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domingo, 28 de enero de 2018

carta No.7 - La consulta: camino inconcluso hacia una sociedad más participativa



Con los ojos fijos en El 
en la realidad y la fe



carta No.7

enero 2018

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Obligación y responsabilidad del cristiano

La Consulta: Un camino inconcluso hacia una sociedad más participativa


«El Estado de Derecho es la condición necesaria para establecer una verdadera democracia».  Para que ésta se pueda desarrollar, se precisa la educación cívica así como la promoción del orden público y de la paz en la convivencia civil.  En efecto, «no hay una democracia verdadera y estable sin justicia social.»
Juan Pablo II
Ecclessia in America, No. 56


En carta abierta de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, en días pasados, se resalta la importancia de “considerar el momento en que nos encontramos como País de cara a la consulta popular en la que habríamos de ejercer nuestro derecho al voto que enrumbará la sociedad ecuatoriana por caminos de libertad, democracia e independencia de poderes”.



Oportuna recomendación cuando estamos a pocos días de que los ecuatorianos debamos acudir a las urnas para pronunciarnos sobre las siete preguntas propuestas por el presidente de la República.  Es necesario, entonces reflexionar sobre la responsabilidad que como cristianos tenemos de lograr una ciudadanía responsable, como condición sine qua non para alcanzar una verdadera democracia y una sociedad más participativa por lo que consideramos de enorme importancia la realización de la Consulta Popular, como una herramienta necesaria y válida para lograr estos objetivos.



La protección de los menores, el castigo a los corruptos, la regulación de la minería y la explotación petrolera en el Yasuni y la eliminación de una ley considerada confiscatoria, son temas de importancia, pero la ciudadanía se ha enfocado en dos de las preguntas, la que tiene que ver con la Comisión de Participación Ciudadana y Control Social - CPCCS y la que trata de la posibilidad de reelección indefinida.



La sociedad ecuatoriana vive un momento de transición luego de un período en que se impuso un modelo de estado totalitario, cuyo órgano ejecutor la CPCCS no respondió al espíritu constitucional de ser una instancia de participación ciudadana, que luche contra la corrupción y promueva la transparencia en el ejercicio de lo público.  Su conformación fue cooptada por amigos del gobierno de turno e hizo que uno de sus roles principales: la organización de los “procesos de designación de las autoridades” decisivas para que la diversas funciones del Estado actúen con independencia (Fiscal General, Procurador, Contralor, jueces para los tribunales de justicia y de control constitucional, Consejo Electoral, Superintendencias, entre otras autoridades) se realice designando a través de dudosos concursos a funcionarios que respondieron a la misma vertiente ideológica de quien ejercía el poder, que cerraron los ojos ante casos de corrupción y en algunos casos inclusive, probablemente, ocultaron y protegieron a sus autores.  Gracias a las investigaciones realizadas por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus iniciales en inglés) y las pruebas aportadas por la justicia brasileña y de los Estados Unidos, se destaparon estas situaciones y se está dando paso al juzgamiento de los responsables.



La necesidad de cambio estructural no deja de generar preocupación: la nueva Comisión de Participación Ciudadana y Control Social de transición, que se nombraría de ganar el SI en la pregunta 3, pudiera recaer también en amigos del poder de turno.  Lo peor que podría sucederle a nuestro país es que el remedio resulte peor que la enfermedad, como dice la sabiduría popular.



En cuanto a la reelección indefinida hay que recordar que la Constitución Ecuatoriana redactada en Montecristi y aprobada por la ciudadanía con alrededor del 80% de votos positivos, también en consulta popular (2008) estableció la posibilidad de reelección por una sola vez en razón del sano principio de la alternancia.  Este criterio constitucional fue alterado, no consultando al pueblo, sino por una enmienda aprobada por una mayoría de asambleístas afines al poder de turno.



La pregunta busca limitar la reelección de dignatarios a dos períodos de gobierno, de esta forma se preserva al país del caudillismo y un mayor número de personas tendrán la oportunidad de comandar las diferentes instancias de elección popular. 



