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domingo, 10 de agosto de 2025

carta No. 301: ¿Seguimos buscando al Ecuador?

 

Con los ojos fijos en Él

en la realidad y la fe

Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 301 – 10 de agosto 2025
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¿Seguimos buscando al Ecuador?

“En varios países una idea de la unidad del pueblo y de la nación, penetrada por diversas ideologías, crea nuevas formas de egoísmo y de pérdida del sentido social enmascaradas bajo una supuesta defensa de los intereses nacionales”. Papa Francisco Fratelli Tutti. Sean mansos como palomas y astutos como serpientes, Mateo 10, 16.

Desde el 10 de agosto de 1809, cuando aún no éramos Ecuador, hemos buscado la Patria anhelada: inclusiva, fraterna, solidaria, justa, sin pobreza, con educación, empleo y oportunidades para todos… Sin embargo, esa aspiración ha sucumbido. Doscientos dieciséis años después, seguimos enfrentando los mismos desafíos que, pese al paso del tiempo, no han sido resueltos.

¿Cómo encontrar el camino y la buena nueva en medio de la incertidumbre, la propaganda y, sobre todo, el miedo que vive nuestro país para construirlo sin pobreza, sin carencias, con fraternidad y solidaridad? La historia es larga y los hechos innumerables. Para entender lo que pasa en nuestro Ecuador hay que ampliar la mirada. El tiempo se mueve en ciclos.

El presidente Noboa, con su gobierno, ha abierto un nuevo ciclo comparable al de Sixto Durán en 1992, con el mismo ideólogo, Alberto Dahik. Entonces se dio el viraje al modelo neoliberal, centrado en el mercado y el capital financiero-bancario. Durán impulsó un paquete de ocho leyes para modificar la Constitución, y luego convocó a una consulta para privatizar el IESS y eliminar derechos laborales. Ese periodo terminó con dos resultados: la derrota en la consulta y la crisis bancaria de 1998.

Hoy, Noboa —posiblemente asesorado por Dahik— sigue un camino similar: impulsar un paquete de leyes para modificar la Constitución de 2008 y abrir una nueva fase neoliberal y de transnacionalización de la economía, centrada en el capital comercial, rentista-minero y financiero. Se repiten los temas legales: reducción del Estado y despido de trabajadores públicos. Pero hay tres novedades que marcan una diferencia con 1992: la intervención del capital criminal y el narcotráfico, la centralización de la riqueza en el emporio Noboa y el alineamiento geopolítico con Estados Unidos.

Para alcanzar ese objetivo, se requiere el control de la población. La primera administración de Noboa se centró en una estrategia de “shock” blando: manejo del miedo y el terror para que la gente acepte canjear libertad por seguridad, en nombre de una guerra interna contra grupos terroristas locales. Esta estrategia no ha detenido la violencia, pero sí ha conseguido respaldo popular.

Ahora se pasa a una segunda fase: el control de la economía, la apropiación de bienes públicos, el acceso a territorios comunales y biodiversidad mediante el extractivismo, la alianza transnacional con el nuevo “nube-capital” y, al mismo tiempo, la búsqueda del control de todas las funciones del Estado, que antes se criticaba en otros regímenes. La política del espectáculo y el manejo del miedo han debilitado la capacidad de resistencia popular.

Más allá de la escena y los juegos de poder, la violencia ha aumentado: este primer semestre de 2025 ha sido el más violento de nuestra historia, con un asesinato cada 56 minutos. Además, 470.000 trabajadores han abandonado el IESS, pese a la propaganda que proclama la creación de nuevos empleos.

Este proyecto ha encontrado dos escollos: la posición de la Corte Constitucional, que ha detenido algunas disposiciones y leyes, y el inicio, aún tenue, de la resistencia de diversos sectores. La respuesta desde sectores afines al gobierno ha sido cuestionar y deslegitimar a la Corte, utilizando todos los recursos del Estado, los medios de comunicación y las fuerzas de seguridad.

