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sábado, 24 de septiembre de 2022

carta No.151: Si quiebra el IESS, quiebra ECUADOR

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 151– 25 de septiembre 2022

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Si quiebra el IESS, quiebra ECUADOR

“La seguridad social es un derecho fundamental, una poderosa herramienta para combatir la discriminación y un instrumento esencial para reducir la pobreza y promover la inclusión social.”

ONU, con base la Declaración Universal de Derechos Humanos.


Se confunde la Seguridad Social con el Seguro Social. Los gobiernos de turno siempre han manipulado de manera oportunista esa aparente identidad. Sin embargo, son dos instituciones diferentes, con objetivos distintos, aunque complementarios.

La Seguridad Social busca el bienestar de toda la población, finalidad de la sociedad y responsabilidad del Estado. A su vez, el Seguro Social se creó para prever y ahorrar, y así enfrentar las complejas realidades de la enfermedad y la vejez.  Con ese fin, los trabajadores aportan, y con el ahorro y la capitalización solidaria, acumulan para cuando se enfermen o lleguen a ancianos y ya no trabajen. Al inicio fueron “cajas comunes de pensiones”, que más tarde se llamaron “cajas de seguridad social”, hoy Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social - IESS.

El IESS debe proteger a sus afiliados, especialmente a los más pobres, los ancianos y los enfermos, por esa razón, el Estado establece legalmente un aporte obligatorio de los patrones y de los trabajadores; y el propio Estado, de sus recursos, destina un fondo compensatorio como estímulo al ahorro interno de las cajas de pensiones.

Con los aportes recibidos, los fondos crecen geométricamente, y esto despierta la codicia, avaricia y ambición de los politiqueros que se han aprovechado de esos recursos acumulados: - captan los órganos directivos para tomar decisiones, muchas fraudulentas, y casi todas ineficientes y populistas, como el aumento desmedido de la burocracia; - mantienen una cartera vencida no cobrada; - dan bienes en préstamos y comodatos en condiciones irrisorias; - realizan inversiones con rendimientos mínimos; - asignan prestamos vinculados a los intereses de amigos y coidearios; - adquieren bienes e insumos innecesarios, de baja calidad y con sobreprecios... Se ha denunciado la existencia de verdaderas mafias al interior del IESS y se ha dicho que cuando alguna autoridad pretende sanear la corrupción, entorpecen su gestión hasta que renuncie y abandone el cargo.

Al interior del IESS, se toman decisiones arbitrarias, demagógicas y populistas, y sin sustento técnico ni financiero, desfinancian los diversos fondos, haciendo insostenible el cumplimiento de obligaciones que aseguren la supervivencia institucional. La quiebra se precipita cuando, a más del pésimo manejo administrativo, el Estado no solo que no aporta los recursos, sino incluso, toma dinero ajeno, con variados pretextos para después negar la deuda, cuyo valor no se conoce exactamente.

Desterrar la politiquería, el amiguismo, el clientelismo y el nepotismo es la primera acción que debe incluir una propuesta seria de reestructuración. Provocar o permitir la quiebra del IESS sería quebrar al país, pues los problemas personales, familiares y sociales que se ocasionarían serían incalculables y de tal magnitud, que el propio Estado no podría enfrentarlos.

Las decisiones por tomarse son urgentes y tienen que ser técnicas, viables y justas, para responder a su finalidad, esto es: ser un fondo mutual, privado y social que desde la solidaridad busque primariamente asistir y atender a sus miembros, oportuna y eficientemente. Para que esto sea posible, el gobierno nacional como política de Estado tiene que privilegiar la salud y la educación.  Toda argucia que pretenda esquivar la responsabilidad del Estado y transferir las responsabilidades que le corresponden a otras instituciones es fraudulenta y mentirosa.

