consejo Nacional Electoral - CNE, lo que nos impide contar con elementos válidos para escoger a tres hombres, tres mujeres y uno por los pueblos y nacionalidades indígenas, afroecuatorianos o montubios y ecuatorianos en el exterior.

Por último, debemos aprobar con el SI o rechazar con el NO, en ocho preguntas en un referéndum importante para el país.  Es esencial dedicar un tiempo, antes de llegar a las votaciones, para analizar bien las preguntas planteadas (incluyendo los anexos), mirando las connotaciones y consecuencias si se aprueban o no.

El domingo, una vez concluidas las votaciones, toda la sociedad y por los distintos medios, exijamos a las autoridades del CNE la total transparencia, para evitar dudas y cuestionamientos sobre los resultados.  Los escrutinios deben reflejar fielmente la voluntad ciudadana expresada en las urnas.  La integridad del sistema electoral es fundamental: los procedimientos aplicados en las mesas receptoras del voto, la consolidación de los datos y la proclamación de los resultados deben entregarlos a tiempo sin disculpas ni excusas que generen suspicacias.

Los partidos, movimientos y alianzas políticas deben aceptar con profundo respeto y altura, el veredicto inapelable de las urnas.  Es deber de todos los candidatos y candidatas tener la suficiente cultura democrática para reconocer el pronunciamiento de los electores.  En política hay que saber ganar con humildad y agradecimiento y perder con dignidad.

Hay que evitar disturbios y conflictos, o peor, llamar a acciones antidemocráticas como las que hemos visto en otros países, que podrían comprometer nuestra estabilidad democrática.

Si queremos consolidar una república auténtica, si queremos una sociedad verdaderamente democrática, si queremos fortalecer las instituciones, tenemos que combinar armónicamente tres elementos fundamentales:

Una población responsable y comprometida con el futuro del país, que sienta que es actora y no mera espectadora del accionar de unas autoridades de las que luego reniega.

Un sistema electoral serio, transparente, neutral, sin ningún tipo de sesgo que beneficie a unos sobre otros y con reglas de juego claras e iguales para todos.

Unos políticos, partidos y movimientos responsables, con solvencia ideológica y comprometidos con el bien común.

En definitiva, para construir país, hay que votar bien, analizar las propuestas y la trayectoria completa de los candidatos y de su partido o movimiento.  Tengamos presente la enseñanza evangélica: "Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces.  Ustedes los reconocerán por sus frutos” (Mateo 7, 15-16).  ·  #ComuniquemosEsperanza


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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 22 de enero de 2023

carta No.168: Elecciones: entre la crisis y el desencanto

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 168– 22 de enero 2023

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Elecciones: entre la crisis y el desencanto

“…ninguno de nosotros puede decir: pero yo no tengo que ver, son ellos quienes gobiernan.  No; yo soy responsable de su gobierno y debo hacer lo mejor de mi parte para que ellos gobiernen bien, participando en la política como puedo.  La política, dice la doctrina social de la Iglesia, es una de las formas más altas de la caridad, porque es servir al bien común.  Y yo no puedo lavarme las manos: cada uno de nosotros debe hacer algo.  Pero ya tenemos la costumbre de pensar que de los gobernantes se debe sólo parlotear, hablar mal de ellos y de las cosas que no van bien»  (Papa Francisco, septiembre 2013).

El próximo domingo 5 de febrero los ecuatorianos elegiremos nuevos alcaldes, prefectos, concejales y vocales de juntas parroquiales.  En total elegiremos 5667 nuevas dignidades de entre 63518 candidatos. Ante el alto número de candidaturas, la ausencia de partidos políticos serios y representativos, y los graves problemas que enfrentamos en nuestras ciudades y provincias, la mayor parte de los electores oscilan entre la incredulidad, la indiferencia y el desencanto.

