Frei Betto
Mientras los pueblos vivieron
distantes uno de otro, cada uno con sus creencias y costumbres, la
intolerancia no se evidenciaba. Su inicio tuvo lugar con la ruptura
provocada en la Iglesia por el surgimiento del protestantismo.
Entones, personas de una misma aldea, barrio o familia se dividieron
en católicos y protestantes. El conflicto se desencadenó, e incluso
hizo correr la sangre.
La reforma luterana rompió la unidad
religiosa del Sacro Imperio Germánico y, en consecuencia, la unidad
de toda Europa Occidental.
Fue necesario encontrar nuevos
criterios para la paz. No mediante el sometimiento forzado de unos a
otros. Y sí por la vía del entendimiento y el buen sentido.
La obra de Bayle sentó las bases la
libertad de conciencia. Tres años después, en 1689, John Locke, un
filósofo inglés, publicó su Carta sobre la tolerancia, en la que
defiende que el Estado no debe interferir en las convicciones
religiosas, sino garantizar la libertad de creencias. Se daba inicio
a la laicización del Estado y la sociedad.
Entre los siglos XVII e inicios del
siglo XVIII, se levantaron muchas voces contra la intolerancia, como
las de Baruch Spinoza, Jonathan Swift, John Toland, John Locke y
Shaftesbury. A ellas se sumaron las de Montesquieu, Voltaire,
Diderot, Rousseau, y D'Holbach, entre otras.
En 1763, Voltaire publicó el Tratado
sobre la tolerancia en ocasión de la muerte de Jean Calas. Ese
comerciante de Toulouse era protestante. Su hijo, Marc-Antoine, de 20
años, apareció ahorcado en el sótano de la casa. Como había
manifestado su voluntad de convertirse al catolicismo, se acusó al
padre de matarlo, y fue condenado a muerte y ejecutado.
Voltaire alzó su voz contra el
fanatismo. Exigió la revisión del caso. Se halló que el muchacho
sufría una depresión. Declarada su inocencia, el padre fue
rehabilitado después de su muerte.
Voltaire subrayó que existe una
solidaridad fraternal entre los seres humanos. Todos se movilizan
cuando ocurre una catástrofe: un incendio, una inundación, un
terremoto, un huracán, etc. Como se comprobó hace apenas unos días
tras el terremoto en México y la masacre en Las Vegas, cuando
multitud de personas se dispusieron a donar sangre y socorrer a las
víctimas. ¿Por qué la intolerancia cuando se trata de pensar o
creer de modo diferente?
La intolerancia solo es aplicable a
las ciencias exactas. Es inútil querer que el agua hierva antes de
alcanzar los 100 grados centígrados. O insistir en que 2 + 2 son
5...
En el terreno científico, la
tolerancia solo resulta aceptable cuando se trata de hipótesis.
Antes de llegar al dato científico se proponen varias hipótesis
hasta que se comprueba empíricamente que la molécula de agua es
resultado de la unión de dos átomos de hidrógeno con uno de
oxigeno.
Eso es imposible cuando se trata de
creencias religiosas. Las diferentes religiones o tendencias
confesionales jamás llegarán a un acuerdo en cuanto a sus
convicciones de fe. Quedan, por tanto, dos alternativas: la guerra o
la tolerancia. Y el pasado demuestra que la guerra es inútil y que
solo deja un rastro de odio y de sangre.
Fuera del ámbito de las ciencias, la
tolerancia resulta deseable. Si alguien cree que todos venimos de la
unión de Adán y Eva y no de la evolución de los simios, su
creencia es tolerable, porque no le hace mal a nadie. Aunque los
creacionistas no logren explicar cómo estamos aquí, en este planeta
superpoblado, si Adán y Eva tuvieron dos hijos varones, Caín y
Abel. A menos que admitan el incesto con la madre...
No siempre resulta fácil trazar la
frontera entre lo tolerable y lo intolerable. Depende de cada
cultura. Para muchos es inconcebible que en pleno siglo XXI una
sociedad exija por ley que la mujer se someta al hombre, como ocurre
en Arabia Saudita. Aunque un extranjero que viva en ese país sea
tolerante frente a ese absurdo, ello no significa que esté de
acuerdo con tal violación de los derechos humanos.
Ante opiniones y actitudes
diferentes, como las observadas en recientes exposiciones artísticas
en Brasil, el tolerante se alegra y celebra la diversidad; el
intolerante se llena de odio y apela a la violencia. (Traducción de
Esther Perez)
No hay comentarios:
Publicar un comentario