Imágenes


Mostrando entradas con la etiqueta #inseguridad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #inseguridad. Mostrar todas las entradas

domingo, 10 de agosto de 2025

carta No. 301: ¿Seguimos buscando al Ecuador?

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 301 – 10 de agosto 2025
---------------------------------------------

¿Seguimos buscando al Ecuador?

“En varios países una idea de la unidad del pueblo y de la nación, penetrada por diversas ideologías, crea nuevas formas de egoísmo y de pérdida del sentido social enmascaradas bajo una supuesta defensa de los intereses nacionales”. Papa Francisco Fratelli Tutti. Sean mansos como palomas y astutos como serpientes, Mateo 10, 16.

Desde el 10 de agosto de 1809, cuando aún no éramos Ecuador, hemos buscado la Patria anhelada: inclusiva, fraterna, solidaria, justa, sin pobreza, con educación, empleo y oportunidades para todos… Sin embargo, esa aspiración ha sucumbido. Doscientos dieciséis años después, seguimos enfrentando los mismos desafíos que, pese al paso del tiempo, no han sido resueltos.

¿Cómo encontrar el camino y la buena nueva en medio de la incertidumbre, la propaganda y, sobre todo, el miedo que vive nuestro país para construirlo sin pobreza, sin carencias, con fraternidad y solidaridad? La historia es larga y los hechos innumerables. Para entender lo que pasa en nuestro Ecuador hay que ampliar la mirada. El tiempo se mueve en ciclos.

El presidente Noboa, con su gobierno, ha abierto un nuevo ciclo comparable al de Sixto Durán en 1992, con el mismo ideólogo, Alberto Dahik. Entonces se dio el viraje al modelo neoliberal, centrado en el mercado y el capital financiero-bancario. Durán impulsó un paquete de ocho leyes para modificar la Constitución, y luego convocó a una consulta para privatizar el IESS y eliminar derechos laborales. Ese periodo terminó con dos resultados: la derrota en la consulta y la crisis bancaria de 1998.

Hoy, Noboa —posiblemente asesorado por Dahik— sigue un camino similar: impulsar un paquete de leyes para modificar la Constitución de 2008 y abrir una nueva fase neoliberal y de transnacionalización de la economía, centrada en el capital comercial, rentista-minero y financiero. Se repiten los temas legales: reducción del Estado y despido de trabajadores públicos. Pero hay tres novedades que marcan una diferencia con 1992: la intervención del capital criminal y el narcotráfico, la centralización de la riqueza en el emporio Noboa y el alineamiento geopolítico con Estados Unidos.

Para alcanzar ese objetivo, se requiere el control de la población. La primera administración de Noboa se centró en una estrategia de “shock” blando: manejo del miedo y el terror para que la gente acepte canjear libertad por seguridad, en nombre de una guerra interna contra grupos terroristas locales. Esta estrategia no ha detenido la violencia, pero sí ha conseguido respaldo popular.

Ahora se pasa a una segunda fase: el control de la economía, la apropiación de bienes públicos, el acceso a territorios comunales y biodiversidad mediante el extractivismo, la alianza transnacional con el nuevo “nube-capital” y, al mismo tiempo, la búsqueda del control de todas las funciones del Estado, que antes se criticaba en otros regímenes. La política del espectáculo y el manejo del miedo han debilitado la capacidad de resistencia popular.

Más allá de la escena y los juegos de poder, la violencia ha aumentado: este primer semestre de 2025 ha sido el más violento de nuestra historia, con un asesinato cada 56 minutos. Además, 470.000 trabajadores han abandonado el IESS, pese a la propaganda que proclama la creación de nuevos empleos.

Este proyecto ha encontrado dos escollos: la posición de la Corte Constitucional, que ha detenido algunas disposiciones y leyes, y el inicio, aún tenue, de la resistencia de diversos sectores. La respuesta desde sectores afines al gobierno ha sido cuestionar y deslegitimar a la Corte, utilizando todos los recursos del Estado, los medios de comunicación y las fuerzas de seguridad.

