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lunes, 28 de febrero de 2022

Carta No. 121: Guerra: Fracaso de la humanidad

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 121– 27 de febrero 2022

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Guerra: Fracaso de la humanidad

"Toda guerra deja al mundo peor que como lo había encontrado. La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una claudicación vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal." (261, Encíclica Fratelli Tutti, Papa Francisco).


Hay viento y huracanes de guerra" por doquier. Hay guerra declarada, Rusia invade Ucrania.  Bombardeos, muerte, desolación, gente en pánico huyendo despavorida…Esta realidad nos asusta, preocupa, angustia, nos genera desasosiego y no sabemos qué pensar ni qué hacer.  Estamos en alto riesgo. La guerra, que tiene orígenes multicausales, es inconcebible, inadmisible, inhumana. Es el extremo del absurdo del poder del despilfarro en armas de muerte, de imposición de intereses económicos, políticos... cuánto inocente masacrado por la barbarie.

Entendiendo a la guerra como la lucha armada entre naciones, pueblos, grupos y hasta personas, cabe preguntar ¿por qué llegamos a esos extremos? ¿por qué hay guerras en nombre de Dios, de la paz, de la democracia, de la justicia…? ¿por qué producen millones de armas? ¿por qué matan y mienten y se olvidan de amar?...

Una posible respuesta: queremos más poder local, nacional, regional, mundial. Por un falso orgullo 'patriótico', 'étnico', 'económico', 'histórico', identificamos al otro como 'enemigo', hay que vencerlo, dominarlo y someterlo o eliminarlo para que no estorbe. Los más fuertes se imponen, son locos seducidos por la muerte que han convertido al mundo en un inmenso manicomio. El caso de Ucrania–Rusia es un ejemplo de la imposición de la fuerza y la defunción de la razón y el diálogo.

El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (Sipri, por su sigla en inglés) revela que el gasto militar mundial aumentó a casi dos billones (millones de millones) de dólares en 2020, lo que supone un incremento de 2,6 %, en términos reales, con respecto a 2019. La pandemia de covid-19, que paralizó el mundo en marzo de 2020 y lo mantiene aún semiparalizado, no ha tenido, aparentemente, ningún impacto en el gasto militar, que ha gozado de muy buena salud. El Secretario General de las NNUU, Ban Ki-moon, (2007-2016), dio en la diana al afirmar que "el mundo está sobrearmado y la paz está infrafinanciada".

En nuestro país, según el Observatorio de Gasto Público, en 2019 el gasto corriente y de capital en materia de seguridad nacional fue del 4% del Presupuesto General del Estado. Para el 2020 se codificaron USD 1.192 millones para el Ministerio de Defensa y USD 1.192 millones para la Policía Nacional. Se estima actualmente un total de 40 mil miembros activos en las Fuerzas Armadas y otro 170 mil en reserva, y más de 50 mil policías.  Desde el 2000, el gasto militar ecuatoriano creció a un ritmo anual del 13.3%, siendo el más alto de la región. Al 2018 alcanzó la cifra de USD 2.549 millones.

Algunos intelectuales, políticos, activistas, así como Papas, obispos y religiosos han denunciado la carrera armamentista de los países. ¡Cuántos problemas se solucionarían, especialmente de pobreza y hambre, si en lugar de gastar en guerras se destinaran esos fondos para el desarrollo humano! El egoísmo, la prepotencia de la sinrazón, la esquizofrenia… de los líderes, desestabiliza y llena de horror la convivencia de los pueblos y las naciones, pisoteando las leyes internacionales, los acuerdos y los principios de convivencia. La guerra armada es el extremo mortal de otras tantas guerras que vivimos cotidianamente. Guerras tecnológicas, sicológicas, económicas, políticas, informacionales, etc. que están en la agenda diaria mundial.

