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domingo, 28 de marzo de 2021

Carta No. 73: En la pasión y muerte habita la Resurrección

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 73 – 28 de marzo 2021

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En la pasión y muerte
habita la Resurrección

“Pueblo mío, confíen siempre en él, abran su corazón delante de él, Dios es nuestro refugio." (Salmo 62,9).

En este tiempo de pandemia nos hemos encontrado cara a cara con la muerte.  Ella es parte de la vida, tanto como la vida es parte de la muerte. Estamos absortos, anonadados, disminuidos, limitados, compungidos, acorralados, guardados, perdidos… pese a tanta ciencia y tecnología aún estamos en medio de un laberinto, sin saber por dónde ir.  La incertidumbre es parte de nuestra cotidianidad.

La pasión, el dolor, la angustia, la desesperación son experiencias que vivimos y más cuando sin previo aviso llega el coronavirus y empieza a hacer de las suyas. Caemos rodilla en tierra por el peso de la pobreza, el desempleo, la violencia, la enfermedad que hacen parte de nuestra realidad. Al mismo tiempo recibimos la mano de tantos 'cirineos' que muestran su solidaridad para ayudarnos a sostener nuestra debilidad e impedir que caigamos en la desesperación.  Gracias a ellos seguimos luchando, para superar las crisis y soñar en días mejores.

Hemos sido crucificados, sentimos las lanzas de la miseria, la injusticia, la corrupción, la impunidad, la violencia. El horror ha traspasado nuestra fragilidad como latigazos que con furibunda y despiadada fuerza azotan nuestra dignidad hasta casi desintegrarla. De igual modo, también nos han coronado con burlas y engaños, que han despreciado y malgastado nuestra confianza hasta dejarla raquítica y débil, casi sin fuerzas para reaccionar ante tanta ignominia. Ahí estamos temerosos, sin encontrar soluciones a la pandemia y a la pobreza, parecería ser que expiramos el último aliento de vida, mirando hacia el infinito y preguntándonos el por qué de tanta tragedia, de tanta crucifixión.

Como en los tiempos de Jesús, los poderosos siguen disfrutando privilegios, delineando engaños, obstruyendo la justicia, aprovechando sus entronques y palancas, dominando a los más débiles, legitimando lo indeseable, despreciando la humildad y derrochando soberbia. En época de enfermedad, muerte y carencia, siguen sacando provecho del dolor y la tragedia, siguen explotando a los demás.

Aunque quienes se aprovechan del poder creen que han vencido, por todo lado surgen manifestaciones de solidaridad que logran, con sentimientos y acciones, aliviar y hasta superar esas manifestaciones de muerte. De la mano de Jesús, que murió y resucitó por cada uno, salimos del sepulcro, moviendo las puertas de la opresión y venciendo el miedo, caminamos hacia el encuentro con el Solo Amor, respaldados en la fuerza comunitaria que nos unifica y fortalece, aupados por la oración fraterna y compartiendo lo que somos y tenemos.

Logramos vencer el covid 19 cuando nos reconocemos en el prójimo, siendo responsables de nuestro cuidado y el de los demás, cuando nos vacunamos, cuando seguimos a rajatabla las recomendaciones de bioseguridad, cuando nos abstenemos de diversiones y encuentros irrelevantes, fiestas, mítines y farras. Mientras tanto debemos seguir adelante sin bajar la guardia, mirando con esperanza el futuro y confiando plenamente en la misericordia de Dios.

La unión y solidaridad nos hace fuertes, y nos sentimos confortados cuando al partir el pan nos hacemos hermanos.  Cristo venció a la muerte.  ¡Alegría y Paz Hermanos, el Señor Resucitó!  ·  #ComuniquemosEsperanza


Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 21 de marzo de 2021

Carta No. 72: Elegir un país, no un presidente…

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 72 – 21 de marzo 2021

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Elegir un país, no un presidente…

 “… Desgraciadamente, la política hoy con frecuencia suele asumir formas que dificultan la marcha hacia un mundo distinto.” (Papa Francisco, Encíclica Fratelli Tutti, 154) 

“El desprecio de los débiles puede esconderse en formas populistas, que los utilizan para sus fines, o en formas liberales al servicio de los intereses económicos de los poderosos” (Fraterlli Tutti 155).

La campaña por la segunda vuelta comenzó y diluvian las ofertas. Es importante tener presente que no se trata de elegir una persona, sino el programa que proponga soluciones reales y viables a los graves problemas y angustiosas necesidades del país.  El 11 de abril, con nuestro voto, definiremos el cómo queremos que sea el Ecuador del futuro.

Enfrentamos una profunda crisis económica, social, política, moral, ética…, por ello la decisión debe basarse en los conceptos, criterios y acciones que propongan y defiendan los candidatos finalistas, con miras a hacer posible el desarrollo integral de la sociedad, es decir, hacer del país un lugar incluyente que asegure las condiciones necesarias de vida digna para todos, en especial de los más pobres y vulnerables. Urge una administración pulcra de los recursos financieros, determinación de objetivos viables, priorización de la inversión y del gasto, honestidad a prueba de toda corrupción e impunidad.

