es fundamental el
compromiso de los fieles con la Agenda 2030
Intervención del observador
permanente de la Santa Sede en el Palacio de vidrio de Nueva York
Mons. Bernardito
Auza, Holy See Mission
(Roma,).- El observador
permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones
Unidas, Mons. Bernardito Auza, intervino este lunes en la sede de las
Naciones Unidas en Nueva York, sobre el tema: “Movilizar a las
comunidades religiosas. Actuar con solidaridad y responsabilidad
compartida para poner fin a la pobreza y promover la paz”.
El observador del Vaticano señaló
que la mayor contribución que los fieles pueden dar para implementar
la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible –que tiene como
objetivo la reducción de la pobreza– es proseguir en su
compromiso con este objetivo, con la protección del medio ambiente y
la construcción de la paz.
Por eso dijo que es esencial que los
líderes religiosos, las comunidades y los fieles contribuyan a
alimentar, con coraje y perseverancia, “el alma” y la
“conciencia” en pro de un desarrollo auténticamente sostenible.
Y que en una época como la actual marcada por el relativismo,
también es urgente ayudar a las personas a desarrollar el
verdadero sentido del bien y de la belleza.
Además, advirtió el arzobispo
filipino, deben corregirse aquellas acciones dirigidas a
instrumentalizar la religión para fines incompatibles con su
verdadera esencia, como la incitación a la violencia que puede
llevar a cometer crímenes y atrocidades.
Los líderes religiosos –precisó
el nuncio– no son líderes políticos o expertos. No están
llamados a medir objetivos e indicadores científicos, sino a dar las
razones de la esperanza, a favorecer el diálogo. Porque reiteró, la
verdadera prioridad es promover el desarrollo humano integral de toda
persona.
Mons. Auza indicó también que los
líderes religiosos y los fieles deben comprometerse a proteger la
vida para defender a los más débiles y los oprimidos. Además,
deben ayudar a las poblaciones a desarrollar sus recursos naturales
de manera responsable, a protegerlos de las explotaciones económicas
y de los intereses políticos.
El observador del Vaticano en la ONU,
citó también la Carta encíclica Laudato si’, del Papa
Francisco: “Las directrices para la solución exigen un enfoque
integral para combatir la pobreza, para restituir la dignidad a los
excluidos y al mismo tiempo para cuidar la naturaleza”. Y
reiteró que los indicadores más importantes para el desarrollo
sostenible no son cuantitativos, pero cualitativos y se refieren a
los valores éticos, a los valores que se oponen a la cultura
del descarte.
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