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domingo, 30 de agosto de 2020

Carta No. 43: Elecciones con Responsabilidad y Credibilidad

 

Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 43 – 30 de agosto 2020

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"Un sistema político-económico, para su sano desarrollo, necesita garantizar que la democracia no sea sólo nominal, sino que pueda verse plasmada en acciones concretas que velen por la dignidad de todos sus habitantes bajo la lógica del bien común, en un llamado a la solidaridad y una opción preferencial por los pobres" (Papa Francisco, 2019).

 

Elecciones con
Responsabilidad y Credibilidad

La política es una manera exigente (sabiendo que no es la única) de vivir el compromiso cristiano al servicio de los otros.  Paulo VI - Populorum Progressio.

 La participación política es un derecho y una obligación de todo ciudadano, porque de ella depende la construcción de una sociedad pluralista, equitativa y solidaria; le exige intervenir en la construcción de una auténtica democracia representativa y en uso de sus derechos políticos, entre otros aspectos, elegir a sus gobernantes.

En Ecuador, desde la última Constitución, todos somos ciudadanos desde el nacimiento y al cumplir las condiciones de ley, tenemos el derecho y la obligación de elegir y ser elegidos.  A quienes elegimos les responsabilizamos de lo que hacen o dejan de hacer, y les exigimos el cumplimiento de las promesas de campaña y de los planes de trabajo, que por ley, están obligados a presentar con sus candidaturas.

Fallas del Código de la Democracia permiten la existencia de una cantidad de partidos y movimientos, que por ley están obligados a participar en cada proceso electoral, para lo que se les establece fondos de campaña -recursos anuales asignados para su administración y para la capacitación de sus militantes-.  Recursos de todos, que facilitan su presencia en la Asamblea Nacional, para garantizar su vigencia.  Estas fallas“ponen en marcha círculos viciosos que privan a las personas y a las familias de las necesarias garantías para su desarrollo y bienestar” y generan una “corrupción” cuyas consecuencias acaban sufriendo principalmente los pobres”.  (Papa Francisco).

Como consecuencia de la falta de seriedad de los entes políticos para crear propuestas válidas y militancias comprometidas y libres de caudillismos y caciquismos, se inscriben 19 precandidatos a la presidencia de la República.

La credibilidad de las autoridades electorales, la transparencia de los procedimientos y la claridad de los resultados obtenidos son indispensables y fundamentales en democracia.  Si las autoridades actuales del Consejo Nacional Electoral -CNE generan desconfianza, si los procesos son cuestionados y persisten dudas sobre resultados anteriores; además de la denuncia de fallas en el sistema, como las hechas por la Contraloría y la Fiscalía de la Nación, las elecciones venideras se cargan de dudas, de desconfianza, y corren el serio peligro de alterar la democracia quitando legitimidad a los futuros mandatarios electos.

A pocos meses de las elecciones, faltan reglamentos, no existe un presupuesto claro, no se han ventilado las acusaciones reiteradas de nombramientos no calificados, padrones alterados y una verdadera pandemia de candidaturas, algunas con problemas graves con la justicia.

Justicia y Paz invita a la ciudadanía a tomar conciencia de la grave situación por la que estamos atravesando y hace un llamado al CNE para que deponga los intereses particulares y de partido y genere confianza y sensatez, rectifique actitudes, supere divisiones y mejore el sistema electoral para que la democracia se fortalezca y tenga resultados confiables y acordes con la decisión de los votantes, que aspiran a una vida en paz.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 23 de agosto de 2020

Carta No. 42: El rostro humano de la humanidad

 

Con los ojos fijos en El

en la realidad y la fe

 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz

carta No. 42 – 23 de agosto 2020

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El virus nos trajo un mensaje potente: la necesidad urgente de un mundo diferente, que era invisible a los ojos de la globalización, más equitativo, más justo, con iguales oportunidades para todos, libre de discriminación, más solidario y más humano, centrado en las personas y alejado del carácter puramente economicista que apoyado, muchas veces, en inútiles indicadores buscaba desesperadamente el lucro inhumano y no el bienestar global.