Para encontrar una salida, el primer paso es reconocer que se trata de un plan integral y que, por lo tanto, se requiere también una respuesta integral para defender los derechos y la vida de todos, así como de la naturaleza. Necesitamos construir un pensamiento propio y crítico ante la realidad, para decodificar la propuesta del actual gobierno y recuperar la fuerza de la solidaridad y la fraternidad, fortaleciendo el tejido social. Abrir un camino conjunto en defensa de la democracia y la vida plena es tarea permanente. #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

sábado, 17 de febrero de 2024

carta No. 220: Ecuador: Inseguridad y ética cristiana

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 220 – 21 enero 2024
---------------------------------------------

Ecuador: Inseguridad y ética cristiana

Lo que hoy tengo que hacer no es construir defensas para encontrarme que todos los que están más allá de la defensa son mis enemigos... Tengo que trabajar para el que posiblemente me ataque tenga que comer cuando se encuentre conmigo y yo tenga algo que ofrecerle cuando me encuentre con él”.

Mons. Luis Alberto Luna Tobar.

Los últimos acontecimientos nos han aturdido y hasta paralizado por el miedo y la incertidumbre. El Ecuador atraviesa un período trágico como consecuencia de múltiples factores que han engendrado una realidad compleja y desoladora. ¿Cómo dormir tranquilos, si parece que afuera todo se derrumba? ¿Cómo sostener la esperanza cuando muchos tienen que escoger entre la violencia o el hambre?

En ninguna guerra hay ganadores. Por un lado, hemos perdido la seguridad de salir de casa; la tranquilidad para trabajar, sabiendo que podríamos no volver sanos y salvos a nuestros hogares; la serenidad para relacionarnos con otros, pues, emocionalmente alterados, tememos en cualquier momento ser extorsionados, “vacunados” o agredidos. Pero, por otro lado, hay quienes han perdido el sentido mismo de la vida, el sueño de mantener a los suyos honradamente; el valor de la familia y el respeto a los demás y, sin rumbo cierto, han caído presas de bandas dirigidas por mentes criminales, que los alientan u obligan a cometer atrocidades a cambio de dinero, en un contexto en el que acceder a un trabajo digno se ha vuelto un privilegio.

Nada explica esta espiral de muerte y terror, pero como creyentes comprometidos, la gravedad de la situación nos exige hacer una lectura más profunda y consciente a la luz del Evangelio. Debemos volver la mirada a Jesús para encontrar el camino que nos ayude a restablecer la calma y el equilibrio. Resulta desafiante hacer prevalecer como criterio de discernimiento el “amarnos los unos a los otros” cuando nos sentimos atacados y vulnerables, o marginados, descartados y desechados. Prevalecen más los antagonismos y el temor en lugar de la unidad, la confianza y la solidaridad.

Esta crisis permite retornar al origen y razón de nuestra fe, para discernir si los valores y principios que nos guían se rigen bajo una ética auténticamente cristiana. Es absurdo creernos en estado de comunión desconociendo que, en el cuerpo de Cristo, todos, sin excepción alguna, somos hermanos.

Frente a la violencia y las desigualdades, la ética de Jesús nos desafía a enfrentar las injusticias sistémicas abogando por un enfoque transformador que no busque una caridad vertical, sino una reestructuración social donde podamos reconocernos en el otro y dejemos de vernos como enemigos; donde volvamos a mirarnos unos a otros como Dios nos mira. La promoción de la justicia y de una cultura de paz únicamente puede partir del reconocimiento del otro y del restablecimiento de sus derechos para que yo pueda exigir el restablecimiento de los míos.

Como nos menciona Francisco: “Necesitamos interrogarnos más profundamente sobre el destino final de la vida, capaz de restaurar la dignidad y significado al misterio de sus afectos más profundos y sagrados. La vida del hombre, hermosa de maravillar y frágil de morir, va más allá de sí misma: somos infinitamente más de lo que podemos hacer por nosotros mismos” (2018). Debemos asumir cada uno de nosotros, desde nuestros roles y espacios, desde nuestra cotidianidad familiar, laboral y social, la responsabilidad de afrontar los desafíos actuales y trabajar arduamente para construir la Buena Nueva y llevarla a los más vulnerables. Activar todas nuestras capacidades para que renazca la esperanza y la solidaridad, buscar alternativas desde el Evangelio… solo así podremos volver a abrazarnos, siendo solidarios y compasivos, especialmente con los más débiles y frágiles de la sociedad. Recordemos que en sus rostros y en su abrazo podemos encontrarlo: “Les aseguro que siempre que ustedes lo hicieron con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron” (Mt 25,40). • #ComuniquemosEsperanza


 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 9 de julio de 2023

carta No.192: Economía: Un panorama sombrío

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 192 – 9 julio 2023
---------------------------------------------

Economía: Un panorama sombrío

“Nosotros no debemos amar la miseria, es más, hay que combatirla, ante todo creando trabajo, trabajo digno.  Pero el Evangelio nos dice que sin estimar a los pobres no se combate ninguna miseria”.  Papa Francisco a los jóvenes economistas y empresarios, septiembre 2022.