Los debates evidenciaron desconocimiento, improvisación y frases demagógicas en la mayoría de los candidatos. Los partidos políticos convertidos ahora en agencias de gestión de candidaturas han degenerado ante la incompetencia y la corrupción…  tanto que se han mencionado vínculos de varios candidatos con el narcotráfico.

Ante esta profunda crisis de la democracia, lejos de caer en el escepticismo, es nuestro deber ético contribuir para seleccionar los candidatos que, en nuestro criterio, permitan superar la crisis social, política y moral que afecta al país.

¿Cómo escoger los candidatos más adecuados en medio de una multitud de personajes desconocidos?  ¿Cómo diferenciar entre mensajes demagógicos, noticias falsas, promesas irreales y programas serios?...  Para enfrentar esta difícil tarea, aquí algunas de las necesidades más acuciantes de nuestras ciudades y provincias:

Las carencias sociales siguen siendo agudas, según INEC, el 23% de la población urbana y el 51% de la rural no tiene acceso a agua segura, particularmente en la Costa y la Amazonía. Aunque la cobertura del alcantarillado ha mejorado, ninguna ciudad (excepto Cuenca), tiene un sistema de tratamiento de aguas servidas.

La calidad del aire en las principales ciudades no cumple con los límites permitidos por la Organización Mundial de Salud: las emisiones de diésel de los buses, aumenta los riesgos de enfermedades respiratorias y cáncer. 

La movilidad urbana sigue siendo denigrante, contaminante y de mala calidad. Los esfuerzos para mejorarla, como el Metro en Quito, es una clara demostración de la incompetencia municipal. El proyecto, con una deuda de más de 2 mil millones de dólares, lleva ya 10 años en construcción y aún no entra en funcionamiento.

Igualmente es deplorable la gestión de la basura, en la mayoría de ciudades, con porcentajes mínimos de reciclajes y botaderos de basura antitécnicos.

La débil gestión urbana aumenta los peligros ambientales, agudizados por el cambio climático… el aluvión de La Gasca (Quito, enero 2022), dejó 27 muertos. Las grandes inmobiliarias frecuentemente burlan la planificación y las ciudades crecen caóticamente, con pocos espacios verdes y con serias carencias de infraestructura.

El reciente crecimiento de la violencia, sobre todo en la Costa, es alarmante.  Guayaquil se ha convertido en una de las 50 ciudades con mayores tasas de homicidios en el mundo -entre 4 y 7 asesinatos diarios-. Las cifras para Esmeraldas y otras ciudades de la Costa son igualmente graves.

Los gobiernos provinciales han dejado de lado sus responsabilidades en la conservación de la biodiversidad y el ambiente, permitiendo la expansión de la deforestación y actividades mineras, con serio deterioro ambiental.

Votemos por candidatos que ofrezcan soluciones reales a los problemas mencionados y que se aparten de discursos demagógicos y vacíos.El destino de muestras ciudades y provincias está amenazado por una democracia débil y engañosa, y ante este panorama obscuro de crisis y desencanto, nuestra responsabilidad, como ciudadanos consientes, es determinante para salir de la crisis en la que estamos sumergidos.  ·  #ComuniquemosEsperanza

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lunes, 16 de enero de 2023

carta No.167: Políticos y ciudadanos conscientes y responsables

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 167– 15 de enero 2023

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Políticos y ciudadanos conscientes y responsables

“Tomar en serio la política en sus diversos niveles –local, regional, nacional y mundial– es afirmar el deber de cada persona, de toda persona, de conocer cuál es el contenido y el valor de la opción que se le presenta y según la cual se busca realizar colectivamente el bien de la ciudad, de la nación, de la humanidad” (Pablo VI).


En un proceso electoral como el actual se pretende un encuentro o desencuentro entre los candidatos que se presentan a los comicios para ser elegidos con base a las propuestas que presentan y los electores que, de acuerdo con las ofertas inteligenciadas, consignan su voto. Es una relación intrínseca que implica responsabilidades y derechos mutuos, los unos siendo auténticos y veraces, en lo que dicen y proponen y los electores buscando la verdad y la mejor opción de servicio eficaz al bien común.