Salvar al Seguro Social exige sacrificios, que debemos asumir todos, con medidas sistémicas que terminen con todas las causas de la crisis institucional y aseguren soluciones definitivas a corto, mediano y largo plazo.  La ciudadanía sabrá ponderar las ventajas y asumir los costos. Basta de vacilaciones evasivas y discursos demagógicos, por parte de las autoridades, que nos llevan al despeñadero. Dejar morir al IESS por politiquería, por inanición o por golpes mortales es perverso con una gravedad de crimen de lesa humanidad.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.  

domingo, 18 de septiembre de 2022

carta No.150: Constructores de paz y justicia

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 150– 18 de septiembre 2022

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Constructores de paz y justicia

“La política y la economía tienden a culparse mutuamente por lo que se refiere a la pobreza y a la degradación del ambiente. Pero lo que se espera es que reconozcan sus propios errores y encuentren formas de interacción orientadas al bien común. Mientras unos se desesperan solo por el rédito económico y otros se obsesionan solo por conservar o acrecentar el poder, lo que tenemos son guerras o acuerdos espurios donde lo que menos interesa a las dos par- tes es preservar el ambiente y cuidar a los más débiles”.  Papa Francisco, 2015.

Vivimos tiempos convulsionados, donde lo elemental pasa frecuentemente desapercibido, lo injusto es aceptado, la explotación legitimada, la guerra promovida, la corrupción admirada, la viveza criolla venerada, la sinvergüencería aplaudida, el tráfico de influencias añorado, la mentira aupada… por último, la dignidad humana es pisoteada, y todo esto a una velocidad tan impresionante que casi no hay tiempo para pensar, reflexionar y proponer alternativas que nos permitan enfrentar y salir de este atolladero inverosímil que nos tiene esclavizados y subsumidos en una mortal carrera hacia la autodestrucción.

Desde esta lacerante situación, particularmente los creyentes, con ojos de fe, debemos volver la mirada a Jesucristo para encontrar senderos que nos haga redescubrir y descifrar las contradicciones que subyacen en la realidad y se manifiestan en un sinfín de dolorosas situaciones.

La carta semanal Con los ojos fijos en Él, de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, pretende buscar, percibir y analizar las lacerantes situaciones que nos afectan e impiden tener una vida digna, en medio de tanto dolor, tanto llanto, tanta angustia y desesperación generadas por esas estructuras de pecado, de muerte y de injusticia…

Semana a semana y comunitariamente, hemos reflexionado y discernido a la luz del Evangelio, poniendo ‘el dedo en la llaga’, analizando las múltiples aristas que componen nuestra cotidianidad.  El único fin es contribuir con algunos elementos que nos permitan a todos una mejor reflexión, conciencia y comprensión de la realidad, para que, individual y colectivamente, busquemos alternativas de acción que contribuyan a cambiar, en lo que sea necesario, y generar vida en abundancia para todos.

El análisis y el debate, de lo que destruyen o construyen el país, nos lleva hasta acuerdos que los concretamos en esta carta semanal, que cada domingo circula y que generosamente ustedes la reciben y la difunden a sus contactos.  Por los comentarios que ustedes nos envían, sabemos que hay familias, organizaciones barriales, parroquiales, educativas, etc., que comentan y a su vez debaten los contenidos para sacar sus propias conclusiones y aplicaciones en su propia realidad.  Esto último nos satisface profundamente y hace sentir que el servicio que prestamos es de utilidad.

Nuestro país necesita impostergablemente de personas que tengan como prioridad la búsqueda del bien común por encima de sus propios intereses.  La erradicación de la pobreza y la vulnerabilidad, la superación de la violencia y la inseguridad, y la priorización de los diferentes ámbitos de desarrollo social, económico, político y cultural de los ecuatorianos es evidente, aunque eso implique cambiar el modelo de desarrollo, donde terminen los privilegios de unos pocos, se extirpe la corrupción, promueva la honestidad, impere la justicia y opere la solidaridad.

Es nuestro afán que la comunicación que promovemos, con nuestra carta semanal, cada vez sea de doble vía y para lograr este objetivo, les invitamos a que, ya sea individual o colectivamente, nos hagan llegar sus puntos de vista, comentarios y sugerencias, y nosotros, con gusto, las tendremos presentes en nuestras reuniones de preparación para compartirlas con nuestra audiencia.  Con los ojos fijos en Él en la realidad y en la fe, seguiremos aportando para construir la Paz y la Justicia en nuestro país.  ·  #ComuniquemosEsperanza

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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.  

lunes, 12 de septiembre de 2022

carta No.149: La Constitución construye futuro

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 149– 11 de septiembre 2022

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La Constitución construye futuro

“Los bienes de la creación se ofrecen a todos y cada uno en proporción a sus necesidades, para que nadie acumule lo superfluo ni le falte lo necesario.  Por el contrario, cuando la posesión egoísta llena los corazones, las relaciones y las estructuras políticas y sociales, entonces se envenena la esencia de la democracia.  Y se convierte en una democracia formal, no real” Papa Francisco, 2022.

