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domingo, 30 de mayo de 2021

Carta No. 82: Caminando hacia el Encuentro

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 82 – 30 de mayo 2021

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Caminando hacia el Encuentro

 

“Ustedes, Sr. Presidente y Sr. Vicepresidente, que asumen su mandato y que han querido comenzar, como hombres creyentes, expresando la fe de la gran mayoría de los ecuatorianos, nos hablaron del “Encuentro”, nos invitaron a “Encontrarnos y ese es el principal desafío que tienen en sus manos”.

(José Alfredo Espinosa Mateus, Arzobispo de Quito, 24 mayo 2021).

Ecuador ha estado marcado por divisiones y enfrentamientos estériles que nos han debilitado, impidiendo encontrarnos como país para buscar alternativas y salidas a la crisis en la que estamos sumergidos. El pueblo ecuatoriano anhela puntos de contacto para proyectar un futuro que incluya a todos.  En la cultura del encuentro cada uno tiene su lugar.

El presidente Lasso así lo ha entendido y manifestó en su discurso de posesión el 24 de mayo, al proponer el encuentro como línea de trabajo. Construirlo es una tarea compleja, necesaria e inaplazable.  Tarea difícil pero no imposible si se suman al trabajo las demás funciones del Estado y los ciudadanos, conscientes de la problemática que nos afecta y reclama soluciones.

Al tomar el poder, el Presidente de la República ofreció gobernar con base a diálogos y acuerdos.  La Presidenta de la Asamblea Nacional habló de la "la unidad en la diversidad” para crear la "cultura del encuentro y la reconciliación". Las palabras de Guadalupe Llori representan la posibilidad de crear un ambiente de confianza, que permita eliminar las ásperas pugnas entre las funciones del Estado y promover el trabajo coherente. Las dos autoridades van por la misma línea, que no significa unanimidad de criterios, sino búsqueda de soluciones concertadas.

El presidente Lasso en su discurso aseguró que "el hambre es la peor de las desigualdades". Ese reconocimiento, a más de sembrar esperanza, abre puertas a un trabajo incansable para solucionar la crisis socioeconómica que vive el Ecuador. Una prueba que deberá ser afrontada no solo por el Ejecutivo, sino por toda la institucionalidad estatal y por la sociedad civil.

Además de la pobreza, a nuestro país le afecta la falta de unidad. Parece ser que ha llegado la hora de que “luego de más de 10 años de autoritarismo, de agresiones, los ecuatorianos asimilemos la más grande lección democrática, que no hay democracia sin la participación de los ciudadanos”.

El Ecuador podría estar tomando nuevos derroteros. La prueba mayor es inmediata: la vacunación de 9 millones de ecuatorianos en los primeros 100 días de mandato, para lo cual ofreció el "más grande despliegue logístico de nuestra historia para cumplir con el más sagrado deber de un gobierno: salvar la vida de sus ciudadanos".  Esperamos que esta promesa se cumpla.

Sin embargo, se han evidenciado aislados brotes de descontento: paros, críticas, amenazas… ante los que el presidente puede optar por construir puentes que signifiquen un verdadero ambiente de diálogo y conciliación o asumir una postura de represión a la protesta social. Confiamos en que la violencia no sea instrumentalizada para promover la inestabilidad en el país, ni la represión sea asumida como política de gobierno.

La cultura del encuentro se fundamenta en la comunicación cercana, en el sentir con el otro, en salir de sí mismo para darse a los más necesitados. Es una nueva forma de vida y modo de actuar con relación al prójimo, en comunidad, dejando nuestra "zona de confort".  Es tiempo de ir más allá y sumar esfuerzos para caminar juntos a un Gran Encuentro Nacional como única forma de superar las crisis y promover una verdadera democracia.  ·  #ComuniquemosEsperanza


Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.


domingo, 23 de mayo de 2021

Carta No. 81: Escuchar al Pueblo de Dios

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 81 – 23 de mayo 2021

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Escuchar al Pueblo de Dios

“La Iglesia se da al partir el pan...  con todos, sin exclusión. Y una Asamblea Eclesial es un signo de esto” (Papa Francisco, video mensaje del 24 de enero de 2021).

El Papa Francisco al proponer la Asamblea Eclesial del Pueblo de Dios con todos los bautizados, rompe la lógica de las Conferencias Episcopales Latinoamericanas que se realizaron solo con la presencia de obispos.  Ahora es con todo el Pueblo de Dios.

Esta Asamblea se la realizará como Pueblo de Dios, en comunión con el Papa Francisco, que nos alienta a recorrer este camino: “Quiero estar junto a ustedes en este momento y en la preparación hasta noviembre...  es la primera vez que se hace... Los acompaño con mi oración y buenos deseos, ¡adelante con coraje!” (24 de enero de 2021) La Asamblea Eclesial no es solo de obispos o de “élites ilustradas de una ideología o de otra” dice el Papa Francisco, sino de todo el Pueblo de Dios. De ahí su carácter sinodal. En este trayecto “caminaremos juntos”: aicos, religiosos, diáconos, seminaristas, sacerdotes, obispos y todas las personas de buena voluntad que deseen ser parte de este caminar en comunidad.