Sin embargo, la elección no garantiza que el político “profesional” actúe correctamente, razón por la cual debemos implementar herramientas legales y tecnológicas que generen una mayor participación ciudadana, con el fin de que cumpla sus ofrecimientos, escuche la voz de los ciudadanos, eluda la tentación de servirse del poder que se le ha dado y rechace todo tipo de corrupción. Como ciudadanos no podemos ser indiferentes y decir “es que todos son iguales”, caer en el quemeimportismo solo permite que sigan los abusos y la corrupción. Si les dejamos “libres” a los políticos, para que ejerzan como quieran el poder después de ser elegidos, nos faltará fuerza y control que les obligue a responder por sus acciones y omisiones. Es muy difícil confiar en su conciencia moral que muchas veces ha demostrado ser muy débil y voluble.

El desafío impostergable es qué y cómo hacer para que el político elegido no se burle del ciudadano que lo eligió. Deben implementarse contralorías ciudadanas a través de mecanismos idóneos, que ya existen en nuestra constitución y en las leyes, para reducir significativa y efectivamente la presencia de la mentira y la corrupción en la política, tan enquistadas en los diferentes niveles de la administración pública.  La ciudadanía debe exigir cuentas de las inversiones realizadas y de los contratos firmados o aplicar la alternativa de destituirle del poder con una revocatoria del mandato entregado.

Nuestro modelo político es el de una República Democrática, que exige libertad, participación ciudadana, legalidad, vigencia de los derechos humanos, y búsqueda del bien común. En nuestro país se han incumplido muchos de estos requerimientos debido a taras sociales y mentales que dominan la cotidianidad como la pobreza, la exclusión, el desempleo, la falta de servicios básicos, salud, educación y la presencia de corrupción, inseguridad, debilitamiento institucional, demagogia, populismo, caciquismo…

Está pendiente construir un destino colectivo en el que haya “vida digna” para todos y no solo para unos pocos privilegiados. Vivir con dignidad es un derecho que nos corresponde, para ello debemos, además de elegir con responsabilidad, actuar solidariamente y participar responsablemente en la construcción de nuestro propio destino, que es el de todos. Entre ceja y ceja debe estar siempre presente nuestra obligación y derecho de elegir y de participar en los procesos sociales para lograr el bienestar y desarrollo integral de nuestro país.

En esta lógica debemos evolucionar como ciudadanos: dejar de ser ingenuos, donde no analizamos ni nos comprometemos y solo votamos porque es obligatorio, dando un voto cada cierto tiempo... Debemos dejar atrás esta práctica, superarla, para convertirnos en ciudadanos responsables que, racionalmente, comprendemos, estudiamos y analizamos los contextos, intereses y compromisos que hay detrás de cada candidato y autoridad elegida. Debemos tener muy claro que por encima de todo interés personal o de grupo están los intereses nacionales, de la provincia, cantón o parroquia, es decir, el destino del país en el que su fin orientador, es el bien común.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

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domingo, 8 de enero de 2023

carta No.166: Benedicto XVI: Un Papa de contrastes

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 166– 8 de enero 2023

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Benedicto XVI: Un Papa de contrastes

“No espero un final, sino un encuentro” (papa Benedicto XVI).

“Con emoción recordamos esta persona tan noble, tan amable.  Sentimos en el corazón mucha gratitud: gratitud a Dios por haberlo donado a la Iglesia y al mundo; gratitud hacia él, por todo el bien que realizó, y especialmente por su testimonio de fe y oración, en estos últimos años de su vida retirado” (Francisco sobre Benedicto XVI).