"¡Qué triste es, cuando personas y pueblos que se enorgullecen de ser cristianos ven a los demás como enemigos y piensan en hacer guerra!" señaló el Papa Francisco, en el Ángelus del pasado domingo 20 de febrero, y pocos días después, el viernes 25, consternado visitó la embajada de Rusia en el Vaticano para expresar su preocupación por la guerra en Ucrania ante la evolución de los hechos y para abogar por la paz.  Paz, paz, paz / el mundo pide paz / y quiere paz.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

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Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 20 de febrero de 2022

Carta No. 120: La segura inseguridad del IESS

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 120– 20 de febrero 2022

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La segura inseguridad del IESS 

“Durante la enfermedad, la persona siente que está comprometida no sólo su integridad física, sino también sus dimensiones relacionales, intelectiva, afectiva y espiritual; por eso, además de los tratamientos espera recibir apoyo, solicitud, atención… en definitiva, AMOR”. (Papa Francisco para la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo, 2020).


 


Diariamente hay experiencias positivas y negativas en la relación de la ciudadanía con la Seguridad Social.  Las más conocidas y desprestigiadas, por la deficiente, inoportuna e inadecuada atención que reciben los afiliados, son las prestaciones de salud.  Llegar a la emergencia de cualquier servicio de salud del IESS es una frustración inmensa por la decadente y demorada atención, la falta de una infraestructura decente, la ausencia de medicamentos y hasta la escasez de personal.

Es importante recordar que el origen del Sistema de Seguridad Social se remonta a principios del siglo XX. En el gobierno de Federico Páez (1928) se crea la Caja de Pensiones y en 1935 se expide la Ley de Seguro Social Obligatorio que en 1937 se reforma e incorpora el Seguro de Enfermedad.

Años más tarde, en el gobierno de Arroyo del Río (1942), se expide otra Ley del Seguro Social Obligatorio, en la que el Estado se obliga a pagar el 40% de las pensiones de los jubilados. En 1944 se promulgan los Estatutos de la Caja del Seguro.

En 1963 la Caja de Pensiones se fusiona con la Caja del Seguro, formando la Caja Nacional del Seguro Social.  Caja que en 1970 es sustituida por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), entidad cuya organización y funcionamiento se cimienta en los principios de solidaridad, obligatoriedad, universalidad, equidad, eficiencia, subsidiariedad y suficiencia a los afiliados.

En el gobierno de Febres Cordero (1985) empieza el deterioro del IESS, al suspender el pago del 40% de las pensiones jubilares. Otros gobiernos siguieron este mal ejemplo, aunque lo mantenían como un pasivo. Con la crisis de 1999 y la dolarización en el gobierno de Mahuad, el patrimonio del IESS se pulverizó.

El no pago efectivo del 40% del aporte de los gobiernos al IESS fue letal para su descapitalización y caotización. En el 2015 mediante la Ley de Justicia Laboral, además de la suspensión de este aporte, se buscó eliminar la contabilización de la deuda del Estado con el IESS y se amplió la atención médica a los familiares de los aportantes… todo esto ha generado grandes problemas de sostenibilidad. También, se suma la deuda de los empleadores morosos que no cumplen con sus aportes.

Los directivos de turno repiten que el IESS ya no tiene fondos y que por eso no puede pagar pensiones ni atenciones, por lo que se tiene que tomar nuevas medidas como el aumento de edad de jubilación, incremento de aportes o disminución de pensiones.

A más del gravísimo problema económico, el IESS soporta, desde hace más de cuatro décadas, una destrucción sistemática y permanente por la politización extrema que ha impedido que la dirección la asuman personas preparadas para conducirlo con responsabilidad y ética, y por la latente, pública y escandalosa corrupción, y hasta con mafias al interior de la institución.

El IESS no es del Estado, es de los 3´123.467 afiliados. La atención médica, tanto en emergencia como en los tratamientos no son gratuitos. Cada uno junto con el patrono, aporta mensualmente y por muchos años, un monto que garantiza la atención médica, el seguro por invalidez, una jubilación digna, obtener un préstamo quirografario o hipotecario, la asistencia funeral…  Pocos son los casos en los que se recibe una atención eficiente y oportuna.  Lo doloroso es que cuando acudimos al IESS por atención, la mayoría de las veces es una experiencia desastrosa.

