Por: Dr. Francisco Herrera Aráuz / Ecuamex
No sé si usted, o todos en colectivo, al finalizar esta
semana, la primera de agosto del 2017, a menos de los cien días del nuevo
gobierno del Presidente Lenin Moreno terminamos con una ingrata sensación de
haber perdido, y mucho, en un ambiente deplorable de lamentaciones por el
comportamiento de la clase política dirigente, que le tiene de rehén al país, y
que nos ha trasladado sus pérdidas como si fuésemos autores de sus deudas que
se cobran entre ellos y que nos quieren cobrar de manera desaprensiva: Es en
definitiva "la semana perdida".
Partamos que la primera víctima de estos enfrentamientos y la
maledicencia de los hechos en Ecuador es la verdad. Sí, porque el aparecimiento
de las versiones grabadas de los diálogos entre delincuentes como José Concenciao
Do Santos, ejecutivo de la empresa privada corrupta Odrebrecht con el ex
contralor Pólit describiendo de manera cínica como delinquían acusa a esa
verdad.
Lo penoso del hecho es que se nota como este delincuente forja las
declaraciones tras haber pactado su delación con la justicia brasileña y, trata
de forzar sus versiones para inculpar a uno o varios, sacando palabras con
tirabuzón para su conveniencia sin que estas sean comprobadas legalmente. Es
indignante escuchar a un Carlos Pólit como admite haber sido coimado, y como
mintió a la nación con su grito de inocencia falsa. Que increíble que la
justicia esté en la palabra de unos delincuentes.
Lo inquietante es que de las versiones del individuo
delincuente brasileño se ha movilizado a la opinión pública ecuatoriana
clamando justicia así sea por absurdos, como aquel de la entrega en dinero
contante y sonante de 14 millones y medio de dólares, sí, en efectivo, uno sobre
otro, al tío del Vicepresidente Jorge Glas. ¿Dónde estuvo tanto dinero, que
ruta tuvo, que banco pagó, se dan cuenta de la magnitud de la afirmación?
Penoso es ver cómo se cae la versión por inverosímil y cómo van trasladando a
que la verdad ahora salga de boca del señor Ricardo Rivera, quien podrá decir a
su antojo cómo y de qué manera obtuvo ese dinero, y a quien son sus
beneficiarios a los dio o comió. Por odio o confusión sacrificamos que sean la
justicia o fiscalía los que busquen la verdad y les cedemos de primera el
derecho a juzgar a una serie de personas de conducta delictiva para creer en un
delator, sin hacer un cotejo certero de lo que ha dicho y, darle solo valor a
sus versiones, perdiendo de paso el sentido común. ¿Penoso verdad?
Como pierde el país en su imagen de estabilidad política
ganada a pulso en esta última década con el enfrentamiento entre el Presidente
Lenín Moreno y el Vicepresidente Jorge Glas, que topa un punto alto con el
retiro de funciones al segundo mandatario, roce del cual los dos son
perdedores, porque su imagen pública queda lesionada seriamente.
Jorge Glas pierde en su rol decisorio en el estado
ecuatoriano, todo por la reacción de la acumulación de palabras en su interior
al estallar en un improntus, que a fin de cuentas se convirtió en una severa
crítica a las primeras decisiones del Presidente Moreno. Más de un año de
ofensas y acusaciones en su contra lo convierten en víctima que ha soportado
con estoicismo el estar al lado de Lenin Moreno, sin embargo, al lanzar su carta
le pone en mal momento ante la opinión pública las inexplicables acciones como
un presunto pacto con el grupo Bucaram, el nombramiento de Larenas, un mal
manejo de las cifras del endeudamiento externo y una crítica a su presunto
olvido de lo que pudiera ser olvidado de lo que fue la revolución ciudadana
para sus adentros. Con esta posición Jorge Glas asume la defensa del anterior
gobierno, con toda la carga que aquello significa y la confrontación de alto
voltaje que genera, pero está sin poder.