En silencio, como han transcurrido sus últimos años desde su renuncia en febrero de 2013, ha partido a la casa del Padre, el 31 de diciembre de 2022, el papa emérito Benedicto XVI - Joseph Ratzinger.

Fue un papa de contrastes. Cuestionado en su época cuando, siendo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, reprendió a importantes teólogos de la Teología de la Liberación y a Hans Kung. Sufrió mucho, pidió perdón y mantuvo una postura firme sin doblegarse ante los casos de pederastia. Fue traicionado por personas de su confianza y padeció las divisiones en el seno de la iglesia y en la propia Curia Vaticana.

Fue un hombre y pastor valiente, cuando sintió que ya no tenía fuerzas para gobernar la Barca de Pedro, renunció al papado, algo que no ocurría desde hacía casi 600 años.  Para algunos fue un hecho escandaloso, para otros un acto de coherencia. Desde entonces jamás interfirió en el papado de Francisco, a pesar de que algunos sectores de la extrema derecha eclesial quisieron que apoyara sus posturas intransigentes.

Benedicto XVI fue un pensador profundo.  Entre 1962 y 1965 fue asesor del Concilio Vaticano II.  También fue autor de numerosos libros y durante su pontificado publicó tres cartas encíclicas:

Deus caritas est (Dios es amor), dedicada al amor cristiano, señala que el amor (caritas) es una fuerza extraordinaria, capaz de mover a las personas para un compromiso valiente y generoso por la justicia y la paz. El amor tiene su origen en Dios - amor eterno y absoluta verdad. “El amor engloba la existencia entera y en todas sus dimensiones, incluido también el tiempo. No podría ser de otra manera, puesto que su promesa apunta a lo definitivo: el amor tiende a la eternidad”.

Spe salvi (Salvados en la esperanza) está dedicada a la esperanza, indica que con la salvación de Cristo el ser humano recibió el regalo de la esperanza… una esperanza confiable: “tenemos un futuro, sabemos que nuestra vida no acaba en el vacío”.

En Caritas in veritate (Caridad en la verdad), trata sobre el desarrollo humano integral en la caridad y en la verdad, “de la que Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del auténtico desarrollo de cada persona y de toda la humanidad”.  Señala las grandes amenazas que se ciernen sobre la humanidad, abordando con realismo y esperanza los problemas creados por las crisis económicas y financieras, por la falta de instituciones capaces de superar las desigualdades e injusticias que generan el subdesarrollo de muchos pueblos y por la ausencia de ética que predomina en las sociedades ricas. Denuncia la falta de consideración para la dignidad de la persona que genera resultados como el ataque a la propia vida humana, la pobreza, la guerra, el terrorismo y la destrucción del ambiente. Indica que es necesario afrontar estos problemas sociales y económicos, promoviendo una verdadera cultura de la vida, la justicia y la paz.

Una de sus advertencias durante toda su vida y hasta el final de su papado fue el cuestionamiento al relativismo moral, donde él veía un germen capaz de destruir la sociedad, la democracia y la civilización cristiana. Decía: "Cuando el relativismo moral se absolutiza en nombre de la tolerancia, los derechos básicos se relativizan y se abre la puerta al totalitarismo". Con sus palabras y silencios, con su profunda sabiduría, con su amor por la Iglesia, Benedicto XVI ha sido un don de Dios, como el buen pastor que: “Sufre por el Evangelio, sostenido por la fuerza de Dios” (Segunda Carta a Timoteo 1, 8-9).  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

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domingo, 1 de enero de 2023

carta No.165: Invertir en la Paz y la Justicia

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 165– 1 de enero 2023

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Invertir en la Paz y la Justicia

“…En la fraternidad y la solidaridad, que podemos construir la paz, garantizar la justicia y superar los acontecimientos más dolorosos.  De hecho, las respuestas más eficaces a la pandemia han sido aquellas en las que grupos sociales, instituciones públicas y privadas y organizaciones internacionales se unieron para hacer frente al desafío, dejando de lado intereses particulares.  Sólo la paz que nace del amor fraterno y desinteresado puede ayudarnos a superar las crisis personales, sociales y mundiales”. Papa Francisco, 56 Jornada Mundial de la Paz, 2023.

