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domingo, 25 de agosto de 2024

carta No. 251: ¿Qué futuro esperamos?

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 251– 25 de agosto 2024
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¿Qué futuro esperamos?

“Cuando la vida interior se encierra en los propios intereses” y no “hay espacio para los demás” no se goza más de “la dulce alegría” del amor. En efecto, “no se puede ser felices solos” “porque Dios ama al dador alegre” (2Cor 9,7) “Si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, esto es ya suficiente para justificar el don de mi vida” (Evangelii Gaudium, 182).  "La felicidad no es algo que se compra en el supermercado, la felicidad viene solo de amar y dejarse amar”. Papa Francisco.



Aparentemente nos sentimos bien, pero estamos en shock, nos sentimos vulnerables, frágiles, inseguros, con miedo y temor. Aunque no lo admitamos, nuestras vidas han cambiado radicalmente. La politiquería mina nuestra confianza, la pandemia COVID 19 nos dejó una honda huella, la inseguridad y violencia carcome nuestra cotidianidad, la corrupción e impunidad nos azota, la falta de trabajo nos desespera, la ausencia de un sistema de salud y de medicinas nos pone en riesgo permanente, la migración desgrana las familias y pone en peligro a miles de personas que salen “en busca de un mejor futuro”, a más de las preocupaciones diarias que como personas tenemos.

Aún no comprendemos completamente lo que nos sucede como individuos y sociedad. La realidad cambia tan rápido que no alcanzamos a procesar un hecho cuando ya surge otro. Cada día enfrentamos experiencias que nos impactan y nos dejan sin capacidad de reacción. Los noticieros y redes sociales amplifican la violencia, mientras minimizan lo positivo y difunden desinformación. Nos volvemos dependientes del celular, usándolo desde que despertamos hasta que nos acostamos, desconectándonos de la realidad y refugiándonos en una virtualidad que nos distrae de los problemas reales.

Estas situaciones están normalizándose, las vamos aceptando, nos estamos acostumbrando a vivir con ellas. Casi nada nos sorprende, ante un hecho bochornoso apenas decimos “qué horror” y seguimos en nuestras cosas. El individualismo está desplazando a la vida comunitaria, el consumismo nos carcome y somete, el tener y acumular son las metas prioritarias para muchos.

Sin darnos cuenta nos hemos llenado de frustraciones que nos han llevado a desconfiar de todos y de todo. Desconfiamos de los políticos, de la democracia, de las elecciones, de los partidos políticos, de los compañeros de trabajo, de los conocidos, de ciertos amigos y a veces hasta de nosotros mismos. Las dudas nos asaltan por doquier. Vivimos en medio de un mundo raro, lleno de frustraciones e incógnitas. Nuestra salud mental, estabilidad emocional, equilibrio afectivo, ecuanimidad social están seriamente afectadas. Manejarlas se vuelve muy complejo y complicado. Estamos sometidos a mucha presión psico-socioafectiva. Si esta situación la enfrentamos solos, fácilmente podemos hundirnos y sucumbir o desviarnos por caminos tortuosos. Para enfrentarlas es necesario e imprescindible fortalecernos espiritualmente, alimentar nuestra fe y cultivar nuestra interioridad para caminar en comunidad, compartir las dudas, los miedos, los temores, las decepciones, las frustraciones, pero también los sueños, las alegrías y las esperanzas. Tenemos más preguntas que respuestas, pero en comunidad podemos encontrar respuestas a esas preguntas que para nosotros carecían de solución.

En medio de los pantanos, donde todo parece desolación, nace, con una belleza única, la flor de loto. Pese a todo, podemos renacer si caminamos en comunidad, si nos unimos para vencer adversidades y recuperar nuestra salud mental y equilibrio emocional. De esta manera, podremos enfrentar con esperanza y paciencia esta realidad áspera, violenta, insegura, dolorosa, temible y desconcertante. Debemos ser como la flor de loto para atravesar estos complejos procesos y sobrevivir a estos momentos difíciles. Bajo la luz de la fe y sabiéndonos amados por Dios, entendemos que nuestro futuro depende de lo que hagamos aquí y ahora. Somos más futuro que pasado. #ComuniquemosEsperanza 

domingo, 18 de agosto de 2024

carta No. 250: ¿Qué hay detrás del éxito de las medallas?