El intempestivo anuncio del retiro de funciones de Glas
provocó una especie de algarabía general en la oposición, que muy pronta se
volcó a los festejos aduciendo que la eliminación del escenario del
Vicepresidente se debía a la difusión de los audios del empresario-delincuente
brasileño. Sin embargo, al calor del discurso a día seguido, el mandatario
ecuatoriano ha revelado que su decisión estaba cargada de molestia y rencor por
la malhadada carta. Enojado el Presidente Moreno perdió muy pronto la templanza
para soportar la crítica, que según sus promesas sería una especie de “asesoría
gratuita”. Pues no, no era por el tema judicial ni la honestidad el motivo, ya
que no puede acusarle de algo a Glas pese al recurso del “dedo que señala”.
Aquí no funcionó el diálogo sino la pérdida de paciencia que muy poco favor le
hizo al jefe de estado, ya que está mostrando a un Lenin Moreno muy distinto al
que se le conocía como “el de antes” y; de la presunta “cirugía mayor” contra
la corrupción se convirtió en un conflicto personal de resentimientos siendo
esta una muy dura pérdida para la imagen del ejecutivo.
La subida de tono del conflicto antes de los cien primeros
días sacó a flote el primer caso de presunta corrupción en la Presidencia de
Lenin Moreno, que debe anotarla también como una grave pérdida a su
credibilidad e imagen de transparencia.
Desde los tiempos de campaña se le asoció al ahora Presidente
Moreno con el nombre de Gustavo Larrea, cuya imagen de talento y capacidad como
operador político le acompañan, junto a una versión de figura perversa para
provocar conflictos y división en la izquierda ecuatoriana y, luego, en los
tiempos de la revolución ciudadana terminó por generar repudio a su presencia.
Muchas víctimas y daños han causado sus estrategias tratando de destruir a
medios y personas en condición de supuestos rivales suyos o del régimen de
turno, para desaparecer luego de los destrozos provocados. En estos días fue
descubierta, por versión dada a Ecuadorinmediato por su hermano Marcelo de su
nueva presencia en el gobierno actual, con sospecha e incertidumbre como
siempre, sobre todo por la duda y temor desatados en su contra al temerse que
había vuelto al ejercicio de su asesoría para ser “el poder tras el poder”.
El jueves 3 de agosto pasado debe ser considerado como un
funesto momento para descubrir a Gustavo Larrea, y fue al unísono entre
políticos y prensa los que lo expusieron ante el país, denunciándolo por sus
actos considerados ilegales y protervos. El Vicepresidente Jorge Glas, a horas
de ser retirado de sus responsabilidades, acusó a Larrea como el autor de esta
maniobra política en su contra abusando de su condición de cercano al despacho
presidencial. Horas más tarde fue perseguido por fotógrafos y camarógrafos que
lo encontraron saliendo del Palacio, y no pasaron sino algunos momentos más
para que el reportero Paúl Romero de Ecuavisa lo sorprenda, esta vez saliendo
de manera furtiva por la cochera de Carondelet, para que niegue ante cámaras de
manera molesta su relación con el Presidente Moreno o su operatividad política,
en una imagen de una persona que hasta esa hora el país le miraba sorprendida
como acusada de ser causante del conflicto que vivíamos.
Lo inaudito vino después de ese mismo jueves, cuando en horas
de la noche el Presidente de la Asamblea, José Serrano, presentó el acuerdo del
bloque legislativo de Alianza País, denunciando la nueva presencia del hombre
del maletín. Peor fue leer el texto que dice de manera frontal y exacta en el
punto 2.- lo siguiente: “Somos y seremos 74 representantes del pueblo que no
estamos dispuestos a caer, ni acceder a las tentaciones de compra y cooptación
que bien conocen los operadores de la vieja política y la partidocracia. NO
ESTAMOS EN VENTA, NUNCA ASISTIREMOS A UNA REUNIÓN CON MANTELES DE POR MEDIO.
Señor Gustavo Larrea, no recibiremos ni sus llamadas, ni a sus emisarios. Deje
de tomarse el nombre del Presidente Moreno para sus protervos
intereses”.
