Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 47 – 27 de septiembre 2020
------------------------------------------------
Es una nueva realidad en
la que es necesario estar con los ojos bien abiertos ante los desafíos que
demandan atención extrema y compromiso permanente: oído atento, mente abierta,
mano extendida, mascarilla bien puesta, distanciamiento físico eficaz, lavada
de manos y uso de alcohol o gel cada que podamos, y en especial evitar
aglomeraciones, reuniones sociales, celebraciones masivas, diversiones…
Tiempo de prueba y solidaridad
“Jesús recorría todas las
ciudades y los pueblos; proclamaba la buena nueva del Reino y sanaba todas las
enfermedades y dolencias”. Mateo 9, 35
A inicios del mes pasado, el Papa Francisco
señaló su “deseo (de) reflexionar y trabajar todos juntos, como seguidores de
Jesús que sana, para construir un mundo mejor, lleno de esperanza para las
generaciones futuras”, por lo que debemos liberarnos de esa mirada individualista,
que no es armonía sino egoísmo. Actitud
mezquina que aparentemente puede beneficiar pero que perjudica a la mayoría… sin
duda, ahora más que nunca, dependemos de la solidaridad mutua. Es tiempo de caminar juntos, de pensar y
actuar en común unidad para ser y construir comunidad. Una nueva manera de portarse y servir a los
que nos rodean.
Bajo ninguna consideración debemos ni
podemos permanecer indiferentes, pues “el
peligro de contagio de un virus debe enseñarnos otro tipo de 'contagio' -señala
Francisco-, el del amor, que se transmite de corazón a corazón”, que se
vive y se siente haciendo el bien.
Es cierto que la sociedad ha enfrentado la pandemia, con mayor o menor éxito, no todos los sectores han podido trabajar con las mismas posibilidades económicas y sanitarias, sin embargo, hemos observado que la solidaridad se ha derramado a raudales… médicos y personal sanitario arriesgando su vida para atender a los pacientes, campesinos trabajando sin descanso para proveernos de alimentos, personas laborando sin respiro para atender nuestros requerimientos, mujeres luchando por sostener sus hogares, niños renunciando a sus juegos cotidianos, ancianos viviendo esta época con entereza y firmeza… miles de rostros, muchos anónimos, en los cuales se encarnó el amor y se hizo vida.
La pandemia sigue, el
coronavirus está por todo lado. Continuar
adelante depende de todos y de cada uno: emprendamos
una minga para cuidarnos y cuidar a los de más.
Se trata de un imperativo categórico y una posibilidad de salida. Ningún descuido es aceptable, debemos seguir sin
bajar la guardia, es una tarea en equipo, en la que todos tenemos derechos y
responsabilidades.
Lo que hagamos o dejemos de hacer a
nuestros semejantes lo hacemos al mismo Jesús (cfr Mt 25-40), de ahí que
en esta situación de pandemia la humanidad se está renovando y saca a flote lo
mejor de cada persona y de cada grupo humano.
Es un nuevo encuentro con el Evangelio de la vida, de la fe, de la
esperanza y del amor, que nos invita a asumir un espíritu creativo, renovado,
solidario, fraterno, condescendiente... para descubrir o abrir senderos
impensados hace pocos meses.
“En estos momentos nos están faltando
espacios en los que podamos, simplemente, escucharnos y mirarnos a la cara”
(Mons. Parrilla), sin embargo, hoy más que nunca dependemos de la
responsabilidad de todos, nadie se puede quedar fuera. Nuestros intereses deben quedar al margen, para
ver y actuar en función de los intereses de todos. Podemos enfrentar y vencer al coronavirus,
inyectándonos una fuerte dosis de amor y de responsabilidad, esa es nuestra misión
y tarea. · #ComuniquemosEsperanza.
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.