Para encontrar una salida, el primer paso es reconocer que se trata de un plan integral y que, por lo tanto, se requiere también una respuesta integral para defender los derechos y la vida de todos, así como de la naturaleza. Necesitamos construir un pensamiento propio y crítico ante la realidad, para decodificar la propuesta del actual gobierno y recuperar la fuerza de la solidaridad y la fraternidad, fortaleciendo el tejido social. Abrir un camino conjunto en defensa de la democracia y la vida plena es tarea permanente. #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 29 de junio de 2025

carta No. 295: Clamemos e invoquemos la paz

 

Con los ojos fijos en Él

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 295 – 29 de junio 2025
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Clamemos e invoquemos la paz

“Hoy más que nunca, la humanidad clama e invoca la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por palabras retóricas que incitan al conflicto…

La guerra no resuelve los problemas, al contrario, los agrava y causa heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar. Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños, el futuro robado.”  León XIV, 22/06/2025.

Se afirma que en la guerra la primera víctima es la verdad. Posiblemente sea así, pero también mueren la humanidad, la inteligencia y la razón. Algunos líderes mundiales parecen haber perdido el sentido común; han iniciado, mantenido y profundizado cruentas guerras con enormes bajas en la población civil, despreciando la diplomacia y la negociación. Sus mensajes son cada vez más virulentos y amenazadores, generando una creciente polarización internacional. Esto es sustentado por una propaganda que justifica cualquier hecho y declara victorias sin sentido. Incluso el fantasma nuclear vuelve a sobrevolar a toda la humanidad.

Vivimos días de intensa zozobra por la guerra entre Israel e Irán, que fue iniciada por una agresión injustificada del Estado sionista en contra del país persa, dominado por la teocracia de los ayatolás. El conflicto fue escalando hasta la intervención de los Estados Unidos y la posterior declaración de una tregua frágil, que puede ser solo una pausa temporal.

Ante esta confrontación, pasaron a segundo plano la guerra de Ucrania —donde cada semana mueren más de 10.000 personas de ambos bandos—, el constante genocidio de palestinos en Gaza, las interminables guerras en África. China se torna agresiva frente a Japón y Filipinas. La OTAN se posiciona en todos los conflictos y exige que sus 32 miembros destinen el 5 % de su producto interno bruto en armamento, a costa del gasto social. La Unión Europea declara que debe gastar hasta 800.000 millones de euros en armas ante la amenaza rusa. Así se quema incienso ante los nuevos ídolos de la industria armamentista, actualmente la más rentable del mundo.

Todo esto se justifica sobre bases falsas, instalando un clima de terror que trata de convencer a las personas de que las guerras son inevitables. Las reacciones de los pueblos ante tales despropósitos son tímidas y hasta ahora minoritarias, olvidando los principios básicos del derecho internacional.

En Latinoamérica, aunque no hay guerras entre países, persiste un clima de violencia generalizada. En Ecuador, el llamado “conflicto armado interno” ha dejado un saldo alarmante de asesinatos diarios, extorsiones y secuestros. La respuesta estatal ha sido endurecer leyes que vulneran derechos humanos, promoviendo impunidad y criminalizando a menores como adultos.

Somos un pueblo herido. Hemos interiorizado la violencia que se ha apoderado de nuestra alma. En los comportamientos diarios se han recrudecido las agresiones al interior de las familias, en los espacios comunitarios, en los trabajos, en la sociedad. El miedo y el temor hacen que muchas personas justifiquen, sin ningún espíritu crítico, los ajusticiamientos de los delincuentes. Se dice: “hay que acabar con ellos”. Nos deshumanizamos sin darnos cuenta.

En 1963, cuando la humanidad estuvo a punto del apocalipsis nuclear, el papa san Juan XXIII publicó su encíclica Pacem in Terris. Allí nos decía que los derechos y deberes de las personas eran la base para la paz, que había que establecer relaciones de justicia y solidaridad entre individuos, familias, grupos sociales y los Estados, y que era necesario promover la cooperación internacional para el desarme, la solución pacífica de conflictos y la ayuda al desarrollo de los países pobres.

San Pablo nos recuerda que todos formamos parte de un solo cuerpo, sin distinción de origen o clase: “Si sufre un miembro del cuerpo, todos los demás sufren con él; si es honrado, todos los demás se alegran” (1 Corintios 12,26). Debemos trabajar para construir la paz, desterrar la obsesión belicista y la violencia destructora de sociedades y familias. #ComuniquemosEsperanza

 


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 en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

 

domingo, 22 de junio de 2025

carta No. 294: GAZA: la deshumanización global

 

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 294 – 22 de junio 2025
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GAZA: la deshumanización global

“Desde la franja de Gaza, se eleva al cielo, cada vez más intenso, el llanto de madres, de los padres que abrazan los cuerpos sin vida, de los niños que buscan continuamente un poco de comida y un refugio contra los bombardeos. Renuevo mi llamamiento a los responsables: ¡que cese el fuego, que todos los rehenes sean liberados, que se respete íntegramente el derecho humanitario!” León XIV, 28 de mayo 25.