El lema de la Asamblea Todos somos discípulos misioneros en salida nos convoca, nos une y compromete a reflexionar sobre el compromiso cristiano en el aquí y ahora de América Latina, por ello, como discípulos escuchamos a Jesús y escuchamos su Palabra, pero también estudiamos la realidad de pueblo que peregrina en nuestro Continente.  Ese aprendizaje y esa escucha nos proyectan a aprender de Jesús, a seguir sus huellas, a iluminar esta realidad llena de contrastes, de injusticia, de pobreza, de migración, de incertidumbre, de desesperanza, para buscar las claves de un anuncio que, al igual que los anuncios de Jesús, sea portador de vida y esperanza para el pueblo latinoamericano.  Nos invita a escuchar y dar respuestas a los gritos de la humanidad y de la naturaleza.

La Iglesia en América Latina ha sido promotora de una nueva evangelización: nueva en su ardor, en sus métodos y expresiones y ahora, con esta Asamblea Eclesial, está abriéndose al Espíritu de Dios para escuchar el clamor, las angustias, las esperanzas y las alegrías del pueblo que camina gritando “ven Señor”.

Del 21 al 28 de noviembre en México se realizará la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, la meta es revisar los compromisos asumidos en la 5ª Conferencia Episcopal Latinoamericana de Aparecida (Brasil 2007).  Evaluar si esa invitación de ser “discípulos misioneros”, mediante una gran misión continental al servicio del Reino… se ha realizado o no.

En la preparación a la Asamblea vivimos un amplio proceso de escucha, para discernir juntos la voluntad de Dios y el llamado que nos hace como Iglesia en esta región del mundo.

Caminemos hacia esta Asamblea Eclesial con plena conciencia de que entramos en un tiempo de oración y de escucha del Espíritu, quien nos ayudará a reconocer comunitariamente los signos de los tiempos (cfr. EG 14)…

En continuidad con las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, desde Medellín (1968) hasta Aparecida (2007).  En el documento de consulta se recomienda el método pastoral “ver”, “juzgar” y “actuar” o “iluminar”, tal como nos indica Aparecida.  Todos estamos invitados a participar en este proceso de preparación a la Asamblea Eclesial.  Toda la información la encuentran en: www.asambleaeclesial.lat  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

  

sábado, 15 de mayo de 2021

Carta No. 80: El transporte debe cambiar… ¡ya!

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 80 – 16 de mayo 2021

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El transporte debe cambiar… ¡ya!

“La calidad de vida en las ciudades tiene mucho que ver con los sistemas de transporte, que son a menudo una fuente de mucho sufrimiento para quienes los utilizan… en muchas ciudades obligan a las personas a soportar condiciones indignas debido al hacinamiento, la incomodidad y la falta de seguridad” (Papa Francisco, Encíclica Laudato Si’, 153).

Ecuador tiene 221 cabeceras cantonales, 800 parroquias y alrededor de 3.200 rutas operadas por 225 empresas privadas. La red vial se aproxima a los 42.000 km. Cuenta con alrededor de 2'150.000 vehículos livianos y 350.000 comerciales. Hay alrededor de 3'000.000 de conductores con licencia.  La movilidad cantonal está a cargo de los Municipios y las vías nacionales de la Policía.

En 2019 fallecieron 2.180 personas en las carreteras del país: 84% viajaban en autos particulares y 16% en transporte público. La Agencia Nacional de Transito (ANT) revela que el 38% de fallecimientos se concentraron en 10 cantones y que las cinco principales causas de accidentes son: uso del celular, ver pantallas de video o maquillarse al volante; exceso de velocidad; no mantener una distancia prudente con el vehículo de adelante; cambios bruscos de carril y caminar por zonas inseguras.

El problema del tránsito, transporte terrestre, seguridad vial y movilidad es inmenso, complejo y desafiante. Sin duda existen leyes suficientes, no siempre bien aplicadas. Muchas veces las autoridades se hacen de la vista gorda y los conductores evitan cumplirlas.

La Asamblea Nacional que ya feneció, al apuro aprobó una serie de reformas a la Ley de Tránsito, muchas de ellas buenas y oportunas; pero lamentablemente, otras, quitan o disminuyen las multas y, lo que es peor, elimina la reducción de puntos de la licencia por contravenciones lo que se traduce en dejar sin sanción al conductor cuando por impericia o imprudencia causa accidentes lamentables.

Cada conductor irresponsable es una potencial 'amenaza' para el pasajero y el peatón. El irrespeto e indisciplina es el denominador común en las vías de nuestro país. Da la impresión de que la 'vida no vale nada' y por esa razón se procede, frecuentemente, con extrema incapacidad, audacia e impericia.

