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domingo, 24 de noviembre de 2024

carta No. 264: Apagón en relaciones internacionales

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 264– 24 de noviembre 2024
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Apagón en relaciones internacionales

«…liquidar las posibilidades mismas de las provocaciones a la guerra, a hacer imposibles los cataclismos, actuando sobre las actitudes, las convicciones, las intenciones y las aspiraciones de los gobiernos y de los pueblos» Papa Francisco, discurso frente a la Asamblea General de la ONU.

El mundo pasa por momentos decisivos. En las últimas semanas se han presentado acontecimientos que marcan cambios profundos. Del 22 al 24 de octubre se realizó en Kazán-Rusia, la Cumbre de los BRICS, un poder económico-político que cuestiona el dominio unilateral de Occidente y propone el paso a un mundo multipolar. La Cumbre COP 16, Conferencia de las Naciones Unidas por la Biodiversidad, realizada en Cali-Colombia entre el 21 de octubre y el 1º de noviembre, para enfrentar el cambio climático. El martes 5 de noviembre de 2024 se celebraron las elecciones presidenciales y de las dos cámaras, triunfó Trump y el Partido Republicano. La reunión G20 realizada en Brasil del 18 al 19 de noviembre centró la atención en el cuidado de la naturaleza, el combate a la pobreza, y en la defensa de la paz mundial.

El mundo está interrelacionado, estos acontecimientos influyen en la vida de todos los países. En la vida cotidiana sentimos los efectos del calentamiento global, de los flujos de violencia transnacional impulsados por el capital criminal y por las guerras que llegan al riesgo de la conflagración atómica mundial, de las transformaciones y exclusiones económicas del nuevo orden geopolítico mundial.

Estos hechos claves contrastan con el fracaso de la Cumbre iberoamericana realizada en Cuenca entre el 12 y el 15 de noviembre, con la ausencia de los presidentes Latinoamericanos y de El Caribe, se evidencia que el Gobierno carece de una política internacional y está aislado. Un apagón también de nuestra política internacional.

El Ecuador ha tenido momentos de lucidez en la política internacional. Recordemos la Doctrina Roldós, presentada como una salida de negociación y paz ante las guerras y conflictos armados en la Región con una propuesta de respeto y de no intervención externa. El presidente Noboa está enfrascado en los problemas políticos nacionales, en su candidatura y en el márquetin electoral, descuidando la política internacional. Apenas un presidente asistió a la Cumbre. El régimen no ha cultivado alianzas, ha provocado rupturas que perjudican las relaciones internacionales, dejando a un lado las estrategias de buena vecindad. La clave en un mundo complejo y cambiante es la cooperación entre países para enfrentar problemas comunes.

Cuenca fue escenario, en las mismas fechas, de la Contracumbre impulsada por los movimientos sociales para tratar los problemas de fondo que viven el país y la Región. Se congregaron alrededor de cincuenta organizaciones sociales, una semilla para generar un nuevo proceso de unidad. Se movilizaron en medio de una ciudad militarizada, para expresar el rechazo a las políticas antipopulares del Gobierno de Noboa, demandar respuestas a los problemas urgentes de la violencia, el cambio climático, la crisis social, y presentar un Mandato por la paz y por la vida. Sendas distintas entre la acción fracasada del régimen y el encuentro de voces alternativas.

El tema de la XXIX Cumbre Iberoamericana giraba alrededor de la innovación, inclusión y sostenibilidad. Cuenca era el escenario propicio para constatar le necesidad de trabajar ardua y conjuntamente en torno a estos objetivos. El avance tecnológico, la irrupción de la inteligencia artificial, el cambio climático, la exclusión, las crisis hídricas, los incendios forestales, los deshielos de los nevados… demandan urgentes innovaciones políticas, sociales, económicas, culturales para incluir a toda la población en una propuesta de sostenibilidad que permita parar la debacle en la que estamos inmersos. Algo imposible de alcanzar en esta cumbre cuando, ante la ausencia de los mandatarios, fue convertida en un conciliábulo de algunos empresarios para asegurar sus negocios rentistas en el país.

