Con los ojos fijos en Él
en la realidad y
la fe
Comisión
ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 120– 20 de febrero 2022
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La segura inseguridad del IESS
“Durante la enfermedad, la
persona siente que está comprometida no sólo su integridad física, sino también
sus dimensiones relacionales, intelectiva, afectiva y espiritual; por eso,
además de los tratamientos espera recibir apoyo, solicitud, atención… en
definitiva, AMOR”. (Papa Francisco para la XXVIII Jornada
Mundial del Enfermo, 2020).
Diariamente hay
experiencias positivas y negativas en la relación de la ciudadanía con la
Seguridad Social. Las más conocidas y
desprestigiadas, por la deficiente, inoportuna e inadecuada atención que
reciben los afiliados, son las prestaciones de salud. Llegar a la emergencia de cualquier servicio
de salud del IESS es una frustración inmensa por la decadente y demorada
atención, la falta de una infraestructura decente, la ausencia de medicamentos
y hasta la escasez de personal.
Es importante
recordar que el origen del Sistema de Seguridad Social se remonta a principios
del siglo XX. En el gobierno de Federico Páez (1928) se crea la Caja de
Pensiones y en 1935 se expide la Ley de Seguro Social Obligatorio que en 1937 se
reforma e incorpora el Seguro de Enfermedad.
Años más tarde, en
el gobierno de Arroyo del Río (1942), se expide otra Ley del Seguro Social
Obligatorio, en la que el Estado se obliga a pagar el 40% de las pensiones de
los jubilados. En 1944 se promulgan los Estatutos de la Caja del Seguro.
En 1963 la Caja de
Pensiones se fusiona con la Caja del Seguro, formando la Caja Nacional del
Seguro Social. Caja que en 1970 es
sustituida por el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), entidad
cuya organización y funcionamiento se cimienta en los principios de
solidaridad, obligatoriedad, universalidad, equidad, eficiencia, subsidiariedad
y suficiencia a los afiliados.
En el gobierno de
Febres Cordero (1985) empieza el deterioro del IESS, al suspender el pago del
40% de las pensiones jubilares. Otros gobiernos siguieron este mal ejemplo,
aunque lo mantenían como un pasivo. Con la crisis de 1999 y la dolarización en
el gobierno de Mahuad, el patrimonio del IESS se pulverizó.
El no pago
efectivo del 40% del aporte de los gobiernos al IESS fue letal para su
descapitalización y caotización. En el 2015 mediante la Ley de Justicia Laboral,
además de la suspensión de este aporte, se buscó eliminar la contabilización de
la deuda del Estado con el IESS y se amplió la atención médica a los familiares
de los aportantes… todo esto ha generado grandes problemas de sostenibilidad. También,
se suma la deuda de los empleadores morosos que no cumplen con sus aportes.
Los directivos de turno
repiten que el IESS ya no tiene fondos y que por eso no puede pagar pensiones ni
atenciones, por lo que se tiene que tomar nuevas medidas como el aumento de
edad de jubilación, incremento de aportes o disminución de pensiones.
A más del gravísimo
problema económico, el IESS soporta, desde hace más de cuatro décadas, una
destrucción sistemática y permanente por la politización extrema que ha
impedido que la dirección la asuman personas preparadas para conducirlo con
responsabilidad y ética, y por la latente, pública y escandalosa corrupción, y hasta
con mafias al interior de la institución.
El IESS no es
del Estado, es de los 3´123.467 afiliados. La atención médica, tanto en
emergencia como en los tratamientos no son gratuitos. Cada uno junto con el
patrono, aporta mensualmente y por muchos años, un monto que garantiza la
atención médica, el seguro por invalidez, una jubilación digna, obtener un
préstamo quirografario o hipotecario, la asistencia funeral… Pocos son los casos en los que se recibe una
atención eficiente y oportuna. Lo
doloroso es que cuando acudimos al IESS por atención, la mayoría de las veces
es una experiencia desastrosa.
Si los afiliados queremos justicia y atención oportuna, debemos
exigir, en conjunto con los jóvenes -pues también está ahí su futura seguridad
social-, los correctivos urgentes y necesarios: despolitización del IESS,
extirpación radical de la corrupción, una administración profesional y capaz, pago
del aporte del 40% del Estado, pago de los empleadores morosos y su
reorganización integral, que nos asegure una buena y verdadera seguridad social
para todos. ·
#ComuniquemosEsperanza
Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe es una publicación de
la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de
los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas,
a través de estas cartas.
Un saludos de paz y bien desde el sur de Quito. Agradezco las cartas semanales, Dios les pague. Los afiliados hemos de exigir justicia y atención oportuna! De acuerdo es necesario y urgente la despolitización del IESS. Ojalá a todos en el Ecuador se les garantice la salud como derecho. Una amiga del barrio no tiene seguro médico, va con su hijo sin número de veces al hospital público y no le atienden! Qué podemos hacer!? Tengo gran indignación en estos días la acompaño y hago pública esta situación.
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