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jueves, 25 de octubre de 2018

carta No.15 - Ecuador: Un Balance Económico Necesario


Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe

carta No. 15
octubre 2018
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Un año y seis meses de gobierno, es un tiempo prudencial para hacer un balance del gobierno del Presidente Lenin Moreno.  La situación actual nos permite ver que los indicadores económicos y sociales no dan muestras de avance ni de la configuración de un nuevo modelo de desarrollo y, más bien, daría la impresión que estamos volviendo a un pasado que rechazamos y que queremos cambiarlo.
El Ecuador presenta factores preocupantes en diversos aspectos de la economía.  Es así que se mantiene la tendencia a un desmedido endeudamiento que si bien satisface situaciones emergentes no constituye una solución a mediano y largo plazo y, por el contrario, parece complicar el futuro ya que el déficit fiscal no disminuye.  No se ha recurrido a nuevas emisiones de bonos, pero se sigue incrementando el endeudamiento externo por el valor de 1.137 millones, con Goldman Sachs, BID (Banco Interamericano de Desarrollo) y CAF (Banco de Desarrollo de América Latina).
Mucho se habló de la necesidad de recortar el gasto público, pero hasta aquí no ha existido el resultado que se esperaba y más bien encontramos que pese a los anuncios oficiales el desempleo es creciente a pesar de la disponibilidad de talentos humanos preparados: jóvenes profesionales que egresan de las universidades o que retornan al país con títulos de cuarto nivel no encuentran opciones ocupacionales ni incentivos para convertirse en emprendedores.  Esta situación se refleja en los Indicadores sociales, como el desempleo y sub-empleo que se han visto endurecidos, en desmedro del empleo pleno el cual, a junio de 2018, registró una disminución de alrededor de 161 mil plazas de trabajo.
Se debe tomar en cuenta que ciertos datos afectan a la situación económica, como es el denominado “riesgo país”, que ha subido en los últimos meses haciendo más negativa nuestra imagen ante los inversionistas nacionales y extranjeros, lo que se refleja en que la inversión externa es sensiblemente menor a la que registran Perú y Colombia, ya que los capitales prefieren espacios en los cuales niveles de rentabilidad están garantizados.  Capitales nacionales se han ido a países vecinos lo que se traduce en una peligrosa desinversión, más aún cuando la producción nacional no es competitiva y gran parte del empresariado nacional prefiere depender de las ventajas que proporciona el Estado, sin comprometerse con mejoramiento de la economía nacional y al desarrollo social.
Este panorama se ve agravado por la corrupción que ha sido denunciada hasta el escándalo pero que sigue sin la sanción que ameritaría para superarla.  Además la administración de la justicia es otro elemento sustantivo en la pérdida de confianza en la administración pública.
En un esfuerzo por encontrar las causas de esta situación, podemos señalar que una de las más importantes es la falta de claridad de un modelo económico que pueda orientar al gobierno y a la sociedad en general.  Hoy se esboza una cierta vuelta a un Estado más o menos liberal de épocas anteriores.  En contraposición con la década pasada en la cual se propuso acogernos a la inversión pública, que funcionaba por la gran disponibilidad de recursos económicos producto de los altos precios del petróleo, de las remesas de los migrantes y de un agresivo crecimiento de los impuestos.  La situación hizo que nuestros administradores se tentaran por el despilfarro y cayeran en la más delirante corrupción.
La aprobación de la “Ley de Fomento productivo, atracción de la inversión, generación de empleo y estabilización fiscal”, no parece una solución adecuada y menos en el corto plazo.  Sus beneficiarios directos son los empresarios sin que exista por parte de ellos un firme compromiso en la generación de empleo y el incremento de la inversión y en lugar de ello encontramos nuevas exigencias de mejores condiciones para incrementar sus ganancias.
La Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz considera que es responsabilidad del gobierno, pero también de la sociedad en general, la búsqueda de soluciones que causen la menor afectación a los sectores populares y que provoquen el desarrollo social y económico caracterizado por la equidad y por la práctica de valores humanos y sociales.  Es así que como alternativa proponemos la renegociación de los incentivos de la Ley de Fomento Productivo, estableciendo límites e indicadores para medir los efectos sociales que a cambio deben ofrecer quienes se están beneficiando de esta Ley.
Preguntamos ¿por qué los empresarios inversionistas no sacrifican algo de sus aspiraciones a favor de las mayorías sociales?  Al final esto los va beneficiar en el futuro cuando al propiciar las mejoras económicas de las mayorías, el mercado para sus productos o servicios se amplíe y en consecuencia no serán perjudicadas sus ganancias.  Esto debería ser una obligación para los empresarios cristianos que, conjuntamente con los trabajadores, deberían encontrar soluciones, como por ejemplo, la revisión del modelo de constitución de empresas de economía mixta, frente al cual nos preguntarnos… ¿por qué no están funcionando según se había previsto?
La Economía Popular y Solidaria (EPS) es una opción que debe ser impulsada luego de reconfigurar las estructuras institucionales que hoy pretenden gobernarla y que en lugar de ser factores impulsores más bien han sido factores restrictivos al desarrollo del sector.  La propuesta de economía popular y solidaria, cuyo esquema ya ha sido probado en el Ecuador con beneficios sustantivos en cuanto a incremento en la producción, por una parte y generación de empleo por otra, pero sobre todo en un ambiente de comunidad y respeto a la cultura y dignidad de las personas, como el caso de “Salinas” de Guaranda.
El fortalecimiento de la EPS requiere que el Estado destine una mayor cantidad de recursos a la capacitación y formación profesional de los directivos, técnicos y administradores involucrados, valiéndose de la colaboración y de la preciosa experiencia acumulada y demostrada por varias ONG y fundaciones, que a lo largo de los años han pensado y promovido la EPS.  Además es fundamental la reducción sustancial de la tasa de interés de los créditos a los cuales acceden los actores de la EPS.
Otra de las alternativas es la formación de empresas dentro del marco de las PYMEs (pequeñas y medianas empresas), con capital abierto, que den la posibilidad a pequeños inversionistas de inmiscuirse en la gestión y ser parte de la empresa, aquello favorecería la inversión nacional y de capitales pequeños, pero que aunados podrían ser un verdadero motor de la economía.
Las recientes declaraciones presidenciales y el importante anuncio de incremento de recursos para la economía popular y los emprendimientos por medio de préstamos blandos y en condiciones aceptables puede contribuir a incentivar emprendimientos que ayuden a mejorar, con estabilidad y justicia, la economía de las grandes masas poblacionales del Ecuador.
Coordinación: María Herrera y Miguel Andrade - Redactor: Andrés León
Observatorio Político

