Profundizará la
ofensiva del capital contra la periferia y la clase trabajadora
Con el gobierno de Trump se
profundizará la ofensiva del capital y el papel imperialista de los
Estados Unidos – muy probablemente con políticas de mayor nivel de
intervención y belicosidad – para imponer sus intereses al resto
del mundo. Ante esta agudización de las contradicciones entre el
trabajo y el capital nos comprometemos como SEPLA a continuar la
lucha por articular respuestas adecuadas con las/os trabajadoras/es y
los pueblos para transitar un camino de emancipación social, contra
el capitalismo y el imperialismo.El 20 de enero asumió un nuevo gobierno en EEUU y Donald Trump juró como su 45° Presidente. El discurso inaugural no es muy distinto del de campaña hay generalidades y escasos anuncios específicos. Su programa económico está dirigido a los desplazados de la globalización a los que les prometió reindustrializar los Estados Unidos para que haya fuentes de trabajo para los norteamericanos. Con ese fin realizaría una política de sustitución de importaciones, cuyos principales instrumentos serían: aumento de los aranceles a la entrada de productos “maquilados”; redefinir y acotar los tratados de libre comercio, como el NAFTA; rechazar los tratados plurilaterales como el Transpacífico; bajar los impuestos y subsidiar a las corporaciones que vuelvan a producir dentro de los Estados Unidos.
Para aumentar el nivel de actividad
realizaría un shock de demanda tipo keynesiano a través de grandes
inversiones en infraestructura financiada en parte por el Estado y en
parte por el sector privado. La expulsión de los trabajadores
inmigrantes “ilegales” – que tienen menores salarios y
prestaciones – es otra de las medidas para favorecer a la mano de
obra local. Todo lo anterior enmarcado en un discurso xenófobo,
básicamente contra mexicanos y musulmanes.
Otro punto de su plataforma de
indudable importancia es su rechazo a los acuerdos contra el
calentamiento global y su decisión de utilizar al máximo las
energías tradicionales, incluido el fracking.
Desde el punto de vista geoeconómico
define a China como su principal enemigo y apunta a restringir la
expansión comercial, financiera y la inversión extranjera directa
de China en el mundo. Complementariamente plantea una política de
alianzas con Rusia y sus aliados para lograr la estabilidad en
Oriente Medio garantizando el acceso al petróleo y reduciendo el
flujo de refugiados. Busca, también, el acercamiento con todas
aquellas fuerzas políticas europeas de derecha que tienen como bases
sociales a los desplazados por la globalización, tales como los
líderes del Brexit en Gran Bretaña y Marie Le Pen en Francia.
Con esa misma lógica sus aliados
naturales en América Latina serán los países gobernados por la
derecha y, por supuesto, serán considerados enemigos los gobiernos
de izquierda y los que fomenten el avance Chino en el continente.
Para instrumentar ese programa su
gabinete de gobierno incluye la presencia de personajes del poder
económico estadounidense y mundial.
El petrolero Rex Tillerson estará a
cargo de la Secretaría de Estado. Un canciller que viene de presidir
la EXXON MOBIL, transnacional continuadora de la Standard Oil y el
clan Rockefekller, con un trayecto empresarial de saqueo y
explotación en su dilatada evolución.
Con Tillerson al frente de la EXXON desde 2006, EEUU recuperó el
primer lugar como productor mundial de hidrocarburos, lo que fue
posible gracias a la explotación de los “no convencionales” y la
tecnología de la fractura hidráulica (fracking), altamente
contaminante y depredadora de los bienes
comunes.
Para la Secretaría del Tesoro se designó al banquero Stven Mnunchin, de Goldman Sachs y especializado en actividades de especulación en fondos de inversión. Un hombre de Wall Street, sede de la responsabilidad en la crisis del 2007/08 con irradiación mundial.
Para la Secretaría del Tesoro se designó al banquero Stven Mnunchin, de Goldman Sachs y especializado en actividades de especulación en fondos de inversión. Un hombre de Wall Street, sede de la responsabilidad en la crisis del 2007/08 con irradiación mundial.
Otros cargos son cubiertos por
millonarios que solo reconocen la lógica de la ganancia, la
acumulación y la dominación capitalista. Todos comprometidos en
HACER GRANDE A EEUU NUEVAMENTE.
Mucho se especula sobre el destino de
EEUU y del sistema capitalista con Trump al frente de la potencia
hegemónica, más aún con sus pronunciamientos “proteccionistas”.
Curiosamente en Davos, sede del FORO
ECONOMICO MUNDIAL, fue el gobernante chino Xi Yinping quien defendió
la globalización y la apertura de la economía mundial.
Desde la SEPLA manifestamos que nada
favorable pueden esperar la clase trabajadora latinoamericana del
nuevo gobierno estadounidense. La pugna entre las fracciones del
capital proteccionistas y las globalizadoras puede generar múltiples
combinaciones de políticas, pero todas ellas se inscribirán dentro
de la ofensiva del capital para trasladar los impactos de la crisis a
los países periféricos y a las clases subordinadas. El capital
hegemónico ha sido, en mayor o menor medida, proteccionista en los
países centrales a la vez que se busca la liberalización total en
la periferia.
Vale mencionar
que los principales Estados capitalistas han generado una estructura
internacional de organismos y reglas para la liberalización del
mundo dependiente, con todas las garantías para
que no puedan ser modificadas las prácticas proteccionistas por
ellos mismos desplegadas.
Es importante destacar que el triunfo
de Trump y, anteriormente, la victoria del Brexit, muestran que el
descontento social por la globalización – medido en términos de
pérdidas de empleos, bajas de ingresos salariales, empobrecimiento y
crecimiento de la desigualdad – encuentra su representación
política en fuerzas de ultraderecha y ultranacionalistas.
Ello habla de una crisis en el
pensamiento y la práctica política alternativa al orden capitalista
y nos compromete a profundizar el estudio crítico de la realidad del
capitalismo contemporáneo. A bucear en el reconocimiento de las
prácticas anticapitalistas que se procesan en todo el mundo y
sistematizar una concepción teórica para el cambio y la revolución.
Con el gobierno de Trump se
profundizará la ofensiva del capital y el papel imperialista de los
Estados Unidos – muy probablemente con políticas de mayor nivel de
intervención y belicosidad – para imponer sus intereses al resto
del mundo. Ante esta agudización de las contradicciones entre el
trabajo y el capital nos comprometemos como SEPLA a continuar la
lucha por articular respuestas adecuadas con las/os trabajadoras/es y
los pueblos para transitar un camino de emancipación social, contra
el capitalismo y el imperialismo.
Sociedad Latinoamericana de Economía
Política y Pensamiento Crítico.
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