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sábado, 26 de septiembre de 2020

Carta No. 47: Tiempo de prueba y solidaridad

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 47 – 27 de septiembre 2020

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Es una nueva realidad en la que es necesario estar con los ojos bien abiertos ante los desafíos que demandan atención extrema y compromiso permanente: oído atento, mente abierta, mano extendida, mascarilla bien puesta, distanciamiento físico eficaz, lavada de manos y uso de alcohol o gel cada que podamos, y en especial evitar aglomeraciones, reuniones sociales, celebraciones masivas, diversiones…

 

Tiempo de prueba y solidaridad

“Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos; proclamaba la buena nueva del Reino y sanaba todas las enfermedades y dolencias”.  Mateo 9, 35

A inicios del mes pasado, el Papa Francisco señaló su “deseo (de) reflexionar y trabajar todos juntos, como seguidores de Jesús que sana, para construir un mundo mejor, lleno de esperanza para las generaciones futuras”, por lo que debemos liberarnos de esa mirada individualista, que no es armonía sino egoísmo.  Actitud mezquina que aparentemente puede beneficiar pero que perjudica a la mayoría… sin duda, ahora más que nunca, dependemos de la solidaridad mutua.  Es tiempo de caminar juntos, de pensar y actuar en común unidad para ser y construir comunidad.  Una nueva manera de portarse y servir a los que nos rodean.

Bajo ninguna consideración debemos ni podemos permanecer indiferentes, pues “el peligro de contagio de un virus debe enseñarnos otro tipo de 'contagio' -señala Francisco-, el del amor, que se transmite de corazón a corazón”, que se vive y se siente haciendo el bien.

Es cierto que la sociedad ha enfrentado la pandemia, con mayor o menor éxito, no todos los sectores han podido trabajar con las mismas posibilidades económicas y sanitarias, sin embargo, hemos observado que la solidaridad se ha derramado a raudales… médicos y personal sanitario arriesgando su vida para atender a los pacientes, campesinos trabajando sin descanso para proveernos de alimentos, personas laborando sin respiro para atender nuestros requerimientos, mujeres luchando por sostener sus hogares, niños renunciando a sus juegos cotidianos, ancianos viviendo esta época con entereza y firmeza… miles de rostros, muchos anónimos, en los cuales se encarnó el amor y se hizo vida.

La pandemia sigue, el coronavirus está por todo lado.  Continuar adelante depende de todos y de cada uno: emprendamos una minga para cuidarnos y cuidar a los de más.  Se trata de un imperativo categórico y una posibilidad de salida.  Ningún descuido es aceptable, debemos seguir sin bajar la guardia, es una tarea en equipo, en la que todos tenemos derechos y responsabilidades.

Lo que hagamos o dejemos de hacer a nuestros semejantes lo hacemos al mismo Jesús (cfr Mt 25-40), de ahí que en esta situación de pandemia la humanidad se está renovando y saca a flote lo mejor de cada persona y de cada grupo humano.  Es un nuevo encuentro con el Evangelio de la vida, de la fe, de la esperanza y del amor, que nos invita a asumir un espíritu creativo, renovado, solidario, fraterno, condescendiente... para descubrir o abrir senderos impensados hace pocos meses.

“En estos momentos nos están faltando espacios en los que podamos, simplemente, escucharnos y mirarnos a la cara” (Mons. Parrilla), sin embargo, hoy más que nunca dependemos de la responsabilidad de todos, nadie se puede quedar fuera.  Nuestros intereses deben quedar al margen, para ver y actuar en función de los intereses de todos.  Podemos enfrentar y vencer al coronavirus, inyectándonos una fuerte dosis de amor y de responsabilidad, esa es nuestra misión y tarea.  ·  #ComuniquemosEsperanza.

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 20 de septiembre de 2020

Carta No. 46: Educación y ¿futuro?


Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 46 – 20 de septiembre 2020

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El Estado frecuentemente utiliza la educación formal como recurso político; encarna a una sociedad injusta, inequitativa, excluyente, elitista, represiva, permisiva… los individuos producto de la escuela deberán replicar las características del sistema para que ser funcionales y actuar con los mismos antivalores, actitudes y conductas.

Educación y ¿futuro?

 

“Educar es el arte de despertar al ser humano, para que consciente de sí mismo, de su vocación, de sus capacidades y limitaciones, se vaya transformando en sujeto de su propio desarrollo”. Monseñor Leonidas Proaño.

El covid 19 es una tragedia que ha cobrado millones de víctimas a nivel mundial. En Ecuador sus efectos han sido devastadores. En lo económico vivimos una verdadera recesión, el fisco recibe mucho menos de lo presupuestado y ha recurrido a un mayor endeudamiento interno y externo.  En lo social, el desempleo es un azote generalizado, llegando la pobreza extrema al 30%. El sistema de salud ha colapsado y dejado en evidencia sus fallas, carencias y necesidades.