La Carta Magna, firmada por el rey inglés Juan sin Tierra (1215), es un precedente de las constituciones modernas.  La pequeña república de San Marino tiene su Constitución desde 1600.  En Hispanoamérica la primera Constitución Republicana fue la del Socorro en la provincia de Santander (Virreinato de la Nueva Granada) en 1810, tiene apenas 14 artículos, por lo que fue una de las más cortas del mundo.

Desde 1830, luego de la separación de la Gran Colombia, Ecuador ha tenido veinte textos constitucionales.  El cambio de Constituciones ha sido vertiginoso, respondiendo a intereses de grupo de quienes al manejar el poder lo capitalizaron en una norma constitucional.  La carta magna no respondía a un sano criterio de gobernabilidad sino de politiquería, donde no había una ¨técnica legislativa¨ en la redacción, y lo que es peor, se utilizaban términos ambiguos o equívocos que llevaban a interpretaciones manipuladas.  De allí que la Constitución, paulatinamente, ha ido perdiendo fuerza y vitalidad en la vida democrática del país.

Por principio, la Constitución –norma suprema de la sociedad nacional– debe ser el canon para cumplir en lo político, económico, judicial, social, ambiental, cultural, pues recoge el ethos, los valores, creencias y principios que aglutinan a la población, la cohesionan y la proyectan a la conquista del futuro.  Pero en la práctica es la gran desconocida de la ciudadanía y la más ultrajada por los politiqueros de turno: la invocan cuando les conviene y la ignoran cuando les perjudica.  La mayoría de las veces es letra muerta y fruto de acuerdos individuales o de pequeñas élites que no legislan conscientemente… ha sido violada y prostituida desde que somos república de las más variadas y curiosas formas.

Pese a ser la “Carta Magna”, la norma que contiene “el sendero” a seguir para construir un país inclusivo, justo, solidario, equitativo… regularmente está archivada o es ignorada, olvidada, usada, deslegitimada, abusada, violentada.

Este maltrato indigno a la Constitución, por quienes más la deberían respetar y practicar, ha minado la institucionalidad, al punto de debilitarla y dejarla casi sin sustento ni legitimidad.  Estamos en terapia intensiva.  Todas las instituciones están bajo sospecha y gozan de la desconfianza ciudadana.

La confianza es básica y fundamental en el andamiaje del Ecuador, para ello necesitamos contar con más democracia, que recupere la institucionalidad de un modo o de otro, que garantice los derechos y que exija responsabilidades a su pueblo sin excepciones de ninguna clase, que cree y facilite iguales oportunidades para todos, que ofrezca y promueva una educación de calidad, que brinde un sistema de salud eficiente, que proteja la naturaleza y el ambiente, que implante una economía con rostro humano, que destierre la corrupción e implemente la honradez como norma de vida, que la ética, los valores y el servicio se conviertan en la brújula que guie la cotidianidad nacional.

La Constitución política del Ecuador tiene que salir a las calles y caminos para alumbrar el país con potentes faros que indiquen, sin ningún titubeo, el sendero a seguir con el único fin de encontrar, con visión de futuro y de manera conjunta, los objetivos concretos que permitan elaborar un proyecto en que todos, especialmente los más pobres y vulnerables, tengamos los medios y las herramientas para romper las taras de la injusticia, violencia, desempleo, corrupción, falta de servicios básicos… y alcanzar una nueva sociedad.  Caminar juntos con la Constitución por delante es una tarea que nos espera y que es ineludible para que construyamos un futuro de justicia y paz.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

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domingo, 4 de septiembre de 2022

carta No.148: “Dejen Vivir”

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 148– 4 de septiembre 2022

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“Dejen Vivir”

La búsqueda de los pueblos indígenas amazónicos de la vida en abundancia….  Se trata de vivir en armonía consigo mismo, con la naturaleza, con los seres humanos y con el ser supremo, ya que hay una intercomunicación entre todo el cosmos, donde no hay excluyentes ni excluidos, y donde podamos forjar un proyecto de vida plena para todos (Documento Sínodo Amazónico, 9).

