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domingo, 28 de junio de 2020

Carta No. 34: Nuestra querida Amazonia: entre el esplendor y su destrucción


Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe


Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 34 – 28 de junio 2020
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“Sueño con una Amazonia que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida.
Sueño con una Amazonia que preserve esa riqueza cultural que la destaca, donde brilla de modos tan diversos la belleza humana.

Sueño con comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse en la Amazonia, hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos”.  (Querida Amazonía, 7).

Nuestra querida Amazonia:
entre el esplendor y su destrucción

“La querida Amazonia se muestra ante el mundo con todo su esplendor,
su drama, su misterio”
Papa Francisco 'Querida Amazonia'

Esplendor en su maravillosa naturaleza, abundancia de agua, riqueza cultural de sus pueblos originarios...  Drama de pobreza y múltiples carencias evidenciados con fuerza en esta pandemia del coronavirus.  En los nueve países amazónicos, al 26 de junio se registraron 413.403 casos confirmados y 13.409 fallecidos (bit.ly/31n4wzT).  En nuestra Amazonia, a la misma fecha, se constataron 3.274 confirmados y 110 fallecidos (MSP Ec).  Realidad que se agrava con servicios sanitarios precarios e insuficientes.

Las comunidades de las riberas de los afluentes del Napo y Coca en Sucumbíos y Orellana fueron gravemente afectadas por el derrame petrolero del 7 de abril.  En Morona Santiago la erupción del Sangay, el desbordamiento del Río Upano y el riesgo de deslaves en carreteras dificulta acciones para paliar los efectos de la pandemia.  El contagio avanza y se extiende en Napo , Zamora y Pastaza.  En Orellana, hay ausencia de atención adecuada a los Waorani, prácticamente su estado es de vulnerabilidad y desamparo.

La población amazónica, principalmente indígenas y colonos migrantes, desde hace tiempo, está amenazada de muerte y algunos pueblos en peligro de extinción por la depredación de sus territorios, la deforestación, la ampliación de la frontera agrícola, la contaminación ambiental.  Son terroríficos los relatos de intromisiones violentas de compañías madereras, de narcotraficantes y otros que no solo amenazan sino secuestran, hieren y hasta matan.  Hay adolescentes ecuatorianos que son obligados a militar en fuerzas ilegales.  La sociedad ecuatoriana y particularmente sus mandatarios, estamos obligados a custodiar y defender su existencia, sus derechos fundamentales y su identidad, y la única manera es reconociendo y respetando sus derechos, entre otros los de salud, trabajo, educación, seguridad, territorio… Los discursos tienen que pasar de la retórica vacía y electorera a la práctica y compromiso patriótico real.

Ante esta situación desde la Comisión de Justicia y Paz proponemos asumir como nuestro el sueño de Dios en la Amazonia, trabajar para que se haga realidad y unirnos “por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida” (Querida Amazonia, 7).

En este contexto de angustia y dolor, hay signos y gritos proféticos que nos dan esperanza...  tenemos laicos, religiosos, sacerdotes y obispos que dan su vida por todos ellos, basta citar como ejemplos los nombres del Obispo Alejandro Labaka y de la Hermana Inés Arango.

¡Indignarnos por las pandemias que amenazan la vida y seguir denunciando el sistema de muerte! nos permitirá colaborar para que el sueño de Dios, de Alejandro e Inés y del papa Francisco se cristalicen en nuestra querida Amazonia.  ·  #ComuniquemosEsperanza



Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

lunes, 22 de junio de 2020

Carta No. 33: Somos como la paja del páramo...


Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe


Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 33 – 21 de junio 2020
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La resistencia individual y colectiva firme tiene la capacidad, actitud y decisión de mantenerse inquebrantable en sus principios y valores, rechaza todo tipo de descomposición que fulmina, deteriora y aniquila personas y sociedades.  Algunos seres humanos tienen precio, se venden en el mercado de la corrupción como cualquier objeto, en ese submundo intercambian su dignidad, principios y valores por “un plato de lentejas”.

Somos como la paja del páramo…

“Somos como la paja del páramo que se arranca y vuelve a crecer y
 de paja de páramo sembraremos el mundo”
Dolores Cacuango

Volveremos a empezar, saldremos de esta pandemia sanitaria y de esta degradación ética y moral.  Nos levantaremos como esa paja de páramo que por más que se pise, se arranque, se seque, porfiadamente vuelve a crecer.

Ante la avalancha de corrupción e impunidad en la que está sumergida la sociedad, es pertinente, urgente y necesario activar la resistencia a esa estructura que carcome el tejido social en su naturaleza, esencia y fundamento.  Estamos acostumbrados a escuchar noticias de actos de corrupción de todo nivel; vemos que los corruptos y corruptores casi siempre salen bien librados.  Nos escandalizamos, criticamos, censuramos y nos quedamos quietos ante esta realidad que se ha vuelto familiar, frecuente y normal.