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.


sábado, 1 de septiembre de 2018

Carta abierta de adhesión al Papa Francisco


“las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”
Mt 16,18
Querido Papa Francisco:
Quienes suscribimos esta carta somos ciudadanos del Ecuador, país al que diste prueba de tu afecto al visitarlo hace dos años.  Durante tu estancia en nuestro país, sentimos la trascendencia de tu magisterio y la bondad de tu corazón, que a todos los seres humanos considera y ama por igual y, al mismo tiempo, fuimos testigos de tu justificada predilección por los pobres y necesitados.  Nos anunciaste entonces que “el mejor vino está por venir”, y quedamos contentos.  Y llenamos calles y plazas, para oír tu mensaje, en Quito, Guayaquil, el Quinche, la Universidad Católica…
Y quedamos soñando con la inspiración espiritual que nos dieron tus palabras de sabiduría y bondad, con las que describiste un mundo mejor en el que los más pequeños, los refugiados, los migrantes, los que poco y nada significan para las sociedades materialistas, puedan tener una vida más humana, justa y solidaria.
Tus palabras de trascendencia espiritual y de humana justicia no han sido comprendidas por todos y se han puesto de manifiesto en críticas tan injustas como desmedidas.  Pero nada de eso modifica el valor y la importancia de la prédica evangélica que, reconociendo las imperfecciones del ser humano, siempre se ha orientado a propiciar un mundo de fraternidad y justicia.
Las falencias propias de la naturaleza humana nos afectan a todos y son tanto más graves cuando sus protagonistas son aquellos precisamente llamados a dar ejemplo de rectitud, y sus víctimas los indefensos.  Tú has tenido el coraje de pedir perdón a la humanidad por los delitos cometidos por algunos miembros del sacerdocio, cuya censurable conducta, sin embargo, no puede ser utilizada para responsabilizar y condenar a la Iglesia ni menos aún, para caracterizarla.  Estamos seguros, Papa Francisco, que seguirás tomando las medidas más apropiadas para afrontar y resolver este grave problema.
Querido Francisco: somos cristianos de diversas Iglesias, denominaciones y doctrinas, algunos incluso no practicamos ningún credo religioso, pero todos observamos indignados los intentos de quienes quieren acallar tu voz profética y tu mensaje de fraternidad, sin percatarse de que sus insensatas generalizaciones afectan la autoridad moral de una institución que ha desafiado las tormentas de la historia para representar, desde siempre, el referente al que vuelve sus ojos la humanidad para guiar sus pasos por el mundo terrenal, con los ojos puestos en la eternidad: la Iglesia Católica.
Quedamos pues, como siempre nos pides, en oración y acción diaria para acompañar tu pontificado hacia una Iglesia solidaria y abierta para todos.

