Colectivo Derechos Humanos
Boletín 625 - Editorial
Recién posesionado el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se desarrollaron enormes manifestaciones contra el magnate convertido en mandatario del país más poderoso del planeta, las más importantes desde las protestas contra la guerra de Vietnam hace más de 40 años. Conocida como la marcha de mujeres de Washington, de hecho se trató de numerosas manifestaciones no solamente en ciudades de los Estados Unidos sino también en Europa, Asia, América Latina y Australia. Se estima que unos dos millones de personas, la mayoría mujeres pero también muchos hombres, participaron de estas movilizaciones globales de rechazo a Trump.
Boletín 625 - Editorial
Recién posesionado el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se desarrollaron enormes manifestaciones contra el magnate convertido en mandatario del país más poderoso del planeta, las más importantes desde las protestas contra la guerra de Vietnam hace más de 40 años. Conocida como la marcha de mujeres de Washington, de hecho se trató de numerosas manifestaciones no solamente en ciudades de los Estados Unidos sino también en Europa, Asia, América Latina y Australia. Se estima que unos dos millones de personas, la mayoría mujeres pero también muchos hombres, participaron de estas movilizaciones globales de rechazo a Trump.
Y allí estuvieron activistas
emblemáticas de la luchas por los derechos de los afroamericanos
como Angela Davis, de los derechos de las mujeres como Gloria
Steinem, lideresas sindicales como Esther López, famosas como
Madonna, decenas de artistas y cientos de miles de mujeres de todas
las edades y de todos los orígenes, acompañadas por familiares y
amigos, gente común y corriente que tenían razones para protestar.
Entre otras pancartas, se podía leer: “Respeta mi existencia o
espera resistencia”. “Puentes sí, no muros”. “Ten tus manos
diminutas fuera de nuestros derechos humanos”. “El fuhrer naranja
no es mi presidente”. “Fin a la supremacía blanca”. “Las
vidas de los negros sí importan”.
Millones de personas manifestándose
para que le quede claro a Trump que todos los seres humanos sean
mujeres, migrantes con o sin papeles, musulmanes, latinos y
afroamericanos tienen dignidad y derechos. Tienen sueños y tienen
valores que no pueden ser pisoteados. En distintos rincones del
planeta las calles se inundaron, y lo seguirán haciendo, con
expresiones que llaman al respeto y valoración de la diversidad
humana, y desde luego con voces de repudio a la prepotencia que
administra al país originariamente construido desde las más
variadas raíces.
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