 

El rostro humano de la humanidad

 

“La pobreza no es natural, es creada por el hombre; erradicarla no es un acto de caridad, es un acto de justicia” Nelson Mandela

 

La pandemia de la que el planeta es víctima, llegó sin aviso previo, con aire destructor y envuelta en un manto de misterio.  Ha confundido y destruido estructuras y paradigmas, pero sobre todo ha dejado al descubierto problemas sociales profundos como la pobreza e inequidad que afectan a miles de millones de seres humanos.  Su impacto ha sido violento y destructor en economías débiles que ya enfrentaban situaciones de crisis antes de su presencia.  Hoy se cierran empresas, el desempleo aumenta, la productividad baja y los excluidos se enfrentan cara a cara con el hambre, la miseria y la enfermedad.

El microscópico virus ha dado más sorpresas de las imaginadas, ha anulado la autoridad de los poderosos, desafiando a la ciencia y descalificando los ‘exitosos’ modelos de desarrollo.  Está imponiendo un nuevo estilo de vida y pese a los esfuerzos humanos: no hay salida, al menos en el corto plazo.  El conocimiento trabaja sin descanso en busca de una vacuna que no llega.

La nueva situación nos muestra la fragilidad humana, lo relativo de las cosas materiales, lo poco que necesitamos para vivir (contraria a la idea de que la persona vale por lo que tiene y no por lo que es), el reconocimiento del valor de la vida, la importancia de la familia, la conservación del medio ambiente, la necesidad de la convivencia...

La pandemia puede constituirse en una enorme oportunidad para “hacer nuevas todas las cosas”: construir una nueva humanidad, con una nueva economía, una nueva política, un nuevo orden social, en la que el ser humano sea el principio y fin de toda actividad, donde la ganancia esté dada por la disminución de la pobreza, por la inclusión económica y social de los menos favorecidos, no con sentido asistencialista sino en estricta justicia y respeto a sus derechos naturales.

Es preciso detener el consumismo arrollador, el coronavirus lo ha hecho, debemos construir un modelo de conservación sustentable que guarde equilibrio entre lo económico, político, social, cultural y ambiental, so pena de la desaparición de esta civilización. En palabras del Papa Francisco corresponde la elección evangélica de la “Opción Preferencial por los Pobres”, como criterio clave de autenticidad cristiana, exigencia ético-social que proviene del amor de Dios, que lleva a pensar y a diseñar el rostro humano de la humanidad, donde las personas, y sobre todo los más pobres, estén en el centro.

Esperemos que el coronavirus sirva para el bosquejo y la práctica de un nuevo contrato social en el que se privilegien la vida, la salud, el derecho al trabajo, la justicia y la solidaridad.  Esta construcción incumbe a los gobiernos que tienen la enorme responsabilidad de formular políticas públicas con objetivos claros y normativas inclusivas, libre de prebendas y distinciones, alejada de la corrupción e impunidad, pegada a la ética en todas las instancias de poder, velando siempre por el bien común y el cuidado de la creación.  ·  #ComuniquemosEsperanza

  

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 16 de agosto de 2020

Carta No. 41: Los rostros de la esperanza

 

Con los ojos fijos en El

en la realidad y la fe

 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz

carta No. 41 – 16 de agosto 2020

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Así como “la fe sin obras está muerta”, la Esperanza es concreta, es de todos los días porque es un encuentro con los más pobres, con la comunidad.  Es memoria, utopía, acción.  Es creíble, testificada por la vida coherente, por la praxis eficaz, por la aunque lenta, a nuestro parecer, transformación como proceso.