Lo duro del enfrentamiento en el poder ejecutivo de ese día
no le quito rudeza al golpe, y saltaron interrogantes sobre esta denuncia. Si
es verdad lo dicho en este párrafo se estarían cometiendo los delitos
presumibles de COHECHO y CONCUSIÓN tipificados como tales en los artículos 280
y 281.- del COIP, y que son sancionados hasta con siete años de prisión ya que
se actúa bajo la sospecha denunciada por los propios asambleístas de enfrentar
intentos de comprar su conciencia en espectáculos bochornosos que la nación ya
ha vivido. Esto sería corrupción pura y dura, y amerita ser sancionada.
Saltan interrogantes sobre el qué harán con el tema, por ejemplo el Presidente
legislativo José Serrano, ya que si sabe y no denuncia corre el riesgo de ser
inculpado de complicidad, afectando más su imagen que está manchada de
sospechas al ser descubierto su viaje a Panamá para una operación política no
explicada en forma satisfactoria para el país. ¿Denunciarán ante la justicia,
sean Serrano o algún Asambleista, la comisión de estos delitos? Por ser
de conocimiento público ¿Intervendrá de oficio el Fiscal Carlos Baca para
enfrentar con la justicia este tipo de corrupción política? ¿Dirá algo la
autodenominada comisión anticorrupción? Grave es mirar como la historia
ecuatoriana solo registra absoluta impunidad en estos actos que destruyen a una
función del estado, y corrompen a la patria.
También se abren cuestionantes al mandatario ecuatoriano, que
ha pedido que se denuncie la corrupción. Entonces, sobre este caso: ¿Está usted
buscando una mayoría legislativa propia, señor Presidente, o es que acaso la
que tiene actualmente no le es confiable?, ¿Conocía usted de esta operación
política corruptora contra otra función del estado?, ¿Es Gustavo Larrea su
asesor u operador político?, ¿Autorizó el mandatario a una actuación de este
tipo a quien es inculpado y señalado para este grave hecho? El Presidente
Moreno Garcés, ahora, al ser conocedor debe pronunciarse públicamente sobre
este acto que perjudica a su imagen de transparencia y, al mismo tiempo,
dimensionar lo expuesto por los asambleístas y el daño que causa el que se
tomen su nombre, cuyos efectos perniciosos estamos sufriendo ahora en el
país como es conocido. Si es así deberá reflexionar y decidir el separar de su
lado a la persona tan gravemente inculpada, porque le estaría dañando su
entorno a menos de cien días en el poder. De paso, Gustavo Larrea debe decir su
verdad, y como siempre lo hemos hecho con nuestro espíritu pluralista, por ser
considerada una persona amiga de esta casa editorial, los micrófonos están
abiertos en Ecuadorinmediato para que lo haga. Gustavo, tú decides.
Como si fuese poco este balance de pérdidas, la libertad de
expresión resulta abiertamente perjudicada y sensiblemente afectada por el
torpe manejo de la comunicación desde el estado ecuatoriano y los medios
públicos. Pareciera ser que el haber desdeñado en el equipo presidencial el
conflicto desde AP por el nombramiento del director del diario El Telégrafo,
Fernando Larenas, fue mal entendido para quienes hacen la información desde el
poder ejecutivo, tanto que en cuestión de días el editorial del medio fue
nuevamente usado para atacar a sus rivales políticos opositores ahora desde
otro lado, se ha vetado el derecho de opinión del ex Presidente Correa y, la
noticia es usada en forma sesgada contra Venezuela por su crisis política. Como
si no fuese poco, en cuestión de días, en el régimen del Presidente Moreno se
ha marcado todo un récord porque han salido de los medios públicos, entre la
radio y televisión, cinco periodistas líderes de opinión: Karol Murillo,
Orlando Pérez, Javier Lasso, Hernán Reyes y Abraham Verduga. Se han callado
cuatro programas de opinión: “Desde la Plaza” en la radio; en televisión “A
contramano”, “Palabra Suelta” y “Mundo al revés”. Para empeorar las cosas en
estas últimas horas un abusivo intento de veto a un líder de opinión en un
programa de EcuadorTv, por parte de un personaje de la banca estatal con la
anuencia de los que gerencian los medios públicos, casi origina un desastre de
imagen. Solo la atinada pero firme intervención de un conductor de la
televisión estatal impidió tal hecho, que ha terminado en el grado extremo de
que sea el propio Presidente Moreno el que tenga que salir a hacer el control
de daños, respaldar a las personas de pantalla e impedir el atropello con una
nueva salida del medio.