Lo que el gobierno sionista de Israel está haciendo en Gaza es, sin duda alguna, un genocidio: el exterminio sistemático del pueblo palestino por su nacionalidad, identidad y religión. Gaza, un territorio de apenas 41 km de largo por 10 km de ancho, está siendo asediado por el régimen sionista de Israel desde hace 21 meses, intensificándose tras el ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre de 2023.

Las cifras son alarmantes y la destrucción, masiva: más de 55.000 civiles han muerto, incluyendo miles de mujeres y niños. Israel bombardea hospitales, escuelas, mezquitas, iglesias y centros de distribución de comida, causando terror, hambre y muerte. La ayuda humanitaria está severamente bloqueada, provocando muertes por inanición, especialmente entre los más vulnerables. Más de 14.000 bebés están en riesgo de morir por desnutrición extrema. Cada día llegan noticias de nuevas muertes de personas indefensas, víctimas inocentes de una ideología supremacista que desprecia los derechos humanos.

La reacción internacional ha sido clara. El 12 de junio de 2025, la ONU condenó estos crímenes y exigió un alto al fuego inmediato, la liberación de rehenes y que Israel rinda cuentas. La resolución fue aprobada por 149 países, con 12 en contra y 19 abstenciones, entre ellas la del gobierno del Ecuador, lo cual nos llena de vergüenza e indignación.

Diversos gobiernos occidentales muestran hipocresía al condenar la invasión a Ucrania, pero guardar silencio o actuar con tibieza ante los ataques de Israel en Gaza y la reciente ofensiva contra Irán. Incluso, el presidente de EE.UU. ha sugerido convertir Gaza en una “Riviera” tras una limpieza étnica, lo que ha sido denunciado como una declaración genocida.

Unimos nuestra voz a muchas otras que claman por el derecho de Palestina a ser libre. Representantes de distintas religiones se han unido para exigir el fin de la masacre, el respeto a la vida y a la autodeterminación del pueblo palestino. Como expresó León XIV: “¡Que cese el fuego! ¡Que se liberen los rehenes! ¡Que se respete el derecho humanitario!”

Desde la ética y la espiritualidad de las distintas religiones, y desde la más básica humanidad, demandamos el fin del genocidio en Gaza, el reconocimiento del Estado Palestino y el respeto a la vida, especialmente de los niños y mujeres que son hoy víctimas de esta tragedia.

La paz mundial enfrenta graves amenazas. El papa Francisco y León XIV han advertido sobre una “Tercera Guerra Mundial en trozos”, condenando los conflictos en Ucrania, Gaza e Irán. Ambos han pedido ceses al fuego, ayuda humanitaria y construir una “civilización del encuentro y del amor”.

Cada guerra es una derrota para toda la humanidad. Quizás lo que ocurre hoy en Gaza nos muestre el rostro más atroz de la deshumanización, del egoísmo, de la ambición y del poder desmedido. No olvidemos que el Señor nos dice:“Cuanto hicisteis a uno de estos, mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” (Mateo 25, 40)

Por ello, en Ecuador se ha creado un grupo interreligioso en el que participan católicos, evangélicos, judíos y musulmanes. Unidos en un espíritu ecuménico, convocaron y participaron en una marcha el domingo 15 de junio y en el conversatorio “Religiones en Ecuador unidas por la paz en Palestina”, realizado el jueves 19. Ambos espacios permitieron denunciar esta barbarie, exigir la paz, elevar oraciones y alzar con fuerza una sola voz: ¡EXIGIMOS PAZ, RESPETO A LA VIDA Y JUSTICIA PARA EL PUEBLO PALESTINO! #ComuniquemosEsperanza

 


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 en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.

domingo, 15 de junio de 2025

carta No. 293: ¿Nuevos cortes de Energía Eléctrica?