 

Los rostros de la esperanza

 

Globalizar la esperanza, mundializarla, será ir haciendo que todos/as, sobre todo los excluidos, los "ninguneados"…, aquellos que más tienen por esperar, puedan esperar "razonablemente", sin sarcasmos por delante.  Pedro Casaldáliga

 La declaratoria de emergencia por la pandemia del Covid 19, que azota al planeta, cada día nos plantea un escenario nuevo, cada vez más complejo e incierto.  Son muchas incertidumbres que nos invaden y que pueden llegar casi a desbordarnos: el miedo, la enfermedad física y/o mental, la crisis económica y social, la corrupción e impunidad, el desempleo estructural, la sobreexplotación de la naturaleza, la decadencia política, etc.  Atravesamos un período histórico aterrador, en el que todo parecería oscuro, como si no hubiese futuro ni salida ante un torbellino de dificultades que nos envuelven día a día.

Sin embargo, al encontrarnos casi al límite de la existencia, tras la tormenta de angustias, vuelve a renacer siempre, como suave brisa, 'algo' que nos levanta y nos mantiene en pie; 'algo' que brota de lo más íntimo del corazón y que al pronunciarlo dibuja una sonrisa amplia.  Como si nos volviera invencibles, como el mismo oxígeno que nos revitaliza, vuelve a aparecer 'algo' llamado 'Esperanza', con mayúscula, no solo por tratarse de una virtud divina, sino porque es presencia real del Espíritu en tantos hombres y mujeres que transitan por la historia dejando huellas indelebles de amor y coherencia.

Esperanza que se distingue al cruzar la mirada con el médico o la enfermera que, tras su visor y mascarilla, hacen de su profesión símbolo de auténtica vocación de servicio sin afán de lucro; en los maestros que, a pesar de las dificultades tecnológicas y los atrasos en el pago de sus sueldos, encuentran medios para continuar con su labor educativa; en los chicos humildes y sencillos que hacen grandes esfuerzos para educarse y superarse.  La descubrimos también en talleres de mujeres que elaboran trajes y mascarillas para quienes carecen de la posibilidad de adquirirlos.

Algunos la muestran cultivando la tierra, otros preparando alimentos para los más necesitados, gestionando donaciones y compartiendo lo mucho o lo poco que tienen.  La descubrimos en pequeños gestos tangibles de vecinos que nos enseñan que todos somos hermanos; sintiendo el dolor, el abandono, el hambre, el frío, la soledad del otro: del pobre, del mendigo, del drogadicto, del migrante, del desempleado, tratando de solventar en algo la situación de al menos uno de ellos.

En América Latina florecen semillas de esperanza, surgidas de la vida misma de San Oscar Romero, Leonidas Proaño, Gonzalo López, Alejandro Labaka, Hna. Inés Arango, entre otros, que sembraron con su testimonio, valores humanos y cristianos que nos falta practicar.  Ellos nos recuerdan que debemos vivir la esperanza con hechos, siendo auténticos, honestos, éticos…

Cuando todo parezca sombrío, revivamos nuestra esperanza en el encuentro con Aquél que es camino, verdad y vida y que, al final, solo nos preguntará cuánto hemos amado.  La esperanza es inseparable del amor solidario.  Abracemos a la esperanza como Dom Pedro Casaldáliga, “con los pies descalzos y el corazón lleno de nombres”.  Y es que la esperanza, nunca se cansa. · #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

martes, 11 de agosto de 2020

Conversatorio: Los desafíos de América Latina en tiempos de pandemia


Hoy, jueves 13 de agosto, a las 18h00 se realizará el Conversatorio: Los desafíos de América Latina en tiempos de pandemia, con la participación de Álvaro Cálix (hondureño), Doctor en Ciencias Sociales - escritor e investigador social.

En este espacio de diálogo se analizarán los desafíos económicos, sociales y políticos que enfrenta actualmente la región. 

Esta actividad es organizada por la Comisión Ecuatoriana de Justicia y Paz, SIGNIS Ecuador SIGNIS AL y el Instituto de Espiritualidad Santa Teresa del Niño Jesús.

