A más de una semana del paso del
huracán María por República Dominicana, miles de personas siguen
desplazadas de sus hogares.
Tania Molina,
SIGNIS
República Dominicana.- A más de una
semana del paso del huracán María por la costa norte de República
Dominicana, miles de personas siguen desplazadas de sus hogares
debido a que los fuertes vientos del fenómeno destruyeron sus
viviendas o las lluvias que se prolongaron por varios días
provocaron inundaciones que las mantienen bajo agua.
Todavía se desconocen las cifras
oficiales sobre los daños a la agricultura. Pero las asociaciones
agropecuarias calculan en más de 90 000 las tareas (unas 5 659
hectáreas) de cultivos inundadas. En infraestructura, sobre todo en
puentes, carreteras y escuelas, el Gobierno dominicano estima
pérdidas por alrededor de 3 000 millones de pesos (unos US 63.8
millones).
Pero ahora, resuenan las voces que
claman por ayuda para ir en auxilio de las más de 18 mil personas
que, a la fecha, reporta el Centro de Operaciones de Emergencia (COE)
fuera de sus hogares.
La Pastoral Social Cáritas de la
Conferencia del Episcopado Dominicano llamó a colaborar con las
comunidades afectadas por el huracán María que, el jueves 21 de
septiembre, cuando tenía categoría tres en la escala de Saffir
Simpson, pasó a unos 90 kilómetros del este del país y siguió a
una distancia similar por la costa norte.
Justo la parte norte fue la más
afecta cuando, 15 días antes, el huracán Irma, de categoría cinco,
acercó su ojo a unos 150 kilómetros de la costera y turística
provincia de Samaná, a unos 180 kilómetros de distancia de la
capital dominicana.
Irma causó el desplazamiento de 24
076 personas, pero el COE estima que 2 millones de personas se
vieron afectadas directa o indirectamente por el fenómeno.
Con María, el total de desplazados
superó la cifra de 58 mil, de los que 47 645 se trasladaron a casas
de familiares o amigos y otros 10 929 estuvieron en los más de 3 262
albergues habilitados por las autoridades a nivel nacional.
El COE, que engloba 21 instituciones
y organismos de socorro estatales, registró un total de 9 529
viviendas anegadas, 188 destruidas totalmente, y 861 cuya destrucción
fue parcial, tanto por los vientos como por las lluvias que provocó
el huracán María.
También resultaron incomunicadas 71
comunidades, y apenas el pasado viernes se logró restablecer
las vías de acceso en su totalidad. Unos 128 acueductos salieron de
servicio y afectaron la disponibilidad de agua potable para 1 752 415
dominicanos. Unos 350 000 clientes del Sistema Energético Nacional
quedaron sin electricidad en algún momento, aunque ya el servicio ha
sido restablecido en la mayoría de los lugares en que el tendido
sufrió daños.
Ante los daños de ambos fenómenos,
grupos de la sociedad civil y religiosos del país han elevado la voz
de alerta en procura de conseguir la ayuda que demandan los miles de
afectados y se han sumado a las autoridades en los planes de rescate.
La Compañía de Jesús es uno de
ellos. A través del Centro de Formación y Acción Social y Agraria
(Cefasa), de en Santiago (región norte); de Solidaridad Fronteriza,
en Dajabón (frontera norte); del Centro Bonó, en la capital Santo
Domingo, y el Servicio Jesuita a Migrantes, de Jimaní (frontera
sur), ha dispuesto centros de acopio para que los interesados puedan
hacer aportes destinados a los afectados.
Además puso a disposición la cuenta
del Banco Popular Dominicano número 707687389 para donaciones,
aunque la preferencia, en función de las necesidades más básicas
que han identificado, son de comida enlatada, mosquiteros, colchones
y productos para la higiene, explica Benigno Ricardo Toribio Guzmán,
un abogado coordinador nacional del Departamento de Migrante de
Solidaridad Fronteriza, y quien, además, está coordinando las
ayudas de parte de la Compañía de Jesús.
Toribio Guzmán cuenta que, a raíz
del último de los huracanes que afectó el país, procedieron a
realizar una evaluación de los daños en las zonas más afectadas.
En El Seibo, una empobrecida
provincia que dista a unos 140 kilómetros al este de la capital, se
destruyeron más de 100 viviendas, sobre todo en el municipio de
Miches, ubicado en la costa.
En Santiago, segunda ciudad en
importancia del país, se contabilizaban hasta el pasado día 26, más
de 200 viviendas inundaciones y cientos de tareas de cultivos de
arroz, plátano, aguacate y café se vieron afectadas.
En Montecristi y Dajabón, dos
provincias fronterizas del norte, los desplazados fueron miles, y a
la fecha todavía cientos quedan fuera de sus casas, sobre todo en
las localidades Palo Verde, Guayubín y Castañuelas.
“Hemos estado trabajando con un
pequeño fondo que tenía la Compañía de Jesús, pero no es
suficiente y las donaciones todavía están lentas. Necesitamos de
más ayuda”, comenta Toribio Guzmán.
La oficina dominicana de Visión
Mundial publicó hace varios días una lista de artículos que
se puede donar para ayudar a los niños afectados por el huracán
María, que incluye fardos de agua, jugos, mochilas, cuadernos y
cajas de lápices.
El Banco Mundial aprobó un préstamo
de US$ 150 millones para República Dominicana, destinado a proveer
financiamiento inmediato luego de un desastre natural o una
emergencia de salud pública.
El organismo explica que la opción
de desembolso diferido ante catástrofes le brinda a países
afectados financiamiento inmediato sin tener que utilizar recursos
destinados a programas sociales o de desarrollo.
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