jueves, 9 de agosto de 2018

El pueblo organizado, protagonista de la nueva sociedad

Leonardo Boff*

El Papa Francisco además de ser un líder religioso emerge también como uno de los mayores líderes geopolíticos actuales. Él tiene posición. No reproduce un discurso equilibrado, propio de los pontífices pasados. Por el hecho de estar claramente de un lado, el de los pobres, el de las víctimas y el de la vida amenazada, anuncia y denuncia. Denuncia un sistema que idolatra el dinero y se hace asesino de los pobres y depredador de la naturaleza. Se entiende: es el sistema y la cultura del capital. Tenemos que oír sus palabras porque son las de alguien que tiene conciencia de los peligros que pesan sobre toda la humanidad y la naturaleza.
No se limita a la denuncia. Anuncia como se vio indudablemente el 9 de julio de 2015 con ocasión de su visita a Bolivia. Allí tuvo lugar el II Encuentro Mundial de los Movimientos Sociales en Santa Cruz de la Sierra. Llamó a los representantes de los movimientos, que sienten en la propia piel las heridas de la explotación, para discutir con ellos las causas de sus padecimientos. Ninguno de los papas anteriores tuvo esa audacia.
Muchos representantes brasileños acudieron allí. El discurso es un verdadero guión para las luchas encaminadas hacia un nuevo tipo de civilización, ya que la nuestra está en creciente erosión y no posee internamente los medios de solución a los problemas amenazadores que ella ha creado para sí y para nuestro futuro. El discurso tiene dos partes. En la primera establece las metas fundamentales que deben abarcar a todos. Son las famosas tres TTierra para vivir y trabajar en ella; Trabajo para garantizar el sustento de las personas; Techo para albergar a las personas porque no son animales dejados al relente.
La segunda parte es programática y supone un desafío. Habla a los representantes de los movimientos sociales. Resumiendo sus palabras afirma: no esperen nada de arriba, de los gestores del sistema vigente, pues siempre traen más de lo mismo que perpetúa y profundiza la miseria. Sean ustedes mismos los protagonistas de un nuevo estilo de sociedad, con una nueva forma de producción orgánica, sintonizada con la naturaleza; con una distribución justa de los beneficios y con un consumo sobrio; sean los profetas de lo nuevo fundado en la justicia social y la solidaridad. Y da tres consejos: hagan que la economía sirva a la vida y no al mercado; promuevan la justicia social, base para la paz duradera; y cuiden a la Madre Tierra sin la cual ningún proyecto es posible.
Estas orientaciones del Papa Francisco nos iluminan en medio de la tormenta de nuestra pluricrisis actual. El legado de esta crisis será seguramente otro tipo de sociedad brasileña, donde las decenas de movimientos sociales de hombres y de mujeres poseerán un protagonismo determinante.
Será un nuevo tipo de ciudadanía que regenerará Brasil. Sólo los ciudadanos activos pueden fundar una sociedad democrático-participativa, socioecológica, como sistema abierto y siempre perfectible. Por eso, el diálogo, la participación, la vivencia de la corrección ética y la búsqueda de transparencia constituyen sus virtudes mayores.
Fundamentalmente podemos decir: hay en Brasil dos proyectos antagónicos que se disputan la hegemonía: el proyecto de los adinerados, antiguos y nuevos, articulados con las corporaciones transnacionales que quieren un Brasil con una población menor de la que realmente es. Ese Brasil, así creen ellos, podría ser gestionado en su beneficio sin mayores preocupaciones. Los restantes millones que se aguanten pues siempre han tenido que acostumbrarse a vivir y a sobrevivir en necesidad.
El otro proyecto quiere construir un Brasil para todos, democrático, pujante, soberano, activo y altivo frente a las presiones de los poderosos externos e internos, que quieren recolonizar Brasil y hacerlo un mero exportador de commodities.
Los dos golpes que hemos conocido en la fase republicana, el de 1964 y el de 2016, fueron tramados y ejecutados en función de la voracidad de los adinerados que no poseen un proyecto de nación, sino sólo para sí, como una forma de garantizar sus privilegios.
Los que dieron el golpe en 2016 se embarcaron en ese proyecto contra el pueblo. Ellos en realidad no tienen nada que ofrecer a los millones de brasileños que están al margen del desarrollo humano, a no ser más empobrecimiento y discriminación.
Esta oligarquía de ricos, sin embargo, no es portadora de esperanza y, por eso, está condenada a vivir bajo el miedo permanente a que, un día, esta situación pueda revertirse y pierdan sus privilegios.
Esta es nuestra esperanza: que el futuro acabe perteneciendo a los humillados y ofendidos de nuestra historia que, un día ―y ese día llegará― heredarán las bondades que la Madre Tierra reservó para todos. Alegres, se sentarán juntos a la mesa, en la gran comensalidad de los libertos, gozando de los frutos de su resistencia, de su indignación y de su valor para cambiar. Entonces comenzará una nueva historia de Brasil, de la que hombres y mujeres habrán sido los principales protagonistas y de la cual nos podremos honrar.
*Leonardo Boff es teólogo y filósofo y ha escrito Brasil: concluir la refundación o prolongar la dependencia, Vozes 2018.
Traducción de Mª José Gavito Milano

lunes, 30 de julio de 2018

carta No.14 - del circulo vicioso al Círculo Virtuoso del Desarrollo


Con los ojos fijos en El 
en la realidad y la fe

carta No. 14
julio 2018
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del Circulo Vicioso al Círculo Virtuoso del Desarrollo

El país no puede pasar del subdesarrollo político, social, económico, ambiental a un proceso sostenido de desarrollo integral, entendido éste no sólo como crecimiento económico sino como la articulación de los cuatro ámbitos que constituyen el régimen de desarrollo, consagrados en art. 275 de la Constitución de la República.  Y es que en cada uno de esos ámbitos el país se mueve en círculos viciosos sin encontrar salidas que posibiliten cambios verdaderamente transformacionales.  Veamos un par de evidencias que demuestran lo indicado.

En el ámbito político-institucional se constata la débil democracia en la que buscamos apoyar las aspiraciones del pueblo ecuatoriano.  La debilidad institucional ha provocado la mayor de las inestabilidades: llegamos a contar cuatro decenas de ministerios y otras tantas instituciones que lo único que han hecho es facilitar el ejercicio generalizado de la corrupción.  Hay una abundancia de leyes que nadie las respeta y otras tantas que cambian con mucha frecuencia, de acuerdo con los caprichos (o los intereses) de quienes están actuando como administradores de los procesos afectados.