El discurso de nuevos aires de libertad de expresión
proclamada por el mandatario ecuatoriano se estrella contra la realidad de lo
que está pasando. Están manejando torpemente la comunicación del estado, están
abusando del nuevo poder dado, tanto que en las últimas horas el atropello fue
dirigido contra el Vicepresidente Jorge Glas, a quien la SECOM buscó
desautorizar su enlace sabatino en evidente violación a su derecho a la
comunicación y opinión de sus ideas. Digo, ¿El retiro de funciones del segundo
mandatario incluye la censura a la difusión de sus opiniones?, No se sabe, pero
es muy decidor que en días anteriores el mandatario haya pedido al ingeniero
Glas Espinel que “Ya no se defienda ante los medios”. Esto solo ensombrece el
real ejercicio del derecho a la libertad de expresión, lo violenta. Y, claro,
como son voces o periodistas considerados que no son de su conveniencia
tenerlos a su lado, porque les están sido incómodos, entonces ahora hay
silencio cómplice de FUNDAMEDIOS o la posición de la UNP que se vuelven
criticables al obviar la defensa de la libertad de expresión y, entrar en el
juego político rastrero de pedir la renuncia del Vicepresidente antes que velar
por los derechos de la prensa y sus periodistas. Anótenlo en el saldo en rojo
de las pérdidas.
Si. La nación ha perdido y mucho, en esta semana la oposición
denota mediocridad y falta de visión política. Dan la impresión que van por el
cargo del Presidente Moreno, pero previo superar el camino eliminando al
ingeniero Jorge Glas, en un afán golpista no disimulado que busca querer
aprovecharse desde las rumoradas versiones en contra de este, o las condiciones
físicas del primer mandatario. Cuánto pierde la democracia con esta
inestabilidad conflictiva provocada por la ambición de los que no logran desde
hace rato el favor popular en las urnas.
Se pierde en forma crítica con la división en el grupo
gobernante, que está sometido a dos fuegos y, que ahora su militancia tiene que
clamar que cesen los odios y pasiones políticas, identificar a quienes los
dividen y exigir de sus dirigentes como cúpula política de Alianza PAIS el
dirimir este conflicto que los está destruyendo interiormente. Tener que llegar
a este extremo de los alineados en AP, y que no se les haga caso, significa una
pérdida para la democracia nacional, y lo digo porque he visto como se reprimen
con la policía a los manifestantes del propio movimiento oficialista, tal como
ocurrió el pasado jueves 3 en horas de la noche.
Al final, como todos nosotros, ustedes y yo que somos parte
del debate político ecuatoriano, me siento seriamente afectado. No es cuestión
de alinearse en contra del Presidente o Vicepresidente como fruto de mi
ejercicio periodístico, sino comprender que hay que seguir buscando la verdad
con todas sus aristas. Los dos son personas a quienes siempre he considerado y
he valorado como amigos, y uno se enfrenta a su propia crisis interna al verlos
separados, ofendiéndose. Me hallo en la incomprensible mitad, en el peor papel
que se enfrenta a quienes de por medio hoy están en la palestra pública y
buscan que uno les dé la razón, sin que lo consigan, porque no es válido que la
lucha por el poder obnubile a las personas. No. No me voy a poner del lado de
nadie, no voy a tomar partido, porque no es válido entrar en un juego perverso
donde impera el odio y la sinrazón, eso no es ni de amigos ni de seres
racionales que seguimos viendo como la incertidumbre nos destruye. Que cada
quien juzgue desde su propia condición y se haga su propio juicio, en el que yo
solo contribuyo con una palabra que trata de ser certera en medio de tanta
falsía. No me alineen con nadie porque no lo estoy y me siento tan perdedor
como todos de esta crisis política incomprensible.
Enviado por Diego Valdivieso
No hay comentarios:
Publicar un comentario