Para participar por ZOOM, inscribirse en https://bit.ly/39ieYuo (para el envío del enlace).


También se transmitirá vía FaceBook Live:

www.facebook.com/justiciaypazecuador

www.facebook..com/SIGNISamericalatina

www.facebook.com/SignisEc

www.facebook.com/InstitutoEspiritualidadSTNJ

 

 


domingo, 9 de agosto de 2020

Carta No. 40: El Microcrédito: solidaridad para el desarrollo

 

Con los ojos fijos en El

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz

carta No. 40 – 9 de agosto 2020

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La falta de capital para los pequeños emprendimientos es profunda y lacerante.  Los segmentos de la banca convencional orientados a esta parte de la población, no satisfacen adecuadamente sus necesidades, ya sea por el costo exagerado del crédito o por la engorrosa tramitología que desanima y obstaculiza obtenerlo, realidad que los lleva a gestionar fácil y rápidamente 'créditos diarios' donde usureros, que si bien hacen posible el trabajo diario de ciudadanos honestos, están lejos de la buena fe y tasas de interés justas.  Así, su trabajo se encamina a entregar horas y horas de desgaste físico y emocional a los dueños del dinero.


El Microcrédito: solidaridad para el desarrollo

El incremento del desempleo a consecuencia de la pandemia y las políticas devela un problema estructural de la economía ecuatoriana: el alto costo del crédito para los microempresarios, que con gran iniciativa y desafiando al coronavirus, trabajan autónomamente en la informalidad, como único medio de sobrevivencia familiar y personal.

¿Por qué el crédito de las entidades financieras es tan costoso?, la tasa de interés que cobran los bancos, mutualistas y cooperativas se acerca hasta el 30.5% anual, lo que significa que la rentabilidad debería ser de por lo menos el 50 o 60%... que en la práctica es imposible.  ¿Cómo y quién define el valor de esta tasa?  Más allá de las fórmulas que se utilizan para el cálculo del spread (margen de diferencia entre el precio máximo de compra y el precio mínimo de venta de un activo financiero), acceder a un crédito formal cuesta mucho para los sectores populares.

Estadísticas serias indican que dos de cada tres microempresas iniciadas con tanto entusiasmo y esperanza, cierran sus actividades antes de cumplir dos años.  Una de las causas de su fracaso es el alto interés sobre el dinero que reciben de las entidades financieras formales o de los usureros que los explotan.

¿Qué dice el Estado al respecto?, ¿qué hace la superintendencia de economía popular y solidaria?, creada a razón de la declaración constitucional de que “el sistema económico es social y solidario; reconoce al ser humano como sujeto y fin;… Y tiene por objetivo garantizar la producción y reproducción de las condiciones materiales e inmateriales que posibiliten el buen vivir” (art. 283 Constitución)  ¿no es acaso su responsabilidad la inclusión social?

Es de justicia que los microempresarios y trabajadores informales, tengan una atención especial, considerando las particulares características de alrededor del 60% de la población que en este momento pasa por el subempleo y desempleo.

Bajar las tasas activa y pasiva de interés es prioridad nacional, porque dinamizará la economía, estimulará las inversiones, generará riqueza, nuevos puestos de trabajo, además de bienes y servicios para el mercado interno y la exportación.

Estimular y respaldar el desarrollo económico del país es tarea de las entidades financieras nacionales, mediante la concesión de créditos y microcréditos a tasas de interés justas.  Inaceptable que el crédito para el consumo sea más barato que el crédito para la producción.  Parece ser que el programa de crédito barato para pequeños empresarios, que ofrece la banca estatal, puede ser un buen comienzo que debería ampliarse a todo el sistema bancario del país.