En lo económico productivo, las inversiones, sobre todo del sector privado, son muy limitadas, la inestabilidad político-institucional genera inseguridades y no se quiere correr riesgos.  Aún se requiere inversión pública de apoyo a la producción, particularmente en el sector rural.  Alto costo de materias primas, dificultades para acceder a créditos productivos y para la comercialización, poco apoyo a la apertura de mercados, deficiencias de carácter tecnológico y otros tantos factores restrictivos imposibilitan mejores rendimientos productivos y se generan niveles muy bajos de rentabilidad.

Los tejidos sociales, a todo nivel, se han debilitado: gremios de los sectores productivos que no generan ideas de cambio porque no son escuchados, organizaciones sociales que han dejado de ser proactivas y que se desempeñan en el marco de enfoques clientelares, desinterés de los actores económicamente activos por mejorar sus niveles de conocimientos y por desarrollar propuestas creativas.

Nuestra casa, la naturaleza, se está cayendo a pedazos porque no la cuidamos.  Son múltiples los factores que provocan esta destrucción: tala indiscriminada de bosques, uso sin control de químicos para la producción del campo, ausencia de obras de protección de los recursos naturales, actividades extractivistas que sólo se orientan a la generación de ingresos de quienes, desde el extranjero, aportan capitales para este tipo de actividades no sustentables.

Las indicadas son una muy pequeña muestra de evidencias de los factores restrictivos que no nos permiten salir del subdesarrollo.

Si todos los ecuatorianos nos proponemos recuperar la práctica de los valores como el compromiso, la confianza en nosotros mismo y en quienes nos rodean, la solidaridad, el respeto a las leyes y, sobre todo, a nuestros congéneres, la transparencia como antídoto a la corrupción, entre los más importantes, podremos romper los círculos viciosos y desempeñarnos en el ámbito de círculos virtuosos sostenibles.  Nuestro horizonte debe ir más allá de los períodos de gobierno, sólo entonces podremos fortalecer nuestras organizaciones sociales, nuestras instituciones, nuestros procesos educativos y aquellos formativos, nuestra fe en la democracia verdadera.

Habiendo sido abandonado por tanto tiempo nuestro sector rural, es preciso dar cierto énfasis a la construcción y consolidación de los círculos virtuosos impulsando, por ejemplo: el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias y de los gremios de la producción, implementando modelos de gestión empresarial, promoviendo la asociatividad para el desarrollo de economías de escala, incorporando verdaderas prácticas de innovación a todo nivel, fortaleciendo las entidades de apoyo a la producción del campo como el Iniap, ampliando los niveles de conocimiento de los actores campesinos, impulsando verdaderos procesos que garanticen la soberanía y seguridad alimentarias, desarrollando creativas alternativas que permitan el acceso a los mercados, especialmente, de los pequeños productores rurales (algún rato se habló de implementar los puertos secos), simplificando los procesos de compras públicas, impulsando mecanismos que posibiliten el ahorro y la inversión, entre otras tantas opciones.

En cualquier caso, el reto está planteado para todos, para productores, para organizaciones, para agentes facilitadores del desarrollo, para la instituciones públicas, para profesionales, para las mismas familias ecuatorianas… creemos que si se puede.

Coordinación Miguel Andrade – Redactor: Francisco Carrasco
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.