Pero sobre todas ellas está la educación que atraviesa una verdadera tragedia y que en estos días está en la mesa de discusión en la imposibilidad de volver a la educación presencial y con las dificultades de la educación virtual. La educación es fundamental para la sociedad, la cultura y la humanidad. Si no hay educación eficiente no hay futuro y por lo tanto, hay el peligro que muera la esperanza del progreso.

La educación como acción intencional responde a una visión o proyecto socio-político y se constituye como sistema educativo con dos vertientes: la educación formal y la no formal. La formal constituida por una estructura escolarizada, y la no formal dada por las referencias familiares, socioambientales, etc. La expansión de los medios de comunicación ha sido determinante, particularmente las redes sociales que han sobrepasado el ámbito de influjo de todas las formas socio-culturales. La Acnur hace notar que “en el siglo XXI, la tecnología no reemplazará la labor educativa como tal; simplemente, buscará hacerla más eficaz”.

Con el covid 19 el sistema educativo demostró sus grandes falencias, retrocedió 50 o 60 años dejando a miles de niños, adolescentes y jóvenes fuera; 4,6 millones de niños ecuatorianos serían los afectados por la crisis educativa, según la Unicef, 6 de cada 10 niños no pueden estudiar porque no tienen acceso a internet. La burocracia creyó fácil pasar de una modalidad presencial a otra virtual. Son modelos educativos distintos, los sujetos, agentes, recursos y métodos son diversos, y por último, se redujo el presupuesto para educación.

Nuestro país tiene experiencias exitosas de educación a distancia: las Escuelas Radiofónicas Populares – ERPE, el Sistema Fe y Alegría - IRFEYAL y la Universidad Técnica Particular de Loja - UTPL, pionera en educación universitaria. Estas tres experiencias y otras de América Latina han tenido éxito en esta modalidad, porque fueron pensadas, planificadas, organizadas y ejecutadas racional y eficazmente.

La crisis educativa que estamos sufriendo puede convertirse en oportunidad para tomar conciencia de la educación como un derecho universal y gratuito; considerarla como prioridad de cualquier gobierno y acogerla como obligación de todos, particularmente de los padres de familia, que deben velar por la calidad de la educación formal y no formal de sus hijos.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.


domingo, 13 de septiembre de 2020

Carta No. 45: La Justicia, nos educa y da esperanza





Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 45 – 13 de septiembre 2020

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Tuvieron hambre y se llevaron su comida.

Tuvieron una enfermedad y se llevaron su salud.

Tuvieron sed y se llevaron su agua.

Quisieron educarse y se llevaron su educación.

Quisieron trabajar y se llevaron sus empleos.

Quisieron superarse y se llevaron su progreso.

Quisieron sonreír y se llevaron su felicidad…

 

La Justicia, nos educa y da esperanza

Esta es la realidad que clama y reclama justicia.  Es la voz que sale desde las entrañas de vidas sin vida que han sido perjudicadas, anuladas, ignoradas, olvidadas, excluidas… por la acción de quienes, en un determinado momento, detentaron el poder y obraron al margen de la ética y la Ley.

Y es que “el tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber…“ para el poder, frecuentemente, solo es el pretexto para sacar ventaja y acrecentar sus ‘bienes’ aprovechando la ocasión.  Un 'gran negocio' en el que pierde la vida y 'gana' la corrupción, la impunidad, la ambición, el engaño, la diatriba…


La justicia está para encarar estos desvíos, enderezar caminos, sancionar a quien fractura la democracia, rompe la moral y la Ley, y perjudica directamente el bien común.  La injusticia pone en serio riesgo a la democracia.

Bajo esta consideración, tenemos que "reafirmar con constancia y determinación, con actitudes y ante todo con la práctica, el valor fundamental de la justicia", señala el Papa Francisco, lo que es indispensable para el correcto funcionamiento de la democracia, de cada ámbito de la vida pública y privada y para que todos llevemos una vida equilibrada dentro del marco de la ley.  Sin justicia, toda la vida social se queda atascada, como una puerta imposible de abrir.  Con justicia, al margen de presiones, de coimas, de chantajes, de compadrazgos, de influencias del poder de turno… y en libertad plena, se abre la puerta al bien común, a la solidaridad, a la inclusión, a la equidad.

Nadie, por más pedigrí y palancas que tenga, está fuera del cumplimiento de la ley.  La justicia debe ser ‘inclusiva’, atenta al cumplimiento de los derechos de todos, privilegiando a los últimos, a los más débiles y sencillos, y a su integración plena en la sociedad; en este sentido, debe ser para todos y no 'solo para los de poncho'.  "Todas las energías positivas presentes en la sociedad deben contribuir al logro de la justicia, para que ésta, encargada de dar a cada uno lo suyo, se presente como el principal requisito para lograr la paz” (Papa Francisco, 2019).