 

 

 

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 293– 15 de junio 2025
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¿Nuevos cortes de Energía Eléctrica? 


“La red eléctrica es un sistema complejo, donde todo está conectado, donde la energía puede llegar hasta la última casa en una colina, porque detrás de ese último tramo de cable hay todo un sistema que lo sostiene…La red es también una bella metáfora de la cooperación y la reciprocidad humana, de la relación entre la parte y el todo...La electricidad como infraestructura es esencial para el desarrollo de las comunidades, especialmente las más pobres”. (Papa Francisco, audiencia con una empresa eléctrica, agosto 2024).

 

La política, los políticos, las autoridades de elección popular deben promover el bien común. Una política que se identifica con las periferias entenderá el clamor popular y no confundirá el futuro del pueblo con los relatos que proyectan a través de medios complacientes. Servir al pueblo es apreciar su cultura, sus valores espirituales y valores religiosos, atender sus necesidades, sus requerimientos de educación, salud, servicios básicos, combatir la pobreza, crear fuentes de trabajo y administrar justicia de forma equitativa.

El pueblo para desarrollar sus actividades diarias necesita contar con servicios públicos eficientes de las autoridades, que deben trabajar sin descanso y proporcionar los medios para que las grandes mayorías se eduquen, tengan acceso a salud, educación, trabajo, servicios básicos y todo lo que permita asegurar unas condiciones de vida dignas.

En este contexto, la electricidad es fundamental para el desarrollo de las múltiples actividades cotidianas. Está en nuestros hogares, permitiéndonos tener luz, electrodomésticos, sistemas de calefacción y refrigeración y dispositivos electrónicos que facilitan nuestra cotidianidad. En la Comunicación podemos usar teléfonos, computadoras, internet y otros medios que nos mantienen conectados con el mundo. En la Salud y bienestar, los hospitales y centros de salud dependen de la electricidad para operar equipos médicos, realizar cirugías, mantener medicamentos en condiciones adecuadas y salvar vidas. En la Educación, las escuelas y universidades utilizan electricidad para la enseñanza, investigación y acceso a información digital. En la Economía y producción, impulsa industrias, comercios y servicios, permitiendo la producción de bienes y servicios que sostienen la economía. Sin electricidad se paraliza la economía. En el Transporte e infraestructura, los trenes eléctricos, semáforos, sistemas de agua potable y otros servicios urbanos dependen de la electricidad para funcionar. En Innovación y desarrollo es clave para avances tecnológicos, energías renovables, investigación científica y nuevas soluciones que mejoran nuestra calidad de vida. En Seguridad, los sistemas de alumbrado público, alarmas y cámaras de vigilancia ayudan a mantener seguros a los ciudadanos. La electricidad es la columna vertebral de la sociedad moderna, permitiendo que todo funcione de manera eficiente, segura y cómoda. Sin ella, muchas de las actividades que damos por hechas serán imposibles o mucho más difíciles.

Un país para que funcione muy bien debe asegurar la provisión de energía eléctrica y para ello debe trabajar planificadamente al mediano y largo plazo.

Actualmente en Ecuador el 92% de la generación de energía proviene de centrales hidráulicas, el 7% de térmicas y el 1% de fuentes no convencionales. En periodos de estiaje tenemos serias dificultades para satisfacer la demanda de energía eléctrica, y llegan los racionamientos por varias horas que generan grandes pérdidas económicas a todo nivel. Es importante considerar que en Ecuador el consumo de energía se incrementa tanto a nivel nacional como por persona. El consumo por persona entre 2010 y 2020 se incrementó en el 33,0%, pasando de 1.105 kWh por habitante a 1470.

Lo que ocurrió con los apagones en 2024 fue que el gobierno no previó la situación que se venía, improvisó, fue incapaz de encontrar soluciones y algunas de las que tardíamente implementó resultaron ineficientes y generaron dudas de corrupción.