miércoles, 25 de julio de 2018

El desafío actual:contra el Estado pos-democrático rescatar la democracia

Leonardo Boff*

No son pocos los analistas sociales y juristas del más alto nivel que denuncian la actual situación política de Brasil como la instauración de un Estado de excepción. El golpe parlamentario, jurídico y mediático de 2016 permitió que los golpistas pasasen por encima de la Constitución, modificasen las leyes laborales a favor de los patrones, engañasen al país con un techo de gastos en salud y educación, impidiendo que se cree un Estado de Bienestar Social.
La justicia ha dejado de ser imparcial e, incluso en los niveles más altos, se muestra parcial contra el PT y la figura carismática de Lula. Lo que el juez federal de primera instancia Sergio Moro hace es la aplicación descarada del lawfare y no esconde el ánimo persecutorio contra el expresidente, condenándolo sin pruebas materiales irrefutables. Por eso es considerado un prisionero político.
Es importante observar que este tipo de política obedece a una amplia estrategia pensada a partir de los intereses del imperio con los aliados internos de nuestro país. Brasil es decisivo en términos de geopolítica y de bienes y servicios naturales abundantes, capaz de garantizar la base física y química que sustenta el sistema de vida y el sistema-Tierra, ya en alto grado de erosión.
El golpe fue dado bajo la égida del más riguroso neoliberalismo y de la voracidad del capital especulativo de cariz capitalista que domina la política en el mundo entero.
Es sabido que el orden capitalista, por su individualismo y la furia de acumulación nunca se ha llevado bien con la democracia. Si la democracia más que el derecho de votar, implica buscar la igualdad de todos los ciudadanos con referencia a las leyes, los derechos básicos, la justicia social y las garantías fundamentales, debemos decir que es más un señuelo que una realidad. La democracia moderna se construyó como representativa de toda la sociedad. En realidad, en general representó los intereses de los poderosos y subrepresentó los del pueblo trabajador o pobre.
Los datos de varias entidades serias nos indican que cerca de ocho mil multimillonarios controlan gran parte de la economía mundial, dejando a millones y millones de personas en la pobreza y el hambre. Como la lógica capitalista es la competencia y no la solidaridad, entra en una era de barbarie y de gran inhumanidad.
Este tipo de capitalismo necesita de democracias de bajísima intensidad, con un Estado sometido al mercado, con la menor participación popular posible. La estrategia de los países capitalistas apunta a recolonizar América Latina y Brasil, condenados a ser meros exportadores de commodities (alimentos, minerales y otros).
El golpe de 2016 se dio con ese propósito, en sí antipatriótico, antipopular y profundamente injusto, en beneficio de los ricos y herederos de la Casa Grande. Este golpe liquidó el Estado democrático de derecho. Guardó las apariencias y las instituciones, pero no funcionan como prevé la Constitución o funcionan sin imparcialidad.
Se inauguró el “pos-Estado democrático”, categoría usada por Rubens Casara, juez de derecho del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro y profesor universitario, con notable capacidad teórica para pensar el desastre de la democracia brasileña y la ideología subyacente. En la actualidad rige, en efecto, un estado de excepción, a la moda del jurista alemán Carl Schmitt (1888-1985) que justificaba el régimen de Hitler, pues para él el criterio del político reside en la definición del enemigo a ser satanizado y destruido (cf. El concepto de lo político, Voces 1992, 51-53). Por encima de todas las leyes está el “Führer” o el “Duce”, que siempre tienen razón.
La consecuencia se lee en el sub-título del libro: “neo-oscurantismo y gestión de los indeseables”. Es decir, se mantiene la farsa democrática y se castiga a los más pobres, pues son indeseables al sistema de acumulación y de consumo.
El desafío actual consiste en rescatar la democracia mínima (no aquella “sin fin” de Boaventura de Souza Santos o como “valor universal” de Norberto Bobbio, ni la democracia “socio-ecológica” de Zaffaroni y mía) sino simplemente la pura y simple democracia, expresada en el Estado Democrático de Derecho. Debemos repudiar al Estado posdemocrático como excrecencia de la democracia y otro nombre para el régimen de excepción.
*Leonardo Boff escribió: Brasil: concluir la refundación o prolongar la dependencia, Vozes 2018.
Traducción de Mª José Gavito Milano

miércoles, 27 de junio de 2018

carta No.13 - Hacia un nuevo modelo de Iglesia

Con los ojos fijos en El 
en la realidad y la fe

carta No. 13
junio 2018
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Hacia un nuevo modelo de Iglesia

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana en comunicado de Prensa, hace algunos días, se pronuncia en relación al abuso de menores en los siguientes términos: “Rechazo a toda forma de abuso físico, psicológico y sexual contra menores”, en cualquier campo: familiar o institucional y se compromete a tomar “medidas preventivas” contra este flagelo.  Expone, además, el proceso que la Iglesia aplica, según el Derecho Canónico a los implicados y reitera su compromiso con los más desprotegidos.

La pederastia en la Iglesia, es un tema que lo hemos discernido, desde nuestro ser de laicos y laicas con dolor y esperanza, teniendo presente las palabras de Pablo: “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” Rom. 5, 20.

Adicionalmente, en los últimos tiempos, ha sido dolorosamente lamentable la noticia de innumerables casos de abuso sexual a menores por otros agentes y sujetos sociales en el mundo entero y en nuestro país, en particular, realidad cruel que indica la descomposición de ciertos segmentos de la sociedad que hacen daño a los débiles.

Es innegable la postura de los dos últimos Papas, Benedicto XVI y Francisco, al sostener el ‘cero tolerancia’ frente a estos execrables hechos de determinados sacerdotes que atentan contra la dignidad humana, causando un daño profundo e irreparable en sus víctimas y en innumerables personas que se escandalizan con este mal proceder.

Esta realidad nos conmueve y nos lleva a pensar que necesitamos una reflexión más profunda al interior de la Iglesia, tanto de la Jerarquía, como de los laicos y laicas, que formamos el Pueblo de Dios.  Nos urge, “Volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, donde brotan nuevos caminos, métodos creativos, formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual” (Evangelii Gaudium, 11).

Es un desafío para nuestra Iglesia hacer una pausa de conversión para renovar sus estructuras, como dice el papa Francisco “una conversión pastoral misionera” que incremente “la fidelidad a su vocación”.  Este acto de humildad y de coraje hará posible una transformación eclesial para iluminar un mundo afectado por innumerables conflictos que va perdiendo credibilidad en las instituciones, incluida la Iglesia.

Consideramos que los ‘signos de los tiempos’ exigen un nuevo modelo de Iglesia: profética, dialogante, que escuche y oriente, con puertas abiertas, de salida, cercana a su ‘rebaño’, con una estructura pastoral, que tenga presente que ella no es el fin, sino el camino para trabajar por el Reino de Dios, que es el proyecto de Jesús y que para ello necesita de un laicado evangelizado que sea su apoyo.