Queramos reconocerlo o no, la pandemia de la covid-19 marcó el rumbo de la humanidad.  Por un lado, nos demostró lo frágiles y vulnerables que somos y, por otro, puso en el escenario la necesidad de caminar juntos para enfrentar esta adversidad que puso en dificultades a la población mundial.

En solitario sucumbimos por más esfuerzos para vencer las dificultades. Lo hemos visto en la angustia de quienes han sufrido la pérdida de seres queridos, el sentimiento de derrota y amargura de tantos que perdieron sus empleos o medios de vida… todos lo sufrimos de una u otra forma por más que queramos pasar la página, olvidar o aparentar bienestar y felicidad en estas fechas navideñas.

Es en comunidad y en unión global que podemos salir adelante juntando nuestras fortalezas económicas, científicas, médicas, tecnológicas, sociales, culturales, ambientales, educativas…  Durante lo más fuerte de la pandemia, se demostró que la única vía es la solidaridad, la justicia, la equidad, la inclusión, el respeto y el cuidado del ambiente, la honestidad, la eliminación de la corrupción, la educación de calidad, la salud para todos y desde luego la vigencia plena de la justicia.

Sin embargo, pese a ese potente mensaje que dio el covid-19 no nos hizo cambiar, la humanidad y los llamados líderes mundiales siguen mirando hacia otro lado, a sus intereses, de ahí que sin ningún recelo generan guerras sin sentido, alejan a la paz como estilo de vida, promueven la iniquidad y siguen produciendo pobreza y miseria sin recelo, manipulan la justicia a nivel nacional y mundial, desheredan a los más vulnerables de cualquier derecho fundamental, evaden todas sus responsabilidades.

Pero, no todo está perdido, juntos podemos demostrar que “otro mundo es posible”, en la fraternidad y solidaridad podemos construir la paz, garantizar la justicia, eliminar las inequidades y superar los diversos y desafiantes acontecimientos dolorosos que carcomen nuestra cotidianidad y nos desangran.  Todos conocemos estas realidades y las grandes mayorías las sienten y viven. El desafío es dejar la queja para encontrar y proponer caminos que nos permitan superar estas situaciones que como humanidad no podemos aceptar ni permitir.

La comunidad es el medio donde sentimos que los lazos que nos unen se tejen en la solidaridad y fraternidad con los hermanos y hermanas y en la unión con Jesús -ahora niño en Belén-, que es el camino, la verdad y la vida (Juan 14,6).

“Así pues, estamos llamados a afrontar los retos de nuestro mundo con responsabilidad y compasión.  Debemos retomar la cuestión de garantizar la sanidad pública para todos; promover acciones de paz para poner fin a los conflictos y guerras que siguen generando víctimas y pobreza; cuidar de forma conjunta nuestra casa común y aplicar medidas claras y eficaces para hacer frente al cambio climático; luchar contra el virus de la desigualdad y garantizar la alimentación y un trabajo digno para todos, apoyando a quienes ni siquiera tienen un salario mínimo y atraviesan grandes dificultades. El escándalo de los pueblos hambrientos nos duele. Hemos de desarrollar, con políticas adecuadas, la acogida y la integración, especialmente de los migrantes y de los que viven como descartados en nuestras sociedades. Sólo invirtiendo en estas situaciones, con un deseo altruista inspirado por el amor infinito y misericordioso de Dios, podremos construir un mundo nuevo y ayudar a edificar el Reino de Dios, que es un Reino de amor, de justicia y de paz.”, es la invitación del Papa Francisco en su Mensaje para la Celebración de la 56 Jornada Mundial de la Paz.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

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