Debemos salir del aletargamiento social para construir una opción colectiva sólida, compacta, constante que combata esta pandemia, esta es una obligación, responsabilidad y compromiso de todos y especialmente de los cristianos.

¿Cómo hacerlo, es la pregunta capital?  Podremos desmantelarla o al menos combatirla con fehaciente intrepidez, a sabiendas que son poderes enquistados en las instancias gubernamentales, empresariales e incluso familiares, sin duda una tarea faraónica que encierra peligros, ataques hasta con amenazas contra la propia vida.  La corrupción y la impunidad tienen vida propia, se autogobiernan, regulan y actúan, están bien organizadas y gozan de abundante salud financiera.

En ese medio debemos, como sociedad, resistir a todo tipo de ofensiva, embate y ataque.  Sin amilanarnos ni achicarnos frente a un “monstruo grande que pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente”.  En este caso resistir demanda organizarnos, formarnos e informarnos, estructurar estrategias de investigación y denuncia, diseñar metodologías que promuevan la honestidad, la honradez y el servicio ético y moral a la sociedad en general y en especial a los más pobres y vulnerables.

~  Resistir es la consigna vigente y permanente.
~  Resistir es nuestra tarea y compromiso principal e ineludible.
~  Resistir a romper nuestros principios y valores éticos y morales.
~  Resistir a involucrarnos en redes de corrupción.
~  Resistir a promover la impunidad.
~  Resistir a vendernos como mercancía para obtener de manera fácil e ilícita un beneficio personal perjudicando a la sociedad.
~  Resistir a ser parte de una estructura organizada que busca estrategias para robar y delinquir desde el poder...
 ~  Resistir y seguir adelante es la consigna, tenemos la fe que nos da el Señor, la esperanza que nos anima y la fortaleza espiritual.  
~  Resistir como la paja del páramo, para contar con una sociedad equitativa, justa, solidaria, libre de corrupción e impunidad.  ·  #ComuniquemosEsperanza



Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

lunes, 15 de junio de 2020

Carta No. 32: Coherencia ética para ser mejores


Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe


Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 32 – 14 de junio 2020
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Aún tenemos la esperanza de que algo cambiará, que la nueva normalidad, impregnará la recuperación de los valores que nos definen como cristianos: restaurar el concepto de comunidad, vivir y practicar el Amor -con mayúscula-, la fraternidad, la solidaridad, la responsabilidad, la entrega, la honestidad, la humildad, la sencillez, la condescendencia, la honradez, la confianza, la gratitud, la coherencia...  Una sociedad nueva en ciernes, que cuide a los demás mientras se cuida a sí misma.
Coherencia ética para ser mejores

Conforme cambia el color del semáforo, la gente sale a las calles y trata de retomar la convivencia diaria... y de repente, aparece el 'hombre viejo', el aprovechado y aprovechador, que irrespeta el distanciamiento social en las necesarias y molestosas filas.  Se aglomera en las ventas callejeras, en buses, en el ingreso a locales.  Nuevamente comprar sin planificar, endeudarse sin respaldo, pues hay que aparentar y 'quedar bien', eso en lo pequeño, en nuestro medio, con nuestros vecinos, con los ciudadanos de a pie.
¿Qué decir de aquellos que tienen poder e influencias políticas, sociales, económicas y hasta religiosas?, siguen con el 'negocio' ilícito, con el dar y recibir coimas, con la especulación, con el vender y comprar con sobreprecios, sin importar ni la salud ni la vida de los afectados por la pandemia o por la pobreza.
La falta de coherencia como sociedad vuelve a tomarse la cotidianidad.  Por un lado, la esperanza de un mundo mejor!, por otro -en la práctica-, lo más negativo del ser humano y la sociedad relativista, pragmática, utilitarista, inmediatista y con un grosero materialismo, donde 'al final, la vida sigue igual'.
Algo similar pasa con el medio ambiente: los cielos límpidos, azules, brillantes... de nuevo contaminados, los ríos recibiendo los desechos de las industrias, los campos absorbiendo químicos para intensificar la producción...
Si no hay formación de las conciencias desde niños y por el resto de la vida, más una constante actitud crítica para una reconstitución ética permanente... no habrán personas con principios, valores ni una práctica coherente con lo que dicen.  Entonces, la sociedad se pervierte e incluso inconscientemente se convierte en 'escuela de corrupción, impunidad, mentira y muerte'.
'La ética es la medida universal del auténtico bien humano', por lo que los individuos en uso de su libertad, somos responsables de nuestras acciones y de las consecuencias que generen.  El ser humano, por naturaleza, origen y definición es un ser en sociedad, al actuar en forma libre, sin presiones o coacciones que tuerzan sus objetivos, hábitos, costumbres e ideologías, debe responder por todo aquello que hace o que ha dejado de hacer y su impacto, en mayor o menor grado en su entorno, comunidad, en su relación con los demás.
“Necesitamos interrogarnos profundamente sobre el destino final de la vida, capaz de restaurar dignidad y significado al misterio de sus afectos más profundos y sagrados.  La vida del hombre, hermosa de maravillar y frágil de morir, va más allá de sí misma: somos infinitamente más de lo que podemos hacer por nosotros mismos” (Papa Francisco, 2018).
Justicia y Paz llama la atención de todos y especialmente de los cristianos y solicita, pide, ruega, coherencia en la actitud de los ciudadanos.  Coherencia para ser mejores, para lograr una sociedad más humana, justa, solidaria, distinta de aquella que con la pandemia, se supone, debió quedar en el pasado.
Que la esperanza nos motive y anime cada día a superar nuestras debilidades, para recuperar nuestros valores éticos y vivir en el futuro inmediato, días mejores para todos.  ·  #ComuniquemosEsperanza