El 23 de agosto de 2022 se realizó en Brasilia la audiencia pública ante la Corte Interamericana de los Derechos Humanos - CIDH, en el caso “los Pueblos Indígenas Tagaeri - Taromenane contra el Ecuador”, a pesar de su importancia, pasó totalmente desapercibido por los grandes medios de comunicación, sólo las redes sociales y algunos grupos de la sociedad civil dieron cuenta de la relevancia del hecho.

Desde 2006, la CIDH impuso al Ecuador un plan de medidas cautelares para la protección de estos pueblos; debido a las matanzas y hechos violentos contra estos pueblos en 2003, 2006 y 2013. Como las acciones de remediación y prevención del Estado se consideraron insuficientes, el caso pasó a la CIDH que ahora juzga al Ecuador por negligencia y omisión.

Al juicio comparecieron el Estado Ecuatoriano, los dos grupos demandantes y la propia CIDH. El Estado reconoció que se habían cometido algunos errores.  Los demandantes solicitaban que el Estado reconozca un territorio absolutamente intangible para ellos, criterio compartido por la CIDH. El momento más impactante fue cuando Conta, una de las dos niñas que perdió a su familia en 2013, expresó con un grito, a la vez de angustia y esperanza: “Dejen vivir”.  Penti Baihua, líder de la comunidad que actualmente la acoge y que siempre ha vivido en paz con los aislados, se hizo eco de esas palabras y manifestó que ellos quieren vivir en paz, en armonía con la selva y de acuerdo a su cultura.

¿Quiénes son los pueblos en aislamiento voluntario (PIAV)?  Los Tagaeri, Taromenane y Dugakairi, aunque ignoramos cómo se llaman a sí mismos.  Los tres comparten lengua, cultura y costumbres con los Waorani y pertenecen al mismo tronco cultural. Además, hay otros pueblos minoritarios y en peligro, como los Cofán, Siona, Secoya, Sápara, Achuar, Siwiar y Waorani. Ellos cuidan la selva, la fauna y flora desde su cosmovisión y cultura, pero están amenazados por el extractivismo economicista, que destruye la Amazonía -el pulmón más grande del planeta- que se refleja en el cambio climático cuyos efectos todos sufrimos.

Hay que saber que están protegidos por la Constitución: “Los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible, y en ellos estará vedada todo tipo de actividad extractiva. El Estado adoptará medidas para garantizar sus vidas, hacer respetar su autodeterminación y voluntad de permanecer en aislamiento, y precautelar la observancia de sus derechos.  La violación de estos derechos constituirá delito de etnocidio”.  (Art. 57, 2).

En julio de 1987, Mons. Alejandro Labaka y la Hna. Inés Arango, entregaron su vida por la defensa de estos pueblos.  Su sacrificio hizo que muchas personas tomaran conciencia sobre la necesidad de protegerlos. Los vicariatos de la región Amazónica, junto a algunos aliados de la sociedad civil, luchan permanentemente por su defensa y promoción integral.  Esos pueblos enriquecen a todo el Ecuador y son signos de esperanza para una vida más plena y justa.

El Sínodo Amazónico, celebrado en Roma en octubre de 2019, puso de relieve la importancia de la Iglesia en la defensa de los derechos de estos pueblos, y en encontrar nuevos caminos para una convivencia en paz y para una ecología integral.

Al margen del resultado final que tenga este juicio ante la CIDH, Ecuador debe tomar conciencia y luchar por el cumplimiento de los derechos y por la vida de los PIAV y de los otros pueblos indígenas, asumiendo como nuestro, el grito de la niña Conta: “Dejen vivir”.  ·  #ComuniquemosEsperanza

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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.