La disolución de la Asamblea Nacional, después de una estéril disputa de poder con el Ejecutivo; el débil poder Ejecutivo, la campaña presidencial y legislativa para las elecciones de agosto, entre otros factores, no mejoran en nada los indicadores macroeconómicos del país, por el contrario, las perspectivas de superar los niveles de crecimiento del Ecuador postpandemia (4.2 % en 2021 y 2.9% en 2022) se esfuman aceleradamente. Es casi seguro que volvamos a tener un déficit fiscal voluminoso, como resultado de la disminución de las exportaciones petroleras, la baja en las recaudaciones tributarias y el excesivo gasto público, sobre todo en el pago de la deuda pública. Sin embargo, la reducción del monto de la deuda y su costo financiero se desvanece. De hecho, el incremento del riesgo país, cercano a los 2 mil puntos, amenaza el cierre del financiamiento internacional, la determinación de sobretasas de interés y la contracción de la inversión extranjera.

La inseguridad, el desempleo, la corrupción y la impunidad son temas estructurales que arrastra el país y cuya reparación demanda como política de Estado, un clima de confianza, una imagen sólida externa y la convergencia de los diferentes sectores y agentes económicos hacia objetivos comunes.  Situación que no puede ser resuelta por un gobierno de 4 años y menos por uno de transición.

La irracionalidad politiquera partidista anuló las pocas acciones en pro de superar el subempleo (60.6%). El empleo adecuado (34.9%) no crecerá mientras no crezca la inversión, la producción y el consumo básico, variables determinantes en el crecimiento de la reactivación productiva, pues el gasto público no cubre las demandas sociales tanto por la escasez, de recursos cuanto por el mal uso de los recursos asignados.

Más allá del resultado de la consulta sobre el Yasuní (bloque 43) es importante definir una política responsable de uso de los recursos naturales, mediante el manejo de tecnología de punta que garantice la optimización en la explotación y mínima afectación a la naturaleza, medio ambiente y comunidades geográficamente cercanas.

Mantener y fortalecer la dolarización es un desafío prioritario para el gobierno entrante, pues, ha permitido que el Ecuador tenga uno de los niveles más bajos de inflación de América Latina, controlar la especulación y revalorizar los salarios reales, con la consiguiente elevación del nivel de vida, al menos de los que tienen empleo. Prescindir del dólar sería un desacierto, con consecuencias sociales y económicas impredecibles.

El país tiene limitaciones financieras, a nivel gubernamental y de todos sus habitantes, particularmente de los más pobres y su financiamiento, es preciso que entendamos, que aún en las mejores condiciones, tiene un alto costo social, y generalmente no soluciona el problema en toda su amplitud. La austeridad en el uso de los recursos financieros, la lucha contra la corrupción, la explotación racional de los recursos naturales, el incremento de la inversión vs el consumo suntuario, el cobro de impuestos a los grandes evasores, la prevención y sanción a los corruptos, son ejes transversales que deben aplicarse como estrategia de Estado.  Hay que generar inversión, empezando por los que tienen recursos en el país y solo aprovechan de la especulación financiera y para eso el Estado debe ser un facilitador y no obstáculo burocrático. Hay que tener una actitud positiva frente a estas inversiones lícitas, que generan trabajo y recursos tributarios.

La vergonzosa y corrupta conducta de jueces y operadores judiciales que con fallos amañados instauran la impunidad de los delincuentes y la impudicia judicial, dando paso a una situación de barbarie donde cada quien pretende ‘hacer justicia por mano propia’, abona a la crisis económica–social–política y frenan el crecimiento y la paz social.