Desde el compromiso de fe, podemos repetir con Francisco: “Señor, ayúdanos tú. Danos tú la paz, enséñanos tú la paz, guíanos tú hacia la paz. Abre nuestros ojos y nuestros corazones, y danos la valentía para decir: ¡Nunca más la guerra!; con la guerra, todo queda destruido”.   #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 17 de noviembre de 2024

carta No. 263: Institucionalidad base del desarrollo

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 263– 17 de noviembre 2024
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Institucionalidad base del desarrollo

“La paz es como la esperanza de la que habla el poeta Charles Péguy; es como una flor frágil que trata de florecer entre las piedras de la violencia. Sabemos bien que la búsqueda de poder a cualquier precio lleva al abuso y a la injusticia... la política es un vehículo fundamental para edificar la ciudadanía y la actividad del hombre, si los políticos no la viven como un servicio a la comunidad humana, puede convertirse en un instrumento de opresión, marginación e incluso de destrucción”. Papa Francisco.


Hay tantos Ecuadores como presidentes. Cada vez que llega un político al poder, actúa como si con él empezara el país. Los planes y proyectos del gobierno anterior se archivan, desechan o descartan, solo por ser del antecesor. Así, comienzan “su proyecto”, aunque sea similar, le cambian el nombre y borran la historia. Creen empezar otro Ecuador, pero el país sigue tropezando con la pobreza, el desempleo, la migración, la falta de educación y salud, la violencia y hasta la escasez de energía.

La fragilidad institucional de Ecuador se refleja en las 20 Constituciones que hemos tenido en 194 años de república. Con una duración promedio de 9.7 años, no alcanzan a consolidarse ni a enraizarse en la sociedad. Apenas entra en vigencia una Constitución, ya se pide una Constituyente o se promueven reformas. Muchos presidentes la han irrespetado y violado repetidamente. Si la Constitución se ignora y desconoce, con mayor descaro se manipula la ley y se desechan planes y proyectos. Todo para imponer un sello personal, incluso en contra de la Constitución y las leyes.

Con el paso de los años, las instituciones del Estado, en lugar de fortalecerse y convertirse en referentes nacionales, se han deteriorado al punto de casi desaparecer o convertirse en una estructura escuálida y raquítica que apenas sostiene a un débil Estado nacional. La institucionalidad, la Constitución y los políticos deberían estar estrechamente interrelacionados, pues son fundamentales para la gobernanza y el desarrollo del país.

En Ecuador, la débil institucionalidad soporta un aluvión de intereses corporativos y de grupo que la minan y desgranan, dejándola sin capacidad de reacción ni acción frente a realidades que evidencian una desarticulación "estructural". Esta situación carcome toda posibilidad de construir una política de Estado que permita al país alcanzar un futuro de desarrollo y progreso. En lugar de una visión de Estado, prevalecen el inmediatismo, el individualismo, la improvisación, las transgresiones a la Constitución y las leyes, y los enfrentamientos entre grupos de poder por el dominio del país y la obtención de prebendas y privilegios.

Para una institucionalidad vigorosa, es fundamental la separación de poderes, una democracia participativa, transparencia, y rendición de cuentas a través de mecanismos de control y supervisión efectivos y eficaces. Cada institución debe ser fuerte e independiente, con elecciones libres y justas, instituciones de control transparentes y un servicio público compuesto por funcionarios capacitados y seleccionados por mérito. En cuanto a derechos y libertades, debe garantizarse el respeto a los derechos humanos, la igualdad ante la ley, la libertad de expresión y el acceso a la justicia, con mecanismos efectivos para resolver conflictos.

Una economía estable es clave para el desarrollo, sustentada en políticas económicas sólidas, inversión social e infraestructura adecuada. El desarrollo sostenible debe estar acompañado de políticas ambientales y sociales responsables. En el ámbito de sociedad y cultura, se requiere cohesión social, promoviendo la unidad, la inclusión, la participación ciudadana, la diversidad cultural y una ética pública sólida.

Algunos indicadores de una institucionalidad vigorosa incluyen un Índice de Desarrollo Humano (IDH) alto, un Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) bajo, un Índice de Libertad Económica alto, un Índice de Democracia alto, y estabilidad política y gubernamental, como ejes fundamentales de una política de Estado.

