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jueves, 29 de abril de 2021

Carta No. 78: Estado Laico SI, Sociedad Laica NO

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 78 – 2 de mayo 2021

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Estado Laico SI, Sociedad Laica NO

"Un Estado debe ser laico.  Los Estados confesionales terminan mal.  Esto va contra la Historia.  Creo que una laicidad acompañada de una sólida ley que garantice la libertad religiosa ofrece un marco para avanzar." (Papa Francisco, 2016)


El Ecuador quiere ser una sociedad libre, participativa y solidaria, sin exclusiones ni dogmatismos, comprometida con su autodesarrollo y el progreso de la humanidad.

El Estado para lograr sus fines de universalidad, debe estar a resguardo de cualquier convicción particular, religiosa o no, que pudiera pretender ventajas para sus adeptos en perjuicio de los demás. La laicidad del Estado es necesaria para garantizar que el "poder de todos, el Estado", esté al servicio de una sociedad plural en donde hay diversidad de etnias, lenguas, culturas, etc.

El Estado ecuatoriano es laico, en buena hora, y debemos ser guardianes de esta libertad no sólo constitucional, sino constitutiva de la propia naturaleza humana.

Pero, hay personas que abusivamente, mal utilizando la laicidad del Estado, pretenden el desalojo público de lo religioso, para reducirlo a lo privado o íntimo, sin que tenga alguna repercusión social. Históricamente, a nivel mundial, todo gobierno absolutista y tirano, cualquiera que haya sido su orientación política, ha intentado manipular lo religioso con esta artimaña.

No podemos confundir "laicidad del Estado" con "sociedad laica", confusión dañina que destruye lo que la laicidad del Estado pretende, esto es, la libertad y pluralidad social. El Estado laico es garante de la libertad, mientras que, por el contrario, la sociedad laica implica la negación social del hecho religioso o al menos del derecho a vivir la fe en sus dimensiones públicas.

La laicidad del Estado requiere la separación y neutralidad frente a las religiones, pero no debe suponer ni pretender una sociedad laica, homogeneizada y masificada. Tanto como el fundamentalismo religioso, la intolerancia religiosa atentan a la libertad y por ende a la dignidad de la persona.

Las grandes religiones, incluida el cristianismo, no son doctrinas abstractas para el alma del individuo, sino proyectos de convivencia humana y con la 'hermana naturaleza'; ofrecen cosmovisiones que se concretan en normas morales que procuran el bien de la persona y de toda la sociedad.

Las visiones peyorativas de la religión, con sus tesis absolutistas, ignoran componentes significativos de la racionalidad y la motivación humana y terminan relativizando el compromiso ético y cívico de las personas. El filósofo y sociólogo Habermas, afirma que el secularismo antirreligioso rompe los vínculos democráticos y aniquila la solidaridad de la que se nutre el Estado.

Negar el inmenso aporte de la Iglesia Católica a la humanidad en sus más de 2000 años es de ciegos o de necios, la historia y los millones de beneficiarios de orfelinatos, asilos, comedores, escuelas, etc., son los mejores testigos.

Hay personas que han contribuido con su trabajo y testimonio, con su entrega total y sin límites, en la que han dejado todo, hasta su vida, por los más pobres y vulnerables. Somos testigos que desde su fe y el amor a Dios han cuestionado sistemas injustos, reclamando equidad, inclusión, formando personas que piensen, cumplan sus responsabilidades y reclamen sus derechos… esas tareas silenciosas, perseverantes, muchas veces las desconocemos y hasta las negamos por temor a ser interpelados en nuestra comodidad y aburguesamiento.

Sintámonos contentos de ser parte de una comunidad de creyentes que conscientes del don recibido, la fe, estamos comprometidos a trabajar por una sociedad fraterna, libre y solidaria, en unión de todos los demás seres humanos sin distingos.  ·  #ComuniquemosEsperanza



Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

sábado, 24 de abril de 2021

Carta No. 77: ¡Por una Minga Nacional!

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 77 – 25 de abril 2021

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¡Por una Minga Nacional!

Las actitudes que obstruyen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva (Papa Francisco, Laudato si', 14).

Vivimos de escándalo en escándalo.  Nos oponemos por oponernos.  Somos campeones para la crítica, sin presentar propuestas ni alternativas. Sacamos nuestra capacidad de crítica y ataque hacia cualquier persona, proyecto o idea, buscando su descrédito y que la opinión pública se focalice en su contra.