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 250 – 18 de agosto 2024
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¿Qué hay detrás del éxito de las medallas?

Espero que este acontecimiento (los juegos olímpicos) pueda ser un signo del mundo inclusivo que queremos construir y que los atletas, con su testimonio deportivo, sean mensajeros de paz y buenos modelos para los jóvenes en particular” “La constancia y la disponibilidad para hacer el bien son propiedades del ser virtuoso, de modo que nuestros actos no sean casuales e improvisados, sino fruto de un ejercicio y entrenamiento que conlleva esfuerzo y sacrificio, para que esas disposiciones se conviertan en hábito” (Papa Francisco).

En medio de tantas angustias y temores que sufre nuestro pueblo, desde París nos llegaron alegrías inmensas que elevaron nuestra autoestima nacional: 5 medallas conseguidas en los juegos olímpicos, una de oro, dos de plata y dos de bronce. Adicionalmente, se alcanzaron 6 diplomas olímpicos, lo que muestra que otros deportistas han estado muy cerca de lograr su consagración. En París participaron 40 atletas, y los ganadores de este año se suman a Richard Carapaz, Neisi Dajomes y Tamara Salazar, medallistas en Tokio 2020, y a Jefferson Pérez, oro en Atlanta 1996 y plata en Pekín 2008.

Es justo destacar sus nombres: Daniel Pintado, oro en 20 km marcha y plata junto a Glenda Morejón en relevos mixtos de marcha; Lucía Yépez, plata en lucha; Angie Palacios y Neisi Dajomes, bronce en halterofilia. También se obtuvieron diplomas olímpicos: Génesis Reasco y Luisa Valverde en lucha, Lisseth Ayoví en halterofilia, Glenda Morejón en marcha, y María José Palacios y Gerlon Congo en boxeo.

Al citar estos nombres, destacamos no solo su contribución al país, sino el esfuerzo y sacrificio que representan. De los 9 medallistas y diplomados/as, 7 son mujeres, subrayando la creciente importancia de la participación femenina. Al menos 3 son afrodescendientes, y ninguno proviene de Guayas o Pichincha, sino de provincias como Azuay, Los Ríos, Pastaza, Imbabura, Manabí, Carchi y El Oro. Todos provienen de familias humildes, habiendo alcanzado el éxito a través de su dedicación y constancia.

A lo largo de su trayectoria, estos atletas han recibido poco apoyo consistente del Estado. Algunos, como Neisi y su hermana, han logrado obtener publicidad y auspicios privados, además de algo de respaldo de los gobiernos descentralizados. Sin embargo, sus entrenadores y servicios médicos trabajaban con recursos limitados, y sus lesiones no siempre fueron atendidas adecuadamente; una atleta incluso comentó que “no tenía ni para los zapatos”. Ahora, tras alcanzar sus metas, reciben premios mientras el gobierno y el ministro de deportes se apropian de los logros, a pesar de la falta de apoyo consistente en el proceso.

Ecuador carece de una política eficaz de promoción del deporte; los centros de alto rendimiento están abandonados y deteriorándose. No se promueven las ligas barriales y provinciales, tampoco las federaciones deportivas, a las que además se les debe dinero. La desatención al deporte es parte de la falta de políticas sociales, sin olvidar que este está íntimamente ligado a la cultura, especialmente para la juventud. Quienes han apoyado han sido sus familias, algunas empresas privadas, federaciones y la Iglesia, promoviendo clubes, oratorios, campeonatos barriales, intercolegiales o universitarios.

Nuestros atletas son un faro para la juventud, que en gran parte se enfrenta a la falta de oportunidades, sin estudios ni trabajo, y bajo la amenaza de las bandas criminales. Es crucial que, desde las familias, las comunidades y el Estado se generen alternativas. El deporte y la cultura son herramientas poderosas, complementadas por una educación sólida y acceso a empleo digno.

Estos logros también nos demuestran que los éxitos se logran con esfuerzo, sacrificio y disciplina, y representan un camino de esperanza para todo el Ecuador en esta época de crisis profunda, cuando tantas personas recurren al dinero fácil ligado al narcotráfico, la extorsión, la delincuencia y otras actividades ilegales. Otra de sus lecciones es que, para lograr algo realmente valioso, hay que tener objetivos claros sobre lo que se quiere conseguir y lo que se debe hacer para alcanzarlo. Los políticos y autoridades nacionales y locales deben inspirarse en estos atletas y trabajar por un Ecuador más inclusivo y fraterno, con justicia y en paz. #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 11 de agosto de 2024

carta No. 249: Crisis Nacional: ¿Hacia dónde vamos?

