Este sábado el Santo Padre Francisco
envió un videomensaje al tercer Simposio Internacional sobre la
Exhortación apostólica Amoris laetitia, convocado por la Oficina
para la pastoral familiar de la Conferencia Episcopal Italiana. “El
tema que se han propuesto: ‘El Evangelio del amor entre consciencia
y norma’, es de gran relieve y puede iluminar el recorrido que las
Iglesias en Italia están cumpliendo, también para responder al
deseo de familia que emerge en el ánimo de las jóvenes
generaciones”, comenzó observando el Papa.
“El amor entre hombre y mujer esta
evidentemente entre las experiencias humanas más generativas, es
fermento de la cultura del encuentro y trae al mundo actual una
inyección de socialidad: verdaderamente ‘el bien de la familia es
decisivo para el futuro del mundo y de la Iglesia’.
Precisamente la familia nacida del matrimonio genera lazos fecundos, que resultan el antídoto más eficaz al individualismo campante; sin embargo, en el camino del amor conyugal y de la vida familiar existen situaciones que reclaman elecciones arduas, de cumplir con rectitud. En la realidad doméstica a veces se presentan nudos concretos que enfrentar con conciencia prudente por parte de cada uno. Es importante que los esposos, los progenitores no sean dejados solos, sino acompañados en el compromiso de aplicar el Evangelio en lo concreto de la vida. Por otra parte, sepamos bien que ‘estamos llamados a formar las consciencias, no a pretender de sustituirlas’”.
Precisamente la familia nacida del matrimonio genera lazos fecundos, que resultan el antídoto más eficaz al individualismo campante; sin embargo, en el camino del amor conyugal y de la vida familiar existen situaciones que reclaman elecciones arduas, de cumplir con rectitud. En la realidad doméstica a veces se presentan nudos concretos que enfrentar con conciencia prudente por parte de cada uno. Es importante que los esposos, los progenitores no sean dejados solos, sino acompañados en el compromiso de aplicar el Evangelio en lo concreto de la vida. Por otra parte, sepamos bien que ‘estamos llamados a formar las consciencias, no a pretender de sustituirlas’”.
El Obispo de Roma observó que el
mundo contemporáneo arriesga confundir el primado de la consciencia
con la autonomía exclusiva del individuo con respecto a las
relaciones que vive.
“Como decía recientemente a la
Pontificia Academia para la Vida, ‘hay quien habla hasta de
egolatría, o sea de un verdadero y proprio culto de yo, sobre cuyo
altar se sacrifica toda cosa, incluidos los afectos más queridos.
Esta perspectiva no es inocua: ella plasma un sujeto que se mira
continuamente al espejo, hasta volverse incapaz de dirigir los ojos a
los demás y al mundo. La difusión de esta actitud tiene
consecuencias gravísimas para todos los afectos y los lazos de la
vida’. Es esta una ‘contaminación’ que corroe los ánimos y
confunde las mentes y los corazones, produciendo falsas ilusiones”.
“Romano Guardini, en su texto sobre
el tema de la consciencia, indica el camino para la búsqueda del
verdadero bien. Escribe: ‘De esta prisión en mí mismo me libero
solamente si encuentro un punto, que no sea mi yo; una altura más
allá de mí. Alguna cosa sólida y operante que se afirma en mi
interior. Y he aquí que llegamos a la raíz […] o sea a la
realidad religiosa. Aquel bien […] es algo vivo. […] Es la
plenitud de valor del mismo Dios viviente’.
Finalizando su mensaje, Francisco
deseó “todo tipo de bien” para el trabajo en este Simposio. Que
pueda ayudar a la Iglesia en Italia a asimilar y los contenidos y el
estilo de la Amoris laetitia; pueda contribuir a la formación de los
animadores de los grupos familiares en las parroquias, en las
asociaciones, en los movimientos; pueda apoyar el camino de tantas
familias, ayudándolas a vivir la alegría del Evangelio y a ser
células activas en las comunidades, auguró.
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