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martes, 28 de julio de 2020

Conversatorio: La Iglesia frente a la corrupción



Invitados a participar, este jueves 30 de julio a las 18h00 (hora Ecuador), en el Conversatorio: La Iglesia frente a la corrupciónExpositores: Cardenal Baltazar Porras, Arzbpo. Metropolitano de Mérida y Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Caracas (Venezuela), y Monseñor Luis Cabrera Herrera OFM, Arzbpo. de Guayaquil y Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

Para participar por ZOOM, inscribirse en bit.ly/39ieYuo.

También se transmitirá vía FaceBook Live

lunes, 27 de julio de 2020

Carta No. 38: Los jubilados: vida y riqueza de cada día



Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe


Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 38 – 26 de julio 2020
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Hoy hay más de 400 mil jubilados y más de 3 millones de afiliados y de acuerdo a las estadísticas, en los últimos 3 años, la tasa de jubilación se incrementó en 6% y de afiliación tan solo en un 2%, sin contar las 270 mil desafiliaciones de estos últimos meses causada por las pandemias sanitaria, social y las medidas económicas.

La situación de los jubilados se complica enormemente, pues el Fondo de Invalidez, Vejez y Muerte se alimenta de los aportes del Estado (40%), de los réditos de las inversiones del BIESS y de los aportes de los afiliados activos.


Los jubilados: vida y riqueza de cada día

La Constitución Política de Ecuador señala que “El derecho a la seguridad social es un derecho irrenunciable de todas las personas, y será deber y responsabilidad primordial del Estado” (art. 34) y para la Organización Internacional del Trabajo, la Seguridad Social es "la protección que una sociedad proporciona a los individuos y los hogares para asegurar el acceso a la asistencia médica y garantizar la seguridad del ingreso, en particular en caso de vejez...” (OIT 1991).

En Ecuador estos enunciados corren el riesgo de quedar en el papel como muchos otros, por los que nunca se hicieron esfuerzos por hacerlos realidad.  Un caso patético es el de muchos ancianos que viven abandonados, sin seguridad social ni jubilación o acceso a atención médica y sumidos en la indigencia.

La historia del IESS es una complicada y larga suma de atracos, ineficiencias, engaños y mentiras, en las que sus administradores, casi sin excepción, se han servido de la Institución y por tanto del dinero de los afiliados; los distintos gobiernos del país han usufructuado y manipulado a sus dirigentes, convirtiéndola en la caja chica de la cual obtienen recursos frescos y empleo a sus seguidores.

El desfinanciamiento del IESS creció notablemente debido a la 'Ley de Justicia Laboral' (2015), que eliminó el aporte del 40% del Estado a la Seguridad Social.  Medida que luego de tres años, la Corte Constitucional declaró como inconstitucional, pero tiempo en que el IESS dejó de recibir más de 5 mil millones de dólares.  En los dos últimos años, a pesar de promesas, el Gobierno Nacional ha entregado tan solo el 28% de lo adeudado, por lo que el IESS acude nuevamente a sus fondos de inversión para cubrir las pensiones.

Nuestros jubilados viven un drama muy complejo y complicado, que está muy lejos del horizonte de la buena calidad de vida que merecen.  La gran mayoría recibe pensiones insuficientes para los ingentes gastos que deben afrontar, como atención oportuna en salud y medicinas para las dolencias propias de su edad, además de médicos geriatras que les atiendan…

Por ello, la ciudadanía en general, los afiliados y jubilados del IESS, en particular, por ser los dueños de los recursos aportados, demandan urgentemente un manejo autónomo, técnico, eficiente, eficaz, que rescate a la institución de la debacle en el que está sumergido por el manejo politiquero, ineficiente y corrupto que ha minado permanentemente su solidez económica y le ha sumido en bochornosos escándalos de corrupción.

