DOCUMENTO:
Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles
Síntesis del documento:
Los obispos católicos de los Estados
Unidos se complacen en ofrecer una vez más a los fieles
católicos Formando la conciencia para ser ciudadanos fieles,
nuestro documento doctrinal sobre la responsabilidad política de los
católicos. Esta declaración representa nuestra orientación para
los católicos en el ejercicio de sus derechos y deberes como
participantes en nuestra democracia. Instamos a nuestros pastores,
fieles laicos y religiosos, y a todas las personas de buena voluntad,
a utilizar esta declaración para ayudar a formar sus conciencias,
enseñar a los que están a su cuidado, contribuir al diálogo
público cívico y respetuoso, y plasmar opciones políticas en las
próximas elecciones a la luz de la doctrina católica.
Este documento está compuesto
principalmente por la declaración adoptada abrumadoramente por los
obispos en 2007, además de ciertas revisiones limitadas a modo de
actualización.
En particular, esta versión se basa
en la riqueza de la enseñanza papal desarrollada desde la versión
2007 de Ciudadanos fieles, como el magisterio del papa Benedicto
XVI en sus últimos años de papado y el del papa Francisco hasta la
fecha. A partir de estas grandes enseñanzas discernimos, por
ejemplo, mensajes a la Iglesia universal que deben atenderse de una
manera especial: el vínculo indisoluble que existe entre nuestro
testimonio de la verdad y nuestro servicio a los necesitados (Caritas
in Veritate); nuestro papel como discípulos misioneros, convocados a
salir del santuario para llevar a Cristo a las periferias con alegría
(Evangelii Gaudium), y el cuidado de nuestra casa común y de todos
los que en ella habitan, especialmente los más pobres (Laudato Si').
El documento también se actualiza
para tener en cuenta las evoluciones recientes en los Estados Unidos
en la política tanto nacional como extranjera:
-
La destrucción continua de más de un millón de vidas humanas inocentes cada año por el aborto provocado
-
El suicidio asistido por médicos
-
La redefinición del matrimonio —la célula vital de la sociedad— por los tribunales, los órganos políticos y cada vez más por la cultura misma de los Estados Unidos
-
El consumo excesivo de bienes materiales y la destrucción de los recursos naturales, que dañan tanto al medio ambiente como a los pobres
-
Los ataques mortales contra nuestros hermanos cristianos y las minorías religiosas en todo el mundo
-
La redefinición más restrictiva de la libertad religiosa, que amenaza tanto a la conciencia individual como a la libertad de la Iglesia para servir
-
Las políticas económicas que omiten dar prioridad a los pobres, en nuestro país o en el extranjero
- Un sistema de inmigración defectuoso y una crisis de refugiados en todo el mundo
- Las guerras, el terror y la violencia que amenazan todos los aspectos de la vida y la dignidad humanas
Todas estas amenazas, y otras más,
hablan de una ruptura de lo que el papa Francisco ha llamado una
"ecología integral" (Laudato Si', nos. 137-55). Sin la
adecuada ordenación de las relaciones de las personas entre sí, con
la creación y en última instancia con Dios mismo, el pecado se
afianza. El papa Francisco nos recuerda que todas las personas,
naciones y miembros de la comunidad mundial tienen el deber de poner
las necesidades de los demás por delante de los deseos egoístas de
poseer y explotar las cosas buenas que vienen de la mano de Dios.
Este documento es para ser leído en
actitud de oración y en su totalidad. Sería un grave error —y un
error que se produce con lamentable frecuencia— utilizar únicamente
partes seleccionadas de la doctrina de la Iglesia para promover
intereses políticos partidistas o validar sesgos ideológicos. Todos
nosotros estamos llamados a ser siervos de la verdad íntegra en el
amor auténtico, y es nuestra ferviente esperanza y oración que este
documento brinde ayuda a todos aquellos que buscan seguir este
llamado.
Finalmente, si bien este documento es
sobre el orden civil, no podemos dejar de llamar a los fieles a la
oración. Las luchas que enfrentamos como nación y como comunidad
mundial no pueden abordarse exclusivamente eligiendo al "mejor
candidato" para un cargo político. No; además de formar
nuestras conciencias, debemos ayunar y orar, pidiendo a nuestro
amoroso y misericordioso Dios que nos dé la capacidad de anunciar
eficazmente el Evangelio de Jesucristo a través de nuestro
testimonio cotidiano de nuestra fe y sus enseñanzas. Tomemos todos
muy en serio la urgencia de nuestra vocación de vivir al servicio de
los demás a través de la gracia de Cristo y pedir humildemente en
oración la efusión de la gracia del Espíritu Santo sobre los
Estados Unidos de América.
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