Todos somos víctimas de los actos de corrupción, los más pobres los más afectados.  Corrupción e impunidad que se cometieron en los gobiernos anteriores, en éste y posiblemente en los venideros, merecen, demandan y reclaman restitución por el pan que no comimos, por la vacuna que no recibimos, por el agua que nunca bebimos, por la salud que nos quitaron, por el trabajo que se llevaron, por la alegría que marchitaron..., esa restitución debe ser síquica, económica y simbólica.  La restitución se convertirá en un acto de esperanza.

 

Cuando la justicia hace su trabajo, aires nuevos circulan y renuevan los estamentos sociales, transmiten un mensaje potente de esperanza a la colectividad y se convierte en recurso educativo para las presentes y futuras generaciones.  Vuelve a sonreír la confianza y el mañana se pinta de colores. · #ComuniquemosEsperanza

 

 

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 6 de septiembre de 2020

Carta No. 44: Vida y libertad

Con los ojos fijos en El
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 44 – 6 de septiembre 2020

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Creemos que el ser humano es el origen y razón de ser de la sociedad y del Estado. Toda persona, en nuestro criterio, es única, irrepetible, histórica y trascendente y está llamada a conquistar su libertad y realización plena en unión y compromiso solidario con los demás.  Es deber del Estado proteger su vida y su integridad desde el momento mismo de su concepción hasta su muerte natural, así como garantizar el desarrollo integral personal y de la comunidad.

 

Vida y Libertad

“Si la vida social se adentra en las arenas movedizas de un relativismo absoluto, entonces todo es pactable, todo es negociable, incluso el primero de los derechos fundamentales, el de la vida”.  

San Juan Pablo II, El Evangelio de la vida


La Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, ante la realidad que vive nuestra Patria comparte esta reflexión.  Nos pronunciamos como ecuatorianos y como cristianos:

Lo hacemos ante un país en el que la mayoría de las personas se confiesa cristiana y el Estado, que nos representa históricamente, se define como laico.  La aparente contradicción no existe, no es problema de mayorías y minorías; es una derivación de la democracia, como herederos de este escenario hemos trabajado para reconstruirlo permanentemente, aprendiendo a ser un pueblo digno, legítimo, soberano, íntegro, libre, democrático, plural y solidario.

En nuestro Ecuador la inclusión y el diálogo deben primar, sin espacios para exclusiones ni silenciamientos por creencias y pareceres. A veces, ante temas muy sentidos, por tratarse de derechos fundamentales como el de la vida, la salud, la educación, etc., se pretende descalificar voces no por lo que dicen, sino por el origen y función social que tienen, es el caso de los ministros religiosos, y esto es antidemocrático y anticivilizatorio.

Nuestro país, siendo mayoritariamente de creyentes, sin ser una cristiandad, tampoco se define como ateo y menos como amoral. Si hay personas que rechazan una moral fundamentada en Dios, otros, los que creemos, que somos la mayoría, no aceptamos como válidos criterios basados en relaciones exclusivamente marcadas en intereses personales.

La solidaridad, la sociabilidad, la socialidad de las personas se expresan en las instituciones, las cuales están para servir a sus mandantes cumpliendo las funciones y tareas que ellos las dieron.  De ahí que las instituciones estatales, cualquiera que estas sean, por ética y por ley están obligadas a ser mandatarias de la voluntad popular; son las primeras responsables del bien común y no pueden decidir o hacer lo que los mandatarios, legisladores o jueces de turno tengan a bien, de acuerdo exclusivamente a su voluntad, eso sería una tiranía, deben cumplir a raja tabla la Constitución y las leyes de la República.  En el caso de duda del cumplimiento de la voluntad popular, se debería consultar directamente a la ciudadanía cuál es su parecer y veredicto final.

De todas las instituciones humanas, la familia es la célula vital de la sociedad, ella es el origen de la vida y la ciudadanía.  Es obligación y responsabilidad de todos, particularmente del Estado, cuidarla, protegerla, mantenerla y favorecerla para que cumpla eficiente y eficazmente su tarea.  Debilitar los lazos familiares y la autoridad natural de los padres respecto de la formación integral de sus hijos, es fatalmente suicida para cualquier colectividad.

Debemos trabajar juntos, como sociedad organizada, como ciudadanía, en la plenitud de nuestras potencialidades, para construir un país más justo, equitativo, responsable, libre, fraterno y solidario.      ·  #ComuniquemosEsperanza

 

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.