Por lo tanto, la elección presidencial y parlamentaria de agosto definirá el rumbo para el Ecuador. La decisión está en nuestras manos.  ·  #ComuniquemosEsperanza


"Con los ojos fijos en El,
 en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas. 

 

 

domingo, 13 de noviembre de 2022

carta No.158: Ecuador se Desangra

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 158– 13 de noviembre 2022

------------------------------------------------

Ecuador se Desangra

«(a) los hombres y las mujeres mafiosos: ¡Por favor, cambien de vida, conviértanse, deténganse, dejen de hacer el mal! Y nosotros rezamos por ustedes. (…)  Esta vida que viven ahora, no les dará placer, no les dará alegría, no les dará felicidad. El poder, el dinero que tienen ahora de tantos negocios sucios, de tantos crímenes mafiosos, es dinero ensangrentado, es poder ensangrentado, y no se lo podrán llevar a la otra vida. Conviértanse, todavía hay tiempo, para no acabar en el infierno. Es lo que les espera si siguen por este camino. Ustedes han tenido un papá y una mamá, piensen en ellos. Lloren un poco y conviértanse» Papa Francisco, 2014.

El impresionante número de muertos en las cárceles, que ya sobrepasan los 500 en los dos últimos años debido al enfrentamientos entre bandas ligadas al narcotráfico, el aumento de crímenes en las calles -muchos por sicariato-, e incremento de homicidios, actualmente en 34 por cada cien mil habitantes -cuando hace un año apenas llegaban a 18-, los incontables asaltos en los espacios públicos, viviendas y comercios… han roto la paz social.  Actos de violencia que muchas veces no se denuncian por desconfiar de la justicia o dudar de la acción de las fuerzas de seguridad.

La cotidiana información sobre crímenes aterradores, cadáveres decapitados y miembros cercenados, cuerpos colgados en los puentes o arrojados en quebradas, tienen a la ciudadanía sumida en el miedo, presa del terror, del dolor y de la indignación, ante una realidad nunca antes vista ni vivida.

Ante tan cruda y dolorosa realidad, la sociedad se siente impotente e indefensa.  Las organizaciones criminales han sobrepasado a las fuerzas del orden, que, por la falta de equipamiento, entrenamiento y tecnología apropiadas y efectivas, además de estar limitadas legalmente para combatir con fuerza al crimen organizado, al sicariato, a las ‘vacunas’, a los asaltos, a los secuestros y a todo género de violencia que impera en el país, tienen carencias para responder con eficacia a esta nueva realidad.  El Gobierno, desconcertado ante los brotes de violencia, carecía de estrategias y tácticas para frenarla, mientras los delincuentes se armaban y organizaban.  Además, muchos fiscales y jueces tienen parte en este caos al dejar libres a varios prontuariados.  Hoy, que las cosas han tomado fuerza e insospechables rumbos, toda medida, esfuerzo y empeño resulta insuficiente para enfrentar al crimen organizado, a las mafias y cárteles que se han apoderado del país, mientras la pobreza e inequidad afecta a más población.

Frente a esta violencia imparable que está apropiándose de la sociedad, los Obispos ecuatorianos exhortan a seguir adelante, a no dejarse vencer por el miedo "cuando está en riesgo el futuro de la patria, cuando se busca sembrar la muerte y el caos, cuando se atacan nuestros valores comunes, es necesario una mayor dosis de valentía para no hacer el juego a protervos intereses" señalaron en su más reciente comunicado. Por su parte el Papa Francisco indica que “Cuando falta la seguridad y la legalidad, los primeros perjudicados son en realidad los más frágiles y todos aquellos que de diversas maneras pueden llamarse ‘últimos’.  Todos estos son los esclavos modernos sobre los que se construyen las economías mafiosas".

Ante esta realidad que carcome al país, es necesario que reaccionemos como sociedad, no podemos ser indiferentes ante tanta violencia ni mirar hacia otro lado, rogando que no nos ocurra a nosotros o a nuestros allegados. Es necesario un compromiso ciudadano para que, junto con las autoridades, enfrentemos con efectividad y eficacia este cáncer, que, si no lo paramos, nos terminará destruyendo…  "Es hora de la unión nacional, de reconstruir el pacto social que nos une y combatir ese enemigo común que es el crimen organizado, el tráfico de drogas, la delincuencia, la inseguridad, que buscan destruir el tesoro más valioso que tenemos, nuestros niños y jóvenes y que encuentran terreno fértil en una sociedad en que lastimosamente la pobreza y la desigualdad parecen no tener fin" piden los Obispos del Ecuador, así “La Paz Triunfará” sin duda, y con esa esperanza, debemos empeñarnos en reconstruir nuestro país.   ·  #ComuniquemosEsperanza


Descarga esta carta en Pdf

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.  