Recuperar la institucionalidad y alcanzar un Estado fuerte es una responsabilidad que debe asumir cada ecuatoriano.   #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

 

domingo, 10 de noviembre de 2024

carta No. 262: Solo la verdad construye la Paz

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 262– 10 de noviembre 2024
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Solo la verdad construye la Paz

“Vivimos en una época en la que la falsificación es cada vez más sofisticada... Cuántas historias nos narcotizan, convenciéndonos de que necesitamos continuamente tener, poseer, consumir para ser felices. Nos volvemos ávidos de chismes y de habladurías, consumimos violencia y falsedad… No hay historias humanas insignificantes o pequeñas…Debemos construir historias de paz, historias de futuro, tener la sabiduría para recibir y crear relatos bellos y verdaderos, necesitamos respirar la verdad, historias que construyan, no que destruyan". Papa Francisco, 24 de enero 2024.

Vivimos en una época donde proliferan los bulos, las noticias falsas, los rumores y los chismes. Estos se difunden en todas partes y por diversos medios, imponiendo relatos que buscan manipular la opinión pública y, en la mayoría de los casos, distorsionan la realidad.

Esto ocurre en todos los países y en las situaciones más graves. Hay innumerables ejemplos en temas como catástrofes naturales (inundaciones, sequías, cambio climático), guerras (su origen, los hechos, los culpables, la justificación), genocidios, política (las elecciones de diferentes gobiernos), la Iglesia y las religiones… Basta con observar las fuentes para cuestionar lo que se afirma. Ecuador no escapa a esta realidad, y vemos estos relatos en torno a las graves crisis que enfrentamos actualmente en temas tan cruciales como la violencia, los apagones, la crisis económica y política, la justicia, la salud y la educación.

En estos relatos se inventan datos falsos, se culpa a otros, algunos se presentan como salvadores y se ocultan aspectos clave. Esta práctica abarca casi todo el espectro político, con sus relatos difundidos por medios afines y redes sociales como YouTube, TikTok y 'X', llenas de influencers, streamers y trolls. Además, ahora aprovechan la inteligencia artificial para crear 'realidades' inexistentes. Con un enfoque tendencioso, solo buscan el escándalo y manipular la opinión pública, encontrando más fácil confundir que informar y decir la verdad.

Se construye, de forma artificiosa y tendenciosa, una imagen que poco tiene que ver con la realidad y los problemas de quienes sufren. Del otro lado, un pueblo olvidado y silenciado queda sin capacidad de reacción ante el bombardeo mediático, sin herramientas críticas para detectar esas falacias disfrazadas de 'verdad'. Muchos aceptan y difunden estas falacias sin cuestionar ni verificar su veracidad.

“Entendemos como relato un análisis equivocado de la realidad; los relatos no solo no han muerto, sino que se multiplican con audiencias cada vez mayores […] y no es posible refutarlos solo con hechos. Pueden explicarse únicamente mediante el análisis de las causas […] y las motivaciones que impulsan a actuar, porque en las ciencias sociales los hechos requieren explicación e interpretación” (James M. Buchanan). Solo los datos verdaderos y certeros pueden combatir estos falsos relatos.

Lamentablemente, son pocos los espacios educativos y formativos que se dedican a crear conciencia y capacidad crítica en el pueblo, en las comunidades y en los movimientos sociales; es más fácil impulsar los sesgos que tiene la población a través de slogans de propaganda política.

A menudo se ignora la frase del Señor: “Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (Juan 8, 31-32). Debemos ver y comprender la realidad del dolor y sufrimiento popular, pero también poner de relieve las buenas noticias que generan cambios positivos. Son tantos los ejemplos de acciones de entrega y solidaridad impulsadas por las comunidades, sectores sociales y eclesiales comprometidos con nuestro pueblo, que son como “la luz del mundo” en este entorno de oscuridad (Mateo 5, 14-16) y como “la levadura en la masa” (Lucas 13, 20-21), provocando efectos multiplicadores que nos permiten enfrentar y superar la apatía y resignación actuales.

