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domingo, 26 de septiembre de 2021

Carta No. 99: "Justicia y Paz es su nombre y su programa" (Paulo VI)

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 99 – 26 de septiembre 2021

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"Justicia y Paz es su nombre y
 su programa" (Paulo VI)

La Comisión ecuatoriana Justicia y Paz cumple 50 años de vida.  Fundada en 1971, es una organización de la sociedad civil, reconocida por el Estado ecuatoriano y cuenta con el aval de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.  Celebraremos este feliz aniversario con una Eucaristía de Acción de Gracias y una sesión solemne virtual el 29 del presente mes y en ella presentaremos el libro "Ecuador: Realidad y Perspectivas 1971-2021".

Invitamos a nuestros amigos y colaboradores a unirse a este especial acontecimiento.

ZOOM: https://bit.ly/3AbNrYs

ID reunión:
840 6948 3578

Código: 50ª


Justicia y Paz "promueve la dignidad de la persona humana, la integridad de la creación y defiende el respeto y garantía de los derechos humanos y su ejercicio integral, preferentemente de personas y colectivos en situación de exclusión, discriminación y vulnerabilidad a la luz del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia".

Somos parte de una comunidad ecuménica de creyentes, mujeres y hombres, laicos, religiosos y clérigos, personas naturales o jurídicas que, con los ojos fijos en Jesús y con los pies en la realidad cotidiana, se afana por vivir un espíritu abierto, incluyente e inclusivo, al servicio de los más débiles de nuestra sociedad.

Estamos convencidos que "la paz no es solo ausencia de la guerra, sino vida rica de sentido, configurada en la realización personal y en el compartir fraterno con los otros. Entonces esa paz tan ansiada y puesta siempre en peligro por la violencia, el egoísmo, la maldad, se convierte en posible y realizable" (Papa Francisco), razón por la cual a lo largo de estos años hemos trabajado, con altos y bajos, en promover la paz y la justicia, defendiendo los derechos de los más vulnerables, pronunciándonos sobre temas políticos, económicos, sociales, culturales, ambientales… desde la Doctrina Social de la Iglesia y nuestra experiencia de cristianos comprometidos con la causa de Jesús y de su Reino.

Como dice Juan XXIII "la Justicia se defiende con la razón y no con las armas", de ahí la necesidad y la importancia de una palabra oportuna, clara y comprometida que oriente a los pueblos y sus autoridades "sobre el pleno respeto de derechos y deberes y sobre la distribución ecuánime de beneficios y cargas" (Juan Pablo II).

La Justicia no solo se refiere al campo social, sino también al universo que está incluido en la justicia ya que es el escenario en donde podremos construir la paz.

La vigencia de la Paz y la Justicia es imprescindible e inaplazable en toda sociedad que se precie de ecuánime, equitativa, incluyente, solidaria… pues, sabemos bien que "no hay paz sin justicia" (Juan Pablo II).

Nuestra tarea prioritaria ha sido y es promover y realizar el discernimiento comunitario desde y en la realidad ecuatoriana, para llegar a las opciones y compromisos que definen nuestra misión y hacer pronunciamientos fieles a nuestra realidad vista con objetividad, sin compromisos adquiridos, libre de influencias político-partidarias, ausente de intereses de grupo y libre de actitudes extremas y negativas.

Nuestra Comisión promueve la paz y la justicia desde sus cartas semanales "Con los ojos fijos en Él" tratando temáticas que vive el pueblo ecuatoriano y que muchas veces son ignorados por otros medios de comunicación. En ellas decimos nuestra verdad, desde nuestros conocimientos y experiencias con los que esperamos inquietar a nuestros lectores en la búsqueda de la verdad y el camino de solución de los graves problemas nacionales.