 

domingo, 16 de octubre de 2022

carta No.154: “No hay PAZ sin justicia”

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 154– 16 de octubre 2022

------------------------------------------------

“No hay PAZ sin justicia

“La verdadera paz, pues, es fruto de la justicia, virtud moral y garantía legal que vela sobre el pleno respeto de derechos y deberes, y sobre la distribución ecuánime de beneficios y cargas. Pero, puesto que la justicia humana es siempre frágil e imperfecta, expuesta a las limitaciones y a los egoísmos personales y de grupo, debe ejercerse y en cierto modo completarse con el perdón, que cura las heridas y restablece en profundidad las relaciones humanas truncadas” Juan Pablo II, 2002.

La paz no sólo es la ausencia de conflictos.  Es la vigencia y presencia de la justicia.  Convivir en paz consiste en aceptar las diferencias y tener la capacidad de escuchar, dialogar, reconocer, respetar, aceptar y apreciar a los demás, así como vivir de forma justa, honrada, respetuosa, pacífica, ecuánime y unida.

La paz se opone a las riñas, las broncas, las discusiones, la violencia, la guerra y acude a la reflexión y al diálogo para resolver conflictos, encontrar consensos, superar divergencias, construir relaciones justas, equitativas, razonables, afectuosas, innovadoras y creativas.

La violencia es la cara opuesta de la paz, es la abundancia de fuerza desproporcionada o desmedida, es el actuar de manera descontrolada donde se impone el más fuerte.  Nadie escucha ni dialoga, abundan los gritos, los golpes, el irrespeto, no se acepta al otro ni se reconocen las diferencias.  Los conflictos se resuelven por la fuerza bruta o por las armas.  La desgracia impera en la cotidianidad.  Dolor, llanto, angustia, desesperanza, muerte.

Ecuador, hasta hace unos años “una isla de paz”, hoy está sumergido en una espiral de violencia generada por un sinnúmero de causas.  La tasa de muertes violentas (TMV) por cada 100 mil habitantes ha pasado del 5.8 en 2018 a 15.48 en 2022.

Pero ¿por qué se disparó la violencia y la inseguridad?  Hay múltiples y variadas respuestas, dependiendo del cristal con el que se mire.  Para unos es el deterioro y la ineficacia de las medidas implementadas por el actual gobierno y por las instituciones a las que les corresponde velar por la paz, por lo que hasta los ‘estados de emergencia’ han resultado ineficaces.

Para otros, la inseguridad ha crecido vertiginosamente, sin darle tiempo al Estado para que reaccione, se organice o defina políticas que le permitan enfrentarla de manera eficaz y eficiente, sobrepasándole, pese a que tiene el monopolio de la fuerza y está legalmente facultado para ello.  El crimen organizado y el narcotráfico imponen su presencia y metodología, operando en diferentes estamentos sociales.  Esto se constata en el sicariato como ajuste de cuentas y en los varios amotinamientos en las cárceles que han costado la vida de cientos de personas detenidas.

Este cuadro se complementa con esas violencias cotidianas, presentes en cualquier ambiente privado o público y socialmente aceptadas: trabajo, calle, transporte, sector educativo, canchas deportivas, fiestas… Hay violencia intrafamiliar, laboral, económica, sicológica, emocional, sexual, física y de género. Lamentablemente la violencia está presente en nuestras vidas y no solo como posibles víctimas, sino también como victimarios.  Debemos desterrar la violencia en nuestro ser interior, en nuestro entorno y contra los demás.

¿Es posible recuperar la paz personal y social en nuestro país?  Es una esperanza lejana, pues demanda unidad total: de quienes dirigen el país para que, además de hacer leyes, encaren el problema de manera integral, generen empleo, mejoren la educación, destierren la corrupción, administren justicia de forma oportuna e imparcial, establezcan un verdadero sistema de rehabilitación social, rompan con la inequidad, y los ecuatorianos tengamos la capacidad y la voluntad de asumir y cumplir las leyes con honestidad, busquemos el diálogo y el consenso para evitar la violencia, dejando al margen intereses personales y de grupo.