Ecuador necesita, de forma inaplazable, que construyamos relatos buenos, verdaderos y positivos desde las buenas prácticas que reflejan la realidad. Solo así podremos salir de la confusión y caminar hacia la justicia y la paz. #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

 

domingo, 3 de noviembre de 2024

carta No. 261: Instituciones construyen sociedad

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 261– 3 de noviembre 2024
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Instituciones construyen sociedad

“Los ciudadanos no confían en las instituciones, a las que ven "alejadas" de ellos y "culpables" de normas que consideran insensibles e incluso perjudiciales”. Papa Francisco.

“Debemos trabajar juntos para garantizar la distribución equitativa de la riqueza, las oportunidades y el poder en nuestra sociedad”. Nelson Mandela.

La Academia Sueca de Ciencias entregó el premio Nóbel de Economía 2024 a Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson, en reconocimiento a sus investigaciones relativas a las instituciones y su rol determinante en la prosperidad y riqueza de las naciones.

Según los galardonados, el funcionamiento de las instituciones determina la riqueza o pobreza de un país. Las instituciones pueden ser inclusivas, brindando oportunidades y participación política a la población, o extractivas, explotando a sus miembros con principios de derecho débiles y limitando su influencia en la legislación. Las inclusivas generan beneficios a largo plazo para todos, mientras que las extractivas solo proveen ganancias a corto plazo para quienes están en el poder. Así, la diferencia entre prosperidad y pobreza no radica en la geografía, sino en la calidad de las instituciones.

El proceso político es un factor determinante en la configuración de la estructura económica de las sociedades. Como señala James Robinson, "es el proceso político el que crea la estructura económica de las sociedades", y en muchos países esta estructura carece de un diseño adecuado. La falta de instituciones sólidas y coherentes que fomenten la equidad y la prosperidad ha llevado a un sistema desconfigurado, cuyos efectos son evidentes: el 50% de la población mundial vive en condiciones de pobreza, y un 25% en pobreza extrema.

La pandemia, el deterioro ambiental y los líderes políticos que priorizan sus intereses personales han agravado la realidad socioeconómica y política global, desencadenando guerras, migración, desempleo, inequidad, pobreza, corrupción, impunidad y un futuro incierto. Actualmente, el 20% más rico del mundo posee una riqueza 30 veces superior a la del 20% más pobre, reflejando una brecha de ingresos que sigue siendo abismal.

La parábola del pobre Lázaro y el rico (Lucas 16,19-31) refleja de manera cruda las profundas desigualdades que persisten y que hoy se traducen en el mal manejo de los sistemas democráticos. En América Latina, las ideologías políticas, lejos de resolver la pobreza y la inequidad, agravan las desigualdades, debilitan y destruyen las instituciones, y sacrifican la democracia. Los populismos, sin importar su tendencia, empeoran esta realidad. Como afirma James Robinson, “la democracia ha sido decepcionante en el caso de América Latina, la gente se desespera y busca otras soluciones. Es que toma tiempo crear instituciones democráticas que funcionen para cambiar la vida de la gente”.

Según los Nobel, “la pobreza y desigualdad en América Latina están profundamente arraigadas en el colonialismo y la explotación de los indígenas”, desigualdades que se perpetúan y generan exclusión y marginalización, limitando el desarrollo y aumentando la pobreza. Ecuador no es la excepción; la reducción de la pobreza ha fracasado. A junio de 2024, los indicadores post-COVID muestran que el 25.5% de la población vive en pobreza y el 10.6% en pobreza extrema. En el área rural, la pobreza afecta al 43.2% y la extrema pobreza al 24.1%, lo que significa que el 67% de la población rural vive en condiciones de pobreza (UCE, 22-10-2024).

Es urgente reconocer el problema y tomar acciones conjuntas entre el Estado y la sociedad para enfrentarlo. La restauración de la institucionalidad y la implementación de políticas públicas inclusivas, enfocadas en el bien común en áreas económicas, sociales, educativas y culturales, es hoy un imperativo. #ComuniquemosEsperanza

 

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.