Por lo dicho y más argumentos sobre las demás preguntas, en la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz consideramos que la Consulta Popular es un instrumento democrático y positivo, pero es incompleta, es un camino no concluido para alcanzar una sociedad democrática, que devuelva la confianza del pueblo, recupere la credibilidad en las instituciones públicas y ponga fin a la corrupción e impunidad.



Es urgente recuperar los valores de la democracia y una auténtica participación, y para ello es fundamental que los ciudadanos nos preocupemos cada vez más por la “salud de las instituciones de la sociedad civil” y que no releguemos la exigencia de opinar “sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos”, como recomienda el papa Francisco en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, No. 183.



Insistimos en la necesidad de que cuando sufraguemos el domingo 4 de febrero, lo hagamos a conciencia, sabiendo que el voto de cada quien, es de responsabilidad personal con el presente y futuro de nuestra Patria.  El criterio final no puede ser de apoyo o de rechazo a tal o cual actor político, no es una elección de personas, es un escogimiento de tesis, valores, decisiones que nos favorecen o perjudican a todos.  Más allá de la responsabilidad que cada uno tiene de votar conscientemente hay otra responsabilidad, esto es, ayudar a que los parientes, amigos, vecinos lo hagan también a conciencia y para ello es muy importante que provoquemos conversaciones, diálogos en casa, lugar de trabajo, barrio, parroquia.  Que todos sepamos cumplir con nuestra obligación con responsabilidad patriótica y de testigos de nuestra fe.





Coordinador: Carlos Larrea  -  Relator: José Mármol



Observatorio Político




Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

viernes, 26 de enero de 2018

Papa Francisco: un llamado contra el “demonio” de la corrupción



En su discurso a las autoridades peruanas, el viernes 19 de enero en Lima, el Papa llamó a luchar contra el “flagelo social” de la corrupción a la que, por la mañana en Puerto Maldonado, calificó como “demonio” que hay que “expulsar”.

Tras regresar de Puerto Maldonado, el viernes 19 de enero por la tarde, el papa Francisco acudió al Palacio de Gobierno para el encuentro oficial con las autoridades civiles peruanas, la sociedad civil y el cuerpo diplomático.

Esta ceremonia protocolaria, que se desarrolla normalmente al principio de la visita del Papa, fue desplazada para permitir a Francisco poder acudir por la mañana a la Amazonía y evitar las tormentas, frecuentes por las tardes en esa región, que podían haberse producido durante el vuelo de regreso.

En su discurso, el Papa volvió a mencionar lo que ya había desarrollado esa misma mañana ante los pueblos de la Amazonía, destacando cómo “la degradación del medio ambiente no se puede separar de la degradación moral de nuestras comunidades”.

Así, tomó como ejemplo la minería informal, que destruye la vida de personas, así como los bosques y ríos.  “Este proceso de degradación conlleva y promueve organizaciones, por fuera de las estructuras legales, que degradan a tantos hermanos nuestros sometiéndolos a la trata –nueva forma de esclavitud–, al trabajo informal, a la delincuencia… y a otros males que afectan gravemente su dignidad, y al mismo tiempo, la de esta nación”.

Sobre todo, el Papa advirtió sobre “otra forma –muchas veces sutil– de degradación ambiental que contamina progresivamente todo el entamado vital: la corrupción”.

El presidente peruano, implicado en un escándalo

“Cuánto mal le hace a nuestros pueblos latinoamericanos, y a las democracias de este bendito continente, ese “virus” social, un fenómeno que lo infecta todo, siendo los pobres y la madre tierra los más perjudicados”, advirtió, extendiendo su atención a todo un continente afectado por la corrupción.

En el propio Perú, el actual presidente Pedro Pablo Kuczynski, implicado en el escándalo brasileño Odebrecht, consiguió evitar su destitución, el mes pasado, gracias a los votos de los diputados del partido de uno de sus predecesores, Alberto Fujimori, encarcelado, y al que acaba de indultar oportunamente.

“Lo que se haga para luchar contra este flagelo social merece la mayor de las ponderaciones y ayudas… y esa lucha nos compromete a todos”, advirtió el Papa ante el presidente peruano y toda la clase política.  Pidió “una mayor cultura de la transparencia entre entidades públicas, sector privado y sociedad civil”.