Con esa experiencia negativa, esperamos que ahora hayan planificado y actúen con eficiencia y eficacia para contar con fuentes de energía que cubran las demandas crecientes, si no el desabastecimiento llegará y también los cortes.  El temor a que se repita la crisis energética en Ecuador preocupa e inquieta a una gran parte de la población. La dependencia de fuentes hídricas, así como del petróleo y gas, la falta de mantenimiento de las termoeléctricas y la insuficiente inversión en infraestructura energética han debilitado el sistema eléctrico del país. ¡Ojalá que no se repitan los cortes! #ComuniquemosEsperanza

 

 

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domingo, 27 de octubre de 2024

carta No. 260: Complejo de Casandra

 

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 260– 27 de octubre 2024
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Complejo de Casandra

“Con el paso del tiempo advierto que no tenemos reacciones suficientes mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre… Coordinar no es una tarea fácil, requiere paciencia, visión, unidad de propósito y, sobre todo, la valorización de las identidades asociativas individuales, que deben ponerse al servicio del conjunto… hacer fructificar los talentos y las capacidades en beneficio de todos… mirar al futuro con confianza, dispuestos también a emprender caminos diferentes e innovadores.” Papa Francisco.

Casandra, princesa de Troya, recibió de Apolo el don de la profecía. Cuando ella rechazó sus avances, el dios la maldijo condenándola a que nadie creyera jamás en sus predicciones, sus advertencias eran consideradas locuras.

Vivimos un complejo de Casandra: los expertos advirtieron sobre los problemas energéticos derivados del estiaje y el calentamiento global hace mucho tiempo, pero los políticos, atrapados en sus propios intereses, no prestaron atención. En respuesta a la emergencia, en lugar de priorizar la reparación del parque térmico de electricidad, Daniel Noboa decidió destinar 400 millones de dólares de CELEC, la entidad rectora en electricidad, a combatir la inseguridad y la violencia. Cuando surgió el problema, recurrió a culpar a las administraciones pasadas.

El pueblo siente los efectos de crisis económicas, políticas, sociales, ambientales y energéticas, sin entender cómo ni por qué nos hallamos en una turbulencia que desestabiliza el tejido social. En esos momentos críticos, las autoridades aparecen para informarnos que estamos en crisis. ¿Quiénes arrastraron al país a este torbellino que impide prosperar y alcanzar una vida digna?

La política y la técnica se han divorciado. La dirigencia política ha degenerado y se ha desprestigiado, acumulando desconfianza por su improvisación, ineficiencia, incapacidad, corrupción e impunidad. Al mismo tiempo, existen equipos de expertos y jóvenes especializados que cuentan con conocimientos y herramientas técnicas para entender y abordar las causas, efectos y posibles soluciones a las múltiples crisis que afectan al país.

La mayoría de los políticos que asumen como autoridades, después de ganar elecciones, demuestran una enorme incapacidad; se perciben como estrellas y mesías sin “saber leer ni escribir” ni comprender la realidad y las angustias del pueblo. Sin embargo, son ellos quienes toman decisiones, sin calcular las consecuencias que pueden darse a corto y mediano plazo. Solo les importa el instante, y hacen cualquier cosa por aparecer como los “salvadores” en momentos críticos. Creen poseer todos los conocimientos y aparentan ser expertos, sin tener la menor idea de lo que realmente deben hacer. Actúan como si “su palabra fuera ley,” desoyendo e ignorando cualquier planificación, análisis o sugerencia de técnicos y especialistas.

Instituciones como el IESS, CELEC, Petroecuador y CNT han archivado y desechado los planes y proyectos elaborados por profesionales muy preparados en diversas áreas estratégicas que requieren un manejo profesional, técnico y expedito. Las advertencias de expertos comprometidos con el país son ignoradas por los politiqueros que se creen intocables.

Los problemas son cada vez más profundos y complejos. El cambio climático y el calentamiento global, las guerras, la violencia del crimen organizado, y las epidemias son cuestiones estructurales que exigen respuestas inmediatas y, más aún, soluciones a mediano y largo plazo. Existe una creciente desproporción entre la gravedad de los problemas y la miopía de la mayoría de los políticos.