Al celebrar nuestros 50 años y presentar el libro "Ecuador, realidad y perspectivas" expresamos nuestro agradecimiento y reconocimiento a la Doctora Isabel Robalino, fundadora de nuestra Comisión.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

  

domingo, 19 de septiembre de 2021

Carta No. 98: Ecuador y el FMI

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 98 – 19 de septiembre 2021

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Ecuador y el FMI

“… la pandemia, sin embargo, nos ha recordado una vez más que nadie se salva solo.  Si queremos salir de esta situación como un mundo mejor, más humano y solidario, hay que idear formas nuevas y creativas de participación social, política y económica, sensibles a la voz de los pobres y comprometidas con su inclusión en la construcción de nuestro futuro común".  (Francisco en cf. Fratelli Tutti, 169).


La relación entre el Gobierno Nacional y el Fondo Monetario Internacional - FMI arrancó en 1957, bajo el Gobierno de Camilo Ponce Enríquez. Desde entonces, las reiteradas crisis económicas que ha enfrentado el Ecuador le han llevado a acudir al FMI y a otras instituciones de financiamiento internacional como el BID, la CAF, el BIRF y también al gobierno y la banca China.

Entre 1961 y 1972, el Ecuador suscribió 9 acuerdos con el FMI, con algunos condicionamientos, que no alcanzaron la profundidad ni la significación de las 16 cartas de intención suscritas entre 1983 y 2003.

El acuerdo técnico cerrado entre el gobierno nacional y el FMI el 8 de septiembre de 2021, ha vuelto a poner en la mesa de discusión el papel del Organismo Multilateral, considerado como ente condicionante en la adopción de las políticas nacionales. Al respecto hay que aclarar que el acuerdo logrado con el FMI no es nuevo, es una revisión del gobierno actual sobre el programa negociado y suscrito por el expresidente Moreno en 2019, que contemplaba un préstamo total de USD 6.500 millones, de los cuales 4.000 ya fueron desembolsados. Los restantes 2.500 millones se harán hasta el 2022.

La oposición discrepa de este acuerdo y hace referencia a los condicionamientos, que muchas veces perjudican a los sectores más vulnerables a cambio de los desembolsos, sin embargo, vale recordar que la relación se sustenta en que el Ecuador es suscriptor de esta organización, al igual que 190 países del mundo.

El FMI fue creado como solución a las devastadoras consecuencias de la II Guerra Mundial. Su objetivo central: evitar crisis en la economía de los países miembros para lo cual hace recomendaciones sobre la adopción de medidas de política económica que permitan afrontar situaciones emergentes.

Al Ecuador, este apoyo financiero le ha permitido solventar parte del flujo de dinero requerido para enfrentar las crisis generadas por el irresponsable manejo económico de los gobiernos de turno, sin cumplir su planificación ni los gastos comprometidos en el presupuesto del Estado. Los préstamos concedidos por China oscilan alrededor del 9% y las tasas cobradas por el FMI no superan el 4%.

Ecuador, como la región y el mundo, atraviesa una severa crisis económica, social y ética, agudizada cruelmente por la pandemia y cuyas consecuencias más visibles son el enorme déficit fiscal y el alto desempleo que incrementan la pobreza, la indigencia y la carencia de vida digna.  Esta realidad exige practicidad en el manejo económico, lo cual supone adoptar medidas que controlen estos problemas, tales como austeridad total en el gasto y políticas públicas que favorezcan la inversión y la producción. Debemos entender el verdadero problema e ir más allá del discurso estéril, de la politización de la economía y la estigmatización de instituciones y/o acciones que tratan de corregir los problemas.