El objetivo único del IESS es asegurar el bienestar de sus asociados en una perspectiva de autorresponsabilidad con solidaridad y colaboración, mediados por una administración donde la honestidad prime sin corrupción y donde sus afiliados sean atendidos de manera digna como retribución al aporte que han hecho durante toda su vida...

Exigimos que el Estado como también los demás morosos, cancelen lo adeudado al IESS.  Además el desarrollo inmediato de un plan de salvamento institucional para el bienestar y cuidado de la mayoría.  ·  #ComuniquemosEsperanza


Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.


lunes, 20 de julio de 2020

Carta No. 37: Campesino: tu aporte diario es imprescindible



Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe


Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 37 – 19 de julio 2020
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“Gracias campesino, tu aporte es imprescindible para toda la humanidad, como persona, hijo de Dios, mereces una vida digna. 
Pero… ¿Cómo se retribuyen tus esfuerzos? 
La tierra es un don de Dios.  No es justo utilizarla para favorecer solo a unos pocos, despojando a la mayoría de sus derechos y beneficios.  Me gustaría que lo consideres y unas tu voz a la mía en esta intención: Que los pequeños agricultores reciban una remuneración justa por su precioso trabajo”
Papa Francisco (youtu.be/ppajlp8IhPg)

Campesino: tu aporte diario es imprescindible

Abrumados de tantas noticias y mensajes sobre el coronavirus, la corrupción, el uso o no del dióxido de cloro, los falsos discapacitados, los temores y esperanzas, hemos perdido la mirada a mujeres y hombres, que día a día trabajan incansablemente, para labrar la tierra, sembrar y cuidar las plantas, cosechar los frutos.  Los campesinos nos proveen de alimentos que nos sostienen desde siempre y muy especialmente en estas etapas de confinamiento. 

Aproximadamente el 70% de lo que consumimos diariamente vienen del trabajo de los campesinos.  Estos meses de confinamiento han mostrado lo buenos que son los alimentos sanos, al punto que hay ya pequeños huertos urbanos.  Ahora se comprende la paciencia campesina, la atención a lo pequeño, la austeridad, la sencillez, el trabajo familiar y comunitario, la gratitud con el Creador y el respeto a la naturaleza, el valor de las personas y de los productos por encima del dinero.

Pero la situación campesina nos deja tres preocupaciones:

a) ¿Qué ha sucedido con tantos planes, proyectos, discursos?  Constatamos que la mayoría de la pobreza está en el campo, al punto que los jóvenes campesinos ya no quieren serlo, porque su vida carece de las mínimas condiciones de salud, educación, vivienda digna, servicios…

b) ¿Por qué quienes han salido del campo, especialmente los jóvenes, no vuelven con propuestas innovadoras y transformadoras?  Porque no es atractivo ni ofrece posibilidades de desarrollo integral y porque, algunos han olvidado que el campo y la producción agropecuaria son la gran alternativa para generar empleo, producción, diversificación, desarrollo territorial, exportaciones...  Y porque ellos han sufrido un proceso peligroso de aculturación.

c) ¿Por qué los campesinos aún son explotados por los intermediarios que abusan en precios, en peso, en cantidades?  Los precios son bajos para productores y altos para consumidores... sólo ganan los intermediarios.  Es urgente crear canales de comercialización directos al consumidor, apoyo técnico y crediticio al pequeño agricultor, un desafío no sólo para organizaciones sociales o eclesiales que apoyan a los campesinos, sino para todos los gobiernos locales, los ministerios, los empresarios, las organizaciones y comunidades.

Por eso es importante al menos tres compromisos:
Volver nuestra mirada al campo, visibilizar y valorar a los pequeños productores y su trabajo; saber que son pobres no por ser humildes, sencillos y honrados, sino porque son víctimas de un sistema de explotación;

Apreciar sus productos, preferir lo orgánico, natural y agroecológico, sin dejarnos llevar por productos grandes y brillosos que seguramente tienen químicos o son comercializados por grandes empresas agroindustriales; y

Promover un comercio justo y solidario, pagar el precio debido (ni 'rebajas' ni 'yapas'), ser transparentes en lo que ofrecemos y compramos, ser solidarios con las asociaciones, redes y cooperativas campesinas… · #ComuniquemosEsperanza


Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.


lunes, 13 de julio de 2020

Carta No. 36: Indignados por la injusta y horrenda desgracia

Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe


Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 36 – 12 de julio 2020
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¿Cómo hemos llegado hasta este extremo?