Si los afiliados queremos justicia y atención oportuna, debemos exigir, en conjunto con los jóvenes -pues también está ahí su futura seguridad social-, los correctivos urgentes y necesarios: despolitización del IESS, extirpación radical de la corrupción, una administración profesional y capaz, pago del aporte del 40% del Estado, pago de los empleadores morosos y su reorganización integral, que nos asegure una buena y verdadera seguridad social para todos.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

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domingo, 13 de febrero de 2022

Carta No. 119: Isabel Robalino: un ejemplo a seguir

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 119– 13 de febrero 2022

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Isabel Robalino: un ejemplo a seguir

“El genio femenino es necesario en todas las expresiones de la vida social; por ello, se ha de garantizar la presencia de las mujeres también en el ámbito laboral y en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales”, (Evangelii Gaudium, n.103. Papa Francisco, 2013).


A los 104 años de fecunda y fructífera vida, la Doctora Isabel Robalino Bolle regresó a la Casa del Buen Dios.  Falleció en la convicción de que Dios le trajo al mundo con una misión que buscó realizar todos los días de su vida. Vivió hasta sus últimos momentos como una mujer luchadora, trabajadora, realizada y agradecida con Dios y con la vida.

Su padre, Don Luis Robalino Dávila, intelectual quiteño, historiador, miembro del Cuerpo diplomático del Ecuador.  Su madre, Doña Elsbeth Bolle, alemana, con una fina sensibilidad que le hizo amar y servir al Ecuador con intensidad y entrega.

Desde su nacimiento, la Doctora Robalino tuvo una experiencia internacional y cosmopolita, nació en Barcelona-España en 1917, estudió en Bolivia, Brasil, Colombia, Francia, Italia, Alemania… el bachillerato en el Colegio Nacional Mejía le dejó huellas imborrables.  Años después, se doctoró en Jurisprudencia en la Universidad Central del Ecuador.

Desde corta edad se vinculó con los Padres Dominicos, y por sus propias palabras, esta relación marcó toda su trayectoria espiritual, personal y social.  Fue decisiva la práctica social y enseñanzas del Padre Inocencio Jácome O.P., fue parte de la Tercera Orden dominicana.  Esencial en su vida diaria la Misa y el rezo de las oraciones litúrgicas.

Estando para egresar de la Universidad, el país vive sucesos trascendentales alrededor de la Revolución del 28 de mayo de 1944 y la joven Isabel Robalino aparece en el escenario político nacional, participando en la “toma del palacio presidencial”, que exigía la salida del presidente y el reemplazo por otro que represente los intereses nacionales.

Graduada como abogada se dedica al libre ejercicio, fue defensora de personas desamparadas y particularmente de trabajadores, campesinos, artesanos… Desde su experiencia laboral se convierte en promotora y capacitadora de la organización y sindicalización de los trabajadores.  Estará presente y acompañará a los sindicalistas a la constitución de Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Clasistas (CEDOC) y posteriormente del Frente Único de Trabajadores (FUT).

Su amor y pasión por el Ecuador le movió, junto a personas con sus mismos ideales, a crear varias organizaciones comprometidas en la búsqueda de soluciones a los desafíos de cada momento, que afectaban a la estructura inequitativa de la sociedad y del Estado.  Fue fundadora y presidió en diversos periodos el Instituto Ecuatoriano para la Investigación y Desarrollo Social (INEDES), la Central Ecuatoriana de Servicios Agrícolas (CESA), la Central Ecuatoriana de Servicios Urbanos (CESU), entre otros.  Como académica e investigadora social, también fue por largos años docente de las Facultades de Derecho en las universidades Católica y Central de Quito.

Sin embargo, fue la Comisión Ecuatoriana de Justicia y Paz, de la que también fue cofundadora y presidenta, la que mejor expresa su búsqueda de una sociedad justa, libre y fraterna a la luz del Evangelio, tarea a la que dedicó toda su vida.

Su compromiso con el país, en los últimos años de su vida, lo plasmó en la lucha contra la corrupción y participó activamente en el colectivo social creado por numerosas organizaciones sociales: la Comisión Ecuatoriana de Lucha Contra la Corrupción, en la que militó hasta su muerte.