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 249 – 11 de agosto 2024
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Crisis Nacional: ¿Hacia dónde vamos? 

“…todos los sectores políticos están llamados a transitar el gran camino del consenso y del diálogo para generar leyes y políticas públicas que acompañen un proceso de recuperación del entramado social…

Debemos ser prudentes con la economía: si se centra demasiado sólo en las finanzas, en meras cifras que no tienen entidades reales detrás, entonces la economía se pulveriza y puede conducir a una grave traición.”… “La economía debe ser una economía social” (Papa Francisco).


El Ecuador está sumido en la crisis más profunda del presente siglo. A una economía estancada, con un ingreso por habitante declinante y una abultada deuda externa, se añaden los efectos de la corrupción, de la inseguridad y de la violencia, al parecer imparables.

La crisis económica actual comenzó con la caída de los precios el petróleo en 2014, y se ha agravado, entre otras causas, por el progresivo agotamiento de las reservas de crudo. Al cabo de una década, el ingreso por habitante es el 13% más bajo que en 2014, y las proyecciones del FMI advierten que se mantendrá en niveles similares hasta 2028.

El período petrolero en el país está llegando a su fin y no se visualiza una transición clara a una nueva etapa económica y social. Los gobiernos de Moreno y Lasso cubrieron sus voluminosos déficits con endeudamiento externo, sin reducir sustancialmente el gasto público ni los subsidios a los combustibles. Ahora, cuando las posibilidades de nuevos endeudamientos están casi agotadas, ni siquiera el reciente acuerdo con el FMI es suficiente, como no lo han sido el alza del IVA y la elevación del precio de la gasolina. Hay una visión fiscalista que apunta a resolver la liquidez del presupuesto del Estado, pero no se plantea cómo reactivar la economía productiva o cómo crear nuevas fuentes de empleo.

El presidente Noboa, quien aspira a su reelección, reproduce un camino conocido de medidas económicas que afectan a los sectores medios y populares, mientras crea nuevos beneficios y subsidios para los grupos vinculados al poder y enfrenta el difícil dilema de equilibrar las finanzas públicas evitando cualquier ajuste que sea impopular.

La corrupción en el país ha alcanzado niveles nunca vistos, su valor se ha estimado en alrededor de 30 mil millones de dólares, principalmente como sobornos y sobreprecios en grandes proyectos. Sus evidencias son contundentes, como en el caso del ex-contralor Pólit y varios más. A esta descomposición de la institucionalidad pública se ha añadido recientemente la violencia vinculada al narcotráfico, que en 2023 convirtió al Ecuador en el país con mayores homicidios por cada 100.000 habitantes en América Latina.

Noboa declaró el estado de guerra interna en enero de 2024 para combatir la violencia, pero su reducción ha sido de apenas 17% en 5 meses. La penetración del narcotráfico y la corrupción en el poder judicial son perdurables y perturbadoras.

Las políticas de Noboa para reducir la violencia y recuperar la transparencia e institucionalidad del Estado han sido, por ahora, poco efectivas. ¿Estamos entonces frente al peligro de caer en un círculo vicioso de crisis económica, corrupción institucionalizada y violencia, con un Estado debilitado y maniatado ante el poder creciente de carteles ilegales?

Aunque los desafíos son muy grandes, el camino para superar la desinstitucionalización, desterrar la violencia, mejorar la calidad del gasto, crear oportunidades de empleo para los jóvenes, atraer inversión y buscar una transición planificada hacia una sociedad equitativa y sustentable, que se fundamente en la justicia, la honestidad, la riqueza cultural, la biodiversidad y la preservación de la naturaleza aún es posible. El esfuerzo por recuperar la institucionalidad perdida es una tarea que depende de todos.

Si Jesús expulsó a los mercaderes del templo, quienes habían convertido la casa de oración en una cueva de ladrones, debemos recuperar los valores humanistas profundos de su mensaje, para establecer una sociedad basada en el amor, la solidaridad, la fraternidad y el respeto mutuo. Seguir su ejemplo es tarea de todos.

