Roma.- Un grupo de 46 teólogas y
teólogos, identificados con la teología de la liberación, expresó
su respaldo y solidaridad al papa Francisco "por dar centralidad
al grito de la Tierra y al grito de las víctimas del sistema
anti-vida que sacrifica millones y millones de hermanas y hermanos
empobrecidos". A través de una carta, que fue suscrita al
concluir el Encuentro Intergeneracional de Teología de la Liberación
"La fuerza de los pequeños", que se cumplió en la ciudad
de Puebla (México), los teólogos se mostraron solidarios con el
Papa por el sufrimiento causado por mantener una "actitud
profética y pastoral".
La misiva fue entregada personalmente
al Papa a través de Élio Gasda, el pasado viernes 20 de octubre.
"El encuentro con Francisco ha sido un momento de gracia",
ha dicho el teólogo brasileño, quien también participó en el
Encuentro Intergeneracional de Puebla y explicó al obispo de Roma
sobre el origen de la carta, y le habló de los firmantes.
Aquí el texto íntegro de la carta
Querido Hermano Francisco,
Somos teólogos y teólogas de
América Latina y del Caribe, convocados por Amerindia, una red de
cristianas y cristianos comprometidos en los procesos de resistencia
y esperanza de nuestro continente.
Nos hemos reunidos en Puebla –
México, del 12 al 14 de octubre bajo el lema: "La fuerza de los
pequeños".
El propósito era contribuir a los
procesos de transformación y liberación de nuestros pueblos,
leyendo en clave creyente y crítica el momento histórico que
vivimos, desde una sinergia intergeneracional, enfatizando los
resortes místicos-proféticos y metodológicos de la Teología de la
Liberación.
Queremos expresarte nuestro apoyo por
dar centralidad al grito de la Tierra y al grito de las víctimas del
sistema anti-vida que sacrifica millones y millones de hermanas y
hermanos empobrecidos.
Nos solidarizamos contigo por el
sufrimiento que se te impone por esta actitud profética y pastoral
que atañe no solamente a la Iglesia, sino a toda la humanidad en
este momento dramático de la historia.
Como grupo hemos invocado al Espíritu
para que te siga iluminando y fortaleciendo en las palabras y en los
gestos a fin de animar los procesos de lucha por el cuidado de la
Casa Común, especialmente por la dignidad de los pueblos
originarios, de los afrodescendientes y de las mujeres que luchan por
el reconocimiento de su lugar en la Iglesia y en la sociedad.
Nuestra confianza está puesta en el
Misterio de Dios que transforma la historia desde la fuerza de los
pequeños.
Renovando nuestra solidaridad y
enviando todo nuestro cariño te abrazamos cordialmente como nuestro
Hermano mayor.
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