‘Unido
a mis hermanos me entrego a Ti’
“Peregrino de la Esperanza vengo
como profeta y mensajero para lavar los pies a todos”
SERGIO MORA
(Roma, Mayo 2017).- Texto de la
oración que el papa Francisco reza ante la imagen de Nuestra Señora
de Fátima, este viernes 12 de mayo, después de haber rezado el
santo rosario.
El Santo Padre:
Salve Reina, Bienaventurada Virgen de
Fátima, Señora del Corazón Inmaculado, refugio y camino que
conduce a Dios.
peregrino de la Paz que tú anuncias
en este lugar, alabo a Cristo, nuestra paz, y le imploro para el
mundo la concordia entre todos los pueblos;
peregrino de la Esperanza que el
Espíritu anima, vengo como profeta y mensajero para lavar los pies a
todos, en torno a la misma mesa que nos une.
Estribillo cantado por la asamblea:
Ave o clemens, ave o pia! Salve
Regina Rosarii Fatimæ. Ave o clemens, ave o pia! Ave o dulcis
Virgo Maria.
El Santo Padre:
¡Salve, Madre de Misericordia,
Señora de la blanca túnica!
En este lugar, desde el que hace cien
años manifestaste a todo el mundo
los designios de la misericordia de
nuestro Dios,
miro tu túnica de luz y, como obispo
vestido de blanco,
tengo presente a todos aquellos que,
vestidos con la blancura bautismal,
quieren vivir en Dios y recitan los
misterios de Cristo para obtener la paz.
Estribillo…
El Santo Padre:
¡Salve, vida y dulzura, salve,
esperanza nuestra, Oh Virgen Peregrina, oh Reina Universal!
Desde lo más profundo de tu ser,
desde tu Inmaculado Corazón,
mira los gozos del ser humano cuando
peregrina hacia la Patria Celeste.
Desde lo más profundo de tu ser,
desde tu Inmaculado Corazón,
mira los dolores de la familia humana
que gime y llora en este valle de lágrimas.
Desde lo más íntimo de tu ser,
desde tu Inmaculado Corazón,
adórnanos con el fulgor de las joyas
de tu corona y haznos peregrinos como tú fuiste peregrina.
Con tu sonrisa virginal, acrecienta
la alegría de la Iglesia de Cristo.
Con tu mirada de dulzura, fortalece
la esperanza de los hijos de Dios.
Con tus manos orantes que elevas al
Señor, une a todos en una única familia humana.
Estribillo …
El Santo Padre:
¡Oh clemente, oh piadosa, Oh dulce
Virgen María,
Reina del Rosario de Fátima!
Haz que sigamos el ejemplo de los
beatos Francisco y Jacinta,
y de todos los que se entregan al
anuncio del Evangelio.
Recorreremos, así, todas las rutas,
seremos peregrinos de todos los caminos,
derribaremos todos los muros y
superaremos todas las fronteras,
yendo a todas las periferias, para
revelar allí la justicia y la paz de Dios.
Seremos, con la alegría del
Evangelio, la Iglesia vestida de blanco,
de un candor blanqueado en la sangre
del Cordero
derramada también hoy en todas las
guerras que destruyen el mundo en que vivimos.
Y así seremos, como tú, imagen de
la columna refulgente que ilumina los caminos del mundo,
manifestando a todos que Dios existe,
que Dios está,
que Dios habita en medio de su
pueblo, ayer, hoy y por toda la eternidad.
Estribillo…
El Santo Padre junto con todos los
fieles:
¡Salve, Madre del Señor, Virgen
María, Reina del Rosario de Fátima!
Bendita entre todas las mujeres, eres
la imagen de la Iglesia vestida de luz pascual,
eres el orgullo de nuestro pueblo,
eres el triunfo frente a los ataques del mal.
Profecía del Amor misericordioso del
Padre,
Maestra del Anuncio de la Buena
Noticia del Hijo,
Signo del Fuego ardiente del Espíritu
Santo,
enséñanos, en este valle de
alegrías y de dolores,
las verdades eternas que el Padre
revela a los pequeños.
Muéstranos la fuerza de tu manto
protector.
En tu Corazón Inmaculado, sé el
refugio de los pecadores
y el
camino que conduce a Dios.
Unido a
mis hermanos, en la Fe, la Esperanza y el Amor, me entrego a Ti.
Unido a
mis hermanos, por ti, me consagro a Dios,
Oh
Virgen del Rosario de Fátima.
Y
cuando al final me veré envuelto por la Luz que nos viene de tus
manos,
daré
gloria al Señor por los siglos de los siglos.
Amén.
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