Con los ojos fijos en Él
en
la realidad y la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 164– 25 de diciembre 2022
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Navidad,
es solidaridad en movimiento
La
Navidad es reconocer que "Dios se hace pequeño, se hace niño para
atraernos con amor, para tocar nuestros corazones con humilde bondad, para
conmover con su pobreza a quienes se esfuerzan por acumular los falsos tesoros
de este mundo" Papa Francisco, 22
diciembre 2015.
La
Navidad es la celebración gozosa del pueblo que
caminaba en tinieblas, vivía entre sombras y ve una gran luz, como relata el
profeta Isaías, de allí surge el gozo y la alegría, pero no solo sentimental ni
emotiva sino gozo en el espíritu y del Espíritu, tal como el que embarga a la
joven María y su prima Isabel en su encuentro estando embarazadas. En ese tierno niño ha aparecido la gracia, la
ternura y la misericordia de Dios Padre.
En torno al Pesebre, donde hemos rezado la Novena,
todo nos habla de este acontecimiento espiritual a través de imágenes: María y
José, los pastores con sus rebaños, los Reyes Magos con sus regalos, la
estrella, la ciudad de Jerusalén... lo
demás, los excesos con los que se adorna y se quiere resaltar este evento
irrepetible, sólo lo desfiguran y le hace perder su esplendor natural y
carácter fundamental: motivar la misericordia, llamar a la oración, promover la
solidaridad y despertar sentimientos de amor y ternura a Dios, a los humanos y
a la naturaleza.
“La
Navidad es la fiesta de la fe en los corazones
que se convierten en un pesebre para recibirlo, en las almas que dejan que del
tronco de su pobreza Dios haga germinar el brote de la esperanza, de la caridad
y de la fe” propone el Papa Francisco, pues la celebración de la Navidad no
surgió como una fiesta social en la que había regalos, música, luces de mil
colores, cenas suculentas, diversiones exacerbadas, paseos. Comenzó en el
portal Belén, en el frío, en la pobreza, en la sencillez y humildad. Allá llegó Dios, ahí se manifestó y se humanizó.
Hoy
la Navidad ha sido secuestrada por el consumismo, que nos somete y conduce a un
desenfrenado y desbocado gasto para adquirir lo que el mercado ofrece. Aparentamos estar ‘felices y contentos’ al
entrar en la onda navideña de moda, que deja de lado la celebración de la Natividad de Jesús y se convierte en una fiesta
mundana que deja solo vestigios de lo que sucedió aquella noche en Belén hace
más de dos mil años. En medio de tanto
alboroto que atrae y envuelve, busquemos los caminos para nutrir nuestra fe y alimentar
nuestra vida cristiana y con valor presentar al mundo al “Dios humano y
sencillo” que habita en nosotros y está presente en medio de la humanidad, pasando
todo lo que vive quien suda en las calles, quien carece de trabajo, quien está
enfermo, quien vive solo y olvidado, quien espera un saludo o una llamada de
consuelo. Hoy la presencia de Jesús -niño
en Belén- nos interpela y exige coherencia entre fe y vida.
Celebremos la Navidad decidiéndonos a nacer de nuevo,
permitiendo que el Niño Dios entre en nuestra vida para que nos transforme en
árboles vigorosos, capaces de resistir a los embates seductores de la
corrupción, la ambición por el dinero, del egoísmo y todo cuanto mancha nuestra
dignidad de cristianos y persona de bien.
Navidad
es mucho más que el regalo que ofrecemos o recibimos en Nochebuena, más que un
buen deseo o un saludo afectuoso, más que los anuncios de Tv y medios digitales…
Navidad es dar amor sin limitación, es comprender
que Dios quiere nacer en nuestro corazón, es solidaridad en movimiento, es amor
en acción, es ternura realizada, es la libertad de servir, es Jesús dándose a
cada uno de nosotros.
En la pequeñez del Niño acunado
en un pesebre de Belén, se encuentra toda la grandeza de Dios, que nos invita a
vivir y celebrar este misterio que ha mantenido oculto a sabios y entendidos y
se lo revela a la gente sencilla de antes y de hoy (cfr Mt 11, 25). Dios, a través de su Hijo Jesús, quiere estar
y compartir con nosotros… ¡Feliz Navidad! · #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos
en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana
Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la
Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas
cartas.