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 7 de junio de 2020

Carta No. 31: Siempre hay una salida... con esperanza


Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe


Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 31 – 7 de junio 2020
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Desde nuestra fe, asumamos el compromiso ético de cuestionar, revisar y cambiar hábitos sociales, económicos, políticos, culturales dañinos como el consumismo, el desperdicio y el descarte.  Siempre hay una salida con esperanza.  Llevemos una vida sencilla, sobria y justa.  Apoyemos la producción local, las iniciativas de comercio justo y eco responsables.  Manejemos de mejor manera las finanzas familiares, priorizando el gasto en necesidades básicas y practicando el ahorro.  Es tiempo de innovar y reinventarnos, de amar y compartir como individuos y como comunidades.


Siempre hay una salida... con esperanza

El Ecuador vive una profunda crisis económico-social agravada, entre otras causas, por el confinamiento social dispuesto por las autoridades para controlar la expansión del covid-19, que ha transparentado profundas injusticias y desigualdades sociales derivadas del actual modelo de desarrollo.

Tras un manejo contradictorio de las finanzas públicas, durante décadas y especialmente en los últimos trece años, que incluyó la ausencia de un fondo de ahorro y reservas que hubiese servido para enfrentar y sostener al país durante esta emergencia, sumado a la caída del precio internacional del petróleo, la destrucción de los oleoductos, la baja de exportaciones de productos y de las remesas de nuestros hermanos inmigrantes, la corrupción e impunidad estructural campante, además de las políticas de austeridad definidas por el gobierno, nos han sumido en la más grave crisis de nuestra historia, que afecta dramáticamente las condiciones de vida de gran parte de la población.
La falta de empleo digno, problema ahora agravado por miles de despidos, el bajo acceso a los servicios básicos, particularmente del sistema sanitario y el déficit creciente de vivienda, son de las múltiples y dolorosas imágenes de la crisis, que además se muestran como de las más urgentes para el tiempo venidero.
En medio de esta difícil realidad, muchos hombres y mujeres han debido salir de casa, desafiando a la pandemia y arriesgando incluso su vida, en busca de medios que ayude a satisfacer sus necesidades básicas, alimentación principalmente.
Urgentemente necesitamos preservar la salud y la vida de todos, poniendo especial cuidado en los más vulnerables,.  Y para cumplir esta responsabilidad general y particularmente del gobierno, requerimos de planes y acciones eficientes, efectivos y eficaces de las autoridades, de la ayuda de organismos multilaterales; de la renegociación de la deuda pública en condiciones favorables; de transparentar la gestión de préstamos, de donaciones e inversiones con la respectiva rendición de cuentas de manera pública.  Es de máxima prioridad salvar al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.  Debemos promover el diálogo entre los distintos actores sociales para un Acuerdo Nacional y combatir sin tregua a la corrupción, desterrando la impunidad.
Los ciudadanos y particularmente los cristianos, debemos discernir y comprometernos a no volver a lo anterior como si fuera la “normalidad”, podemos proyectar y construir un nuevo paradigma, basado en una armonía socio-económico-ambiental que vaya de la mano con el cuidado de la creación y la vida.  Pues “sabemos que es insostenible el comportamiento de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras otros todavía no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana.  Por eso ha llegado la hora de aceptar cierto decrecimiento en algunas partes del mundo aportando recursos para que se pueda crecer sanamente en otras partes” señala el Papa Francisco (Laudato si’).
Es hora de ser conscientes de nuestra participación activa en cada una de nuestras acciones y decisiones cotidianas.  ·  #ComuniquemosEsperanza

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.