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miércoles, 27 de junio de 2018

carta No.13 - Hacia un nuevo modelo de Iglesia

Con los ojos fijos en El 
en la realidad y la fe

carta No. 13
junio 2018
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Hacia un nuevo modelo de Iglesia

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana en comunicado de Prensa, hace algunos días, se pronuncia en relación al abuso de menores en los siguientes términos: “Rechazo a toda forma de abuso físico, psicológico y sexual contra menores”, en cualquier campo: familiar o institucional y se compromete a tomar “medidas preventivas” contra este flagelo.  Expone, además, el proceso que la Iglesia aplica, según el Derecho Canónico a los implicados y reitera su compromiso con los más desprotegidos.

La pederastia en la Iglesia, es un tema que lo hemos discernido, desde nuestro ser de laicos y laicas con dolor y esperanza, teniendo presente las palabras de Pablo: “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” Rom. 5, 20.

Adicionalmente, en los últimos tiempos, ha sido dolorosamente lamentable la noticia de innumerables casos de abuso sexual a menores por otros agentes y sujetos sociales en el mundo entero y en nuestro país, en particular, realidad cruel que indica la descomposición de ciertos segmentos de la sociedad que hacen daño a los débiles.

Es innegable la postura de los dos últimos Papas, Benedicto XVI y Francisco, al sostener el ‘cero tolerancia’ frente a estos execrables hechos de determinados sacerdotes que atentan contra la dignidad humana, causando un daño profundo e irreparable en sus víctimas y en innumerables personas que se escandalizan con este mal proceder.

Esta realidad nos conmueve y nos lleva a pensar que necesitamos una reflexión más profunda al interior de la Iglesia, tanto de la Jerarquía, como de los laicos y laicas, que formamos el Pueblo de Dios.  Nos urge, “Volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, donde brotan nuevos caminos, métodos creativos, formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual” (Evangelii Gaudium, 11).

Es un desafío para nuestra Iglesia hacer una pausa de conversión para renovar sus estructuras, como dice el papa Francisco “una conversión pastoral misionera” que incremente “la fidelidad a su vocación”.  Este acto de humildad y de coraje hará posible una transformación eclesial para iluminar un mundo afectado por innumerables conflictos que va perdiendo credibilidad en las instituciones, incluida la Iglesia.

Consideramos que los ‘signos de los tiempos’ exigen un nuevo modelo de Iglesia: profética, dialogante, que escuche y oriente, con puertas abiertas, de salida, cercana a su ‘rebaño’, con una estructura pastoral, que tenga presente que ella no es el fin, sino el camino para trabajar por el Reino de Dios, que es el proyecto de Jesús y que para ello necesita de un laicado evangelizado que sea su apoyo.

Ante esto, observamos algunos problemas que dificultan este proceso:

-       La excesiva clericalización que nos conduce a tener un concepto deformado de Iglesia.
-       Una estructura piramidal que no incluye a laicas y laicos como compañeros de camino, con voz propia.
-       La existencia de 13 Seminarios, en el Ecuador, que constituyen cantidad y no calidad.
-       La insuficiente preparación de los formadores de los nuevos sacerdotes.
-       En definitiva, la formación de los seminaristas no responde a las necesidades del pueblo, son más ‘funcionarios administrativos’ que pastores.
-       La preparación para el mundo de hoy, debe enmarcarse en criterios comunitarios, creando climas acogedores de escucha y acompañamiento.
-       La selección de candidatos al sacerdocio debería ser más exigente, mirando entre otros parámetros, su vocación de servicio, especialmente a los excluidos que son los privilegiados del Reino.

La dinámica misionera evitará la instalación y la acedia egoísta de la que habla el Papa (EG, 81).

Los laicos y laicas tenemos también responsabilidades propias que nos lleva a interrogarnos, entre otras las siguientes preguntas:

-          ¿Discernimos nuestra realidad a la luz del Evangelio?
-          ¿Cuál es nuestro aporte para que la Iglesia sea más abierta y fraterna, impulse el cambio y se encarne en nuestra realidad?
-          ¿Cómo ayudamos para que la Iglesia toda, sea fiel a Cristo y al proyecto del Reino?

He aquí una tarea conjunta de todos los que somos Iglesia.

Observatorio Eclesial – Relatora: Martha Mora
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.