Al Gobierno le compete hacer de la población vulnerable su eje transversal en el manejo económico y aspirar a un sistema financiero fuerte, confiable, solvente y tecnológicamente avanzado.  Anhelamos que, a estas características, las entidades financieras -bancarias y cooperativas- agreguen esfuerzos renovados para promover la paz, la justicia, el bienestar y el desarrollo nacional, prestando buenos servicios con costos razonables. · #ComuniquemosEsperanza

  

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.


domingo, 2 de agosto de 2020

Carta No. 39: La Salud integral: obligación y derecho de todos

Con los ojos fijos en El

en la realidad y la fe

 

 

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz

carta No. 39 – 2 de agosto 2020

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Por años reposa en el olvido de la Asamblea Nacional, un proyecto de Ley con el que se pretende normar el sistema nacional sanitario, ¿señores legisladores hasta cuándo debemos esperar?  ¿Es que hay acaso intereses creados que impiden se apruebe esta ley?  Es una deuda capital que la legislatura debe pagar ya al pueblo.  Otro grave atentado a la salud popular es el incumplimiento del Ejecutivo al mandato constitucional de la asignación presupuestaria anual.

La Salud integral: obligación y derecho de todos

La salud es un concepto complejo e integral que comprende: aspectos objetivos y subjetivos, formales e informales, personales y sociales, éticos y morales, culturales y ambientales, políticos y económicos, entre otros, que se modifican con la educación, la demografía, el tiempo, la infraestructura, los servicios básicos disponibles, y que a la vez, transforman la cultura, las costumbres, los hábitos y las condiciones sociales, políticas y ambientales de la sociedad.


Si bien “la salud es un derecho que garantiza el Estado, cuya realización se vincula al ejercicio de otros derechos, entre ellos el derecho al agua, la alimentación, la educación, la cultura física, el trabajo, la seguridad social, los ambientes sanos y otros que sustentan el buen vivir” (art. 32 Constitución ecuatoriana), también es una obligación ciudadana cuidar y proteger la salud integral individual y colectiva.  Todos, sin excepción alguna, estamos inmiscuidos en esta sinergia dinámica por la vida.

Para enfrentar las enfermedades físicas se han diseñado e implementado sistemas sanitarios estatales y privados.  El Estado ofrece un servicio limitado, deficiente, politizado, muchas veces inmerso en corrupción, con ausencia de equipamiento y medicamentos.  El sector privado, por su parte, en su gran mayoría, ha visto en la salud un negocio lucrativo, ausente de solidaridad, donde simplemente nos atienden si somos capaces de cancelar sus honorarios, de forma directa o por medio de seguros generalmente onerosos.

La Organización Mundial de la Salud - OMS determina “que el goce del grado máximo de salud que se puede lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano y que los gobiernos tienen responsabilidad en la salud de sus pueblos, la cual solo puede ser cumplida mediante la adopción de medidas sanitarias y sociales adecuadas”, pero en nuestro país estamos lejos de cumplir con este propósito, lamentablemente, con frecuencia, el enfermo no es el centro de atención ni es considerado en su dignidad.  En esta línea, defender la vida y la integridad física significa (...) proteger el derecho a la salud personal y familiar.

La salud de un pueblo, a más de ser física también debe ser ética y moral, de ahí la necesidad imperiosa de diseñar planes e implementar proyectos con estrategias orientadas a cuidar, proteger, asistir y acompañar las múltiples necesidades que tenemos.  Como país estamos sumergidos en una pandemia de grandes proporciones.  Así como cuando tenemos alguna dolencia física, también cuando estamos con alguna enfermedad ética o moral, deberíamos acudir a centros especializados para someternos a tratamientos que corten e impidan que la degradación se apropie del tejido personal y social y enferme, contamine y aniquile a todo el país.

Así como se combate el cáncer y ahora el coronavirus, deberían implementarse “estados de emergencia” con cuarentenas para tratar estos virus que carcomen silenciosamente la vida de los pueblos.

La salud, a más de ser ausencia de una enfermedad determinada, es un estado de completo bienestar físico, mental, ético, moral, social, cultural, económico… · #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.