Con los ojos fijos en
Él
en
la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 108 – 28 de noviembre
2021
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No
más violencia contra la mujer
“Hoy, sigue
habiendo mujeres que sufren violencia.
Violencia psicológica, violencia verbal, violencia física, violencia
sexual. Es impresionante el número de
mujeres golpeadas, ofendidas, violadas. Las distintas formas de malos tratos
que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para toda la
humanidad…” (Papa Francisco, feb. 2021).
Las Naciones
Unidas declararon el 25 de noviembre como el Día Internacional de la
Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un llamado universal para trabajar
con acciones conjuntas entre el Estado y la sociedad para poner fin a la
vulneración de los derechos de las mujeres.
Los medios de
comunicación difunden hechos execrables cargados de agresividad y violencia en
contra de miles de mujeres. En países como Afganistán, hay casos de niñas
vendidas, jóvenes entregadas en matrimonio sin consentimiento previo y muchas mujeres
son castigadas bajo la interpretación fundamentalista del Corán. Estos son indicadores
del estancamiento y del retroceso al respeto y a la dignidad de la mujer. Los
femicidios y la violencia hacia las mujeres, niñas y adolescentes se incrementan
geométricamente. Es un absurdo que nuestras sociedades catalogadas como modernas
y adelantadas tengan este tipo de taras.
“Es
impresionante el número de mujeres golpeadas, ofendidas, violadas. Según
estadísticas de la ONU, cada día 137 mujeres son asesinadas por miembros de su
propia familia a escala mundial, una de cada 3 mujeres ha experimentado alguna
vez violencia física, psíquica o sexual y 15 millones de niñas adolescentes de
15 a 19 años han sufrido relaciones sexuales forzadas. En adición, el
aislamiento social, la dependencia económica, la crisis laboral producidas por
la pandemia (del covid 19) han elevado la vulnerabilidad de las mujeres a la
violencia" (Vatican News 2021/02).
En nuestro país,
lamentablemente, el maltrato a la mujer también es una lacerante realidad. De
enero de 2014 a noviembre de 2021 se cuentan 1022 femicidios, es decir que una
mujer es asesinada cada 44 horas y la mitad de las víctimas son madres. La
eliminación del maltrato a la mujer no es un desafío solamente para ellas, lo
es para la sociedad entera, y no porque los victimarios en su mayoría son
hombres, sino, sobre todo, porque son expresión de inhumanidad, irracionalidad
y tiranía de la fuerza y el poder.
Lamentablemente,
no basta que los países cuenten con legislaciones que condenan la violencia
doméstica, acoso sexual e inequidad. Es necesario que eliminemos esquemas
mentales, paradigmas culturales y sociales… que desvalorizan a la mujer en su
dignidad humana, capacidades y derechos y en su aporte histórico a la
civilización, a la cultura y vida de la sociedad. No siempre somos conscientes
de la contribución de la mujer a la humanidad. La violencia, el desamor, el
machismo recalcitrante…. menosprecian la vida, con peligro de que la humanidad
desaparezca.
La presencia y
acción de la mujer son ejes centrales y transversales de la humanidad. Su presencia en la sociedad como profesional,
trabajadora, generadora de opinión, política, madre, esposa, maestra de sus
hijos, fuente de amor y vida… impide que la vida desaparezca y el mundo se
dinamice política, social y culturalmente.
El Papa
Francisco señala que “toda violencia infligida a la mujer es una profanación de
Dios, nacido de una mujer. La salvación
para la humanidad vino del cuerpo de una mujer: de cómo tratamos el cuerpo de
la mujer comprendemos nuestro nivel de humanidad”.
Acabar con la violencia contra la
mujer es una tarea conjunta y comunitaria, en la que debemos generar una conciencia
de respeto mutuo, para cambiar actitudes y comportamientos machistas, que
atentan contra la dignidad y los derechos de la mujer · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos
fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros
de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de
estas cartas.