La contienda gira, aparentemente, en torno a dos tendencias políticas: Derecha vs Izquierda.  Conceptos antagónicos nacidos en el siglo XVIII, en el marco de la Revolución Francesa y que representaron orientaciones doctrinales opuestas: la derecha asociada con el conservadurismo, la tradición, la religión, la libertad económica; la izquierda con el progreso, la igualdad, cambios sociales e insubordinación.  Conceptos políticos evaporados con el tiempo y que hoy no son sino membretes en cuyo interior se tejen muchas contradicciones.  Por lo que es preciso analizar el discurso y considerar la trayectoria de quien lo pronuncia, para detectar la demagogia, desterrar los eufemismos y rechazar promesas irrealizables.

El candidato Arauz, patrocinado por el ex presidente Correa, ha propuesto usar las reservas del Banco Central como mecanismo de financiamiento para el gasto, en aspectos como la transferencia de saldos pendientes a gobiernos seccionales, pago a servidores públicos, concesión de un bono de mil dólares a un millón de familias de bajos recursos, un donativo que no va a solucionar los problemas de los pobres. La no aceptación del acuerdo con el FMI, nos hace rememorar las condiciones crediticias con las que nos endeudamos unilateralmente con China.

El candidato Lasso, un banquero, por su parte corre con el estigma de su fidelidad a un modelo de libertad económica, que ha cometido crasos errores en Latinoamérica, ofrece utilizar mecanismos como la inversión, la reactivación productiva, la disminución de impuestos como vías para generar oportunidades de trabajo y mejorar las condiciones de vida.  También ofrece fortalecer la relación con el FMI. La propuesta de aumentar el salario mínimo afectará a la pequeña y mediana empresa que carece de liquidez para solventar sus gastos de producción.

Al candidato que gane las elecciones de 11 de abril le espera un país prácticamente quebrado, un pueblo sumido en la pobreza, desempleado, sumergido en una situación sanitaria desesperante y violencia galopante, casi vencido y con mínima esperanza y una confianza casi nula en las instituciones gubernamentales.

Elegir bien es nuestra tarea y responsabilidad.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas. 

domingo, 14 de marzo de 2021

Carta No. 71: La vacuna entre la injusticia y la esperanza

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 71 – 14 de marzo 2021

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La vacuna
entre la injusticia y la esperanza

 

“Hoy, en este tiempo de oscuridad y de incertidumbre por la pandemia, aparecen varias luces de esperanza, como el desarrollo de las vacunas. Pero para que estas luces puedan iluminar y llevar esperanza al mundo entero, deben estar a disposición de todos.” (Papa Francisco, 25 diciembre 2020). 

Los dos pontífices, el Papa Francisco y el Emérito Benedicto XVI, han recibido las vacunas contra el coronavirus y lo han hecho demostrando la necesidad de que todos acepten vacunarse como único camino para superar la pandemia. Su ejemplo es un llamado a la responsabilidad, no solo por la protección de cada uno, sino por el cuidado de los demás, de las personas que nos rodean y con quienes tenemos una mutua relación que debe estar signada por la fraternidad.

Para hacer efectivo el llamado, enfrentamos un serio problema: según la People’s Vaccine Alliance, solo las naciones más ricas, en las que vive el 14% de la población mundial, han adquirido el 53% de las vacunas… el restante (47% de vacunas) se repartirán el 86% del resto de la humanidad. Desde el origen ya está viciada de inequidad y desigualdad la repartición de las vacunas.

En los países pobres, la escasez de vacunas afectará especialmente a los más vulnerables, que probablemente serán los últimos en vacunarse, aunque son los más expuestos a la pandemia. Miles de millones de seres humanos que viven amortajados por el hambre, la enfermedad, el olvido.

En medio de esta debacle que de por sí aprieta y asfixia, han tenido que aprender a convivir y sobrevivir al coronavirus. Ellos no pueden quedarse en 'casa', tampoco pueden implementar medidas de bioseguridad ni adquirir las mascarillas recomendadas por estar fuera de su alcance, peor aún, alimentarse 'sanamente' para incrementar sus defensas. Están en las calles buscando un ingreso, se movilizan en transporte público, siguen con sus ventas ambulantes, se paran en esquinas a ofrecer sus habilidades, siguen cargando en los mercados, siguen minando, siguen labrando la tierra… siguen caminando incansablemente.

Todos necesitamos en forma urgente superar la pandemia, requerimos la vacuna. Vacuna que las potencias del mundo, en franca competencia, se precian de haber conseguido, cada vez con mejores índices de eficacia.  Logros y producción que se distribuyen, como se ha demostrado, en pocos países privilegiados, no llega a los pobres, a los menos desarrollados o si llega, lo hace a cuentagotas, como lo experimentamos en las semanas pasadas.

