Con
los ojos fijos en Él
en la
realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 199 –
27 agosto 2023
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La campaña electoral que queremos…
“¡No pierdan nunca la valentía de soñar y de vivir en grande! sean campeones de fraternidad; afronten los desafíos de la vida dejándose orientar por la creatividad fiel de Dios y por buenos consejeros.” Papa Francisco a los jóvenes en la JMJ 2023.
Terminó la primera parte del proceso
electoral. Escogimos a dos candidatos y
el 15 de octubre elegiremos al nuevo presidente. Como sucede en muchos casos y países,
tendremos ‘balotaje’, una segunda vuelta entre los dos más votados. Proclamados los resultados oficiales inicia
una nueva campaña electoral.
Hemos sido testigos, en varios procesos
electorales, de cómo los partidos y movimientos políticos y los candidatos,
en lugar de plantear sus propuestas, presentar y defender sus planes de
gobierno, atacan a sus contrarios de manera burda, exponiendo sus antecedentes
personales, falta de honradez, inexperiencia, desacreditan sus estudios y
profesión, inventan incapacidades, husmean sobre sus bienes, carácter, aspecto
físico… ‘sacan todos los cueros al sol’, haciendo interpretaciones maliciosas o
inventando falsedades para descalificarlo.
Todos dejan de lado la ética política.
Hablan sobre la familia, padre, madre, hijos,
círculo de amigos, de trabajo, de empresa, de los movimientos políticos que lo
apoyan, de los intereses económicos que representa, de los respaldos -principalmente
financieros- que reciben para su campaña...
Pero ¿será verdad? o se armarán mentiras, utilizando todo tipo de
artimañas, incluso de las nuevas tecnologías de comunicación. Se lanzarán juicios condenatorios y
temerarios que resten puntos al oponente frente a sus seguidores y a los
indecisos electores.
Harán esto aprovechándose de que buena parte
de la población carece de formación política y de conciencia crítica frente a
decisiones importantes, por lo que no le interesa conocer ni analizar las
propuestas de los candidatos, simplemente se dejan llevar por las
subjetividades, minuciosidades, banalidades, que las asumen como verdaderas y
sin verificar las difunden en sus círculos familiares, grupales o sociales.
En estos casos, el populismo es palpable,
los aspirantes terminan ofreciendo lo que no cumplirán, engañando al pueblo y
manipulando sus necesidades y expectativas.
Ofrecerán una sociedad segura, sin delincuencia, sin corrupción, con
empleo, con trabajo, con crecimiento económico y con salud, educación y
bienestar para todos, sin decir cómo, cuándo ni de dónde obtendrán el
presupuesto para hacerlo…
Al faltar transparencia y no decir la verdad
se crea una sociedad que se divide por uno u otro candidato. En medio de mentiras, el ganador llega
desprestigiado y sin apoyo de casi la mitad de la población. Terminamos injuriando a ‘los otros’ y
sintiéndonos ofendidos por ‘los demás’, por lo que atacamos, amenazamos, con ganas
de ‘venganza’, generando división, conflicto y violencia. Esto no es bueno ni justo.
Con estos antecedentes, como cristianos la
campaña electoral que queremos debe ser distinta: exigimos que eleven el
nivel de debate, sin mentiras ni engaños, sin insultos ni diatribas, que
expongan propuestas serias y viables, para que con conocimiento de causa
optemos por el mejor proyecto. Soñamos a
lo grande, en la fraternidad, en la solidaridad, en que los candidatos sientan
que ‘el otro’ también es parte del ‘nosotros’ y que todos somos
responsables del futuro del país.
Hay que confrontar siempre con la verdad,
sustentando lo que decimos, analizando y valorando objetivamente las
propuestas. Tenemos el mandato de “no
levantar falso testimonio ni mentir”, principio que debemos promover en
nuestros círculos y trabajar arduamente para que en los medios de comunicación
y en las redes sociales se difunda la verdad y no mentiras ni ataques u
ofensas.
Frente a la dura realidad que
vivimos es necesario promover la escucha y el diálogo, los acuerdos
mínimos posibles y transparentes, la confrontación de ideas con altura y
verdad, para que el candidato que gane genere, con el apoyo de todos,
soluciones a los problemas que nos afectan, especialmente a las mayorías
empobrecidas y excluidas. Solo la verdad
nos lleva a la justicia y a la paz. ·
#ComuniquemosEsperanza
Con los ojos
fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación
de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.