Los desafueros de ciertos personajes e instituciones, la corrupción más descarada y generalizada, la falta de credibilidad, entre otras, son causas valederas de nuestro negativismo. Pero a pesar de estas trabas y contra todo pronóstico, surgen propuestas y acciones encaminadas a enfrentar los problemas que nos han sumido en la peor crisis social, política, económica, sanitaria, educativa y ética.

En este escenario, es muy complicado alcanzar acuerdos nacionales, diálogos abiertos y desprendidos, así como lograr detectar propuestas colectivas que construyan e implementen programas que atiendan lo más urgente. Pensemos en una Minga Nacional que nos encamine a un mejor futuro, que trabaje desde la diversidad por la unidad para construir, cuidar y cultivar colectivamente: paz, justicia, salud, honradez, estabilidad financiera, seguridad climática y ciudadana, cuidado de la naturaleza, generación y conservación del empleo, atención prioritaria a los más vulnerables, un plan de vacunación que llegue a todos sin excluir a ningún grupo social ni persona.

Es imprescindible un gran diálogo nacional que sea amplio, honesto y profundo que incluya a todas las organizaciones de la sociedad civil como partidos y movimientos políticos, academia, minorías étnicas, sector productivo -trabajadores y empresarios-, desempleados, campesinos, comunidades religiosas, maestros, jóvenes, organizaciones femeninas y todos quienes tengan algo que decir y algo que aportar. Diálogos abiertos y sin tapujos que identifiquen y determinen sus necesidades, prioridades y anhelos.  Esa producción colectiva determinará los senderos a seguir para salir de la postración en la que estamos sumidos.

Escuchar a los otros, reconocer sus planteamientos, estar dispuestos a modificar nuestros objetivos y trayectorias, reconocer y enmendar errores, todo esto implica, poner la Patria por delante y dejar en último plano los intereses personales y de grupo o gremio. Tarea nada fácil pero no imposible.

Abramos las puertas, tendamos puentes para identificar y construir mínimos comunes que, con actitudes y acciones éticas y honestas, permitirán alcanzar acuerdos reales. Hay que dejar al margen las prebendas y las negociaciones mezquinas que buscan cuotas de poder a cambio de colaboraciones espurias.

Vivimos un momento especial. Llamamos al encuentro, a juntarnos, a renunciar a nuestras obsesiones, a deponer extremismos, a desterrar la corrupción, a exigir justicia para todos, a sembrar solidaridad y equidad, a compartir para crecer. Nadie puede quedarse rezagado. Debemos poner en marcha una combinación virtuosa de políticas sociales, económicas, ambientales, que con tecnología y ética nos lleven hacia el desarrollo integral en los términos que nos enseñaba san Pablo VI “de todo el hombre y de todos los hombres”, lo que se traducirá en un futuro digno para todos porque “La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común” (Laudato si', 13).  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 18 de abril de 2021

Carta No. 76: Diálogo: sin exclusión ni manipulación

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 76 – 18 de abril 2021

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                  Diálogo:
                        sin exclusión ni manipulación

«El mundo no necesita palabras vacías, sino testigos convencidos, artesanos de la paz abiertos al diálogo sin exclusión ni manipulación.  No se puede realmente alcanzar la paz a menos que haya un diálogo convencido de hombres y mujeres que busquen la verdad más allá de las ideologías y de las opiniones diferentes» (Papa Francisco, Jornada Mundial de la Paz, 2020).

Vivimos una crisis social, política, económica, familiar, educativa, laboral… en las raíces del problema encontramos una crisis ética y de valores de proporciones inimaginables. Ahora lo importante es que unidos y renunciando a nuestros intereses particulares, concertemos en la solución, para salir de la casi catastrófica situación que padecemos.

Al ser una problemática global, no podemos esperar que sea una persona la que solucione la crisis, ni siquiera un grupo; algunos se atreven a pensar que el gobierno de turno o el presidente electo, sea el que está obligado a semejante tarea… La solución la conseguiremos entre todos actuando juntos, pero queda la duda: ¿Cómo será posible esta unión si uno de los indicadores de la crisis es la desunión?

Ha llegado la hora del encuentro, de una concertación ciudadana total. El gobierno desde las diversas funciones del Estado debe ser el principal facilitador, para eso fue elegido. Un Acuerdo Nacional, en el que todos tenemos una palabra que dar y la decisión que tomar.