Hay que despojarse de intereses mezquinos y trabajar porque “Un elemento central del desarrollo justo e integrado es tener muy en claro el objetivo esencial y el propósito de la vida económica, a saber, el bien común universal. De ello se desprende que el dinero público no puede nunca disociarse del bien común, y que los mercados financieros deben estar respaldados por leyes y regulaciones orientadas a garantizar que contribuyan verdaderamente al bien común”.  (Papa Francisco al FMI, abril 2021) ·  #ComuniquemosEsperanza

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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 12 de septiembre de 2021

Carta No. 97: Del desarrollo local al desarrollo nacional

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 97 – 12 de septiembre 2021

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Del desarrollo local al desarrollo nacional

“Se trata, de integrar en el desarrollo todos aquellos elementos que realmente hacen que sea así. Los diferentes sistemas: la economía, las finanzas, el trabajo, la cultura, la vida familiar, la religión son, cada uno en su especificidad, un momento irrenunciable de este crecimiento. Ninguno de ellos puede ser absoluto y ninguno puede ser excluido de un concepto de desarrollo humano integral, es decir, que tenga en cuenta que la vida humana es como una orquesta que suena bien, si los diferentes instrumentos se armonizan y siguen una partitura compartida por todos”.  (Papa Francisco, 2017).



El desarrollo local es un proyecto colectivo diseñado y ejecutado con un conjunto de acciones planificadas, en un tiempo determinado y en un territorio concreto, construido por todos los actores sociales, políticos, culturales, cuya participación permite enfrentar el cortoplacismo, el clientelismo, la improvisación, el dispendio de recursos humanos y económicos, el subdesarrollo, el desempleo, la ausencia de servicios de salud y educación, la inequidad, la contaminación ambiental, la corrupción, la impunidad, la injusticia... realidades que impiden mejorar la condición de vida de los ciudadanos.

El centro y el fundamento del desarrollo local es el ser humano.  Desarrollo que busca reducir las diferencias entre los sectores urbano y rural.  Un proceso histórico que apuesta al futuro tomando en cuenta que la participación comunitaria es el eje articulador, planificador y ejecutor de su propuesta colectiva de desarrollo.  Solo así será sostenible y sustentable en el tiempo.

Para que haya desarrollo local es importante reconocer la diversidad de cada pueblo y territorio: principios y valores, sueños y esperanzas, angustias y dolores… factores determinantes al establecer prioridades, objetivos, metas y acciones conjuntas, que permitan valorar los recursos naturales existentes, fortalecer el tejido social y el desarrollo económico, cultural, tecnológico, sanitario; impulsar a los sectores productivos, implementar la formación integral e impulsar las estrategias del desarrollo humano.

El desarrollo local se coordina en tres niveles: a) políticos: prefecturas, municipios, juntas parroquiales (Gobiernos Autónomos Descentralizados – GADs); b) sociales: organizaciones ciudadanas, comités pro-mejoras, sindicatos…; y c) organizaciones no gubernamentales (ONGs).  En este contexto, algunos de estos actores actúan en complicidad y encubrimiento para imponer su visión particular, auspiciando proyectos 'personales' que rompen toda lógica de planificación, duplican actividades, rivalizan, desconocen y deslegitiman acciones realizadas.  Con frecuencia prima el cortoplacismo que apuesta al clientelismo y la improvisación y generalmente responde a un caciquismo local o regional.

Los GADs, además enfrentan limitaciones presupuestarias, elevados gastos corrientes, ausencia de personal capacitado y la desarticulación de las realidades económicas, sociales y culturales, que impiden construir el anhelado desarrollo integral y más bien lo que se ha implementado es un subdesarrollo local.

Hay que tener presente que, sin desarrollo local es imposible lograr el tan necesario desarrollo nacional.  Es urgente cualificar a autoridades, funcionarios y ciudadanía como agentes y actores del desarrollo local.  Todos debemos ser parte de lo que, se denomina 'lo glocal', que se define como aquello "que hace referencia a factores tanto globales como locales o reúne características de ambas realidades".

Lo global y lo local, no son visiones contrapuestas, son complementarias pues "El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico.  Para ser auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre.  (…) «Nosotros no aceptamos la separación de la economía de lo humano (…).  Lo que cuenta para nosotros es el hombre, cada hombre, cada agrupación de hombres, hasta la humanidad entera» (Lebret OP)" señalo Paulo VI en la Encíclica Populorum Progressio, No.14, 1967.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

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domingo, 5 de septiembre de 2021

Carta No. 96: Migrar: ¿Salir al encuentro de sueños?