Las comparaciones no son buenas, a veces hasta resultan dolorosas, pero nos preocupa cuando vemos como países cercanos –Chile, por dar un ejemplo– logran procesos eficaces de vacunación, que llegan a inocular a grandes sectores de su población. Nosotros tenemos que lamentar, que a la fecha apenas un mínimo de ciudadanos ha logrado esta protección y no siempre son los que más la necesitan.  Anuncios oficiales parecen mejorar esta realidad y dan algo de esperanza.

Por alguna rendija debe irrumpir la esperanza, debe saltar alguna tecla que cambie esta injusta y horrenda desgracia, debe haber una luz que ilumine esa oscuridad para caminar al encuentro de los más pobres y necesitados. Por ahí deben estar los 'samaritanos' tendiendo sus manos, luchando por una sociedad que se conduele y actúa inmediatamente, sin pretextos inútiles. Cambiar esta inhumana barbarie es ineludible. Es el gran mensaje que deja a la humanidad esta poderosa pandemia que al mundo ha puesto de rodillas.  ·  #ComuniquemosEsperanza

  

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas. 

 

 

domingo, 7 de marzo de 2021

Carta No. 70: Mujer: fortaleza, trabajo, ternura y esperanza

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 70 – 7 de marzo 2021

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Mujer: fortaleza, trabajo, ternura y esperanza


“Hoy, sigue habiendo mujeres que sufren violencia: psicológica, verbal, física, sexual.  Es impresionante el número de mujeres golpeadas, ofendidas, violadas.  Las distintas formas de malos tratos que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para toda la humanidad.  Para los hombres y para toda la humanidad.  Los testimonios de las víctimas que se atreven a romper su silencio son un grito de socorro que no podemos ignorar.  No podemos mirar para otro lado...”
(Papa Francisco, 2021).


Llega de un largo día de trabajo, deja el uniforme fuera de la casa por bioseguridad, toma un baño y se coloca el delantal para seguir con la jornada… ahora es mamá o esposa o hermana o hija, tal y cual, como la suya.  Y en el campo, la zona rural, la vida de la mujer es aún más complicada y compleja que en la ciudad.

Esta es la cotidianidad de muchas mujeres en todo el mundo, en especial de las que tienen trabajo remunerado.  Durante la pandemia del covid 19, muchas mujeres trabajadoras de la salud o sanitarias, de seguridad o vigilancia, cajeras o vendedoras… han visto complicada su realidad, han arriesgado su vida para llevar el pan a su casa.  También muchas mujeres están al frente de organizaciones locales, barriales, populares, empresas o países, son líderes ejemplares y eficaces por la forma en que han enfrentado la pandemia, con conocimiento, experiencia, habilidades y perspectivas diferentes, con resultados de más éxito ante el impacto sanitario y socioeconómico, según destaca OnuMujeres.

Esta organización de Naciones Unidas señala que se ha registrado un aumento en los índices de violencia contra la mujer al tiempo que se han incrementado: pobreza, desempleo, falta de atención a la salud, educación, pérdida de empleo por ser mujer, subempleo, trabajo no remunerado, migración.  Por cierto, la restricción de movimiento, el aislamiento social y la inseguridad económica contribuyeron a la vulnerabilidad y violencia en el ámbito privado, llegando al maltrato doméstico, abuso, violación y muerte…, las estadísticas señalan que cada día 137 mujeres son asesinadas por miembros de su propia familia; las mujeres adultas representan casi la mitad de las víctimas de la trata de seres humanos detectadas a nivel planetario; a escala mundial, una de cada tres mujeres ha sufrido alguna vez violencia física o sexual y 15 millones de niñas adolescentes de 15 a 19 años han experimentado relaciones sexuales forzadas en todo el mundo (OnuMujeres).

El 8 de marzo debe ir más allá del feliz día, del ramo de rosas.  Es un día de reivindicación, de lucha, de esperanza, de cambio y reconocimiento a su valía y trascendencia.  Ante la vulneración de sus derechos, ante su vida aún mancillada, su voz grita justicia, igualdad, equidad, oportunidad… y todos debemos sumarnos a ese grito, a ese reclamo de justicia.

En un mundo en el que hay que ajustarse y acomodarse a las 'nuevas dinámicas de vida', en el que las mujeres siguen cumpliendo su rol indispensable en la sociedad, en el que la familia es el espacio central que evidencia la inmensa gama de funciones que cumple, está pendiente vencer el machismo y desterrar muchos prejuicios y perjuicios que atentan contra su dignidad e integridad.

Es necesario e impostergable que como sociedad apoyemos su lucha diaria para que sus derechos sean reconocidos.  Ella seguirá aportando a toda la humanidad desde lo sencillo o lo importante, desde la pequeñez o la grandeza… desde la vida.

A la luz de María de Nazareth trabajemos para dar testimonio de amor, de entrega, de dedicación, de fortaleza, de ternura, de diálogo, de escucha y de esperanza… expresiones de vida plena, de alegría inmensa, de educación liberadora y organización infatigable; que supera todos los obstáculos que la sociedad sigue manteniendo.  ·  #ComuniquemosEsperanza

  

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.