La cantautora chilena Violeta Parra
Nelson Sandoval Díaz
Violeta Parra, la multifacética
artista chilena que cantó su deseo de "volver a los 17 después
de vivir un siglo", cumple hoy cien años convertida en un mito
de la cultura popular y, así como ella dio gracias a la vida, los
chilenos le agradecen su inigualable riqueza y altura creativa.
"Violeta no es solo sus
canciones, es su obra plástica, sus pinturas, sus arpilleras, sus
esculturas, es su trabajo de investigación, de recopilación",
aseguró la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.
"Siempre está con nosotros y se
ha vuelto parte de nuestro paisaje más íntimo de nuestra geografía
sentimental, de nuestra identidad más profunda", agregó
Bachelet, en una selección de opiniones publicada por el portal
Emol.
"Preocupada siempre de los
otros/ Cuando no del sobrino de la tía/ Cuándo vas a preocuparte de
ti misma/ Viola piadosa", escribió su hermano mayor, el poeta
Nicanor Parra, después que ella se suicidó de un disparo el 5 de
febrero de 1967 ("Defensa de Violeta Parra").
Ello, tras una infancia "feliz",
como describe Violeta en sus "Décimas", en las que
despliega una capacidad poética que asombró a los críticos más
exigentes.
"Es una experiencia refrescante
leer estos textos, y palpar en ellos las raíces profundas de la
tierra y de la sangre", escribió Valente en el diario El
Mercurio. El crítico admite sus dificultades para juzgar los textos
de la folclorista, pero no puede "pasar de largo ante tanta
hermosura", subrayó.
Nicanor Parra también arremete en su
poema contra el rechazo que encontró su hermana cuando quería
exponer sus obras en Chile, a fines de los años 50.
Violeta viajó entonces a Europa,
llegó a París y encontró acogida nada menos que en el Louvre, que
le cedió un salón en el que expuso sus arpilleras, pinturas,
esculturas de alambre y cerámicas. Además ofreció conferencias en
francés sobre su obra o la cultura popular chilena.
Preocupada de los temas sociales, la
crítica social es un signo permanente de su obra: "Miren como
nos hablan de libertad/ Cuando de ella nos privan en realidad/ Miren
como pregonan tranquilidad/ Cuando nos atormenta la autoridad/. Qué
dirá el Santo Padre/ que vive en Roma/ que le están degollando/ a
su paloma".
De la ira ante las injusticias, el
canto de Violeta pasa luego a las más sublimes expresiones de amor,
plasmadas en canciones como "Gracias a la Vida", "Volver
a los 17" o "Qué he sacado con quererte", de las que
hoy se pueden escuchar versiones en decenas de idiomas de todo el
mundo.
"El amor es un camino/ que se
recorre hasta el fin/ Yo conozco caminantes/ que no debieron partir",
dicen otros versos de Violeta, alusivos tal vez a las motivaciones
que la llevaron a quitarse la vida a los 49 años.
Hasta la fecha existe una
controversia sobre su suicidio, que habría sido motivado por el
abandono del músico suizo Gilbert Favré, quien inspiró su canción,
con el que mantuvo una relación de dos años y a quien se considera
el gran amor de su vida, en la que además tuvo otras relaciones y
cuatro hijos: Ángel, Isabel, Carmen Luisa y Rosa Clara.
El año 2017 ha sido en Chile el año
de Violeta Parra, en el que se han multiplicado los homenajes,
reediciones de sus composiciones y versos, con eco también en otros
países, como Argentina, donde hace algunos meses se celebró su
centenario en el Teatro Colón, de Buenos Aires, con destacados
músicos interpretando sus obras.
En Santiago, por razones
meteorológicas se suspendió un espectáculo en el que los balcones
de La Moneda, sede del gobierno, serían el escenario en que su hija
Isabel y otros artistas homenajearían a la autora.
Sí hubo "Fiesta en casa de
Violeta" en el Museo que lleva su nombre, con la presencia de la
presidenta Michelle Bachelet y múltiples artistas.
"Fiesta en casa de Violeta"
es también el título de un óleo pintado por ella, que desde hoy se
expondrá por primera vez, durante un mes, en una de las salas del
museo. EFE
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