Los buses urbanos, intercantonales e interprovinciales desafían abrupta y temerariamente la seguridad ciudadana y vial; circulan sin límites de velocidad y muchas veces en vehículos en mal estado, con exceso de pasajeros, violando las leyes y sin atender las señales de tránsito. Rebasan en curvas, corretean, paran donde se les ocurre. Por otro lado, muchos choferes también viven su propio laberinto, al ser sobre explotados por los dueños de los vehículos, varios de ellos dirigentes de las llamadas cooperativas y gremios de la transportación.

Conocemos las grandes falencias que hay en el transporte, sin embargo, casi nada se hace por cambiar esta realidad, por el contrario, la población está a merced de las exigencias y abusos de los dirigentes que manejan e imponen condiciones. Buscan ventajas lucrativas, sin que les importe la situación de los usuarios. La situación desastrosa de la transportación pública hace del carro propio, un objeto de primera necesidad, ocasionando con esto, una congestión automotriz, sobre todo en las grandes ciudades.

O nos esmeramos en construir un transporte terrestre que garantice la vida y la seguridad o simplemente nos sumergimos en el caos, el abuso, el dolor y la muerte. La convivencia diaria demanda una movilidad segura, un transporte digno, un trato justo, un servicio decente.  Involucrada en este cambio está la sociedad a través de todos los actores.  ·  #ComuniquemosEsperanza

   

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sábado, 8 de mayo de 2021

Carta No. 79: El deber ser de la Asamblea Nacional

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 79 – 9 de mayo 2021

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El deber ser de la Asamblea Nacional

 

La Función Legislativa se ejerce por la Asamblea Nacional, que se integrara por asambleístas elegidos para un período de cuatro años. (Constitución 2008, art. 178).

Así de simple es la definición constitucional del primer poder del Estado, que se origina en la voluntad popular expresada en las urnas. Legalmente tiene dos misiones fundamentales: legislar y fiscalizar. De estos mandatos depende, en gran parte, la estabilidad jurídica y política, así como la gobernabilidad de la República y, consecuentemente, el bien común.

Legislar es crear, modificar o eliminar las leyes.  Misión fundamental, ya que, de la calidad, eficacia y proyección a futuro de las leyes, depende el buen manejo de la cosa pública y las relaciones entre los ciudadanos y el Estado. No se trata de fabricar leyes sin ton ni son, sino de que las que entren en vigencia respondan a necesidades colectivas y sirvan para el desarrollo integral, la justicia y la paz.

Fiscalizar es velar por el cumplimiento estricto de la ley, comenzando por la Función Ejecutiva que cuenta con recursos humanos y económicos que deben ser manejados con absoluta pulcritud. La Asamblea debe fiscalizar al buen uso de esos recursos y, si el caso amerita, aplicar las sanciones políticas a quienes hagan mal uso o, peor aún, a quien caiga en hechos de corrupción.

Pero hay otro elemento de trascendencia de la Asamblea Nacional: posibilitar la gobernabilidad, es decir, crear el ambiente que permita al Ejecutivo cumplir con su mandato y trabajar por el desarrollo integral y el bien común.

Muy fácil es torpedear el trabajo del Presidente de la República, de sus ministros y más instituciones, buscando réditos electorales y posicionándose como caudillos de una oposición irracional. No es lógico confundir la justa fiscalización, necesaria y oportuna, con un boicot permanente a todo lo que pretenda hacer el Ejecutivo.

Los entramados de la Asamblea Nacional saliente fueron complejos, extraños y hasta decepcionantes. Negociaciones que en muchas ocasiones archivaron los intereses del pueblo y antepusieron agendas propias o de los grupos que representan. Asambleístas que "en nombre y delegación" de sus electores, hicieron todo lo contrario a la voluntad popular. La actual Asamblea termina su gestión tan calamitosamente que casi ningún ciudadano confía en ella.

La nueva Asamblea, que se instala el 14 de mayo, es un cuerpo legislativo fraccionado y sin mayoría suficiente para apoyar al Ejecutivo ni con la fuerza necesaria para una oposición racional. El desafío de los 137 legisladores es inmenso pues, a más de negociar y lograr acuerdos para elaborar leyes que permitan enfrentar la grave crisis económica, social, política, sanitaria, ética… deben, sin ambages, esmerarse por recuperar el prestigio y la confianza ciudadana.

Si los nuevos legisladores comprenden su misión, si olvidan sus posturas extremas, intereses personales y de sus grupos cercanos, y si buscan el progreso del país, superarán el desprestigio que afecta a la saliente Asamblea y contribuirán con la gobernabilidad, la unidad y el trabajo conjunto, tan necesarios para vencer esta crisis agobiante. De ellos, como cuerpo legislativo, y del nuevo Presidente de la República, depende el futuro del Ecuador.

Justicia y Paz anhela que la tarea legislativa que empieza la Asamblea Nacional sea de consensos, acuerdos francos, sinceros, transparentes, sin agendas ocultas, ni prebendas.  ·  #ComuniquemosEsperanza


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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.