Gracias al Dios de la vida porque en
este año en medio de un profundo dolor hemos encontrado signos de
esperanza.
Mauricio López
Ante el dolor y ante la muerte las
personas tienen dos alternativas: quedarse en el sentimiento de
pérdida, de sin sentido, de fracaso, y permanecer ahí dejando que
la vida pase o reconocer de esa misma situación la invitación y
la posibilidad de encontrar la vida. La vida que siempre está
detrás de todo acontecimiento, la esperanza que yace por debajo de
cualquier situación no importa lo dolorosa que ésta sea.
A un año del terremoto tan, tan
doloroso que afectó a nuestro país nos estamos enfrentando
también hacia esa misma pregunta, ha pasado un año y es natural
que vengan a nuestra memoria y a nuestro corazón, sobre todo a los
que lo perdieron todo, los que perdieron seres queridos, los
recuerdos también del sinsentido de la pérdida.
Esto es lo que estamos celebrando en realidad en este tiempo de Cuaresma, es la certeza de que la vida está llena de situaciones también dolorosas, que las cosas no son como anhelamos que sean. Ésta realidad, lo que vivimos, no es lo que Dios ha soñado y ahí hay signos de cruz y de muerte siempre presentes que nos tocan, que nos lastiman, pero precisamente por eso, porque abrazamos esa realidad donde reconocemos también la presencia del Cristo Encarnado ahí está nuestra esperanza, la esperanza en el resucitado que tres días después, trescientos días después, un año del terremoto o tres años no importa. La resurrección está y se hace verdad cada día, cada paso en los rostros concretos de aquellos que creen que hacen la diferencia, de aquellos que levantan a otros, de aquellos que suman, que aportan, que dejan su vida también ahí en el camino.
Queremos que este sea un momento muy
especial también de Abrazar la PASCUA DE RESURRECCIÓN, de que el
Ecuador se siga levantando, que reconozca todos los signos de
resurrección que sean presentes en las manos pequeñas del
día con día, en los corazones de las familias, en las casa,
negocios, familias, vidas; todo lo que se ha ido levantando poco
a poco y esta es una ocasión también especial para
agradecer profundamente a todas esas personas de buena voluntad,
en todos los lugares del país y alrededor del mundo que nos
han ayudado.
Como Cáritas hemos sido testigos de una abrumadora muestra de afecto, cariño y esperanza por él Ecuador en todo el mundo. Signos de ayuda de solidaridad y de apoyo han llegado de todo los lugares del planeta con ando y sabiendo que el Ecuador se levanta.
Como Cáritas hemos sido testigos de una abrumadora muestra de afecto, cariño y esperanza por él Ecuador en todo el mundo. Signos de ayuda de solidaridad y de apoyo han llegado de todo los lugares del planeta con ando y sabiendo que el Ecuador se levanta.
Queremos agradecer a toda la Red de
Caritas, a todos los Obispos en el Ecuador con sus signos de
profunda solidaridad a todos las personas de la vida religiosa,
sacerdotes, miembros de la iglesia, o no, que han puesto su grano de
arena para contribuir hacer la diferencia a los que se han
quedado ahí, a los que han llegado, a los que han pasado también
llevando ayuda, a todos los que tan hecho vida esta opción de
solidaridad.
Este es un buen momento parar
agradecer, sin duda falta mucho por hacer, sin duda todavía quedan
también muchas realidades fractura- das tanto en el corazón como
en la infraestructura. Queremos agradecer esta posibilidad de poder
haber asistido a algunos miles de personas en asistencia humanitaria,
a algunos cientos de personas a quienes hemos podido ayudar a
construir su hogar a reinte- grarse en un sitio digno, a algunos
miles de personas que hemos podido también ayudar a recomenzar con
sus medios de vida para sustentar a sus familias y también a
algunos miles de personas a los que junto a otras personas de buena
fe hemos podido acompañar, escuchar psicológica y
espiritualmente.
Gracias a la Conferencia Ecuatoriana
de Religiosos Religiosas, gracias a la Provincia Jesuita de la
Compañía de Jesús en Ecuador, gracias especialmente a nuestra
Comisión Episcopal de Pastoral Social por acompañar, por
escuchar, por hacer vida estos signos y gracias también a los
Obispos, los agentes de pastoral, los miembros de la pastoral
párrocos, religiosos, religiosas, en los territorios también de
Manabí y Esmeraldas que han ido encarnando y haciendo vida este
sentido de resurrección en medio de esta realidad que aparentemente
es muerte.
¡Pero no! La muerte nunca tendrá
la última palabra.
Gracias al Dios de la vida porque en
este año en medio de un profundo dolor hemos encontrado signos de
esperanza.
Que Dios bendiga esta caminada
conjunta y que en esta Pascua de Resurrección sigamos haciendo la
diferencia que aún queda mucho por andar, que hoy parece que el
país está dividido, pero no nos perdamos en lo parcial en lo
temporal, lo profundo es edificar vida a largo plazo para que todos
tengan vida y vida en abundancia, esa es nuestra misión como
Pastoral Social Caritas Ecuador, gracias, muchas gracias.
* Mauricio López, Secretario
Ejecutivo Cáritas Ecuador
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