En la lucha contra la desigualdad entre hombres y mujeres
MARIE MALZAC
El papa Francisco durante la
audiencia a los participantes en la Asamblea general de la Pontificia
Academia para la Vida,
Ante los miembros de la Pontificia
Academia para la Vida, el papa Francisco denunció, el jueves 5 de
octubre, la eliminación de la diferencia sexual.
Los avances científicos y
tecnológicos sitúan a la humanidad en el comienzo de una
“revolución cultural”, en la que “la Iglesia deberá
participar”. Es lo que afirmó el papa Francisco el martes 5 de
octubre a los participantes de la XXIIIª Asamblea general de los
miembros de la Pontificia Academia para la Vida.
Para “introducir este nuevo
comienzo” en las mentalidades, es necesaria una “cultura renovada
de la identidad y de la diferencia”. En su discurso, el Papa
advirtió en contra de un obstáculo en la lucha contra las
desigualdades entre hombres y mujeres, el de la abolición de la
diferencia sexual.
“La hipótesis recientemente
avanzada de reabrir el camino para la dignidad de las personas
neutralizando la diferencia sexual y, por tanto, el ser hombre y
mujer, no es justa”, sostuvo. “En vez de contrastar las
interpretaciones negativas de la diferencia sexual, (…) se pretende
borrar tal diferencia, proponiendo técnicas y prácticas que la
consideran irrelevante para el desarrollo de la persona y en las
relaciones humanas”.
Crítica de “la utopía de lo
neutro”
Condena “la utopía de lo “neutro””
que elimina la riqueza de la diferencia sexual, y denuncia la
“manipulación biológica y psíquica de la diferencia sexual que
la tecnología biomédica muestra como algo completamente disponible
a la elección de la libertad”.
Para el Papa, “la alianza entre el
hombre y la mujer para dar la vida” no debe ser considerada como un
“hándicap”, sino como un bien precioso en toda la humanidad. Y
es esta alianza entre el hombre y la mujer la que debe “tomar las
riendas de la sociedad”.
“Hay que aceptar el desafío que
plantea la intimidación ejercida en relación con la generación de
la vida humana”, señaló el Papa, y no considerar esta última
como una “mortificación de la mujer” o “una amenaza para el
bienestar colectivo”.
El pasado mes de noviembre, el Papa
procedió a una reforma de la Pontificia Academia para la Vida,
presidida por Mons. Vincenzo Paglia, con el objetivo de hacer una
renovación de sus miembros.
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