La primera condición para un acuerdo nacional es el Diálogo: no de anuncios o propuesto a manera de zancadilla, como en ocasiones pasadas, sino como una auténtica invitación a conversar entre diferentes para analizar posibles soluciones a la crisis. Solo un diálogo honesto, abierto, sincero, respetuoso, libre de agendas ocultas y agresiones encubiertas, que buscan de manera imperceptible descalificar y anular sistemáticamente al otro, permitirá que cada interlocutor proponga alternativas acordes a su propia manera de pensar y entender la problemática. Solamente un análisis franco, directo, sin tapujos, de todas las propuestas presentadas llevará a escoger las más eficientes, viables, eficaces y menos costosas, sobre todo para los más vulnerables. El diálogo, entonces, no será entre ganadores y perdedores, sino entre personas con ideologías propias, pero con afán patriótico, sincero, abierto… enfocado al bien y al progreso de la Patria.

Un diálogo con planteamientos contrapuestos requiere de negociaciones, de la búsqueda racional e inteligente de coincidencias, distinguiendo causas y efectos. Negociaciones indispensables en la vida democrática: transparentes, frontales y directas, con base en la realidad nacional y propuestas ideológicas fundamentadas y sustentadas, y no sujetas a prebendas y beneficios personales ni de grupo o partido. Por tanto, los diálogos nacionales deben ser escuelas de pensamiento, de análisis, de transmisión ideológica y de fortalecimiento democrático.

El papa Francisco llama específicamente a un diálogo que sea constructivo, para evitar vivir entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta. Venciendo estas taras nacionales alcanzaremos, por el bien de todos, un diálogo político que abra las puertas a un encuentro social que solucione problemas y se mantenga al margen de mezquindades y oportunismos fétidos. En Ecuador debemos “«…asumir la cultura del diálogo como camino; la colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y criterio» (Papa Francisco, Sobre la fraternidad humana, Abu Dabi, 4 febrero 2019).

Emprendamos una marcha renovada de encuentro, diálogo, confrontación, mediación, negociación y acuerdos, para reconstruir el país y abrir nuevos surcos de prosperidad para todos.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 11 de abril de 2021

Carta No. 75: Después de las elecciones ¿Qué viene?

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 75 – 11 de abril 2021

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Después de las elecciones
                           ¿Qué viene?

 

El futuro está sobre todo en las manos de las personas que reconocen al otro como un "tú" y a sí mismos como parte de un "nosotros" (Papa Francisco en TED Talk 2017)

Este domingo 11 de abril, elegiremos un nuevo presidente.  Para los más optimistas una fiesta democrática, para algunos cumplir con un deber cívico, para otros una molestia en época de pandemia.  En fin, cualquiera que sea la percepción, es importante la oportunidad para escoger, entre dos opciones contrapuestas, el futuro del Ecuador, de nuestras familias y el nuestro.

Al final del día tendremos el nombre del nuevo presidente, unos lo festejarán y otros rumiarán su desilusión.  El nuevo presidente deberá superar el momento del festejo e inmediatamente comenzar a pensar, trabajar y diseñar el futuro del país.

El nuevo mandatario encontrará problemas muy serios y complejos de enfrentar y resolver: En lo político encontrará un país fracturado, con posturas extremas, con resentimientos, hasta con afanes de oposición a todo lo que pueda significar un éxito para el Ejecutivo. En lo económico, sumergido en una crisis profunda, con falta de empleo, pobreza y miseria; sin recursos fiscales y con una deuda galopante que crece día a día, sobreviviendo gracias a los empréstitos internacionales. En lo sanitario, la situación es más que crítica y alarmante, la pandemia en auge y las vacunas en medio de un caos administrativo y en manos de lo que parece ser una mafia.

El nuevo Presidente deberá, en primer lugar, conformar un equipo de trabajo serio, con personas integras, capaces, honestas, éticamente solventes, técnicamente eficientes. Debe escogerlas más allá de su círculo íntimo, de su grupo electoral, de sus interesados seguidores en busca de posiciones relevantes.  Un equipo así y tan grande es difícil conformarlo, pero debe intentarlo.

Las medidas necesarias e impostergables, a lo mejor duras, deberán ser tomadas de inmediato. El país no puede esperar. La realidad nacional reclama a gritos soluciones eficaces y oportunas frente a la lentitud e ineficiencia actual.

Desde el inicio de su administración debe enviar señales muy claras y concretas de integridad, inclusión, eficiencia, eficacia, competencia, articulación... orientadas a recuperar la institucionalidad, a solventar las múltiples crisis, a ordenar el desorden existente en todos los niveles de la administración pública, a devolver la confianza a la ciudadanía, a crear trabajo, a presentar un plan sanitario para enfrentar la pandemia, a dar seguridad… es decir, debe emplearse a fondo para encontrar los caminos más expeditos para sacarle al país del hoyo en el que está sumergido. El discurso está desgastado, las acciones concretas deben hablar con obras y cambios que se noten; pensamos que uno de los peores males que nos afectan es la falta de credibilidad y desconfianza en los poderes públicos.

