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viernes, 28 de abril de 2017

Ecuador pide ayuda a la Santa Sede para abolir los paraísos fiscales

El encuentro entre el ministro del Exterior de Ecuador, Guillaume Long, y el Secretario de Estado Pietro Parolin. En una carta dirigida al Papa, las propuestas del presidente Correa de abolir a nivel internacional los paraísos fiscales y de un «Pacto ético» por el país latinoamericano que hace un año recibió la visita de Francisco. La solidaridad de Por Unum con las poblaciones afectadas por el terremoto
FRANCESCO PELOSO
Papa Francisco con el presidente de Ecuador, Correa
CIUDAD DEL VATICANO
El gobierno de Ecuador, guiado por el presidente Rafael Correa, pretende hacer una propuesta a nivel internacional y, por lo tanto, también en la sede de las Naciones Unidas en el próximo mes de septiembre, para la abolición de los paraísos fiscales. Y ha pedido el apoyo de la Santa Sede.
El ministro del Exterior, Guillaume Long se reunió con el Secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin, durante poco menos de una hora, y le entregó una carta con la propuesta del gobierno ecuatoriano que será entregada a Papa Francisco, según lo que refirió el mismo ministro del Exterior de Ecuador.

Este pacto, explican las fuentes oficiales ecuatorianas, también es descrito en la carta entregada en el Vaticano, pues fue inspirado «por la palabra y la acción del Papa Francisco, que en numerosas ocasiones ha denunciado la degradación humana y ética de la economía sin rostro y sin un objetivo verdaderamente humano»; el pacto ético debería ser acatado « por las fuerzas y actores políticos del país, basado en el rechazo de la candidatura a cualquier dignidad o el ejercicio de cualquier cargo público de las personas que posean bienes o capitales en paraísos fiscales». El ministro del Exterior de Ecuador, Long, dijo que confía en que la propuesta de su gobierno, basada en la abolición de los paraísos fiscales, será bien recibida. También observó que «hay una gran compatibilidad con el mensaje del Papa Francisco» y las encíclicas Rerum Novarum, Centesimus Annus y, sobre todo, Laudato Si’.
En mayo de 2013, Papa Francisco afrontó estos temas al afirmar que la crisis actual no es solo económica, sino que hunde sus raíces en una crisis ética y antropológica. Seguir los ídolos del poder, de la ganancia, del dinero, por encima del valor de la persona humana se ha convertido en una norma fundamental de funcionamiento y en un criterio decisivo de organización. Nos hemos olvidado, y seguimos haciéndolo, de que sobre los negocios, sobre la lógica y los Parámetros del mercado, está el ser humano y hay algo que se le debe al hombre en cuanto hombre, en virtud de su dignidad profunda: ofrecerle la posibilidad de vivir con dignidad y de participar activamente en el bien común.
Hace solo un año, justamente durante su visita a Ecuador, Bergoglio observó: « Lo que somos y tenemos nos ha sido confiado para ponerlo al servicio de los demás (gratis lo recibimos, gratis lo damos). Nuestra tarea consiste en que fructifique en obras de bien. Los bienes están destinados a todos, y aunque uno ostente su propiedad, que es lícito, pesa sobre ellos una hipoteca social. Siempre. Se supera así el concepto económico de justicia, basado en el principio de compraventa, con el concepto de justicia social, que defiende el derecho fundamental de la persona a una vida digna».
De cualquier manera, las autoridades de Quito consideran que la propuesta para abolir a nivel internacional los paraísos fiscales (es decir de los regímenes que favorecen a los que depositan capitales en sus bancas, sobre todo en pequeños Estados) podría ser bien recibida por las organizaciones sociales y por organismos multilaterales. Según los datos que ha difundido el gobierno del país, en Ecuador unas 1850 empresas tendrían ocultos alrededor de 30 mil millones de dólares en paraísos fiscales; la propuesta del presidente Correa forma parte de un compromiso más general para llegar a la transparencia en la gestión administrativa y financiera, con el objetivo de eliminar la especulación. Entre otras cosas, el país todavía está sufriendo las consecuencias del terremoto del pasado 16 de abril, que afectó gravemente a cientos de miles de ecuatorianos.
Sobre este último aspecto habló con «L’Osservatore Romano» monseñor Segundo Tejado Muñoz, subsecretario del Pontificio Consejo Por Unum, dicasterio encargado de administrar una parte de los fondos de caridad de la Santa Sede, quien acaba de volver de América Latina en donde visitó algunas de las zonas de Ecuador en las que Cor Unum financiará proyectos de reconstrucción. «Acompañado durante todo el viaje por el Nuncio, el arzobispo Giacomo Guido Ottonello —dijo monseñor Tejado— visité tres circunscripciones eclesiásticas: el vicariato apostólico de Esmeraldas la diócesis de Babahoyo y la arquidiócesis de Portovejo. Esta última, sin duda, es la más afectada por el sismo».

«El terremoto —añadió— fue muy fuerte, devastador. Algunas zonas quedaron completamente destruidas, muchas estructuras se derrumbaron, también muchas iglesias». Además, justamente en estos días se cumple un año de la visita de Francisco a Ecuador: «Adentrándome en las ciudades y aldeas —refirió el subsecretario de Cor Unum— me encontré con muchas personas tratando de llevarles el amor y la solidaridad del Papa y de la Iglesia. En ellas está todavía vivo el recuerdo de la visita que el Pontífice hizo al país justamente hace un año»

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