. #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 4 de agosto de 2024

carta No. 248: ¡Resolver juntos nuestros problemas!

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 248 – 4 de agosto 2024
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¡Resolver juntos nuestros problemas!

La democracia tiene inherente un gran e indudable valor: el de estar "juntos", el de que el ejercicio del gobierno tenga lugar en el contexto de una comunidad que se confronta libre y secularmente en el arte del bien común, que no es sino un nombre diferente de lo que llamamos política. Democracia es resolver juntos los problemas de todos. Papa Francisco, En el Corazón de la Democracia, 2023.

En Ecuador en febrero de 2025 acudiremos a las urnas, pero de hecho ya estamos asistiendo a una campaña anticipada, no oficial de los diversos actores políticos que se aprestan a una lucha por llegar al poder en esas elecciones. En la población ecuatoriana hay cierto hastío, decepción y cansancio electorero, estamos cayendo en lo que Papa Francisco llama el "escepticismo democrático".

Más grave aún, hay sectores políticos que promueven la polarización y confrontación en la ciudadanía que pueden generar, en casos extremos, algunos hechos de violencia. Esto no ocurre solo en nuestra patria, lo vemos, quizás con mayor virulencia, en países hermanos como Venezuela o Perú, incluso esto mismo se da en los Estados Unidos de Norteamérica. 

Es claro que en política es legítimo el deseo de acceder al poder, lo que no es lícito ni democrático es pretender adueñarse de todas las instancias del Estado, buscando un poder casi absoluto y quebrando los necesarios equilibrios que establecen la constitución y las leyes. Para conseguir esos fines utilizan diversas estrategias como la intimidación, la confrontación o la contaminación de la opinión pública con la complicidad de algunos medios y las novedosas redes sociales.

En muchas ocasiones son los poderes en la sombra, a los que nadie ha elegido ni conoce, los que definen y marcan las políticas públicas, defendiendo y fortaleciendo sus intereses sectoriales y olvidándose del pueblo y del bien común. Esto obedece también a que la gran mayoría de nuestros partidos o movimientos políticos carecen de una ideología que responda a un plan de gobierno consistente y concreto para el desarrollo del país. Así vemos que aparecen candidatos totalmente advenedizos, oportunistas, improvisados, cuya principal carta de presentación es su ambición personal de poder y su deseo de figurar para lo cual encuentran con facilidad tiendas políticas de alquiler, presta nombres y que se ofrecen al mejor postor.

Sin duda en este momento que se están estableciéndose 'las candidaturas’, es posible que fluyan pugnas internas en los partidos y aparezcan candidatos y candidatas sin ideología ni pensamiento consistente y coherencia en sus acciones.

Tenemos claro que una auténtica democracia es más que el mero ejercicio de sufragar. En campaña vemos a los políticos que ofrecen maravillas y, cuando ganan las elecciones y acceden al poder, se olvidan de sus mandantes, de sus ofertas, de sus necesidades y esperanzas e incumplen sus promesas, pero promueven y apoyan los intereses concretos de ciertos grupos económicos y/o financieros.

Tenemos una democracia formal, representativa, ejercida con el voto, pero no es realmente participativa ni da respuesta a las necesidades de empleo, salud, educación y seguridad de las grandes mayorías. Sin duda, como pueblo, necesitamos formación política que nos permita superar ese escepticismo, confusión y anomia, para superar las dolorosas situaciones y generar cambios necesarios y urgentes.

Solo con educación cívica y política permanente romperemos la actual inercia frustrante y paralizante, ese círculo vicioso de promesas incumplidas. Debemos asumir, con actitud participativa y activa, desde nuestras familias, en los barrios y comunidades, en los centros de educación, ante nuestros gobiernos autónomos descentralizados y el gobierno nacional un compromiso que rompa con el engaño, la alienación y el desinterés. Las quejas y los lamentos se diluyen y se pierden.

La utopía del Señor Jesús: “Si alguno quiere ser el primero, que se haga el último y el servidor de todos” (Marcos 9;35,) es un reto vigente, el poder de los políticos es efímero. Ellos se sirven del pueblo, no le sirven. Solo organizándonos y trabajando “juntos” construiremos un sistema democrático participativo, diferente al que tenemos, enfocado al bien común y mediante el esfuerzo conjunto, entre autoridades y pueblo, resolveremos los problemas que nos aquejan a todos. #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.