La corrupción se expande por los circuitos de la degradación ética y de la impunidad; nace del abuso del poder, crece con la complicidad de los poderosos y da frutos de muerte para los pobres y de enriquecimiento ilícito para los corruptos.

El combate a la corrupción es posible desde la ética de honradez y solidaridad, sin concesiones de ninguna clase, ni contubernios de ningún estilo.

Indignados por la injusta y horrenda desgracia

La doble escena contrastada, la risa cínica de asambleístas, jueces, alcaldes, abogados y empresarios corruptos apoderándose de carnés de discapacidad para importar carros de lujo o para obtener exoneraciones o rebajas en el pago de impuestos, y, al frente, el llanto angustiado de la madre, de personas con discapacidad, privadas del carné y de los beneficios establecidos por la Ley.  Esta situación ha exacerbado la conciencia popular y ha colmado de indignación a la ciudadanía.


La corrupción ha evolucionado y perfeccionado sus métodos de pillería. Ahora estamos frente a un nuevo tipo de corrupción.  Una corrupción integral que contamina y colma todas las funciones del Estado, intoxica todo tipo negocios, funciona como redes organizadas o alianzas público-privadas.  Es estructural, esta por todos lados y en todas partes.  Se asienta en una racionalidad cínica, en la detestable viveza criolla, en la ruptura entre el conocimiento y la voluntad, entre la verdad y la mentira, entre el bien y el mal.  Los corruptos actúan con conocimiento de causa, planifican al detalle sus fechorías, y, cuando son descubiertos, niegan la participación, se hacen los inocentes, se victimizan, pierden la memoria, persiguen y acusan a los denunciantes.
En el gobierno actual y como herencia del que lo precedió, se ha llegado a formas extremas e impensadas de negociados, en medio de la pandemia, con los fondos de la salud, la seguridad social, la atención prioritaria a los necesitados, a los que tienen discapacidad…  Quienes se llevaron, sin remordimiento, los escasos fondos para mejorar la salud y salvar la vida de la gente.

En esta perspectiva, como Comisión Justicia y Paz:

Respaldamos la voz firme de Mons. Bertram Wick, Obispo de Santo Domingo de los Tsáchilas, por su indignación y vergüenza por la destrucción de la patria y patrocinamos su exigencia: Asambleístas, jueces, funcionarios que se han apropiado dolosamente de los carnés de discapacidad, ¡renuncien!, no nos representan.  Se juntan las voces de diez obispos ecuatorianos que, en carta abierta al presidente Moreno, le dicen: “pedimos que se solicite la renuncia a todos los funcionarios que han demostrado ser corruptos e ineficaces, así como a su responsable, esto es, al señor Ministro, titular de la cartera de salud”.

Rechazamos este mal que destruye brutalmente el tejido de la sociedad y la moral de la República.

Expresamos nuestra desconfianza en los organismos de control y en la justicia, pues, hasta el momento, han sido incapaces de cumplir el deber de castigar ejemplarmente a los corruptos y de recuperar los dineros públicos. 

Nos comprometemos a convertir la indignación en vigilancia ciudadana.


Llamamos a que, en las elecciones próximas, no entreguemos un solo voto a los candidatos corruptos, así no tengan sentencia en firme, pues esa es la trampa para seguir en el manejo del poder.   ·  #ComuniquemosEsperanza



Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.


lunes, 6 de julio de 2020

Carta No. 35: “Dolor y cercanía para con nuestro pueblo”


Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe


Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 35 – 5 de julio 2020
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Ante la realidad lacerante, la Conferencia Episcopal ha puesto el dedo en la llaga. 