Estamos ante la necesidad imperiosa de equilibrar la labor política con la técnica y la tecnología. Valorar el trabajo de los expertos con conocimientos y experiencia, y exigir a técnicos, especialistas y universidades que aporten propuestas de fondo son tareas pendientes. Ecuador necesita un programa de Estado que trascienda los gobiernos de turno, estableciendo grandes líneas de desarrollo para la Patria y priorizando el bien común.#ComuniquemosEsperanza

 

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domingo, 13 de octubre de 2024

carta No. 258: El Voto: Corazón de la Democracia

 

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 258– 13 de octubre 2024
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El Voto: Corazón de la Democracia 

“…pensando hoy en lo que significa el "corazón" de la democracia: juntos es mejor porque solos es peor. Juntos es bueno porque solos es triste. Juntos significa que uno más uno no es dos, sino tres, porque la participación y la cooperación crean lo que los economistas llaman valor añadido, es decir, ese sentido positivo y casi concreto de la solidaridad que surge de compartir y plantear, por ejemplo en el ámbito público, cuestiones sobre las que existe convergencia”, Papa Francisco.

Nos encontramos nuevamente ante un proceso electoral. Los candidatos irrumpen en nuestra vida cotidiana, proclamando que tienen la solución a todos nuestros problemas. Se presentan como "iluminados", armando por sí solos propuestas con el fin de cautivar al electorado, buscando convertirse en una especie de "rey Midas" que, con solo pronunciar palabras, creen poder resolverlo todo. Son "demagogos estrella" que, con sus "cantos de sirena", nos sorprenden, pero permanecen alejados del pueblo, sin contenido ni sustento real. Así, demuestran que carecen de propuestas viables para enfrentar los gravísimos problemas que atravesamos.

Debemos ser conscientes de que, en esta "democracia representativa", la participación de la ciudadanía se reduce al acto de votar; no existe una participación activa y efectiva. En cada elección, arriesgamos tanto nuestro presente como nuestro futuro. No podemos quedarnos como meros observadores, "balconeando" lo que sucede a nuestro alrededor. Es éticamente inaceptable tomarlo a la ligera, mostrarse indiferente o ignorar la trascendencia de una elección presidencial y legislativa. Debemos votar con plena conciencia, no solo para cumplir con una obligación, mucho menos por compromiso o, peor aún, por intereses particulares.

Debemos participar activamente para evitar la indiferencia, que es un cáncer para la democracia. No basta con conocer los nombres de los candidatos o hacer campaña por uno; es crucial exigir, conocer y analizar sus propuestas, antecedentes, vínculos y fuentes de financiamiento. También debemos evaluar sus principios, capacidad de liderazgo, y su disposición a servir, no a servirse. Solo así podemos empezar a sanar esta democracia gravemente enferma, que clama por participación y cooperación ciudadana.

No nos dejemos engañar por soluciones fáciles que se difunden en redes sociales y medios cooptados por el poder. Para superar esta crisis, debemos unir esfuerzos, apasionarnos por el bien común y trabajar para sanar un corazón democrático gravemente herido por la corrupción y la ilegalidad, que destruyen la institucionalidad.

Nuestro voto debe ser consciente y reflexivo, evaluando si los planes de los candidatos promueven inclusión, desarrollo económico con equidad, sostenibilidad, solidaridad y el bien común. Es fundamental que ofrezcan mejorar la calidad de vida, la convivencia, la participación democrática, la libertad, la seguridad, la salud, la creación de empleos dignos, y la lucha contra la corrupción y la impunidad, así como la recuperación de la institucionalidad y la legalidad.

“…El centro de gravedad de toda democracia sana […] reside en la representación popular, de la que depende el destino nacional para todo el periodo del mandato. De que la elección sea buena o mala depende la prosperidad o la decadencia, la salud o la perpetua enfermedad del estado. Hay, pues, que tomar conciencia plena de la responsabilidad que tenemos […] Hay que llevar al poder personas […] que actúen con objetividad, honestidad e incorruptibilidad para que un gobierno democrático logre conquistar el respeto y la confianza del pueblo” (Muñoz Vega, 1978).

El voto es el corazón de la democracia. #ComuniquemosEsperanza

 

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domingo, 29 de septiembre de 2024

carta No. 256: Sin luz, sin agua y con fuego

 

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 256– 29 de septiembre 2024
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Sin luz, sin agua y con fuego

Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? (Mt 7,16). “Cuando encendemos la luz en casa, no pensamos que ese gesto funciona gracias al trabajo de muchas personas, a su inteligencia y competencia, y también a sus sacrificios. La buena energía no es sólo una cuestión tecnológica, la energía debe ser cada vez más justa e inclusiva ". Papa Francisco 31 de agosto de 2024.

