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jueves, 28 de septiembre de 2017

Homilía del Papa: La familiaridad con Jesús nos hace libres

María Fernanda Bernasconi - RV
“Los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica” es el concepto de familia para Jesús, una familia “más amplia de aquella en la que se viene al mundo”. Se trata de la primera observación que hizo el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta el último martes de septiembre.
Inspirándose en el Evangelio de San Lucas propuesto por la liturgia del día –que relata que es precisamente el Señor quien llama “madre”, “hermanos” y “familia” a quienes lo circundan y lo escuchan en su predicación– el Santo Padre observó que esto “hace pensar en el concepto de familiaridad con Dios y con Jesús”; que es “algo más” con respecto al hecho de “ser discípulos” o “amigos”. Y añadió que no es una actitud “formal”, o “educada”, ni tanto menos “diplomática”. “¿Qué significa entonces –se preguntó el Papa– esta palabra que los padres espirituales en la Iglesia han usado tanto y que nos la han enseñado”?
Significa, ante todo –explicó Francisco– “entrar en la casa de Jesús: entrar en aquel clima, vivir ese clima que hay en la casa de Jesús. Vivir allí, contemplar, ser libres, allí. Sí, porque los hijos son libres, los que viven en la casa del Señor son libres, los que tienen familiaridad con Él son libres”. “Los demás, usando una palabra de la Biblia –prosiguió diciendo el Papa Bergoglio– son los ‘hijos de la esclava’, digamos así, son cristianos, pero no osan acercarse, no osan tener esta familiaridad con el Señor y siempre hay una distancia que los separa del Señor”.
Pero familiaridad con Jesús, como nos enseñan los grandes Santos –agregó el Papa– también significa “estar con Él, mirarlo, escuchar su Palabra, tratar de ponerla en práctica, hablar con Él”. Y la palabra –subrayó– es oración: “aquella oración que se hace también por la calla: ‘Pero, Señor, ¿qué piensas?’. Ésta es la familiaridad, ¿no? Siempre. Los santos la tenían. Santa Teresa, es hermoso, porque dice que encontraba al Señor por doquier, era familiar con el Señor, en todos partes. Incluso entre las ollas de la cocina, era así. Familiaridad con el Señor”.
En fin, familiaridad es “permanecer” en presencia de Jesús como Él mismo nos aconseja en la Última Cena o como nos recuerda el inicio del Evangelio –destacó Francisco– haciendo notar cuando Juan indica: “Éste es el cordero de Dios que quita los pecados del mundo. Y Andrés y Juan fueron detrás de Jesús” y, como está escrito, “permanecieron, estuvieron con Él toda la jornada”.

Por lo tanto es ésta –reafirmó el Papa– la actitud de familiaridad, no aquella “buena” de los cristianos que se mantienen a distancia de Jesús, “tú allí y yo aquí”. Y al concluir su reflexión Francisco dijo a cada uno: “Demos paso a esta actitud de familiaridad con el Señor. Aquel cristiano, con sus problemas, que va en el autobús, en el metro e interiormente habla con el Señor o, al menos, sabe que el Señor lo mira, que está cerca de él: ésta es la familiaridad, la cercanía, es sentirse de la familia de Jesús. Pidamos esta gracia para todos nosotros: comprender lo que significa familiaridad con el Señor. Que el Señor nos dé esta gracia”.

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