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jueves, 25 de mayo de 2017

Nuestros hijos tienen derechos…

pero también tienen responsabilidades
Silvia del Valle
Les suena familiar la frase ¡Es mi derecho! o ¡Te voy a acusar con derechos humanos!
Ahora está muy de moda el que nuestros hijos exijan sus derechos, y esto se debe en parte a porque en todos los medios de comunicación han puesto de moda el tema y también a que en ocasiones en la escuela se toca el tema pero tristemente lo dejan inconcluso y la mayoría de las veces no les queda claro.
Si hablamos de derechos también debemos hablar de responsabilidades ya que cada acto tiene una consecuencia y debemos asumirla con todo lo que conlleva.
Como papás tenemos el deber de aclarar las dudas de nuestros hijos en todos los campos para ayudar a nuestros hijos a entender este binomio y hacerlo un hábito.
PRIMERO. PREPÁRATE UN POCO SOBRE EL TEMA
Como siempre les digo, nadie puede dar lo que no tiene. Si no conocemos el tema es bueno investigar un poco.
¿Sabemos cuáles son los derechos universales? Si no es así es bueno darnos a la tarea de conocerlos.
Ahora además, están los derechos de los niños y es aquí donde nuestros hijos se hacen ideas equivocadas ya que casi siempre les dan a conocer sus derechos pero omiten las responsabilidades que conllevan.
Si nos vamos al punto de la dignidad, que es la que rige los derechos, nos debemos dar cuenta que todo esto surge porque somos personas creadas a imagen y semejanza de Dios y por lo mismo merecemos un trato digno, a pesar de los errores que podamos cometer.
Si logramos que nuestros hijos lo tengan claro ¡ya estamos del otro lado!
SEGUNDO. EXPLÍCALES LO QUE SIGNIFICA: ¡TENGO DERECHO!
Ya que nos instruimos sobre el tema es bueno platicar con nuestros hijos desde pequeñitos del tema y hacerlo de forma muy didáctica.
Si nuestros pequeños ya tienen una edad suficiente para entender es bueno hacer como una mesa de debate para que también ellos puedan expresar sus ideas y sobre todo sus dudas.
Estoy segura que será un ejercicio excelente para formarlos además en el orden, la paciencia y conseguir un buen momento de convivencia familiar.
Con mis hijos, cuando me dicen la francesita ¡Tengo derecho! no dudo en poner manos a la obra para aclarar el tema.
¿Cómo lo hago? Los siento a todos a la mesa, como si estuviéramos en una junta y platico con ellos sobre el tema y luego les dejo un momento de preguntas y respuestas.
TERCERO. PERMÍTELES QUE TOMEN PEQUEÑAS DECISIONES
¿A quién le gusta equivocarse? Pero si no lo hacemos les evitamos que aprendan poco a poco a ejercitar su voluntad al escoger.
¿Qué tipo de decisiones? Les podemos dar a escoger entre dos blusas para que se pongan, o podemos hacer que decidan entre dulce o juguetes.
Las decisiones siempre deben ser pequeñas, de acuerdo a su edad y siempre en temas que no afecten su integridad tanto física como mental.
Con mis hijos lo hacemos desde muy pequeños, permitiendo que ellos escogieran su ropa para el día siguiente y también les dábamos a escoger entre dos cosas para desayunar.
CUARTO. Y DESPUÉS QUE ASUMAN SU RESPONSABILIDAD
Si ya les permitimos decidir, ahora ellos deben aprender a afrontar su responsabilidad y controlar su voluntad evitando hacer berrinches.
¿Cómo lo logramos?
Nosotros debemos ser muy firmes en que mantengan su decisión y se “aguanten” con lo que escogieron, por ejemplo, si escogen la paleta sabor vainilla y la chupan y luego nos dicen que siempre no, que prefieren la paleta sabor fresa; nosotros debemos ser firmes y no les cambiemos la paleta para evitar el berrinche.
Al principio cuesta trabajo porque a veces los haremos sufrir un poco, pero si lo pensamos bien los estamos armando para la vida.
Con mis hijos que ya están más grandes y las decisiones que toman cada vez son más importantes, lo que hago es platicar con ellos un poco y plantarles las opciones que tienen y los escenarios que se les pueden presentar con las opciones que pueden tomar.
Eso les ayuda mucho a tomar una decisión ya que los hago reflexionar un poco sobre el tema.
Y QUINTO. RESPETA SIEMPRE LA DIGNIDAD DE TUS HIJOS
En muchos casos los niños sienten que no los respetamos porque les imponemos cosas.
Cuando son por su bien y porque les estamos educando, debemos explicárselo y así podrían comprender que pasa.
Pero cuando vemos que lo que quieren hacer es algo equivocado y que les va a hacer daño, nosotros también tenemos el derecho y la obligación como padres de familia de prohibirles las cosas.
Si a veces nos equivocamos y les prohibimos algo de más o de mala forma, es muy bueno que hablemos con nuestros hijos y les expliquemos lo sucedido y por qué no, les ofrezcamos disculpas.
Cuando pasa eso en mi familia, tanto mi esposo como yo, no dudamos en pedirles perdón y en tratar de reparar el daño o compensar el momento difícil, si es que se dio.
Estoy segura que muchos de nuestros hijos no entenderán lo que pasa a la primera, pero si hacemos de esto una rutina, seguro que lo comprenderán poco a poco y además sabrán que ante cualquier circunstancia, ellos tienen derechos pero también tienen responsabilidades.

Y no solo con nosotros o en casa, sino en cada ámbito de su vida y podrán ejercerlos y reclamarlos pero con una actitud responsable.

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