Hay un elemento común entre los apagones y los incendios: el estiaje, la sequía. Según el gobierno ecuatoriano el problema es la falta de agua y “hay que esperar que llueva”. Los estiajes son a la vez un ciclo de la naturaleza y un resultado de la destrucción de la “Casa común”. Son ciclos conocidos, agravados por el calentamiento planetario y por el modo de vida depredador de la Pachamama, contaminación, deforestación, invasión del cemento, destrucción de los páramos por la minería y el extractivismo, quemas de las selvas y expansión del monocultivo. Los incendios asolan los campos, los bosques y hasta las ciudades, como Quito, la producción agropecuaria se encuentra en una profunda crisis. En las ciudades hay racionamientos de agua.

Los estiajes requieren una política energética planificada y sostenible para asegurar energía y agua en tiempos de escasez. Ecuador, como país multidiverso, ofrece diversas posibilidades energéticas.

Apenas utilizamos el 11% del potencial hidroeléctrico. Tras las grandes centrales de INECEL durante la dictadura de Rodríguez Lara, se abandonó la política energética responsable. Durante el Gobierno de Correa se retomaron proyectos como Coca Codo Sinclair y Sopladora, pero seis presentan problemas técnicos, ambientales y de corrupción. La mayoría fueron construidos en la vertiente Oriental, mientras que la cuenca Occidental fue poco atendida. El modelo energético actual se enfoca en mega centrales, dejando de lado los microproyectos y descuidando el parque termoeléctrico.

En los gobiernos posteriores no se invirtió en nuevos proyectos hidroeléctricos (existirían 40 proyectos, algunos con estudios completos), tampoco se han resuelto los problemas heredados, más bien se han deteriorado esas instalaciones. Se ha impuesto una política de improvisación.

La fuente hidroeléctrica provee el 70% del consumo requerido, por ello era y es necesario complementar con energía termoeléctrica y de fuentes alternativas: solar, eólica, volcánica. Ante la crisis energética, una salida era la importación de electricidad de Colombia, a 27 centavos Kwh, con picos de 60 centavos a fines de 2023. Ahora no hay esta posibilidad, Colombia también tiene estiaje. Poco se ha hecho para generar energía de fuentes alternativas. Por el abandono del parque termoeléctrico, del potencial de 2.858 megavatios, a finales del 2023 apenas se producían 717.

Los gobiernos de Moreno, Lasso y Noboa no escucharon las alertas, desde el credo neoliberal, promovieron como única salida la privatización y la inversión privada, ante la ineficiencia de lo público. Hay proyectos de energías alternativas en manos privadas que no se ejecutan: la central eólica Villonaco III, el proyecto fotovoltaico El Aromo.

La crisis energética anunciada llegó, la única solución fue la improvisación desesperada, la contratación de barcazas al apuro, cuatro veces más costosa que la hidroeléctrica y con deficiencias técnicas. Llegaron los apagones nacionales, que están provocando grandes pérdidas económicas. En lugar de invertir en el parque hidroeléctrico y mantener el termoeléctrico, Noboa tomó 400 millones de CELEC y CENACE, descapitalizándolas. Un problema adicional, vigentes subsidios a grandes consumidores, especialmente a las mineras con tarifas de 5 centavos Kw/h. 

Otra vez “la súplica es a San Pedro”.  La improvisación gubernamental le costaría al país mil millones de dólares. A esto hay que sumar las perdidas por los apagones.

Es tiempo de que la luz nos venga desde la reflexión y el compromiso con la sociedad, para que prime el criterio técnico sobre la politiquería de turno para evitar quedarnos sin luz, sin agua y con fuego. Debemos exigir a los gobernantes respuestas de fondo a problemas fundamentales.  #ComuniquemosEsperanza

 

 

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domingo, 22 de septiembre de 2024

carta No. 255: “Patadas en el Alma”

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Comisión ecuatoriana Justicia y Paz
carta No. 255– 22 de septiembre 2024
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“Patadas en el Alma”

“Me dolió la escena. Sentía las patadas en el alma. Era un muchacho de nuestro pueblo; es verdad, era un delincuente. Y me acordé de Jesús; ¿Qué diría si estuviera de árbitro allí?: el que esté sin pecado que dé la primera patada. Me dolía todo, me dolía el cuerpo del pibe, me dolía el corazón de los que le pateaban. ¿Qué cosa falló?. Papa Francisco (carta ante el linchamiento de un joven en Argentina, abril 2024).