“Nadie puede resultar ajeno a este proceso; la corrupción es evitable y exige el compromiso de todos”, recalcó, pidiendo a “quienes ocupan algún cargo de responsabilidad”, “empeñarse en este sentido” para que el país sea “un espacio de esperanza y oportunidad… pero para todos, no para unos pocos”.

Un “demonio” que hay que “expulsar”

Al final de la mañana, frente a 50 mil habitantes de Puerto Maldonado (¡de 75 mil h0a0bitantes!), el Papa ya se había manifestado en contra de la corrupción, denunciando la trata de personas, a la que prefirió darle el nombre de esclavitud –“esclavitud para el trabajo, esclavitud sexual, esclavitud para el lucro” – y advirtiendo a quienes se dejaron seducir por “el brillo prometedor de la extracción de oro”.

“El oro puede convertirse en un falso dios que exige sacrificios humanos”, avisó, recordando que “los falsos dioses, los ídolos de la avaricia, del dinero, del poder, lo corrompen todo”.  “Corrompen la persona y las instituciones; también destruyen el bosque”, resumió.

Hablando de la corrupción como de un “demonio” que hay que “expulsar”, animó a los habitantes de la Amazonía a “organizarse en movimientos y comunidades de todo tipo para ayudar a superar estas situaciones”.

El sábado en Trujillo

Después de su discurso a las autoridades y un encuentro privado de unos quince minutos con el presidente Kuczynski, Francisco acudió a la iglesia San Pedro, una de las iglesias jesuitas más bellas y antiguas del continente.  Como es habitual ahora en cada viaje, se reunió, a puerta cerrada, con cien sacerdotes de la Compañía de Jesús.

El sábado 20 de enero, acudió a Trujillo (norte de Perú) donde celebró una misa antes de encontrase con los sacerdotes, religiosos y seminaristas de las circunscripciones eclesiásticas de esta región del norte de Perú.

Nicolas Senèze,
Puerto Maldonado y Lima - Perú

Fuente: La Croix - https://goo.gl/mG5DSW

viernes, 12 de enero de 2018

carta No.6 - Evaluación económica y social del Ecuador




Con los ojos fijos en El 
en la realidad y la fe

carta No.6 
enero 2018
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“Aprenda de Jesús sobre desarrollo integral”
Papa Francisco, 50 aniversario de la encíclica PopulorumProgressio

Evaluación económica y social del Ecuador




Para analizar la situación económica del Ecuador de hoy, desde la Doctrina Social de la Iglesia, debemos poner énfasis en la relación entre economía y ética, ya que los fines de las dos disciplinas están orientadas a la persona y, por cierto, se ocupan de los medios para alcanzar los objetivos humanos de bienestar, de interrelación social, de solidaridad y reciprocidad.



En síntesis, la realidad nacional, según información oficial, entre otros indicadores, señala que el crecimiento del PIB para el 2017 es del 1.5% lo que evidencia una mejora con respecto al año 2016, pero es importante tomar en cuenta que el crecimiento nacional promedio de los tres últimos años no llega al 0.5%, lo que significa una posición de recesión interna y regional, superando solo a Venezuela, cuya situación es evidentemente crítica.  Esta falta de dinámica económica y sus consecuencias sociales es consecuencia de la carencia de políticas de estado, reformas económicas estructurales, ordenamiento de las finanzas públicas, medidas de política económica de corto plazo, exagerado gasto público y de endeudamiento externo y por sobre todo cálculo político en lugar de agenda económica ética y social.



En relación con la Deuda Externa, indican, que el porcentaje con relación al PIB a diciembre de 2017 sería superior al 60%, cuando internacionalmente se recomienda que no debe ser mayor al 40%; la amortización de capital que habrá de hacerse en el 2018 por este concepto será de USD 3.909 millones y de intereses de USD 2.534 millones, lo que implica que más del 18 % del presupuesto del estado para este año saldrá del país, restando la posibilidad de emprender en proyectos que mejoren el bienestar y nivel de vida de los ecuatorianos. El nivel de deuda por persona es de USD 3.695.



