Con los ojos fijos en Él
en la realidad y la fe
Comisión ecuatoriana Justicia
y Paz
carta No. 306
– 14 de septiembre de 2025
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¡El IESS es
nuestro!
Para que la seguridad social funcione debe ser justa y sostenible, y que debe haber un vínculo solidario entre las generaciones presentes y futuras…No al trabajo ilegal, no al trabajo precario y sí al trabajo digno” Papa Francisco, 3 de abril de 2023. “El derecho a la seguridad social es un derecho irrenunciable de todas las personas, y será deber y responsabilidad primordial del Estado.” (Constitución, art. 34). El IESS es la aplicación de este derecho: “El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, entidad autónoma regulada por la ley, será responsable de la prestación de las contingencias del seguro universal obligatorio a sus afiliados.” (art. 370).
En enero de 2025, el IESS registró 3.270.772 afiliados,
el 39,03 % de la Población Económicamente Activa (PEA) del país. Los hombres
representan el 57,59 % y las mujeres el 42,41 %, evidenciando una brecha de
género de 15,18 %. Según la OIT, a octubre de 2021 solo el 30 % de las personas
mayores de 65 años cuenta con una pensión de jubilación.
El modelo ecuatoriano es original: combina la
solidaridad y subsidiariedad entre afiliados con la responsabilidad del Estado.
Allí está su fortaleza. A pesar de los sucesivos ataques de los gobiernos
—sobre todo desde 2014— a los fondos del IESS, este ha logrado subsistir. Sin
embargo, la propaganda oficial dice que el IESS está quebrado y que la única
salida es privatizarlo.
La Constitución dispone que “el sistema de seguridad
social es público y universal, no podrá privatizarse y atenderá las necesidades
contingentes de la población.” (art. 367).
Los fondos del IESS nos pertenecen a los afiliados y
jubilados. Es una forma de propiedad especial: no es pública ni privada, sino
solidaria-colectiva. “Los fondos y reservas del seguro universal obligatorio
serán propios y distintos de los del fisco, y servirán para cumplir de forma
adecuada los fines de su creación y sus funciones. Ninguna institución del
Estado podrá intervenir o disponer de sus fondos y reservas, ni menoscabar su
patrimonio.” (art. 372).
Desde 1928 el IESS ha sido saqueado por los gobiernos,
que lo usan como caja de financiamiento y botín político. La dolarización licuó
sus fondos, pensiones y la deuda estatal; en 2015 se eliminaron los aportes del
Estado, provocando una pérdida de USD 5.932 millones. Hoy la deuda pública con
el IESS supera los USD 24 mil millones y sigue sin pagarse.
El proyecto de ley busca usar los fondos del BIESS para
tapar el déficit fiscal y favorecer a privados, vendiendo carteras de crédito y
tomando préstamos con los ahorros previsionales como garantía, al estilo del
fallido modelo chileno. También legaliza la derivación de servicios de salud a
clínicas privadas, que ya absorbieron 8 mil millones de dólares, dinero con el
que se pudieron construir 20 hospitales. Las fórmulas de los “expertos” de
gobiernos y empresas consisten en trasladar los costos a los afiliados: ampliar
la edad de jubilación, subir los aportes y reducir las pensiones jubilares. Por
otra parte, se busca privatizar los fondos del IESS.
Hay alternativas. Urge rescatar la autonomía del IESS,
para que el Consejo Superior esté dirigido por representantes de sus legítimos
dueños —los afiliados y jubilados—, y no por delegados de los gobiernos. El
patrimonio y los flujos financieros del IESS podrían ser la base para la
constitución de un fondo soberano como mecanismo sólido de inversión y
reactivación productiva. La solidaridad y la subsidiariedad están ligadas a la
ampliación del número de afiliados, a la generación de empleo y al trabajo digno.
No puede dejarse en manos de los gobiernos que han destruido la seguridad
social. #ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la
fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz,
resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar,
reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.
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