La paz, sin duda alguna, es fruto de la justicia.  Mientas no haya justicia, la paz será solo una aspiración lejana.  Es responsabilidad de quienes ejercen el poder y también es tarea de todos.  Con nuestra práctica diaria: generamos violencia o construimos PAZ.  ·  #ComuniquemosEsperanza


Descarga esta carta en pdf

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 20 de febrero de 2022

Carta No. 120: La segura inseguridad del IESS

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 120– 20 de febrero 2022

------------------------------------------------

La segura inseguridad del IESS 

“Durante la enfermedad, la persona siente que está comprometida no sólo su integridad física, sino también sus dimensiones relacionales, intelectiva, afectiva y espiritual; por eso, además de los tratamientos espera recibir apoyo, solicitud, atención… en definitiva, AMOR”. (Papa Francisco para la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo, 2020).


 


Diariamente hay experiencias positivas y negativas en la relación de la ciudadanía con la Seguridad Social.  Las más conocidas y desprestigiadas, por la deficiente, inoportuna e inadecuada atención que reciben los afiliados, son las prestaciones de salud.  Llegar a la emergencia de cualquier servicio de salud del IESS es una frustración inmensa por la decadente y demorada atención, la falta de una infraestructura decente, la ausencia de medicamentos y hasta la escasez de personal.

Es importante recordar que el origen del Sistema de Seguridad Social se remonta a principios del siglo XX. En el gobierno de Federico Páez (1928) se crea la Caja de Pensiones y en 1935 se expide la Ley de Seguro Social Obligatorio que en 1937 se reforma e incorpora el Seguro de Enfermedad.

Años más tarde, en el gobierno de Arroyo del Río (1942), se expide otra Ley del Seguro Social Obligatorio, en la que el Estado se obliga a pagar el 40% de las pensiones de los jubilados. En 1944 se promulgan los Estatutos de la Caja del Seguro.

En 1963 la Caja de Pensiones se fusiona con la Caja del Seguro, formando la Caja Nacional del Seguro Social.  Caja que en 1970 es sustituida por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), entidad cuya organización y funcionamiento se cimienta en los principios de solidaridad, obligatoriedad, universalidad, equidad, eficiencia, subsidiariedad y suficiencia a los afiliados.

En el gobierno de Febres Cordero (1985) empieza el deterioro del IESS, al suspender el pago del 40% de las pensiones jubilares. Otros gobiernos siguieron este mal ejemplo, aunque lo mantenían como un pasivo. Con la crisis de 1999 y la dolarización en el gobierno de Mahuad, el patrimonio del IESS se pulverizó.

El no pago efectivo del 40% del aporte de los gobiernos al IESS fue letal para su descapitalización y caotización. En el 2015 mediante la Ley de Justicia Laboral, además de la suspensión de este aporte, se buscó eliminar la contabilización de la deuda del Estado con el IESS y se amplió la atención médica a los familiares de los aportantes… todo esto ha generado grandes problemas de sostenibilidad. También, se suma la deuda de los empleadores morosos que no cumplen con sus aportes.

Los directivos de turno repiten que el IESS ya no tiene fondos y que por eso no puede pagar pensiones ni atenciones, por lo que se tiene que tomar nuevas medidas como el aumento de edad de jubilación, incremento de aportes o disminución de pensiones.

A más del gravísimo problema económico, el IESS soporta, desde hace más de cuatro décadas, una destrucción sistemática y permanente por la politización extrema que ha impedido que la dirección la asuman personas preparadas para conducirlo con responsabilidad y ética, y por la latente, pública y escandalosa corrupción, y hasta con mafias al interior de la institución.

El IESS no es del Estado, es de los 3´123.467 afiliados. La atención médica, tanto en emergencia como en los tratamientos no son gratuitos. Cada uno junto con el patrono, aporta mensualmente y por muchos años, un monto que garantiza la atención médica, el seguro por invalidez, una jubilación digna, obtener un préstamo quirografario o hipotecario, la asistencia funeral…  Pocos son los casos en los que se recibe una atención eficiente y oportuna.  Lo doloroso es que cuando acudimos al IESS por atención, la mayoría de las veces es una experiencia desastrosa.