Para nuestra Comisión de Justicia y Paz, para el país entero, la Doctora Robalino es una digna representante y un gran ejemplo a seguir por todas las personas amantes de nuestra patria y que con su vida y su palabra, se han entregado a dignificarla y reconstruirla desde los valores humanos y cristianos.  Su vida, su testimonio, su honestidad y transparencia, su obra y entrega desinteresada son un referente de humanismo y patriotismo sincero para los ecuatorianos en general, y los jóvenes en particular.  · #ComuniquemosEsperanza

 

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sábado, 5 de febrero de 2022

Carta No. 118: “Que nadie se sienta tranquilo…”

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 118– 6 de febrero 2022

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“Que nadie se sienta tranquilo…”

"Exhorto a las instituciones y a cuantos tienen responsabilidad pública y social a que promuevan cada vez más una cultura cuyo objetivo sea la reducción de la exposición a los riesgos y peligros naturales… ¡Que las acciones concretas, encaminadas al estudio y a la defensa de la casa común, reduzcan progresivamente los riesgos para las poblaciones más vulnerables!" (Papa Francisco, 2017).


Es frustrante no tener vivienda ni trabajo ni tierra para cultivar… en esas condiciones, no se tiene ingresos suficientes ni paz ni seguridad, no se puede planificar el presente y menos el futuro.  Solo hay espacio para la angustia, el engaño, la explotación….  Los carroñeros de la pobreza se aprovechan de esas necesidades insatisfechas para 'vender humo'; los traficantes de tierras les 'organizan' para invadir terrenos en lugares peligrosos, sin ninguna infraestructura básica…. Ellos saben que el pueblo 'sufrido y aguantador' lo único que quiere es tener algo propio donde guarecerse.  Así, desde hace décadas, nuestras ciudades se han expandido sin ningún control por cualquier lugar, desafiando a la naturaleza y en sitios que nunca debieron poblarse.

Las tragedias de La Comuna y La Gasca en Quito; El Palmar, Pucayacu y Guasaganda en Cotopaxi; las inundaciones y deslaves por las crecientes de los ríos; la deforestación, el relleno de las quebradas de manera indiscriminada y antitécnica, afectan directa y principalmente a sectores populares de las ciudades y poblaciones en todo el país. Son manifestaciones de la geoeconomía de la inequidad, de la politiquería, del clientelismo, del tráfico de influencias y de tierras, de la corrupción sistemática en instituciones encargadas del ordenamiento territorial y del uso del suelo. La improvisación, las invasiones, los riesgos inminentes son el denominador común de estos desajustes urbanísticos que crean peligro y generan riesgo e inseguridad. 

Las áreas de protección (bosques, laderas, quebradas, riberas, esteros, etc.) son espacios para la invasión, donde las políticas municipales están ausentes, por lo que 'viven a la buena de Dios', pero en un estado de vulnerabilidad permanente.  Cuando la desgracia llega, provocada por algún "fenómeno natural", según las autoridades, pero también generada por irresponsabilidades institucionales históricas, la factura es alta y quedan en evidencia todas las anomalías estructurales.

Millones de ecuatorianos viven en esta incertidumbre, tanto que la sociedad ve estas disfuncionalidades como algo normal. Cuando hay tragedias como las mencionadas, nos escandalizamos y solidarizamos con las víctimas, pero la manipulación de la información y la corrupción de las autoridades de turno, producen impunidad y a corto plazo se cometen los mismos errores, a veces criminales.

Estamos sumergidos en un caos de proporciones inimaginables, tropezamos en la misma piedra una y mil veces, la historia la repetimos, las equivocaciones las multiplicamos, estamos en una desbandada nacional, cada uno agarra por su lado.  Nada nos identifica ni nos une.  A pesar de estar sumidos en la incertidumbre, trabajar para superarla es una consideración ausente del imaginario social.

Frente a esta situación, vale recordar las palabras de Juan Pablo II en el Guasmo (Guayaquil, 1985): "Que nadie se sienta tranquilo mientras haya en el Ecuador un niño sin escuela, una familia sin vivienda, un obrero sin trabajo, un enfermo o un anciano sin adecuada atención".

La realidad exige superar, como sociedad, la incertidumbre y el individualismo, para construir un país que se identifique con un proyecto común, integral e inclusivo.  Que se consolide y venza, de a poco, todos estos acontecimientos que estremecen al país, que lo desangran, que lo mutilan.  Y lo más importante, que no perdamos la memoria, para que sancionemos a los culpables, rectifiquemos lo que hicimos mal y todos cuidémonos de no cometer a futuro los mismos errores que incluso costaron vidas y reclaman justicia.  ·  #ComuniquemosEsperanza


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