Todos debemos cooperar para que el país progrese siendo ciudadanos honrados, cumpliendo nuestros deberes y reclamando nuestros derechos, será importante que fortalezcamos la organización ciudadana, partidaria y no partidaria, para apoyar y respaldar lo positivo e igualmente denunciar y exigir rectificaciones de lo que esté mal.

La Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, ruega al Creador que ilumine y proteja al nuevo presidente y a su pueblo.  Del éxito del mandatario, dependerá el éxito del Ecuador.  ·  #ComuniquemosEsperanza

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

sábado, 3 de abril de 2021

Carta No. 74: Las redes sociales: una versión del mundo

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 74 – 4 de abril 2021

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Las redes sociales:
una versión del mundo

“Las redes sociales son capaces de favorecer las relaciones y de promover el bien de la sociedad, pero también pueden conducir a una ulterior polarización y división entre las personas y los grupos.  El entorno digital es una plaza, un lugar de encuentro, donde se puede acariciar o herir, tener una provechosa discusión o un linchamiento moral”.  (Papa Francisco: Mensaje para las Comunicaciones Sociales de 2016

La pandemia del covid 19 incrementó notablemente el uso de internet en el mundo.  Somos casi 5 mil millones, es decir, 5 de cada 7 personas en el planeta tenemos una conexión. Esta realidad tecnológica permitió que el confinamiento general no acabara con la economía, el comercio, el trabajo, la educación, la atención de la salud… entre otras, ahora forzosamente telemáticas. Es así que las aplicaciones y plataformas de video llamadas o reuniones, se instalaron aceleradamente en nuestra vida.

Los sectores populares adquirieron, de cualquier forma, computadoras y celulares, y contrataron internet para el teletrabajo, los telestudios y para comunicarse con los familiares... De repente, la tecnología se convirtió en la mayor necesidad básica. Al apuro, se inició la alfabetización tecnológica con los jóvenes como instructores.

Ahora sí, con celular en mano, pasamos a mirar y comprender l mundo, literalmente, desde una ventana o pantalla en alguna de las Redes Sociales. Las más populares en Ecuador, por millones de usuarios son: Facebook (13,3 M), Instagram (5,2 M), Linkedin (2,9 M), Tik Tok (2,3 M) o Twitter (1 M).

La magia, bondad, espejismo de las redes sociales es la posibilidad de interactuar en todos los espacios, de tener voz propia, por lo menos esa es la sensación, para expresarse y ser escuchado, de relacionarse… ¡la democracia ideal!  Un ir y venir de pensamientos y reflexiones inundan los chats y perfiles de millones. Sin tiempo para procesar ni responder a todo lo que llega… entramos en otra dimensión.

Ya tecnologizados, el mundo, la persona, se reducen a un conjunto de datos que dejamos por todos lados…  en las Redes Sociales, por ejemplo, es donde más huellas textuales y visuales consignamos: datos personales y referencias, a medida que las utilizamos, compartimos preferencias, opiniones, gustos, necesidades, etc.  El internet se llena de millones de datos que los clasifica, ordena y segmenta, para luego ser utilizados o manipulados por quienes comercializan esta información. Las empresas multinacionales de comercio, comunicación (entretenimiento), publicidad, mercadeo y, por cierto, aquellas que inciden en la política, las aprovechan a su gusto y satisfacción.

El lenguaje y forma de comunicarse en las redes sociales es interactivo, inmediato, individual, multimedia (texto, audio, video). Quien sabe y puede manejar o manipular los datos y el lenguaje, está en ventaja sobre los millones de usuarios. Pueden educar, informar, hacer ciencia o segmentar la publicidad y promocionar cualquier cosa o producto, desde un detergente hasta un candidato presidencial.

Así llegan a nuestras manos todo tipo de información y discursos que producen variado tipo de reacciones, que no son controlables y que pueden pasar del mundo virtual al real, a las calles. Las Fake News -noticias falsas que parecen creíbles-, o los discursos con fondo de odio, discriminación o desinformación, que siembran o justifican la violencia hacia el otro, son las que más se distribuyen. Hay que aprender a leer y escribir sin faltas de 'ortografía digital', caso contrario, somos presa fácil de engaño y seducción.  Debemos discriminar y reflexionar antes de redistribuir lo que recibimos.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.