Ese mensaje está dirigido al pueblo y es necesario escucharlo detenidamente para procesarlo y visualizar la responsabilidad ética y cristiana, de todos, para enfrentar y desterrar la corrupción de nuestra vida y entorno.  Todos somos responsables, todos debemos atender la llamada de atención de nuestra Iglesia que nos recuerda que “Desde el punto de vista religioso, la corrupción, por los males que promueve, es un gravísimo pecado, un desorden moral incompatible con la fe cristiana”.

“Dolor y cercanía para con nuestro pueblo”

Históricamente vivimos un momento de los más duros de nuestra vida republicana.  Todas las calamidades, una más fuerte que otra, han caído sobre Ecuador.  Todas a la vez.

La pandemia del coronavirus, la baja violenta de los precios del petróleo, el derramamiento del crudo en importantes ríos de la Amazonía, la erupción del Sangay; la disminución de las exportaciones y del ingreso de divisas por la crisis económica mundial, casi 200 mil despidos y tantas otras cosas que nos afectan, todo ello agravado por una corrupción agravada, cuyos niveles causan escándalo, tanto por los involucrados, por las asombrosas cantidades robadas, como por las víctimas directas de esos atracos: los más pobres, vulnerables y necesitados de la sociedad.

En medio de este oscuro y doloroso panorama es necesario levantar la voz con firmeza, claridad y valentía para decir basta, basta de tanto oprobio que humilla y martiriza a nuestro país.

Ante esta realidad lacerante, la Conferencia Episcopal, en carta (bit.ly/38uAuvJ) al pueblo de Ecuador ha puesto el dedo en la llaga.  Con valentía evangélica se pronuncia y dice “El derecho a la vida, don de Dios, y la obligación de preservarla, se ha convertido en un miserable negocio.  La salud, igualmente, es un derecho humano irrenunciable, del cual todos somos corresponsables.  ¡Cuántas cosas buenas se podrían hacer con el dinero de la corrupción!  El dinero que se va y que nunca vuelve… el dinero con el que los pillos financian sus lujos, mientras el pueblo empobrecido pasa necesidad”.

Palabras duras, ásperas, severas, pero ciertas.  Palabras que enjuician y que reclaman, que desnudan una verdad incuestionable cuando ante la desgracia nacional los corruptos y corruptores roban descaradamente, impidiendo que se hagan obras vitales: que se construyan e implementes hospitales; que se los dote de medicinas, que se entreguen ayudas alimentarias a los más empobrecidos, que se impulsen empresas, desde las artesanales y familiares hasta las más grandes, para crear fuentes de trabajo que aseguren ingresos.

Pero no, se han robado los recursos y eso ha enardecido a nuestros obispos para que con razón denuncien y reclamen afirmando que “Éticamente, la corrupción es un crimen que condena a muerte a muchas personas necesitadas, hoy más que nunca, de vida, trabajo y oportunidades; pues promueve el “descarte” de los más vulnerables y la falta de sensibilidad por los necesitados, además de fomentar la injusticia, la impunidad y el irrespeto a la ley”.

Los obispos nos recuerdan que “Desde el punto de vista religioso, la corrupción, por los males que promueve, es un gravísimo pecado, un desorden moral incompatible con la fe cristiana”.  Si somos cristianos y católicos, bajo ningún punto de vista podemos ser corruptos.

La Comisión ecuatoriana Justicia y Paz comparte y apoya plenamente el contenido del mensaje.  Como creyentes sabemos que debemos rendir cuentas de nuestras acciones y nuestras omisiones ante el Señor, ante la humanidad, ante la sociedad, ante las leyes.  ·  #ComuniquemosEsperanza



Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de los Observatorios de Política y Eclesial, que reúnen periódicamente a los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.