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 96 – 5 de septiembre 2021

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Migrar: ¿Salir al encuentro de sueños?

"Esos hermanos y hermanas nuestras intentaban salir de situaciones difíciles para encontrar un poco de serenidad y de paz; buscaban un puesto mejor para ellos y para sus familias, pero han encontrado la muerte"  (Papa Francisco, Lampedusa, 8 de julio de 2013).


Los movimientos migratorios han existido desde siempre. Ya el Evangelista Lucas recordaba que "era forastero y me acogiste"… históricamente se ha dado en toda dirección. El desplazamiento va desde regiones económicamente vulnerables hacia otras en mejor condición. El mayor motor migratorio es la pobreza, pero también la violencia, o por causas políticas, culturales, bélicas, raciales, conflictos internacionales o catástrofes naturales.

Si bien llama la atención la presencia, en nuestras calles, de emigrantes de otros países y continentes, las migraciones internas también son importantes. En nuestro caso del campo a la ciudad, fenómeno que ha transformado el país en razón del abandono del sector rural, por la injusta distribución de riqueza, la falta de servicios básicos y de salud, pésimas vías de comunicación y una educación deficiente… que hacen muy difícil "sobrevivir" en sectores rurales.

Los gobiernos de turno, muchos con fines electoreros, concentraron su atención en las urbes: servicios de salud, educación, modernidad… por lo que se convirtieron en centros de atracción para miles de ciudadanos que buscaban mejores días, lo que devino en cinturones de miseria, desempleo, mendicidad y hasta delincuencia, mientras el populismo dispendia los pocos recursos en obras urbanas innecesarias.

Por otro lado, en época de crisis, las remesas enviadas por nuestros migrantes, en los últimos veinte años, han sido un aporte fundamental a la economía nacional.  Una nueva crisis económica generada por la pandemia ha ocasionado la pérdida de más de 700 mil empleos, situación que empujó a más de 56 mil ecuatorianos a salir del país, entre enero y mayo del presente año (la cifra más alta desde 2017) y no han regresado... se calcula que el 85% se habrían quedado en México y EEUU.

El intenso flujo de migrantes, en especial a Estados Unidos, en busca del "sueño americano", hace que muchos cumplan las engañosas exigencias de los coyoteros, que no miden riesgos ni sufrimientos de las víctimas a su cargo, les interesa exclusivamente "su malévolo" negocio; ellos se aprovechan de la ingenuidad de la gente e imponen sus tarifas -entre 15 y 18 mil dólares por persona- en un mercado humano perverso. La mayoría nunca llegan a su destino, al ser deportados o morir en el intento de cruzar la frontera.  En algunos casos ni siquiera sus cadáveres son devueltos. Es indispensable que el Gobierno ecuatoriano investigue la trama criminal completa y destruya un sistema mafioso que podría involucrar a autoridades y tener cómplices y encubridores en policías y jueces.

Ante esta situación y las buenas relaciones, los gobiernos de Ecuador y Estados Unidos deberían enfrentar este problema de forma conjunta, para encontrar una solución integral que rompa con el coyoterismo, promueva la libre movilidad, normando el derecho de los ecuatorianos a ganarse honradamente el pan en territorio estadounidense. No es un problema particular, es un problema nacional y en esos términos tiene que ser discutido y solucionado por las administraciones.

Pensando en los migrantes, en su esfuerzo heroico de sobrevivencia, debemos evaluar nuestro comportamiento con los forasteros que llegan al país. La acogida al peregrino nos lleva al encuentro del prójimo, de Jesús. Dejar caer las barreras y tender puentes con los otros, nos conduce a una experiencia de cercanía con Dios y la construcción de ambientes de Justicia y Paz.  ·  #ComuniquemosEsperanza


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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.