sobre la
Doctrina de la Justificación
El Papa Francisco y el presidente de
la Federación Luterana Mundial, Obispo Munib Younan, en Lund
(RV).- Una Nota del Pontificio
Consejo para la Unidad de los Cristianos destaca la importancia de
la adhesión oficial de la Comunión Mundial de las Iglesias
Reformadas al consenso ecuménico alcanzado ya entre católicos,
luteranos y metodistas sobre la Doctrina de la Justificación.
Refiriéndose a este evento - del 5
de julio, en Wittenberg, Alemania, ciudad donde nació la Reforma en
1517 – la Nota afirma que se trata de «otra importante piedra
millar en el camino hacia la unidad visible de los cristianos: no aún
una meta, pero una fase significativa del camino común».
«En el momento de la Reforma, en el
Siglo XVI, un punto fundamental de controversia fue el tema de la
Justificación, es decir cómo se vuelve efectiva en el pecador la
gracia de Cristo, la salvación. Entonces, en el diálogo
ecuménico nos dimos cuenta, en primer lugar los católicos y los
luteranos, que en el fondo tenemos la misma visión de esta doctrina.
Ello permitió la firma de la Declaración conjunta sobre la
Justificación en 1999: Luego, en 2006, la Iglesia metodista se
asoció a esta doctrina. Y ahora hace lo mismo toda la Comunión de
las Iglesias Reformadas. Esto quiere decir prácticamente que la
Iglesia católica y todas las Iglesias históricas protestantes
tienen la misma visión teológica de cómo se hace real la
salvación. Y, por lo tanto, tenemos una base común para una gran
colaboración, no sólo espiritual, sino también eclesial: es decir
que ahora las Iglesias tienen una base para poder colaborar más
intensamente».
Mons. Farrell explica asimismo el
énfasis especial sobre la justicia que se proponen brindar las
Iglesias Reformadas:
«Quieren subrayar que cuando somos
justificados ante Dios por la gracia, tenemos por eso una
responsabilidad, un compromiso: el de trabajar por la justicia en el
mundo, que es una consecuencia natural de la justificación. Los
reformados – las Iglesias reformadas – tienen este sentido del
deber de subrayar, en este momento concreto en el que vivimos, la
importancia de este compromiso con la justicia, de trabajar para
transformar el mundo, según las reglas del Evangelio».
El Secretario del dicasterio para la
unidad de los cristianos responde sobre qué puede significar
prácticamente este paso:
«Puede significar que a nivel local
o regional, católicos, luteranos, metodistas y reformados –
todos juntos – pueden trabajar juntos por la transformación de la
sociedad, para brindar ayuda a la humanidad que sufre».
Mons. Farrell recuerda las
exhortaciones del Papa Francisco:
«Volverse todos más conscientes de
que, como dice tantas veces el Papa Francisco, no basta creer en lo
abstracto, sino que nuestra fe nos lleve a trabajar, a caminar, a
cambiar el mundo».
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