El déficit fiscal registrado en el Presupuesto General del Estado está en el orden de los USD 4.102 millones de dólares y si se incluye el pago de obligaciones supera los ocho mil millones, esto evidencia que  las declaraciones de austeridad en el manejo de los fondos públicos quedan en el discurso, mientras en la práctica el dispendio es igualmente oneroso al periodo anterior, , no existe priorización de gastos que el país requiere con urgencia y cada vez se pretenden crear más y mayores tasas impositivas sin racionalizar su uso y administración, con excepción del bono de desarrollo humano, al  que se le ha puesto un nuevo tope superior al anterior, no es una forma adecuada de redistribución, pero si es una medida asistencial, en algunos casos justificable y hasta necesaria.



Es urgente la renegociación de la deuda externa que disminuya su costo financiero y alarguen los plazos de pago, junto a otras medidas que conlleven un incremento del empleo y reducción efectiva de la pobreza.



La pobreza en el Ecuador registra un porcentaje del 23.1%, afecta a 4´042.500 habitantes y la población en pobreza extrema, es de 8.4%, esto significa 1´435.500 personas en condiciones infrahumanas. Sin embargo, la pobreza de ingreso habría disminuido, pero la pobreza cultural no, basta ver los niveles de violencia doméstica y de género, los accidentes en las mejoradas obras de infraestructura vial y los niveles de corrupción a todo nivel.



El empleo adecuado es del 40.4%, mientras el desempleo se ubicaría en 4.1%, según cifras oficiales, según otras fuentes este sería de alrededor del 6%. El ingreso per cápita, bordea los USD 6 mil dólares, bastante similar al de Colombia, pero inferior al de Perú que se sitúa por sobre los USD 9 mil dólares.



La Canasta familiar básica sobrepasa los USD 700 dólares y la vital está en USD 497,83 dólares a octubre 2017, considerando un grupo familiar de cuatro miembros y un salario básico unificado que acaba de subir de 375 a 386 dólares.



El índice de desarrollo humano (IDH), indicador que considera parámetros esencialmente sociales, ubica al Ecuador en el puesto 89 de entre 188 países, según información del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su Informe del 2016.



La falta de un marco jurídico que otorgue confianza a la inversión nacional y extranjera no permite elevar los niveles de producción interna, consecuentemente, cada vez hay más escasez de alimentos en los mercados de las ciudades, generándose alzas en los precios. Esto también afecta a las exportaciones, al no elevarse los niveles de productividad y competitividad unido a la elevada estructura de costos por el manejo del dólar, mantienen al país con una balanza comercial desfavorable. La solución ensayada al respecto, no han mejorado la estructura productiva del país, más bien algunas han favorecido el contrabando y desincentivado la producción.



Lo más escandaloso: la corrupción y la desinstitucionalización han influido negativamente en el país, desestabilizando el ambiente económico y social interno y generando una proyección negativa de la imagen hacia la región y el mundo.



Es urgente la desvinculación ideológica en el manejo económico y el abandono del modelo populista, una conducción técnica de la economía, con objetivos claros y fortalecimiento de la institucionalidad que lleven a la sostenibilidad interna y a la participación del país en la economía global de mercado.



De acuerdo con la Encíclica Laudato Si, “los países pobres necesitan tener como prioridad la erradicación de la miseria y el desarrollo social de sus habitantes, aunque deban analizar el nivel escandaloso de consumo de algunos sectores privilegiados de su población y controlar la corrupción.” (Laudato Si, 172). Es importantísimo, emprendamos una acción enérgica, sostenida, universal, que se convierta en política de estado, para reeducarnos en un sistema de vida más austero, solidario, activo y participativo que garantice una vida digna para las presentes y futuras generaciones.



Nuestra realidad parece estar distante de la prioridad señalada por Francisco y por cierto no se acoge a la propuesta del desarrollo integral en los términos aceptados por la Doctrina Social, que en palabras del recordado Paulo VI trata del desarrollo de todos los hombres y de todo el hombre, este es único modo de que la economía cumpla con su misión ética y social.




Coordinadora: María Herrera  -  Relator: Andrés León

Observatorio Político

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.