Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta No. 230 – 31 marzo 2024
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Desde la muerte a la Resurrección
La Pascua del Señor
nos impulsa a ir hacia adelante, a superar el sentimiento de derrota, a quitar
la piedra de los sepulcros en los que a menudo encerramos la esperanza, a mirar
el futuro con confianza, porque Cristo resucitó y cambió el rumbo de la historia.
“Si recuperas el primer amor, el asombro y la alegría del encuentro con Dios,
irás hacia adelante. Recuerda y camina” Papa Francisco, homilía Vigilia Pascual
2023.
A su vez, cuántas personas buenas personas, comprometidas, generosas se
sientan a la mesa en comunidad y comparten el pan con el Maestro, dan lo poco
que tienen y lo mucho que son, “lavan los pies” de los excluidos sin hacer
distinción de ninguna clase, sin recelo, con humildad, con amor. Nuestra
ancestral costumbre de compartir la fanesca en familia y amigos tiene un
simbolismo profundo que nos recuerda y acerca al memorial de la Cena del Señor
con los discípulos y como preparación a la Pascua.
Cuántos “maestros de la ley” sabelotodo quieren imponer y dominar al
pueblo, capaces de armar componendas para levantar testimonios espurios para
condenar sin pruebas, para llevar a la muerte a los inocentes en nombre de su
dios, liberando a tantos “barrabases” y crucificando a quienes trabajan por la
paz, la justicia, el ambiente, los derechos… Estos son maestros “corruptos”,
“raza de víboras” y “sepulcros blanqueados”.
Cuántos soldados, que sin conciencia y en obediencia ciega, maltratan a
inocentes, martirizan, torturan por orden de los que se lavan las manos, de los
que son autoridad porque les sostienen las botas, los uniformes, las armas.
Cuántos defienden a los poderosos y obligan a que la gente pobre huya, migre,
tenga miedo y sufra un calvario.
Cuántos compañeros y colegas ceden frente a “treinta monedas” y son
capaces de “vender” a quienes les enseñaron a compartir, a luchar, a perdonar,
a soñar, o que por temor y por salvar su “pellejo” son capaces de negar “tres
veces” lo que aprendieron, vivieron y conocieron antes de que “cante el gallo”.
Cuántos luchadores que abandonan sus principios, se acomodan al sistema,
pierden la fuerza y contemplan como la gente sigue cargando su cruz hasta la
cima de la muerte dolorosa y que prefieren huir antes de seguir luchando.
Cuántas mujeres valientes, valiosas, apasionadas, tiernas... acompañan
en silencio al que sufre y carga con la cruz a cuestas, secando su rostro,
quitando sus espinas, curando sus heridas. Cuántas madres que velan y lloran
por sus hijos que mueren crucificados en la droga, la violencia, el egoísmo, el
consumismo, la ansiedad, el desempleo, la pobreza integral, que acompañan hasta
al pie de la cruz, cuidando la vida de quienes salieron de su vida. Cuántas
mujeres presurosas anuncian y denuncian.
En fin, cuántas cruces vivimos estos días, en cuántas cruces de nuestro
pueblo sigue muriendo Cristo cada día, que parecería que ya no hay esperanza,
ilusión o alternativa. Pero no, todavía hay esperanza porque Cristo crucificado
ha resucitado para mostrarnos que la vida vence a la muerte, que lo bueno vence
a lo malo, que la luz vence a la oscuridad, que el dolor se transforma en amor,
que se pueden hacer nuevas todas las cosas, que hay que ir para adelante, que
se puede seguir construyendo un Reino de paz, hermandad, justicia, armonía y
verdad. Cristo sigue resucitando “en cada brazo que se alza para defender al
pueblo del domino explotador, porque está vivo en el rancho, en la fábrica, en
la escuela, en la lucha sin tregua por la liberación”. Felices Pascuas de
Resurrección. • #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la
fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.