Ante esto, observamos algunos problemas que dificultan este proceso:

-       La excesiva clericalización que nos conduce a tener un concepto deformado de Iglesia.
-       Una estructura piramidal que no incluye a laicas y laicos como compañeros de camino, con voz propia.
-       La existencia de 13 Seminarios, en el Ecuador, que constituyen cantidad y no calidad.
-       La insuficiente preparación de los formadores de los nuevos sacerdotes.
-       En definitiva, la formación de los seminaristas no responde a las necesidades del pueblo, son más ‘funcionarios administrativos’ que pastores.
-       La preparación para el mundo de hoy, debe enmarcarse en criterios comunitarios, creando climas acogedores de escucha y acompañamiento.
-       La selección de candidatos al sacerdocio debería ser más exigente, mirando entre otros parámetros, su vocación de servicio, especialmente a los excluidos que son los privilegiados del Reino.

La dinámica misionera evitará la instalación y la acedia egoísta de la que habla el Papa (EG, 81).

Los laicos y laicas tenemos también responsabilidades propias que nos lleva a interrogarnos, entre otras las siguientes preguntas:

-          ¿Discernimos nuestra realidad a la luz del Evangelio?
-          ¿Cuál es nuestro aporte para que la Iglesia sea más abierta y fraterna, impulse el cambio y se encarne en nuestra realidad?
-          ¿Cómo ayudamos para que la Iglesia toda, sea fiel a Cristo y al proyecto del Reino?

He aquí una tarea conjunta de todos los que somos Iglesia.

Observatorio Eclesial – Relatora: Martha Mora
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

lunes, 14 de mayo de 2018

carta No.12 - Ante una Nueva y Diferente Guerra


Con los ojos fijos en El 
en la realidad y la fe

carta No. 12
mayo 2018
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Ante una Nueva y Diferente Guerra

Si hay una pregunta que circula en la actualidad es aquella de ¿por qué la frontera norte del Ecuador es una zona vulnerable?  Esa pregunta se complementa con otra ¿están nuestras Fuerzas Amadas en capacidad de enfrentar aquella vulnerabilidad?

Para responderlas tenemos que hacer un recuento de lo que ha pasado en los meses y años anteriores.  Ya un Presidente ecuatoriano dijo que el Ecuador no limitaba al norte con Colombia sino con las FARC.  El tiempo le ha dado razón.  La frontera norte limita ahora con una zona que fue entregada por el estado vecino a los llamados ‘disidentes’.  Es decir a aquellos que no recibieron los privilegios de un acuerdo de paz que dejó a muchos en condiciones precarias ante lo cual –como se advirtió a tiempo– se dedicarían a lo único para lo cual estaban preparados: el narcotráfico.

La frontera, entonces, tiene un enemigo ahora vinculado a las grandes mafias internacionales.  Guerrilleros, o mejor dicho terroristas que actúan con violencia, con crueldad, como dice el dicho popular, ‘sin Dios ni ley’.

En paralelo con lo que sucedía en Colombia, en el Ecuador se debilitó a las Fuerzas Armadas afectando a la disciplina interna con decretos demagógicos; limitando sus recursos humanos y materiales; adquiriendo aviones, helicópteros y radares de la peor calidad en razón de negocios no muy transparentes.  Y la lista podía seguir y por ahí saldría también el caso de la Base de Manta y otros elementos que nos permiten llegar a la respuesta: las Fuerzas Armadas ecuatorianas no están equipadas ni preparadas para enfrentar una guerra distinta, ya que no es la guerra aquella del heroísmo humano, del hombre contra hombre, ni siquiera de la tecnología a distancia.

Estamos ante una guerra de guerrillas, de miedo, de delito, de secuestro y asesinato de inocentes.  Una nueva versión de la guerra en la cual no se respetan protocolos ni la presencia de organismos de socorro como la Cruz Roja, como si se lo hacía en las últimas conflagraciones mundiales.  No olvidemos la triste experiencia norteamericana en Viet Nam y el estrepitoso fracaso de su poderoso ejército.

Y lo que agrava la situación es la herencia del gobierno anterior en ministros con compromisos ideológicos, sin preparación para las carteras que están ocupando y con una cúpula militar que “no tienen la calidad de liderazgo necesarias” en palabras de un especialista que las analiza y conoce a fondo.

Ante esta situación, esta Comisión hace un llamado a la unidad nacional, al compromiso ciudadano y gubernamental de corregir errores, al costo que sea y para mantenernos firmes ante la maldad importada desde el espacio vecino que no representa al hermano pueblo de Colombia sino a la criminal organización del terrorismo y sus compromisos con el narcotráfico internacional.

Esta unidad férrea, este convencimiento de que no podemos someternos a los intereses de la droga y su negocio, será la mejor forma rendir homenaje a los tres, a los siete, a los nueve, a todas las víctimas de secuestros y muerte.

Para ello, como lo ha manifestado la Conferencia Episcopal: “Tengamos presente que es obligación de todos velar para que no se pierda la tranquilidad y el bienestar de la ciudadanía, que se consolide en términos de amor, justicia, equidad y solidaridad.  Les invitamos a no desfallecer en la oración por la paz de nuestro país y de todos.”