Si los afiliados queremos justicia y atención oportuna, debemos exigir, en conjunto con los jóvenes -pues también está ahí su futura seguridad social-, los correctivos urgentes y necesarios: despolitización del IESS, extirpación radical de la corrupción, una administración profesional y capaz, pago del aporte del 40% del Estado, pago de los empleadores morosos y su reorganización integral, que nos asegure una buena y verdadera seguridad social para todos.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

Descarga esta carta en Pdf

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 4 de octubre de 2020

Carta No. 48: Empleo: deber y derecho social

 

 

Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 48 – 4 de octubre 2020

------------------------------------------------

    

“…que a nadie le falte el trabajo y que todos sean justamente remunerados y puedan gozar de la dignidad del trabajo y la belleza del descanso.

 

El trabajo es lo que hace al hombre semejante a Dios, porque con el trabajo el hombre es un creador, es capaz de crear, de crear muchas cosas…”. Papa Francisco (1 mayo 2020).


Empleo: deber y derecho social

Ganarse el pan con el sudor de la frente, es decir con trabajo, da un sentido de realización a la actividad humana dentro de un programa de vida justo. De ahí que el trabajo es esencial e indispensable para todos ya que de él dependemos para vivir y mantener honradamente a nuestras familias.

La mortal y despiadada pandemia ha evidenciado aún más un problema estructural y social complejo: el desempleo. El mundo podría cerrar el 2020 con alrededor de 400 millones de personas sin trabajo, algo así como toda la población de América del Sur.

En Ecuador, oficialmente 13 de cada 100 personas aptas para el trabajo estarían en la desocupación, más de un millón, de los cuales casi 700 mil perdieron el empleo por la pandemia, mientras el 70% se debate en el subempleo y la informalidad y escasamente el 16.7% cuentan con un trabajo estable y adecuadamente remunerado (Inec).

Las cifras son trágicas, pero aún más trágica e impactante es la lacerante realidad que constatamos al caminar por nuestras ciudades, que despliegan pobreza y hambre. Los jóvenes y las mujeres están entre los grupos más golpeados. A ello se suma el deterioro de la situación laboral de muchos trabajadores, que en 2020 vieron reducidas sus horas de trabajo e ingresos por la disminución de la demanda, el cierre de empresas y la desvinculación de empleados públicos, que contradictoriamente a lo sugestivo del título de la Ley de Apoyo Humanitario, fue la que consagró su regreso a casa con las manos vacías y la desesperanza a cuestas.

El problema no termina ahí, las condiciones de vida de millones de personas se deterioran y arrastran graves consecuencias sociales como: falta de alimentación, vivienda, educación, en medio de hacinamiento, migración, inseguridad, etc., pasando de una condición limitada a una de supervivencia, donde no se logran satisfacer las necesidades vitales.  Las calles acogen a quienes no tienen otra opción que acudir a la informalidad para alcanzar el mínimo sustento familiar, todo ante la mirada impávida de gobiernos y políticos demagogos que ofrecen el oro y el moro en las campañas electorales, pero que una vez en el poder priorizan otros intereses en lugar de plantear soluciones a las más graves problemáticas.

Qué lejos se sienten la ley y la justicia, en vano la Constitución consagra que El trabajo es un derecho y un deber social, y un derecho económico (…)  El Estado garantizará a las personas trabajadoras el pleno respeto a su dignidad, una vida decorosa, remuneraciones y retribuciones justas y el desempeño de un trabajo saludable y libremente escogido o aceptado. (art. 33).

Sin embargo, y no obstante lo dicho, no solo el Estado es responsable de esta estructura defectuosa, inequitativa e injusta de la división de la sociedad en la repartición de la riqueza, TODOS somos corresponsables, cuando actuamos y favorecemos prácticas de discriminación, de individualismo, de ojos ciegos y oídos sordos frente a la corrupción, a la explotación laboral, cuando elegimos personas que buscan intereses personales, cuando somos indiferentes al DOLOR e INJUSTICIA de una sociedad que nos divide y nos vuelve narcisistas, ególatras e insensibles con el hermano.  ·  #ComuniquemosEsperanza

 

   

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.