El domingo 15 de septiembre de 2024 todo el Ecuador se conmocionó al conocer los durísimos acontecimientos del linchamiento en Cayambe de uno de los presuntos asesinos de un chofer. El cuerpo desnudo y colgado en el parque central fue una imagen desgarradora. El supuesto criminal había sido capturado y retenido por la comunidad que le aplicó los castigos previstos en la justicia indígena para posteriormente entregarlo a las autoridades, sin embargo, antes de que esto ocurriera, una multitud continuó con el castigo hasta matarlo y colgarlo. Este ajusticiamiento debe ser rechazado y condenado y no puede ser tomado como un caso de justicia indígena.

Este no es el único caso, en septiembre se han registrado otros 10 casos en distintas poblaciones. Ante esta situación nos debemos preguntar: ¿qué está ocurriendo en nuestro país? ¿Estamos llegando al límite y nos genera estos niveles de inhumanidad? Es importante que analicemos las causas que provocan estas reacciones masivas de un pueblo dolido y enardecido.

La inseguridad en nuestro país es incontrolable. El gobierno no da respuesta ni soluciones concretas ante la delincuencia organizada y común. El anunciado “Plan Fénix”, más que un plan de seguridad parece un eslogan que adorna la inacción y los espectáculos propagandísticos de un gobierno que trata de imponer relatos que no corresponden con la realidad. Los casos de sicariato, extorsión, secuestros y delincuencia no cesan y en varias regiones han aumentado. El gobierno debe garantizar el buen vivir, lejos del “ojo por ojo y diente por diente”.

La imagen del sistema judicial es horrorosa, los delincuentes apresados salen libres a los pocos días, listos para reincidir y vengarse de sus posibles acusadores. Por otra parte, la función judicial se ha visto empañada por tantos funcionarios judiciales y fiscales que son vinculados a actos de corrupción.

Muchos agentes de la policía nacional y de las fuerzas armadas han sido permeados por el crimen organizado y el ansia de dinero, por lo que se ha vuelto común los casos en que algunos de sus miembros son vinculados a delitos perpetrados por las mafias.

El miedo, el terror, la indefensión y la ira hacen que muchas personas piensen que, ante la ausencia y desinstitucionalización del Estado, la única solución es tomarse la justicia por mano propia. Son las multitudes las que en un estado de furia colectiva, donde desaparecen la conciencia personal, cometen estos hechos.

Aunque la justicia indígena es reconocida en el art. 171 de nuestra constitución, donde se señala: “se aplicarán normas y procedimientos propios para la solución de sus conflictos internos, y que no sean contrarios a la Constitución y a los derechos humanos reconocidos en instrumentos internacionales”, teniendo un procedimiento breve, a diferencia de la justicia estatal, en ningún momento es una autorización para dar muerte a los delincuentes violando los derechos humanos.

Por más graves que sean sus crímenes, tienen derechos como tener un juicio justo con el debido proceso y la debida sanción. La justicia por mano propia no es justicia, es un crimen. No podemos validar la ley del talión, la del ojo por ojo, diente por diente.

Como sociedad debemos exigir al Estado y al gobierno actuar de forma eficaz, transparente, que garantice el buen vivir, atacando las raíces de la inseguridad, la inequidad, el desempleo, la corrupción, la pobreza, etc. con una justicia eficiente y respetuosa que nos ofrezca respuestas concretas. Debemos promover la justicia en paz, sin violencia, para evitar acciones que provoquen linchamientos. Es  una acción conjunta de autoridades y sociedad.

Como creyentes, recordemos el mandamiento: “no matar”, no atentar contra la vida, evitar todo cuanto pone en peligro la integridad de cada ser humano. Debe dolernos la muerte de cualquier persona, víctima o victimario y resonar en nuestra conciencia la voz de Dios interrogándonos ¿Dónde está tu hermano? Evitemos estas “patadas en el alma”. #ComuniquemosEsperanza

 

Con los ojos fijos en El, en la realidad y la fe" es una publicación de la Comisión ecuatoriana Justicia y Paz, resultado de reuniones periódicas de los miembros de la Comisión para analizar, reflexionar y proponer alternativas, a través de estas cartas.