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.


viernes, 6 de abril de 2018

carta No. 11 - Ante el secuestro: Nuestra Solidaridad con las Familias y Nuestra FE en la Libertad


Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe

carta No. 11
abril 2018
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Ante el secuestro:
Nuestra Solidaridad con las Familias y
Nuestra FE en la Libertad

La triste y difícil realidad que viven las poblaciones de las zonas limítrofes entre Ecuador y Colombia, a causa del narcotráfico y la acción de grupos irregulares armados, ahora son visibles al mundo por los distintos momentos de violencia y terrorismo que se han sucedido desde hace algún tiempo.

Ahora esa realidad nos tocó y afectó fuerte y directamente a todos.  El secuestro de Efraín Segarra, Javier Ortega y Paúl Rivas, miembros del equipo periodístico de diario El Comercio, sucedido el pasado lunes 26 de marzo en Mataje, provincia de Esmeraldas, en los límites con Colombia, nos lleva a poner atención y tomar acción.

Por lo que la Comisión Ecuatoriana Justicia y Paz, levanta su voz de protesta por la violencia del secuestro de civiles y expresa su sentimiento de acompañamiento y solidaridad fraterna a los familiares y amigos de Efraín, Javier y Paúl.  Y nos sumamos a ‘Nos faltan tres’ (#NosFaltan3).

Jesús al resucitar triunfa sobre la muerte.  Durante el triduo pascual, el Papa Francisco señala que “en las tinieblas de nuestra desesperación (…) tu mensaje (Jesús) continúa inspirando, incluso hoy, a tantas personas y pueblos a que sólo el bien puede derrotar al mal y la maldad”.

Entonces, llamamos a recordar y destacar que la libertad es, en el hombre, signo eminente de la imagen divina y, como consecuencia, signo de la sublime dignidad de cada persona humana: «La libertad se ejercita en el derecho natural de ser reconocido como un ser libre y responsable.  Todo hombre debe prestar a cada cual el respeto al que éste tiene derecho.  El derecho al ejercicio de la libertad es una exigencia inseparable de la dignidad de la persona humana», según el Doctrina Social de la Iglesia.

El primer lunes de Pascua, el Papa Francisco señaló expresamente "que las personas secuestradas o injustamente privadas de libertad sean liberados y regresen a sus hogares" (02/04/2018).

Exigimos a los captores la inmediata liberación de las inocentes víctimas de la ambiciosa y criminal campaña del narcotráfico internacional que muchas veces mediante la seducción del dinero o del miedo logra la implicación de también otras víctimas para que colaboren con sus propósitos inhumanos.  Hacemos un llamado a todos los conciudadanos, particularmente a los pobladores de las zonas limítrofes a no caer rendidos a las mafias que con cantos de sirenas pretenden recluirles.

Apoyamos al Gobierno Nacional en su búsqueda de liberar a los cautivos, insistiendo que el Pueblo ecuatoriano con su gobierno EXIGEN al gobierno colombiano asuma responsablemente su obligación de ejercer soberanía y por ende posesión y guarda de la frontera con el Ecuador, no podemos dejar que el territorio colombiano colindante sea tierra de nadie, donde delincuentes de variada índole ejercen su control mediante el terror y la muerte.  Somos todos los ecuatorianos y ecuatorianas los que estamos amenazados y con el cautiverio de los tres comunicadores gravemente violentados.

Apoyamos y respaldamos a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional en su tarea de defensa de nuestro pueblo, sentimos como nuestra la pérdida de vidas, heridas y mutilaciones de efectivos militares sufridos en días anteriores.  Exigimos que las directivas, estrategias y disposiciones sean dadas por personas con la suficiente capacitación profesional, idoneidad axiológica y pericia ganada en el acontecer miliciano, evitando la intromisión de ideologías y visiones partidistas que terminaron debilitando a las propias fuerzas del orden.  En esta visión insistimos en la indispensable y exhaustiva investigación de toda la red de narcotráfico, que se puede presumir, está presente en nuestro país, sabemos de otras latitudes, como cual cáncer mortífero, este azote universal ha invadido el poder político, económico, policial, judicial.

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

viernes, 23 de marzo de 2018

carta No.10 - Migrar: Huir para Vivir y Soñar


Con los ojos fijos en El 
en la realidad y la fe

carta No.10
marzo 2018
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Migrar: Huir para Vivir y Soñar

Desde siempre la humanidad ha estado en camino, en movimiento.  El ser humano siempre ha buscado y busca salir al encuentro de mejores días.

Hoy en día, millones de personas alrededor del mundo migran por múltiples razones, unos porque salen a estudiar, otros porque buscan mejores días para sus familias y para ellos, pero otros salen forzados por la violencia, el hambre, la pobreza, otros huyen “de «una interminable y horrenda serie de guerras, conflictos, genocidios, “limpiezas étnicas”», que habían marcado el siglo XX.  En el nuevo siglo no se ha producido aún un cambio profundo de sentido: los conflictos armados y otras formas de violencia organizada siguen provocando el desplazamiento de la población dentro y fuera de las fronteras nacionales -señala el Papa Francisco-.  También huyen de la desesperación de un futuro imposible de construir, «es trágico el aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental» expresa el Papa Francisco en el Mensaje de la Jornada Mundial de la Paz 2018.

La gran mayoría de migrantes salen en estado de desesperación y llegan en el mismo estado a una tierra en la que están solos, sin saber por dónde apuntar, en total incertidumbre y sometidos al vaivén de la sorpresa.  Francisco, ante esta realidad propone que “para ofrecer a los solicitantes de asilo, a los refugiados, a los inmigrantes y a las víctimas de la trata de seres humanos una posibilidad de encontrar la paz que buscan, se requiere una estrategia que conjugue cuatro acciones: acoger, proteger, promover e integrar”.

La Biblia cuenta que el mismo Abraham, el padre de la fe, fue un extranjero perpetuo, carente de tierra propia y establecido de por vida en una sociedad a la que no pertenecía (Gn 23,4).  Su historia es la de alguien en apariencia desposeído de sus derechos, pero en la realidad portador de una bendición.

El pueblo de Israel descubrió, a su vez, que la tierra es un don de Dios, que no tiene domino exclusivo sobre ella sino que debe compartirla con otras gentes hacia las que son prescritas unas actitudes éticas concretas, que bien debemos los ecuatorianos retomar y aplicar en la actualidad:

“No vejarás al migrante” Ex 23,9
“No lo oprimirás” Lev 19,34
“No lo explotaréis” Dt 23,16
“No defraudarás el derecho del migrante” Dt 24,17
“Maldito quien defrauda de sus derechos al migrante” Dt 27,19

Los evangelios relatan como Jesús fue sometido a una situación de migración forzosa.  El Evangelio de Mateo presenta la infancia de Jesús bajo la experiencia dramática de una emigración forzosa (Mt 2,14-15) y el de Lucas narra su nacimiento fuera de la ciudad “porque no había sitio para ellos en la posada” (Lc 2,7).  Su vida estará marcada por el rechazo de los suyos que “no le recibieron” (Jn 1,12), pasó su vida pública como itinerante, recorriendo "pueblos y aldeas" (cfr. Lc 13,22; Mt 9,35), su muerte “fuera de los muros de la ciudad” (Heb 13,12).  Jesús estuvo siempre en camino, su vida es testimonio de amor hasta el fin e identificación solidaria con los excluidos y rechazados de este mundo.  Los cristianos debemos seguir, pues, las huellas de Jesús, el viandante que "no tiene donde reclinar la cabeza” (Mt 8,20; Lc 9,58).

Jesús concentró su actividad pública alrededor de las ciudades del lago de Galilea y sobre todo en torno a Cafarnaúm.  Pero Jesús se desplaza por el Norte y Oeste a Tiro y Sidón (Mt 15, 21; Mc 7, 24-31), por el Este a las ciudades confederadas, la Decápolis (Mt 4, 25), por el Sur de Palestina a Samaría (Mc 10, 32; 11, 1; Lc 9, 51-53) y más allá del Jordán a la zona de Perea (Mc 10, 1; Mt 19, 1; Jn 10, 40).

Así como Jesús, el Papa Francisco señala que “la mayoría emigra siguiendo un procedimiento regulado, mientras que otros se ven forzados a tomar otras vías, sobre todo a causa de la desesperación, cuando su patria no les ofrece seguridad y oportunidades, y toda vía legal parece imposible, bloqueada o demasiado lenta”, por lo que bien vale la pena recoger, entender y aplicar cada uno de los verbos:

El «Acoger» recuerda la exigencia de ampliar las posibilidades de entrada legal, no expulsar a los desplazados y a los inmigrantes a lugares donde les espera la persecución y la violencia, y equilibrar la preocupación por la seguridad nacional con la protección de los derechos humanos fundamentales.  La Escritura nos recuerda: «No olviden la hospitalidad; por ella algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles» (Hb 13,2).

El «Proteger» nos recuerda el deber de reconocer y de garantizar la dignidad inviolable de los que huyen de un peligro real en busca de asilo y seguridad, evitando su explotación.  En particular, pienso en las mujeres y en los niños expuestos a situaciones de riesgo y de abusos que llegan a convertirles en esclavos.  Dios no hace discriminación: «El Señor guarda a los peregrinos, sustenta al huérfano y a la viuda» (Sal 146,9).

«Promover» tiene que ver con apoyar el desarrollo humano integral de los migrantes y refugiados.  Entre los muchos instrumentos que pueden ayudar a esta tarea, deseo subrayar la importancia que tiene el garantizar a los niños y a los jóvenes el acceso a todos los niveles de educación: de esta manera, no sólo podrán cultivar y sacar el máximo provecho de sus capacidades, sino que también estarán más preparados para salir al encuentro del otro, cultivando un espíritu de diálogo en vez de clausura y enfrentamiento.  La Biblia nos enseña que Dios «ama al emigrante, dándole pan y vestido»; por eso nos exhorta: «Amaras al emigrante, porque emigrantes fueron en Egipto» (Dt 10,18-19).

Y por último, «Integrar» significa trabajar para que los refugiados y los migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad que les acoge, en una dinámica de enriquecimiento mutuo y de colaboración fecunda, promoviendo el desarrollo humano integral de las comunidades locales.  Como escribe san Pablo: «Así pues, ya no son extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios» (Ef 2,19)”, completa el Papa Francisco.

Coordinación: Osvaldo Fierro
Observatorio Político

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.